SAMANTA Y ANTONIA SE VAN DE VIAJE ? PARTE 2 Por Esper, esper_cl@yahoo.es Samanta y Antonia siguen su viaje con nuevo destino. All? viven un incidente con violencia, y luego y conocen a sus oponentes. LAS DOS AMIGAS LLEGAN A UNAS TERMAS - ESE MISMO DIA HAY UN INCIDENTE De Talca se fueron un poco al sur. El destino era Linares, una ciudad de 100 mil habitantes, que queda a 300 km de Santiago y 50 de Talca. Espec?ficamente a donde se dirigieron fue a las Termas de Panim?vida, situada en las afueras de la ciudad hacia la Cordillera de Los Andes. En ese lugar, el que era un hotel, la idea era darse ba?os termales, ba?os de barro, piscina temperada y gimnasio. Adem?s recorrer?an alrededores. El primer d?a hicieron una gira y llegaron a la ciudad de Chill?n, a 100 kil?metros de Linares hacia el sur, y pasearon por sus calles. Llegaron de vuelta a Linares en su Mercedes Benz, a eso de las siete de la tarde. En una de las calles principales hab?a un mini supermercado. Estacionaron su auto de punta, y se bajaron para comprar caf?s. Optaron por serv?rselos en el mismo auto. Cuando ya hab?an terminado y estaban conversando sin apuros por marcharse, una camioneta se estaciona al costado izquierdo de ellas. Dos tipos estaban sentados en ella, uno en el asiento del conductor y el otro en el asiento del copiloto. Las miraban atentamente con cara de pocos amigos. Antonia, quien estaba al volante, le cont? a Samanta lo de los dos tipos. ?No le hagamos caso, salvo que se pongan pesados? sugiri? Samanta. Antonia asinti?. Una mujer con su hija adolescente entraron al mini supermercado. Cuando salieron le hicieron una se?a a los tipos, la que contestaron. Eso hizo pensar a las chicas que el par de hombres eran del Linares, y conocidos por todos. Los minutos pasaban y los tipos segu?an mirando. La camioneta no se iba y no parec?a tener intenciones de hacerlo. Las chicas deciden irse. Antonia echa a andar el motor. Entonces escuchan que el tipo que estaba de copiloto les dice algo. Antonia no escucha bien, pero opta por irse. Otro auto que est? buscando estacionamiento se lo impide moment?neamente. El tipo alza la voz y les dice ??par de putas!?. SAMANTA: ?Qu? dijo? ANTONIA: Dijo ?par de putas?. Trata de ver si est?n solos. Miraron los alrededores. Al lado derecho de ellas hab?a un auto estacionado. M?s hacia la derecha los estacionamientos estaban libres. El auto que bloqueaba la salida ya se hab?a ido. El tipo volvi? a decir ?par de putas?. Esta vez Samanta pudo escuchar. SAMANTA: Dile que estamos en nuestro d?a de descanso, y que no estamos atendiendo. ANTONIA: jajajajjajaa. Bien, se lo dir?. Antonia apaga el motor del auto, mira a los tipos y les dice sonriendo: ?Hoy no atendemos. Ma?ana quiz?s s??. Samanta r?e. El tipo reacciona enojado y se baja del auto. ?No queremos maracas como Ustedes en nuestra ciudad, v?yanse?, dice en tono molesto. ANTONIA (cambiando la expresi?n de su cara a sorprendida): Oye, ?qu? te pasa? Nada les hemos hecho y ya nos vamos. EL TIPO (apoy?ndose en la puerta del auto): V?yanse y nunca vuelvan. No las queremos ac?. Acto seguido, mete la mano en el auto e intenta darle un empuj?n a Antonia. Ella reacciona con su fuerza y con sus conocimientos de artes marciales. Le toma la mano y se la tuerce. El tipo lanza un grito y se dobla por la fuerza que estaba haciendo Antonia. Ella desciende del auto y con la puerta le da un empuj?n al tipo, con lo que cae el suelo. El conductor desciende de la camioneta. Samanta reacciona r?pido y desciende del auto. El conductor se percata que para ayudar a su amigo iba a tener que pasar por sobre Samanta. Ella se interpone entre los dos, mientras Antonia mantiene al tipo en el suelo. El conductor le da un empuj?n a Samanta por el costado, y para sorpresa de ?l, no logra moverla. Intenta darle un pu?etazo en la cara, pero ella se lo ataja y le responde con una seguidilla de golpes, unos a mano abierta y otros a mano empu?ada, m?s un empuj?n, que hacen que ?l termine en el suelo, al igual que su amigo. En eso se escucha a una mujer que con voz en?rgica y alto volumen dice ?Manuel y Diego, ?det?nganse, no son ellas!?. Eso hace que la pelea se interrumpa. En realidad quienes se detuvieron fueron las dos chicas, que a esas alturas hab?an tomado el control de la contienda, y le estaban dando sendas palizas a los dos tipos, que ahora ten?an nombre. Manuel, que era el oponente de Antonia, desde el suelo le dice ?paremos, todo fue un error, disc?lpame?. Antonia acept? no seguir la pelea. Otro tanto hizo Samanta. La mujer mira detenidamente a Samanta. ?Yo a ti te conozco. Eres instructora de artes marciales. Tu nombre es Samanta?. Samanta la mira y la recuerda. Ella hab?a sido alumna de un curso de defensa personal que daba Samanta en una municipalidad, hac?a un par de a?os. ?Ah s?. Recuerdo tu cara, pero no tu nombre?, dijo Samanta. ?Soy Jessica?, dijo la mujer. JESSICA: De verdad esto ha sido un lamentable error. Los dos tipos, Manuel y Diego, reafirman que fue un lamentable error y se disculpan. ANTONIA: Bueno, ?alguien nos quiere explicar qu? pas?? SAMANTA: S?. Nos interesa que nos expliquen. En pocos minutos nos dijeron ?putas?, pasamos a un pugilato y luego se disculpan. JESSICA: Lo que pasa es que hasta hace un par de semanas estuvieron viniendo dos prostitutas, que se metieron con hombres mayores y les sacaron mucho dinero. Sal?an con ellos y les contaban historias tristes y ellos le ayudaban con dinero. Despu?s se sab?a que era mentira porque las historias eran distintas para casa caso. ANTONIA: Y pensaron que nosotras ?ramos ellas?. JESSICA: As? fue. Acordamos entre varias personas que si aparec?an hab?a que encararlas para que no volvieran m?s al pueblo. Las dos son de pelo oscuro, al igual que ustedes. Alguien les dijo a Manuel y a Diego que ustedes eran las prostitutas. Parte de la confusi?n fue porque a veces ven?an en un auto convertible azul. SAMANTA: Eso s? que es una coincidencia. JESSICA: Yo las vi un par de veces, y al verlas ahora, me di cuenta que Ustedes no eran las prostitutas. Adem?s el auto de ellas era un Peugeot convertible y no un Mercedes como el que tienen Ustedes. Bueno, espero que acepten nuestras disculpas. SAMANTA: Yo las acepto. ANTONIA: Yo tambi?n. JESSICA: Las invito a comer unas hamburguesas que venden en un sitio a media cuadra de ac?. Es a modo de desagravio. Samanta y Antonia se miraron y asintieron. Manuel y Diego dijeron que prefer?an no ir, ya que ellos fueron los principales hechores del agravio y que ya se hab?an disculpado. SAMANTA: Vamos chicos, y as? fumamos todos la pipa de la paz. ANTONIA: S?, vengan con nosotros. Yo soy Antonia y mi amiga es Samanta. Los dos tipos dijeron ?mucho gusto?, y ante la insistencia de las dos chicas aceptaron la invitaci?n de Jessica. Llegaron al lugar y los cinco ocuparon una mesa. Jessica tom? su celular y mand? un mensaje diciendo que un Mercedes Benz convertible no era el auto de las prostitutas. JESSICA: Lo que detuve no fue la acci?n de Ustedes, Diego y Manuel, sino la paliza que les iban a dar las chicas. Qued? impresionada. Sab?a que Samanta era experta en artes marciales, porque fue instructora m?a, pero a Antonia no la conoc?a. DIEGO: Bueno, eso es verdad. Les vamos a pedir que esto quede como un secreto entre los cinco. MANUEL: S?, el error fue doble. Como primer error, las confundimos. Y como segundo error nos metimos con un par de artistas marciales. SAMANTA: Bueno, para ser honestas nosotras tambi?n en alguna medida provocamos el conflicto. Nos hizo gracia eso de que nos llamaran ?putas?. ANTONIA: Fue por eso que yo les dije que hoy no atend?amos. JESSICA: jajajajajjajajaa. Me da risa. MANUEL: jajajajaa. Ahora nos hace gracia. Pero la verdad es que est?bamos muy ofuscados. Mi pap? es viudo porque mi mam? falleci? hace cinco a?os, y una de las prostitutas le sac? dinero e iba por m?s, ya que quiso empezar una relaci?n con ?l. ANTONIA: ?Pero no llegaste a conocer a esa tipa? MANUEL: No, vivo en el extranjero, estoy de paso en el pueblo, y me indign? cuando supe lo que le hizo a mi pap?. ANTONIA: Bien, amigo. Ahora te entiendo mucho mejor. Y cr?eme que justifico totalmente lo que pensabas hacer con esa tipa. Yo en tu lugar habr?a hecho lo mismo. Lamentablemente te informaron mal la identidad de la persona. Ella le hace una caricia a Manuel en su mano, como mostr?ndole afecto y solidaridad. MANUEL: Gracias. Se ve que eres una gran persona. SAMANTA: Por supuesto que es una gran mujer. Mide 1,86. Todos r?en ante ese comentario. DIEGO: Bien grande eres. Yo soy considerado alto y mido 1,82 MANUEL: Yo tambi?n y mido 1,84. SAMANTA (sonriendo): Yo soy la m?s baja del grupo al parecer, porque t?, Jessica, eres m?s alta que yo. Mido 1,75. JESSICA: Mido 1,77. Y s? que eres muy fuerte. Te he visto en polo sin mangas. ANTONIA: Claro que lo es. JESSICA: Qu? l?stima que est?n comprometidos, chicos. Antonia y Samanta est?n muy agradables, y ha sido muy especial la forma de conocernos. SAMANTA: ?Ambos tienen compromisos? MANUEL: Yo vivo en Miami con mi esposa e hijos. DIEGO: Yo estaba comprometido con una prima de Jessica. Ten?amos fecha, pero terminamos el noviazgo hace una semana. ?Sab?as que hab?amos terminado, Jessica? JESSICA: S?, lo sab?a, y no me sorprendi? del todo. Pero eso es otra historia. Ahora estamos con Antonia y Samanta. DIEGO: Tienes raz?n. De ah? en adelante se produjo un especie de coqueteo de miradas entre Diego y Antonia. El hecho que ambos estaban disponibles, o al menos sin pareja, los hizo mirarse. A ratos se sonre?an el uno al otro. M?s tarde al despedirse lo har?a tom?ndose las manos, sin soltarse en un rato. JESSICA: ?y Ustedes chicas? ANTONIA: Yo me acabo de separar. Iniciamos el viaje porque justo Samanta rompi? con su novio, pero ella tiene algo m?s que contar. Samanta r?e ante lo dicho por su amiga y los dem?s la miran como esperando que ella les cuente m?s detalles SAMANTA (aun riendo): Cu?ntales t?. Antonia. ANTONIA: Lo que pasa es que el fin de semana estuvimos en Talca. Fuimos a un asado en la casa de unos parientes m?os y por coincidencia estaba invitado un antiguo novio de Samanta. No lo ve?amos en a?os. JESSICA: ?Incre?ble! ANTONIA: Bueno, se encontraron. Se pusieron a conversar y no se separaron en el resto del asado. Solo por educaci?n a ratos conversaban con otras personas. Al parecer se entendieron bastante bien. Despu?s del asado se fueron juntos, y helos ahora de novios nuevamente. SAMANTA: S?, ha sido bien incre?ble y adem?s es la tercera vez que inicio un noviazgo con ?l. JESSICA: ?Qu?eee? ANTONIA: S?, es as?. Ella entonces cont? algunas cosas de su historia con su novio actual, Ra?l. Los dem?s los miraban con asombro y simpat?a. Finalmente intercambiaron tel?fonos y correos, y acordaron verse el futuro. Lo que fue un conflicto, se transformar?a en una amistad. ANTONIA ENCUENTRA A DIEGO EN LA CIUDAD A los dos d?as, Antonia decide ir al pueblo en la ma?ana, a tomar fotos Era d?a s?bado. La fotograf?a era una de sus aficiones, y ten?a una buena c?mara. Decide ir en la ma?ana a eso de las ocho, porque a esa hora la luminosidad era ideal para tomar fotos. Samanta decide quedarse en el hotel para ir al gimnasio esa misma ma?ana. Antonia tom? varias fotos de la plaza de armas y alrededores. Le hab?an gustado la pileta, un obelisco que mostraba la fundaci?n de la ciudad, y algunos ?rboles y flores. Los edificios de la municipalidad y gobernaci?n eran hermosos y val?a la pena fotografiarlos. Tambi?n estaba la catedral que Linares que era una linda iglesia de ladrillos, que tambi?n merec?a que se le tomara fotos. Iba caminado por la plaza buscando nuevos ?ngulos, cuando ve que al costado de la vereda un tipo montado en una motocicleta que la estaba mirando. A pesar de que no se hab?a sacado el casco, ella pod?a darse cuenta que el tipo estaba detenido mir?ndola. Acto seguido el tipo se baja de la moto y comienza a caminar hacia ella. Se saca el casco y le dice ?Hola Antonia, ?me recuerdas?? Ella de inmediato lo reconoce, y ve que era Diego uno de los dos con el cual tuvieron el incidente. ?Por supuesto que te reconozco, Diego? Se saludan c?lidamente, con un beso y abrazo. ANTONIA: ?Saliste temprano a andar en moto? DIEGO: As? es. ?Y t?? ANTONIA: Me vine temprano a la plaza porque quer?a tomar fotos. DIEGO (observando la c?mara): Buena m?quina tienes. ?Me dejas verla? Result? que ?l era tan aficionado a la fotograf?a como Antonia. Eso les dio tema de conversaci?n. Le tom? algunas fotos a Antonia en la plaza, y luego ella le tom? fotos a ?l. Despu?s le pidieron a unos transe?ntes que les tomaran fotos juntos. Al verlas, percib?an como era notoria la mayor estatura de Antonia. De hecho era 4 cent?metros m?s alta. DIEGO: ?Tomaste desayuno? Hay un caf? bien bueno cerca de ac?. Vamos y seguimos conversando. ANTONIA (lo piensa unos instantes): Bien. Vamos. Pasan m?s de una hora conversando y descubren que ten?an una gran afinidad. Un poco antes de irse Diego intenta dejar las cosas listas para verse de nuevo. DIEGO: ?Qu? planes tienen para hoy? ANTONIA: Salir a almorzar y recorrer alrededores. Entre otras cosas, queremos ir al pueblito de las artesan?as. DIEGO: Yo tengo un almuerzo familiar, pero me gustar?a invitarte a cenar, hoy en la noche. Ha sido muy grato estar contigo, y me gustar?a compartir m?s. ANTONIA (pensativa): mmmmmm DIEGO: ?Qu? pasa? ANTONIA: Es que es la primera vez que alguien me invita a cenar desde que me separ?, hace un par de meses. Y no es lo mismo que un caf? improvisado. DIEGO: ?Y? ?Hay alg?n problema? ANTONIA: Solo estaba pensando en voz alta. DIEGO: ?Aceptas entonces? ANTONIA: S?. DIEGO: Te voy a buscar a las ocho al hotel. ANTONIA: Me parece perfecto. Te espero a esa hora. Salieron caminando del caf? y se dirigieron al auto de Antonia, puesto que Diego le ofreci? acompa?arla. Llegaron y se despidieron con un abrazo y beso en la mejilla prolongados. Antes de subirse al auto, ella le dio un golpe suave con la palma en el brazo de ?l. DIEGO: ?Ay! ANTONIA (asombrada): ?Qu? te ocurre? ?Te duele algo? No te pegu? fuerte. DIEGO (riendo): Es que ah? recib? uno de los golpes de Samanta. Me hice un moret?n y todav?a me duele. ANTONIA: jajajajajaja. Disculpa, pero me da risa. DIEGO: A m? tambi?n me da risa. Antes de que Antonia se suba al auto, se dan otro beso y abrazo. Ella lo toma de la cabeza y le da un beso en el cachete. ANTONIA Y DIEGO SALEN A COMER De vuelta en el hotel, Antonia le cuenta a Samanta su encuentro con Diego, y que acuerdan salir a cenar en la noche. SAMANTA: Para serte franca no me sorprende, amiga. ANTONIA: ?Por qu?? SAMANTA: Porque vi la forma como se miraban cuando est?bamos reunidos. Se notaba que hab?a atracci?n y simpat?a mutua. ANTONIA: Jajajaja. SAMANTA: Va a querer algo m?s contigo, con un 99% de probabilidad. ANTONIA: Desde luego?. SAMANTA: ?Y qu? piensas? ANTONIA: Bueno, si me preguntas si me gusta, la verdad es que s?, y hoy descubrimos mucha afinidad, y me parece que hay qu?mica. SAMANTA: Entonces ya sabes que hacer. ANTONIA: Siempre nos hemos dicho t? y yo que en la vida hay que arriesgarse. Sin embargo, esto se ve que viene tormentoso, si es que inicio algo con ?l. SAMANTA: ?Por qu? lo dices? ANTONIA: Yo vengo reci?n saliendo de mi separaci?n, y mi ex anda rondando. Diego termin? hace muy poco su compromiso de matrimonio. Y cuando hay historias pasadas muy recientes, las cosas tienden a ponerse complicadas. SAMANTA: No lo hab?a pensado, pero tienes raz?n. ANTONIA: En fin, veremos como se da todo. A las ocho en punto llega Diego a buscar a Antonia. Ella estaba en el lobby del hotel en compa??a de Samanta. ?l saluda a las dos e intercambian un par de chistes. Luego se despiden de Samanta y se van. Llegan a la camioneta. En ese mismo veh?culo estaban ?l y Manuel un par de d?as antes, cuando tuvieron el incidente. Antonia se percata de que es el mismo veh?culo y sonr?e. Diego amablemente le abre la puerta del copiloto para que ella se suba. Apenas parten, Antonia comienza a re?r. Diego la mira extra?ado. Ella lo mira, pero en lugar de decirle el motivo, r?e m?s y m?s, hasta que lo hace en unas grandes carcajadas. ?l se r?e contagiado por ella, pero no comprende el motivo. ANTONIA (baja la intensidad de la carcajada): ?Te das cuenta por qu? me r?o? DIEGO: No del todo? ANTONIA: Porque desde esta camioneta y desde el asiento en el que estoy sentada, Manuel nos llam? ?par de putas? hace un par de d?as. Es toda una iron?a de la vida que yo est? ahora en el mismo asiento y vaya a cenar contigo. DIEGO (riendo): S?, es toda una iron?a. Llegaron al restaurante, el que era de comida t?pica chilena. Antonia pidi? pollo deshuesado con una ensalada con especies que no eran comunes verlas en Santiago donde ella viv?a. Diego por ser hombre y joven, pidi? un buen trozo de carne. Conversaron de diversos temas y en alg?n momento tocaron lo de sus antiguas relaciones de pareja. Antonia, cont? que su ex esposo la maltrataba sicol?gicamente por a?os, hasta que se rebel? y le dijo que se iba a divorciar. Siguieron discutiendo y el ex le mand? un par de golpes, pero ella se defendi? y le dio una merecida paliza. DIEGO: Aparte de que es muy feo pegarles a las mujeres, hay que ser harto huev?n para practicar violencia familiar en contra de ti, o contra Samanta. Lo s? por experiencia. ANTONIA: jajajajaa es verdad. DIEGO: pero siendo tu esposo tendr?a que haber sabido de tus conocimientos de artes marciales. ANTONIA: claro que sab?a, pero le ve?a solo como un deporte. ?l dec?a que de nada servir?a en una pelea de verdad. Lo hac?a como una forma de desmerecerme. O sea al despreciar el karate lo hac?a conmigo. DIEGO: Bueno, est? claro que pudo comprobar que las cosas no son como ?l pensaba. ANTONIA: A una mujer que no tenga fuerza y que sea cintur?n azul o menos, el karate no le sirve de mucho en una pelea real. Pero siendo segundo dan, como lo soy yo, el conocimiento de karate sirve de todas maneras. Y adem?s soy muy fuerte. Ante todo lo dicho por ella, Diego sonr?e. ANTONIA: Cu?ntame algo de ti y de tu ruptura. Es tu turno ya que yo algo te cont?. DIEGO: Fue un romance hermoso en su tiempo, alcanzamos a estar dos a?os. El compromiso fue en los ?ltimos dos meses. Ella es muy dominante y de mal car?cter, y no estoy diciendo que yo siempre sea una taza de leche. Cuando ten?amos que ponernos de acuerdo en todo, tanto en la fiesta como luna de miel y armar nuestra casa empezaron los problemas. Yo no estaba de acuerdo en muchas cosas e insist?a en imponer su punto de vista. ANTONIA: Ya voy viendo. DIEGO: llego un momento en el que no aguant? m?s. Un viaje a Santiago que hice por un par de d?as, sin ella, me sirvi? para pensar. Volv? y le comuniqu? mi decisi?n. ANTONIA: ?Y te arrepientes? DIEGO: No mucho, no te voy a negar que algo la echo de menos, pero estoy mucho mejor sin ella. ANTONIA: ?Y ella como lo tom?? DIEGO: Me dijo que me fuera a la mierda? ANTONIA: jajajaja DIEGO: Yo creo que ella esperaba que sucediera lo de la ruptura. ANTONIA: Por lo que le escuch? a Jessica, no fue sorpresa. DIEGO: Para varios parientes de ella y m?os no fue sorpresa. Sin embargo, a algunas personas de las dos familias, incluyendo a mi ex no les gust? la ruptura por una raz?n. ANTONIA (con curiosidad): ?Cu?l fue esa raz?n? DIEGO: La familia de ella tiene predios con plantaciones frutales de exportaci?n, y la m?a tiene un frigor?fico, y exportamos fruta. As? que nuestro matrimonio iba a facilitar crear un holding de empresas. ANTONIA: Ya entiendo. Iba a ser algo as? como un matrimonio de conveniencia. DIEGO: Algo de eso ten?a. Y una de las cosas que pens? fue que no estaba dispuesto a tener un matrimonio malo, a cambio de un supuesto ?xito de empresas de la familia. Ella sonri? como indicando que le parec?a bien la manera de pensar de ?l, y la decisi?n que hab?a tomado. Diego llevaba el pelo cortado casi al rape. Era lo que estaba de moda para los que ten?an calvicie incipiente. ?l ya la ten?a pese a estar en torno a los 30 a?os. A Antonia eso le agradaba, especialmente porque su padre y hermano ten?an el mismo problema de calvicie y llevaban el mismo ?corte de pelo?. Opt? por dec?rselo a Diego. ANTONIA: ?Sabes, Diego? Mi pap? y mi hermano llevan la cabeza tan rapada como t?, porque son casi pelados. Y me agrada eso. DIEGO: ?Mira eh! ANTONIA: Toda una coincidencia. DIEGO: ?Y les das besos en la cabeza? ANTONIA: jajajaajaa Claro que lo hago, pero no pensaba dec?rtelo. Lo hago bien seguido, con los dos. DIEGO: ?Por qu?? Porque si me lo dec?as, pensabas que yo te iba a pedir lo mismo. ANTONIA: Por eso, justamente. DIEGO: Bueno, no te lo voy a pedir. Pero si lo haces, me va a parecer que est? muy bien. Ni por asomo me voy a molestar. ANTONIA: Ya vengo, voy a al ba?o. ?De verdad quieres un beso en la cabeza? DIEGO: Por supuesto. Ella se pone de pie, lo toma con su mano por el costado de la cabeza y le da un beso en la parte superior, tal como lo hac?a con su padre y hermano DIEGO: mmmm. Gracias. Al rato vuelve del ba?o, y le da a Diego otro beso en la cabeza. ANTONIA: Ah? tienes otro. DIEGO: Gracias otra vez. Ella se sienta DIEGO: Tus manos son bien grandes por lo que veo. ANTONIA: Por supuesto, si soy alta. ?l extiende su mano para que las pongan frente a frente. Ella hace otro tanto, y se tocan de por las palmas. De grosor eran similares, al igual que de ancho, pero de largo la mano de ella superaba en casi dos cent?metros. Luego entrecruzan los dedos y se toman como en una caricia. Diego se cambia de asiento y queda m?s cerca de ella. Le dice que le dejara darle ?l un beso ahora. Ella le pone la mejilla y ?l le da un beso prolongado en el cachete. ANTONIA: ?Eso fue a cambio de los besos en la cabeza? DIEGO: Pues s?. Y creo que te qued? debiendo, por los tuyos fueron dos. ANTONIA (poni?ndole la mejilla): Bueno, dame uno m?s y quedamos a mano. DIEGO: Si te lo doy en la boca, ?vas a usar tu karate? ANTONIA: ?Mira! As? que eso pretendes. DIEGO: Tengo ganas de hacerlo no m?s. ANTONIA: Bueno, solo si lo intentas vas a saber si uso mi karate. DIEGO: Bueno. Mejor ponme la mejilla otra vez. Antonia le hizo caso, poniendo la cara de costado de ?l, como para que ?l la besara en la mejilla. El lo hizo, y luego, sin alejar su boca de la cara de ella, la bes? en los labios. Ella no us? su karate. ANTONIA: Veo que te arriesgaste. DIEGO: Val?a la pena el riesgo, porque la verdad es que me gustas mucho. ANTONIA: ?peladito lindo! Eres muy amoroso. Despu?s de eso se empezaron a besar intensamente. Hab?an tomado la precauci?n de verificar que nadie los pod?a ver en la parte del restaurant en la que estaban. ?l pudo comprobar que la lengua de ella era literalmente muy larga, acorde con su estatura. Eso hac?a que sus besos fueran muy deliciosos y desafiantes. En el trayecto de regreso, se siguieron besando. Diego le dijo que quer?a que hicieran el amor, pero ella dijo que era muy pronto, que posiblemente en el futuro. AL DIA SIGUIENTE Antonia convers? con Samanta todo lo sucedido en la noche anterior. Le cont? que ?l le hab?a pedido tener sexo, pero ella le contest? que prefer?a esperar. SAMANTA: ?Y qu? piensas hacer? ANTONIA (mira la hora): Son las dos de la tarde. Quedamos en que ?l me iba a llamar a las cuatro para vernos. Lo voy a llamar. SAMANTA: jajajajajaja, ?Se acab? tu tiempo de espera? La respuesta de Antonia fue gi?arle el ojo a su amiga. De inmediato toma su celular y llama a Diego. ANTONIA: Hola Diego. DIEGO: Hola hermosa. ANTONIA: ?Te sorprende que te haya llamado yo? DIEGO: S? y a la vez me gusta mucho. ANTONIA: ?Todav?a quieres hacer conmigo lo que me dijiste anoche? DIEGO: Por supuesto que s?. ANTONIA: Bien, hag?moslo entonces. DIEGO: ?Fant?stico! Te puedo ir a buscar a eso de las cuatro y nos vamos a una casa que tenemos en un fundo. Ah? hay privacidad. As? lo hicieron. Eso fue el inicio de su romance, el que tendr?a muchas complicaciones. Pero eso es otra historia