TOMAS RECIBE A DOS ALOJADAS EN SU CASA. Por esper, esper_cl@yahoo.es Tom�s es chileno y separado. �l trabaja y vive solo. Su casa est� en Lima, en el distrito de San Borja. Su hija y su exesposa viven en Santiago. Un amigo le pide que aloje a unas chilenas que van a una olimpiada universitaria a Lima. �l acepta, llegan a su casa y se producen varios hechos en su estad�a. Las chicas son muy deportistas. Una de ellas era muy alta, y la otra muy corpulenta y fuerte. Aparecen las pruebas de fuerza, y en un momento la pasi�n. LA VIDA DE TOM��S CON SU ESPOSA E HIJA Tom�s y Celia estaban de novios cuando ten�an 19 a�os y estaban en segundo a�o de universidad, en la carrera de Administraci�n de empresas. Un descuido hizo que Celia quedara embarazada. La criatrura, una ni�a, naci� cuando ya estaban en tercer a�o. La llamaron Celia como su madre, y la conocieron siempre como Celita. El caso caus� mucho revuelto en ambas familias, especialmente por cuanto la relaci�n su puso bastante tormentosa. Cuando Tom�s ten�a 25 a�os y ya estaba titulado, se le ofreci� un buen trabajo en Lima, Per�. Se cas� con Celia y fueron con su hija a vivir a esa ciudad. Celia, junto con cuidar a su hija, aprovech� para estudiar un postgrado, y una vez que lo termin�, comenz� a hacer clases en una universidad. Le relaci�n matrimonial nunca fue buena, y se mantuvieron juntos por razones pr�cticas. Celia viajaba a Chile con Celita por periodos largos, y no parec�a importarle estar lejos de su esposo. Tom�s extra�aba m�s a su hija Celita que a su esposa. A Celita siempre le gust� Santiago, su cuidad natal, en la cual estaban sus cuatro abuelos y primos. Tambi�n le gustaba mucho ir a Vi�a del Mar y balnearios cercanos. Ya siendo adolescente, su sue�o siempre fue estudiar en una universidad en Chile. En los �ltimos dos a�os de colegio pasaba mucho tiempo navegando por internet buscando sitios de universidades chilenas, y carreras para estudiar. Incluso aprovechaba viajes a Santiago, para conocer presencialmente los sitios posibles para estudiar Cuando lleg� el momento de que Celita entrara a la Universidad, Tom�s y Celia acordaron la separaci�n, la que se ve�a venir por largo tiempo. La madre y la hija volver�an a Chile, y �l se quedar�a en Lima, al menos por un tiempo. Tom�s le mandar�a dinero a Celita para sus gastos y pagar la universidad. Pese a las desavenencias que ten�an, o quiz�s por lo mismo, la separaci�n fue acordada sin mayores conflictos. Tom�s ver�a a su hija las veces que quisiera, y ella viajar�a a Lima para estar con su pap�. Con el tiempo eso lo hizo, e invitaba a Lima a amigas, para conocer Per�. Estando separado sigui� un buen tiempo viviendo en la misma casa en la que hab�a vivido con su exesposa e hija. Era de buen tama�o, aunque no inmensamente grande. Una de las razones por las cuales de manten�a viviendo ah�, era que ten�a muchos amigos y parientes que lo visitaban. Adem�s, estaba ubicada en un sector acomodado, bastante agradable, y le quedaba relativamente cerca de su trabajo. LE PIDEN A TOM��S QUE RECIBA PERSONAS EN SU CASA Llevaba tres meses solo, cuando recibe un llamado de su amigo Alejandro desde Chile. �l era quince a�os mayor que Tom�s, y hab�a trabajado con �l. Conoc�a tambi�n a Celia, y estaba al tanto de la situaci�n separaci�n de ellos, puesto que se manten�an en contacto. Alejandro era acad�mico de una universidad en Santiago ALEJANDRO: Como sabes nuestra universidad pertenece a una red de universidades cristianas. TOM��S: Claro que lo s�. ALEJANDRO: Pues bien. Va a haber una olimpiada de en Lima, a la cual van a asistir estudiantes de toda Latinoam�rica. Desde M�xico hasta Chile. TOM��S: Me estoy imaginando lo que me vas a preguntar. Quieres saber si estoy dispuesto a recibir alojados. Eso creo que me vas a pedir. ALEJANDRO: Bueno, eso mismo. �Puedes? Despu�s de pensar unos instantes, Tom�s le da la respuesta. TOM��S: S�, pienso que s� puedo. ALEJANDRO: Excelente. �Hasta cuantas personas puedes recibir? TOM��S: �Tengo que darles de comer? ALEJANDRO: El acuerdo es que solamente les des desayuno, y que los dejes ocupar tu cocina y refrigerador. TOM��S: Bien, puedo recibir hasta cuatro personas. Ojal� no m�s de tres. ALEJANDRO: Excelente. Te va a llegar un correo con los pormenores, pidiendo tu aceptaci�n, para que todo quede formal. TOM��S: Eso s�, voy a poner una condici�n. ALEJANDRO: �Cu�l? TOM��S: Que vengan solo hombres o solo mujeres, o sea todos del mismo sexo. No quiero que se arme el puter�o en mi casa. ALEJANDRO: jajajajaja. De acuerdo. Y me imagino que prefieres puras mujeres a puros hombres. TOM��S: Por supuesto. �Ser�an chilenos quienes vienen? ALEJANDRO: S�. Y si conoces familias que podr�a recibir personas en las mismas condiciones, h�zmelo saber. TOM��S: Claro. Otra pregunta ... ALEJANDRO: �S�? TOM��S: �No Ser�a m�s l�gico que se alojen con peruanos para conocerse entre pa�ses? ALEJANDRO: Claro que s�, pero eso ya lo agotamos. Nos faltan lugares donde poner gente. Por eso acud� a ti. TOM��S: Ya entiendo. No hay problema. DOS MESES DESPU�S Finalmente, Tom�s recibir�a a dos chicas. Llegaron un d�a s�bado en la ma�ana. Seg�n lo acordado previamente, �l ten�a que estar para recibirlas e instalarlas. Al d�a siguiente, domingo, tendr�an una recepci�n en la universidad donde se llevar�an a cabo las olimpiadas. Las chicas se presentaron a Tom�s, y se saludaron d�ndole un beso en la mejilla. Sus nombres eran Isabella y Katia. Ambas vest�an el buzo que representa a su universidad. Con ese atuendo hab�an viajado. Isabella era muy alta, delgada y atl�tica. Su perlo era rubio oscuro, lacio, y en ese momento lo llevaba tomado con cola de caballo. Se ve�a m�s joven que Katia. Sin duda era varios cent�metros m�s alta que Tom�s Katia se ve�a corpulenta y musculosa. Era rubia y de ojos oscuros. Su pelo era algo ondulado y lo llevaba a la altura en la que terminaba el cuello. Era un poco m�s baja que Tom�s. �l se fij� en la nariz prominente de ella, levemente aguile�a. Tom�s las instal� a cada una en el cuarto que iban a ocupar. Les ofreci� ducharse, pero ellas no quisieron, porque lo hab�a hecho en la ma�ana en su casa en Santiago. Se cambiaron de ropa y fueron a tomar caf� con Tom�s en una mesa que ten�a en la cocina. TOM��S: Me dijeron que una de ustedes juega b�squetbol, y la otra f�tbol. Me imagino que t� eres la del b�squetbol, Isabella. ISABELLA: Pues s�, �c�mo lo adivinaste? Esa iron�a hizo re�r tanto a Tom�s como a Katia. ISABELLA: En fin, con mi metro ochenta y dos, es f�cil de adivinar. TOM��S (mirando a Katia): Bueno t� tambi�n eres m�s bien alta. M�s que el promedio de las chilenas. KATIA: Mido uno setenta y cinco, y peso setenta y siete kilos. Pero es m�s m�sculo que grasa. Vine por el f�tbol, pero lo que m�s practico es Judo. Es mi deporte, y he sido campeona de Chile. TOM��S: Mira, �qu� interesante! No te ves gorda, especialmente porque eres de est�mago plano, pero pesas m�s que yo. KATIA: Y t� �Cu�nto mides y pesas? TOM��S: Uno setenta y ocho, y peso setenta y cuatro kilos. ISABELLA: �Qu� edad tienes, Tom�s? TOM��S: treinta y ocho, y �ustedes? ISABELLA: Yo tengo veintitr�s. KATIA: Y yo veintinueve. Dado que Tom�s empez� a mirar a Katia con cara de signo de interrogaci�n, opt� por contarle m�s. KATIA: Soy estudiante vespertina. Trabajo en las empresas de mi familia y estudio por las tardes. Me demor� en empezar a estudiar, precisamente por el judo. En la universidad se nos ofreci� venir a los que estudiamos vespertino, pero somos muy pocos de la jornada los que vinimos. La mayor�a no puede venir por razones de trabajo. TOM��S (mirando a las dos alternadamente): �Y se conoc�an antes de venir? ISABELLA: Nos conocimos solo en los preparativos, o sea en las reuniones previas al viaje. Reci�n hace dos d�as nos dijeron que �bamos a estar juntas, y que �bamos a venir a tu casa. KATIA: As� fue. Adem�s, por coincidencia yo conozco a Emy, la hermana de Isabella. Tambi�n es cintur�n negro de judo. ISABELLA: As� es. Lo descubri� por mi apellido, el que es raro. KATIA: y tambi�n por la estatura. La hermana de Isabella mide 1,85. Elevada estatura, y mismo apellido, era l�gico. Nota: Isabella es hermana de Emy, protagonista del relato "Erasmo conoce a Emy". Tambi�n es prima de Antonia, de la serie "Samanta y Antonia", de este autor. ISABELLA: Ahora que me acuerdo, me preguntaron si estaba dispuesta a tener como compa�era de alojamiento a una chica de veintinueve a�os. KATIA: jajajaja �Y qu� les dijiste? ISABELLA: jajajaja que me daba lo mismo. Me llam� la atenci�n la pregunta. Tom�s les estuvo narrando un resumen de su vida. Les cont� que estaba separado hace poco y que ten�a a su exesposa e hija en Chile, pues ella hab�a entrado a la universidad. ISABELLA: �y qu� estudia tu hija? TOM��S: Tecnolog�a m�dica. Ya va en el segundo semestre y le ha ido bien. Y est� contenta. KATIA: �Qu� bueno! TOM��S: Y ustedes, �qu� estudian? ISABELLA: Yo estudio Kinesiolog�a. Voy en cuarto a�o. KATIA: Yo voy en tercer a�o de Ingenier�a en Administraci�n, con menci�n en marketing. TOM��S: Somos de carreras afines, entonces. Yo soy Administrador de empresas, y trabajo en log�stica. Tom�s y Katia se miraron m�s de una vez. Era como una especie de atracci�n, y al parecer ambos pensaron que podr�a haber algo entre los dos. TOM��S: �y tienen sus novios? ISABELLA: Yo s�. Estamos algo distanciados, y este viaje nos va a servir a los dos para aclarar sentimientos. As� lo acordamos. KATIA: Yo fui casada, pero dur� muy poco. Apenas dos a�os. No tengo hijos. Ahora no tengo novio. Terminaron de conversar y �l les mostr� completamente la casa, y como ten�a todo organizado. Las acompa�� caminando a un supermercado que estaba cerca. Les advirti� que si en Chile las miraban en la calle, en Lima iba a ser m�s a�n, especialmente por ser rubias y altas. Las chicas le contaron a Tom�s que iban estar dos semanas y no todo ser�a competencia deportiva. Tambi�n convivir�an con personas de otros pa�ses, e incluso entrar�an a algunas clases. Tom�s les pregunt� acerca de que iban a hacer ese d�a. Ellas le contestaron que no ten�an planes. Tan solo quer�an recorrer la ciudad un poco. Tom�s entonces les ofreci� salir a pasear en su auto y recorrer algunos lugares. Las chicas aceptaron gustosas, pues era la primera vez que estaban en Lima. Salieron, y en el trayecto �l les fue mostrando algunos sitios hist�ricos, restaurantes, embajadas, parques y otros. La idea de �l era mostrarles los parques que estaban en farellones al costado del mar en el distrito de Miraflores. Bajaron en un sitio conocido como el parque del amor que estaba al lado del mar, a unos 30 metros de altura sobre la playa. Caminaron y tomaron fotos de ellos, y del entorno. La primera foto fue de las chicas solas, mostrando el lugar. Luego se tomaron las fotos los tres y de a pares. En todas ellas se ve�a la gran estatura de Isabella. Pasaron los d�as, y se fue armando una sana y grata relaci�n entre Tom�s y las chicas. No hubo problemas de convivencia, pues las mujeres chilenas en promedio son m�s ordenadas que los hombres chilenos. Ellas mismas se preocupaban del aseo de la cocina y los ba�os, y de la casa en general. Cuando se ve�an en las tardes, ellas les contaban de las cosas que hac�an en el d�a y de los encuentros deportivos que ten�an. Cada vez que se saludaban y desped�an lo hac�an d�ndose un beso en la mejilla con Tom�s. Esos besos, especialmente los de Katia, eran cada vez m�s cari�osos. Incluso con ella se acercaban cada vez m�s a los labios. KATIA MUESTRA ALGO DE SUS CONOCIMIENTOS Y FUERZA Cuando el d�a martes Tom�s lleg� a la casa, un poco despu�s de las 6 de la tarde, las chicas estaban en una sala en la que hab�a un televisor. Se levantaron para saludarlo con un beso en la mejilla. Fue a cambiarse por un short y polo deportivo y volvi� a la sala a conversar con ellas. Ese d�a las dos hab�an tenido partidos y sus equipos hab�an resultado vencedores. Comentaron un rato. Isabella encest� cuatro veces, d�ndole ocho puntos a su equipo. Katia jugaba como defensa e impon�a una fuerte resistencia al equipo contrario. Incluso desde esa posici�n lleg� a meter un gol. En el televisor estaban dando un programa de an�cdotas de las olimpiadas de R�o 2016. Hab�a chascarros bastante divertidos. Mostraban en particular a dos luchadoras japonesas que hab�an caminado cargando al entrenador en sus hombros, una vez que hab�an ganado las respectivas medallas de oro. Comentaron el caso e hicieron bromas sobre eso. TOM��S (dirigi�ndose a Katia): �t� haces eso cuando ganas un combate? KATIA: Nunca lo he hecho en un combate, pero podr�a hacerlo sin dificultad. Si quieres vamos al jard�n y te levanto as�. TOM��S (medianamente asombrado): �De veras? Me gustar�a verlo. Las dos chicas se pusieron de pie y salieron al jard�n trasero junto con Tom�s. Hab�a una terraza y una superficie de pasto de unos 4 por 10 metros, que ellas ya hab�an ocupado para hacer ejercicios. En particular, hac�an flexiones de brazos y abdominales sobre un tapiz que ten�a �l. Tambi�n saltaban a la cuerda. Tom�s se abri� las piernas y las mantuvo derechas, tal cual se lo hab�a pedido Katia. Entonces ella fue por detr�s de �l, se agach�, puso su cabeza entre las piernas de �l y lo levant� con toda facilidad. Camin� con �l unos treinta segundos, y luego lo puso en el suelo haciendo el movimiento inverso. Isabella la vitoreaba y aplaud�a. Pensaba que todo hab�a terminado, pero Katia, ni corta ni perezosa, se agach� y lo tom� en brazos en su parte delantera. Luego lo baj� y lo carg� en un hombro y camin� con �l. KATIA (dirigi�ndose a Isabella): Yo creo que t� tambi�n puedes hacerlo. ISABELLA (piensa unos instantes antes de contestar): Creo que s�, podr�a hacerlo. Pero no tengo experiencia haci�ndolo y no quiero arriesgarme a tener una lesi�n. A�n me quedan partidos. KATIA: Tienes raz�n. Despu�s de haber hecho las cargada a Tom�s, Katia sinti� calor y se sac� una camisa delgada de jeans. Debajo llevaba un polo sin espaldas ni mangas. Entonces Tom�s pudo ver m�s en directo su gran tama�o y musculatura. Le hizo saber a Katia que le llamaba la atenci�n, y ella respondi� flectando sus brazos y mostrando sus b�ceps. Todo lo hizo mirando a Tom�s, y sonriendo. Isabella tambi�n rio. TOM��S: Me gustar�a conocer m�s de tu fuerza. �Hagamos vencidas? Ella acept�. Se pusieron en posici�n y ella gan� r�pidamente, y con toda facilidad. ISABELLA: Bueno, tenemos que ducharnos. Nos van a pasar a buscar luego, para una cena. KATIA ACOMPA�A A TOM��S EN LA COCINA Al d�a siguiente, un poco despu�s de las 6, Katia lleg� sola a la casa. Se encontr� con Tom�s y le dio un beso de saludo, como era costumbre. Ese beso fue prolongado, en la comisura de sus labios, de manera que sus bocas se tocaron un poco. KATIA: Hola, �qu� haces? TOM��S: Estoy en la cocina, haciendo una bebida peruana. KATIA: Deja cambiarme y voy a ver como lo haces. Quiero que me ense�es. �l volvi� a la cocina pues estaba preparando una bebida peruana conocida como la chicha morada. Consiste en poner ma�z morado en una olla, hervirlo con algunos agregados y despu�s colarlo. �l lo estaba revolviendo cuando ya casi herv�a, cuando Katia hizo su entrada en la cocina. Se hab�a puesto un short, hawaianas y un polo blanco sin mangas, que le permit�a ver su hombros y gran parte de la espalda. Se acerc� a �l y le hizo algunas preguntas. Tom�s le comenz� a explicar. Entre tanto, Katia se acerc� m�s a�n, y le peg� su cuerpo al de �l. Adem�s, le puso su mano en el hombro. Por si fuera poco, acerc� sus senos de manera que tocaron la espalda de Tom�s. Estuvieron as� un minuto. �l actuaba como si fuera lo m�s normal, pero le agradaba mucho. Incluso al hacerle las preguntas, ella le pon�a la mano en la espalda, y lo acariciaba. Lo que vino fue que Katia le tom� la mano a Tom�s, y le dijo que la dejara revolver a ella. Tom�s sigui� el juego de pegarse y tocarse. Se puso detr�s de ella, y mientras revolv�a le puso su mano en la cintura y la presion�. Sinti� el tama�o, la solidez y dureza del cuerpo de ella. KATIA: �Voy bien? TOM��S: S�. Est�s muy bien. Ella capt� el doble sentido y rio suavemente. �l puso ahora las dos manos en la cintura de ella, y le peg� su mejilla en el cuello. Sinti� su aroma personal. Le dec�a algunas cosas con la boca pegada al cuello y mejilla de ella, alternadamente. Tambi�n sent�a su pelo, el que era suave y ondulado a la vez. A ambos se les aceler� la respiraci�n como muestra de que la calentura hab�a llegado, para quedarse un buen rato. Katia dej� de revolver, pero se mantuvo d�ndole la espalda a �l. Le tom� las manos a Tom�s, y se la puso en el abdomen, donde �l sinti� una vez m�s los m�sculos y la solidez. Ella ech� la cabeza hacia atr�s acerc�ndola a Tom�s. �l la bes� en el cuello y en la oreja, apret�ndola con fuerza en el est�mago. Ella gimi� de placer. �l subi� las manos lentamente y empez� a sentir las pechugas de Katia. Como ella comenz� a jadear con m�s fuerza, Tom�s se las agarr�, una en cada mano. Katia le puso sus manos sobre las manos de Tom�s. Se las apret�, haciendo que �l le agarrara m�s las pechugas. A la altura de su culo, Katia pudo sentir el pene erecto de �l. Solt� su mano izquierda , manteniendo la derecha sobre la de �l, y le agarr� el pene por sobre el short. Acto seguido le meti� la mano debajo de la ropa y la agarr� el pene en directo. Una de las cosas que disfrutaba Tom�s era la gran espalda de Katia, ancha y fuerte, y sus manos suaves, y notoriamente m�s grandes que las de �l. Ella se dio vuelta y quedaron de frente. Inmediatamente se besaron intensa y apasionadamente. En los besos y en su lengua, Tom�s sent�a una vez m�s la fuerza de ella. "Vamos a mi dormitorio", dijo �l. "Vamos", respondi� ella. Llegaron al dormitorio. El cerr� la puerta. Se desnudaron e hicieron el amor en forma repetida e intensa. Despu�s de un buen rato, descansaron sobre la cama y pasaron de la calentura a la ternura. Se acariciaban y conversaban. A Tom�s decididamente le gustaba el tama�o y musculatura de Katia. Esta vez sinti� tambi�n la solidez de las piernas de ellas. Pasadas las 9 de la noche, son� el timbre. KATIA: Debe ser Isabella. Yo me traje la llave porque me vine antes. Me voy a vestir r�pido para abrirle. Esa noche fue la �ltima que Katia durmi� sola en su cuarto. Conversaron y decidieron que las siguientes noches dormir�an juntos. AL D�A SIGUIENTE Katia e Isabella llegaron juntas como a las 9 de la noche. Se saludaron con Tom�s y estuvieron comentando los partidos del d�a. Se sentaron en la mesa del comedor. Al rato Isabella se ausenta para ir al ba�o. Katia y Tom�s quedan solos un rato, y ella le habla en voz baja. KATIA: Te vas a re�r. Hoy en el gimnasio Isabella me dijo que daba la impresi�n que hubiera empezado la acci�n entre t� y yo TOM��S: jajajajajaa �le preguntaste como se percat�? KATIA: Le pregunt� por qu� pensaba eso, y me dijo que le hab�a la atenci�n que ayer me demorara en abrirle. Tambi�n dijo que nunca me hab�a visto tan despeinada, salvo en las ma�anas. Adem�s, al rato saliste t� de tu pieza, y estabas con la puerta cerrada. TOM��S: Es bien perspicaz, por lo que veo. �Y qu� le dijiste? KATIA: No le contest�. Solo sonre�. No me estaba haciendo una pregunta. TOM��S: Creo que es mejor que lo sepa, especialmente si vamos a dormir juntos. No podemos hacer eso sin dec�rselo. KATIA: De acuerdo. �Se lo dices t� o se lo digo yo? TOM��S: d�jame a m�. Justo en ese momento, Isabella vuelve del ba�o y se sienta con ellos a conversar. Tom�s decide interpelarla. TOM��S: Isabella ... ISABELLA: S�, dime. TOM��S: Tenemos que decirte algo. ISABELLA (mira algo asombrada): Claro, te escucho. TOM��S: Katia y yo nos hemos entendido bastante bien. Y hemos ido desarrollando un afecto mutuo. As� que va a dormir conmigo todas las noches. Isabella r�e y los contagia a los dos. KATIA: As� es. Tom�s y yo nos hemos dado cuenta que nos entendemos muy bien, en muchos sentidos ISABELLA: Pues bien, los felicito. La verdad es que lo sospechaba, pero no es asunto m�o. KATIA: jajajajajaja Tom�s e Isabella miran a Katia un tanto desconcertados, por su risa inesperada. TOM��S: �De qu� te r�es? KATIA: De las palabras sofisticadas que usaste para contar lo nuestro. Los tres r�en ante ese comentario de Katia. Esa misma noche, y las restantes de la estad�a, Katia durmi� en la cama de Tom�s. KATIA ACOMPA�A A TOM��S EN UN D�A DE TRABAJO Al d�a siguiente Katia se despert� temprano, como era su costumbre. A las siete de la ma�ana de Lima eran las nueve de la ma�ana en Santiago, y su cuerpo y mente ya estaban despejados. Tom�s ya no estaba en su lado de la cama. Lo encontr� tomando desayuno en el comedor y viendo noticias en el computador. Le llam� la atenci�n que �l estaba con jeans y no con ropa formal como era su costumbre. Se acerc� para acariciarlo y besarlo. KATIA: �No vas a trabajar hoy? TOM��S: Hoy no voy a la oficina, voy a ir a las empresas que tienen bodegas en las que almacenan nuestros productos, especialmente en el puerto de El Callao. Tengo que ir al menos una vez al mes. Converso con el encargado y veo como est�n trabajando. KATIA (despu�s de pensar unos momentos): �Qu� interesante! TOM��S: Si lo es. Claro que fue m�s interesante las primeras veces que iba. Ahora es rutina. KATIA: �Y te puedo acompa�ar? Para mi profesi�n es interesante. �l la mira unos instantes, pensativo. KATIA: Bueno, si no puedes, lo entender�. No hay problema. TOM��S: Es que estoy pensando si los lugares a los que voy a ir son peligrosos. KATIA: Si lo son, lo son para los dos, y tu seguramente te sabes manejar en ellos. Si voy contigo, es bajo mi responsabilidad. TOM��S. Est� bien, vamos. Eso s�, v�stete lo m�s recatada que puedas. Nada de escotes ni espaldas. Y si puedes, t�mate el pelo. KATIA (en tono de objeci�n): Oyeeee TOM��S (algo asombrado): �Qu� pasa? KATIA: Me hablas como si fuera una puta para vestirme. Cuando salgo me controlo. Solo cuando estoy contigo en la casa me visto as�. TOM��S: jajajajajajajajajaa. Es cierto. Y no te voy a negar que me gusta. Y en realidad me gustas mucho de cualquier manera que te vistas. KATIA: Eso est� mejor. Al rato ella volvi� con el pelo tomado, con pantalones de jeans, y una camisa del mismo tipo, levemente arremangada, y con todos los botones puestos, salvo el de m�s arriba. La camisa la llevaba afuera del pantal�n. KATIA: �As� est� bien? TOM��S: S�. Aunque se nota todo lo que tienes debajo. Quiz�s es mi imaginaci�n. KATIA: Bueno t�came y ver�s que no es tu imaginaci�n Recorrieron bodegas y frigor�ficos en el puerto de El Callao. Ella se bajaba con �l y lo acompa�aba a las reuniones. Mientras iba en el auto, �l le explicaba el funcionamiento de su empresa y como se relacionaba con bodegas y frigor�ficos. Le hizo ver un caso en el que hab�a un problema, que deb�a ser rectificado. Katia escuchaba todo con gran inter�s, y hac�a algunas preguntas. Todo ello sirvi� para ir afiatando la relaci�n. DE VUELTA, ENFRENTAN ALGUNOS PROBLEMA DE VIOLENCIA Pese a que fueron a lugares dif�ciles, no tuvieron inconveniente alguno relacionado con delincuencia. El problema lo tuvieron de vuelta, poco antes de llegar a la casa de Tom�s. Eran las 6 de la tarde y se detuvieron en un lugar para tomar un caf�. Hab�an almorzado a las 3, y no ten�an hambre. Frente al lugar hab�a un parque. Decidieron cruzar la calle y tomar el caf� en un banco en el mismo parque, el que se ve�a bonito. Se sentaron pegados el uno al otro. Se acariciaron y dieron algunos besos, junto con conversar varios temas. Repentinamente sintieron un grito de mujer. M�s que un grito de dolor, sonaba como un grito de artes marciales. Miraron y lo que vieron fue a una chica joven enfrentando a dos tipos, uno de polo verde y el otro con camisa a cuadros. Vieron como la chica le mandaba una patada en el pecho al de polo, la que parec�a ser de taekwondo. El tipo cae. Acto seguido el de camisa le manda dos golpes a la chica, quien retrocede, cubri�ndose la cabeza. El del polo se pone de pie y entre los dos van a atacarla. Katia y Tom�s se miran, y acuerdan ir a defender a la chica. Katia le dice a Tom�s que la dejara actuar a ella, y que si no pod�a controlar la situaci�n, la ayudara como pudiera. Se acercan e intentan detener la contienda. El de polo les dice que no se metan si no quieren problemas. TOM��S: Pegarles a las mujeres est� mal. Y pegarles entre dos es peor a�n. Por favor det�nganse. La chica se r�e lo cual sorprende a Tom�s y a Katia. Los mira y les dice: "Lo que pasa es que le di una paliza a Jorge. Y ahora trajo a su amigo Luis para vengarse, y me quieren pegar entre los dos". Les dice que Jorge es el de Polo y Luis el de camisa. Katia le pregunta a la chica su nombre. "Me llamo Berta", contest�. A�adi� que era cintur�n negro de taekwondo. LUIS: Es mejor que se larguen. Esto no es asunto de ustedes. KATIA (dirigi�ndose a Berta): Es mejor parar esto. No creo que quieras averiguar si puedes con los dos. Berta asinti� con la cabeza e hizo un gesto con la boca, como dici�ndole a Katia que le encontraba raz�n. En ese momento Luis le da un empuj�n a Tom�s, y le dice que se larguen, en tono amenazador. Katia reacciona le da un golpe con el rev�s de la mano empu�ada, el que le da en el cachete y parte de la boca. El chico se muestra sorprendido y se toma la boca que comienza a sangrar. Se dispone a enfrentar a Katia, pero ella lo toma de una mu�eca y le da un golpe en el brazo ,con lo cual Luis manda un aullido. Luego le da una patada en la parte superior de la pierna. Sigue con una zancadilla, con lo cual el chico cae. Finalmente Katia lo inmoviliza manteni�ndolo boca abajo y sujet�ndolo con el brazo estirado, torci�ndoselo. Cuando Luis intentaba zafarse, ella aumentaba la presi�n en el brazo aument�ndole el dolor. Jorge qued� desconcertado sin saber que hacer. Sab�a que Katia podr�a darle otra paliza como la anterior, con toda facilidad. Por otra parte, no pod�a dejar solo a su amigo Luis. Katia (dirigi�ndose a Berta, y todav�a sujetando a Luis): �Qu� dices? �Los dejamos ir? Le puedo quebrar el brazo a Luis antes. Berta r�e. Le dice que los deje ir. Katia suelta a Luis, dici�ndole que por esta vez nada m�s le iba a hacer, pero si continuaba con la violencia la iba a sacar peor. �l asiente. Antes de dejarlos ir Katia les pide que prometan que no iban a seguir con la violencia. Terminan el incidente yendo los tres, Katia, Tomas y Berta, a tomar un jugo. A instancias de Berta, Katia le cont� que hab�a sido campeona de Chile de judo. Tambi�n hab�a aprendido algo de karate, y a boxear. Berta era un poco m�s baja que Katia, atl�tica, tez blanca y pelo rizado casta�o claro. Les cont� que ella misma se hab�a excedido con la paliza que le dio a Jorge, una semana antes. Hab�an sido novios, pero ella termin� la relaci�n, porque Jorge se met�a con muchas chicas estando con ella. Jorge se molest� y le dio un empuj�n a Berta. Ella lo increp� y le dijo que se estaba ganando una paliza. Jorge le dio un par de cachetadas y otro empuj�n. Berta entonces le dio una patada en el muslo y dos golpes de pu�o, con los que Jorge cay�. Se pudo de pie para atacarla, pero ella con su taekwondo le estuvo dando golpes hasta que cay� nuevamente. Y as� siguieron, hasta que Jorge no pudo m�s. BERTA: Katia, me diste una lecci�n. En su momento deb� haber inmovilizado a Jorge como t� lo hiciste con Luis. Habr�a podido hacerlo, y me habr�a evitado darle golpes caus�ndole tanto da�o. Se despidieron, no sin antes intercambiar correos para hacerse amigos HECHOS POSTERIORES SI bien la relaci�n ente Katia y Tom�s empez� como una pasi�n, ambos reconocieron que se hab�an despertado sentimientos m�s profundos. Un d�a antes de que Katia retornara a Santiago, tuvieron una conversaci�n y acordaron seguir la relaci�n. Tom�s ten�a que ir a Chile al menos una vez cada dos meses, por motivos de trabajo. Se quedaba en un hotel, al cual se trasladaba Katia para dormir juntos. Se ve�an peri�dicamente con Isabella con quien formaron una buena amistad. Dos a�os despu�s Tom�s regres� a Chile por razone de trabajo. �l y Katia decidieron formar pareja. Con el tiempo tuvieron una hija a la que llamaron Florencia, quien result� ser 20 a�os menor que Celita, la hija del primer matrimonio de Tom�s. Con Berta siguieron amigos. Cuando ella termin� la universidad, Tom�s le recibi� sus antecedentes y fue contratada en la empresa de �l. Cuando se cas�, Tom�s y Katia fueron a su matrimonio en Lima.