LA SENTADA Por Alejandro B. (Historia Original de gustavos_1046) La Oficial Campos participa de una sentada Ana María llegó a la Comisaría 1° tiritando de frío. Aquella mañana de invierno era propia del Polo sur. Ni bien se cruzó con sus compañeros, se enteró de que el día vendría movido. Los motociclistas tendrían varios objetivos demarcados para la jornada: a las 10 de la mañana custodiarían al Jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra en el Convento de Santo Domingo, quién con algunos de sus ministros rendiría homenaje a Manuel Belgrano en las vísperas del día de la bandera. Luego pasado el mediodía deberían dirigirse al Club Americano para acompañar la limusina del Embajador norteamericano James Walsh. Y el plato fuerte vendría al caer la tarde cuando los esperarían los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires en una 'sentada' a realizarse enfrente de la Plaza Houssay. Ana María refunfuñando se encaminó hacia el vestuario a calzarse su Uniforme. Se vistió despacio como tomándose un respiro antes de la actividad que le aguardaba en las frenéticas calles porteñas. Se puso sobre su diminuta tanga blanca unas pantymedias bien gruesas y sobre ellas unas medias de lana tipo 'futboleras' que le cubrían hasta las rodillas. 'Así no tendré frío en las piernas',pensó al imaginarse todo el día en la calle. También se puso una polera azul que remarcaba sus firmes tetas. Luego sacó de su armario el Uniforme de invierno de las motociclistas que como sabemos los porteños ,se trata de un conjunto de campera de cuero negro brillante que llega hasta la cintura, ajustados pantalones de cuero del mismo color y botas altas. La Oficial Campos estaba divina y seductora como siempre. Los pantalones de cuero parecían pintados a sus piernas y a su culo redondito. Se le marcaba todo, el bulto de su concha, la raja del culo. Absolutamente todo. Atravesó el patio de la Comisaría y escuchó algunos piropos muy respetuosos que le decían algunos de sus camaradas. Eso le había cambiado el humor. Junto a otros cuatro miembros del Cuerpo de motociclistas recibió las instrucciones. Se acomodó una bufanda y el casco blanco y partió con su poderosa Guzzi hacia la Santo Domingo. Tomaron 25 de Mayo y luego Balcarce, pasaron frente a la Casa Rosada y doblaron en contramano por la Avenida Belgrano. En la esquina de Defensa esperaron el coche de Ibarra. Ana María colocó su moto junto a la ventanilla del Jefe de Gobierno y recibió las miradas de aquel. Se sintió más deseada que nunca. Cuando terminó el breve acto acompañaron el vehículo hasta el Palacio Municipal y junto a otra patrulla del Comando Radioeléctrico comieron unos sandwichs en la esquina de Avenida de Mayo y Perú. Luego la Radio les ordenó dirigirse al Club americano. Tomaron Avenida de Mayo hasta 9 de Julio y bajaron por la ancha avenida hasta Viamonte. En una de las plazoletas esperaron la limusina del Embajador yanqui. Cuando la vieron asomar cortaron el tránsito sobre Cerrito mientras el diplomático era acompañado por dos enormes 'marines'.Esperaron a que terminara la recepción. Uno de los 'marines' se quedó en la puerta y no sacaba sus ojos azules del culo de la Oficial motociclista. Ana María se dio cuenta y se pavoneaba tras las motos hablando con sus compañeros, moviendo su regio culo de un lado a otro, ajustándose un poquito más, cada tanto, sus pantalones de cuero. Hacía mucho frío pero ella sentía cada vez más calor. Cruzó varias miradas con el grandote yanqui, pero pronto acabó la recepción y Walsh partió con su comitiva sin que aquel admirador pudiese acercase hasta la joven 'COP'porteña. Ella se quedó desilusionada y mientras viajaba con su moto hasta la concentración de los estudiantes, se imaginó haciendo el amor con ese 'marine',se imaginó siendo castigada, humillada y cogida a fondo por aquel soldado del imperio. Pero despertó de su 'sueño erótico' cuando escuchó el griterío de los estudiantes de Ciencias Sociales sobre la Avenida Córdoba. Estaban empezando la 'sentada'.Cientos de pibes apiñados en el asfalto, sentados codo a codo, interrumpían el tránsito y las motos de la Policía Federal empezaron a cortar las calles adyacentes a Plaza Houssay para prevenir accidentes. Ana María se apostó junto a su compañera Matilde en la esquina de Uriburu, frente al playón de la Facultad de Económicas. Los chicos comenzaron sus cánticos con puteadas al Presidente, al Ministro de Educación, al FMI y al imperialismo inglés y yanqui. Pero Ana María volvía a soñar con el 'marine' y con Aníbal Ibarra. En un momento, un grupito de estudiantes de una agrupación de extrema izquierda comenzó a provocar a los policías. Insultos, gritos y hasta unos palos que volaron cerca de patrulleros y motos. De repente un piedrazo terrible impactó en la cabeza de la Oficial Matilde, Ana María giró su cabeza y vio a un chico flaco y pelirrojo que lanzaba otro cascote sobre ellas. Mientras los agentes de un patrullero corrieron a auxiliar a la herida, Ana María salió como un rayo para atrapar al agresor. El pibe salió 'volando' cuando vio venir a la rubia enfundada en cuero. Atravesó las columnas de estudiantes que ya se desconcentraban y Ana lo seguía implacable, con la agilidad de una pantera. Cruzaron la Plaza Houssay pero nadie pudo ayudar al fugitivo que se metió en una de las bocas del subte, bajó a los saltos la escalera pero la puerta de acceso estaba cerrada por culpa de la marcha estudiantil; atrapado en las escaleras vio como Ana María aparecía de lo alto y le gritaba: -¡Quedáte quietito ahí hijo de puta, estás detenido! El joven tomó coraje, puteó a la Oficial y corriendo hacia ella intentó esquivarla para zafar, pero un tacle a lo Pichot contra los 'All Blacks' frenó la escapada. Ana María cayó encima de él, lo tomó de los pelos y le machacó la cara contra el piso. -Te dije que estabas detenido la concha de tu madre. Ahora vamos a hablar en la Comisaría pendejo.- Ana María sacó sus esposas y le sujetó rudamente las muñecas, puso su rodilla sobre los riñones del pobre con tanta fuerza que le hizo saltar lágrimas. Llamó por celular al patrullero de la 1°.En 10 minutos estaban cargando al detenido para llevarlo a la Comisaría. Ana María los seguía con su moto, la 'conversación' estaba pendiente. Cuando llegaron ,dos agentes morochos dejaron al activista sobre los mosaicos de una fría celda. Quedaba detenido por lesiones y resistencia a la autoridad. En seguida Ana María se presentó en el despacho del Comisario solicitando autorización para 'interrogar al joven: -Comisario, quiero averiguar los antecedentes de ese activista para reforzar el Acta de detención. Quiero interrogarlo ^Ö -Campos, sabes que no lo podes hacer vos, pero te doy mi permiso. Ojo, nada de lo que te gusta hacer en estos casos, entendido? -Afirmativo señor.- Ana María salió con la autorización y le pidió al encargado de celdas que preparara al detenido para 'su' interrogatorio. En pocos minutos aquel manifestante combativo estaba amarrado a un catre en la ultima celda.- La Oficial entró despacio y el muchacho la miro desde su incómodo lecho, con una mezcla de fascinación y terror. Ella se acercó y le arrancó los botones de la camisa. -¡Te dije que íbamos a hablar pendejo! ¿Quién te mandó a la 'sentada'?, vamos contame.- Ana María preguntó irónica y extrajo de su pantalón una pinza de depilar y empezó a arrancarle los pelos del pecho con gran brutalidad. Los gritos del chico empezaban a resonar en la sala. Ella lo amordazó con un pedazo de sabana destruida. Siguió martirizándolo. Le bajo los pantalones rotosos y el calzoncillo y empezó a arrancarle los pelos de las bolas. El dolor del detenido era terrible. Siguió manipulando la pinza sobre las tetillas y los pelos de las axilas y luego otra vez las pelotas, pellizcadas con maestría por la pinza .Ana María gozaba la tortura.'Lo estoy depilando en seco' pensaba satisfecha. En un momento se detuvo porque vio que la cara del muchacho se hinchaba cada vez más por el terrible dolor en su cuerpo. Le sacó la improvisada mordaza y le dijo. -¿Así que te gustan las 'sentadas' hijo de puta? Bueno, bancáte esta.- Acto seguido se subió sobre el muchacho. Se tomo de la cabecera del catre, puso su hermoso culo enfundado en cuero negro sobre la cara del prisionero y se le sentó sin más vueltas sobre el rostro. El cuero ajustado se pegó como una ventosa sobre la cara del pobre activista. Lo estaba ahogando. Ana María comenzó a mover lentamente su culo sobre la cara del chico que se asfixiaba. Ella empezó a gozar, gemía despacito y movía el orto sobre la cara. Luego se detuvo un poco presionando el culo hacia abajo, tratando de introducir cada vez más esa cara en su orto encuerado. El joven sin poder ya respirar perdió el conocimiento. Pasaron unos 15 minutos y Ana María se dio cuenta, interrumpió su goce y corrió a avisar a la Guardia médica. Pronto el muchacho se restableció y fue derivado al Departamento Central de Policía bajo la carátula de abuso, lesiones y resistencia a la autoridad. Pero la bella y cruel Oficial fue llamada al despacho del Comisario. Entró aun con su sensual uniforme y el 'cuerpo del delito',sus súper ajustados pantalones de cuero negro. Esperaba una recriminación, tal vez un sumario, pero el Comisario la miró sonriente y le dijo divertido: -La felicito Campos, por fin una chica de la Federal se decidió a participar en una 'sentada'. FIN (Por gustavos 1406)