Ravager contra Red Tomo prestados los protagonistas de esa historia. Red (no Red Sonja) es la criatura de Pumpmonger (http://pumpmonger.deviantart.com/gallery/12671809#/d2b81s8). El dibujo que la acompa�a pertenece a Jebriodo, uno de los mejores artistas del m�s bello ser de la creaci�n: la mujer fuerte y musculosa. Ravager En espa�ol: Devastador contra Red Acecho El Devastador al acecho. Enorme poder�o de potencia destructora en las gigantescas zarpas y los grandes colmillos de sus enormes quijadas. Sentidos agudos, 800kilos de puro m�sculo, agilidad, rapidez, precisi�n. Una imparable m�quina de cazar. El Devastador siente algo de apetito, no mucho. Pero si muchas ganas de cazar, escoger la presa, acecharla, lanzar un ataque demoledor mientras los esfuerzos bald�os y los gritos de terror in�tiles sirven de acicate para una buena pitanza. Un humano puede servir de maravilla. No es duro como un b�falo, ni resistente como un elefante, ni su piel tan inpenetrable como la de un cocodrilo, pero su carne es tan suculenta!. El devastador ha escogido men� y a falta de una divertida pelea, puede que baste un apetitoso �gape. Una solitaria figura que parece humana avanza por la sabana. Vale la pena acercarse. Se trata de un ejemplar nada com�n, una hembra sin duda, pero su piel, coloreada por el sol es mucho m�s clara que la de los habitantes de la regi�n. Y su hermoso pelo reluce especialmente, rojo y brillante como el sol del crep�sculo. Camina con suavidad, pero su paso es poderoso y firme. Devastador se relame de satisfacci�n. Ha muerto miles de animales a lo largo de su vida, de muy distintas especies y tama�os, sabe muy bien distinguir las cualidades de un ser vivo. La mujer parece fuerte, muy fuerte. Mejor, un peque�o combate antes de la comida servir� de distracci�n y puede que ayude a despertar las ansias de comer. Devastador percibe que ha tenido mucha suerte. Red se acerca en busca del terrible le�n gigante que siembra el horror y la desolaci�n. Est� claro que la muerte es para �l un juego, no le basta una vaca para comer y prefiere masacrar el reba�o entero. No devora un hombre despistado, mejor acaba con la familia entera. Su misi�n es clara, encontrar el asesino de la melena y liquidarlo para siempre. Encuentro El ardiente sol de ��frica se abate sobre una hermosa hija del Eire, que a�orando las h�medas frescuras de la patria viste una m�nima tela con la in�til esperanza de sosegar el calor, lo que facilita la manifestaci�n un su cuerpo sorprendente. Sabe que la fiera no puede estar lejos, y espera que las historias sobre el gigantesco tama�o del felino sean mayormente fantas�as de los lugare�os, aunque conf�a en sus fuerzas sabe que no es inmortal. Devastador nunca ataca por sorpresa. Cuando ha alcanzado una proximidad que asegure la imposibilidad de huida de su presa, lanza terribles rugidos para manifestar su presencia, y para gozar del placer de percibir el pavor m�s absoluto en la v�ctima. Ante Red, a unos veinte metros, aparece Devastador. Un rugido espantoso provoca el vuelo, presas del p�nico a miles de aves a much�simos metros a la redonda. Red queda at�nita ante el gato, cuyo tama�o supera las expectativas m�s funestas. Red ha luchado y vencido a diversas fieras, pero nunca ha tenido que medir sus fuerzas ante un instrumento de muerte tan enorme y poderoso como Devastador. En posici�n defensiva, espera el ataque. Su concentraci�n es m�xima, sus hermosos ojos de un profundo verde azulado se clavan fijos en el gigante de largos colmillos y musculoso cuerpo, escrutando sus movimientos, abiertos para no perder ni una mil�sima fatal en un combate tit�nico. Los m�sculos, tensos, se endurecen incontenibles con la tensi�n: "Ah� te espero, gato malo!" Lucha Devastador, con sus amarillentos ojos fijos en los de la mujer, se desliza suavemente hacia ella. Ciertamente la ve fuerte, muy fuerte. Percibe muy d�bilmente una sensaci�n inquietante. Una sensaci�n nueva para �l que les previene ante un enemigo quiz�s demasiado poderoso. Bah! No puede ser!, ser� una humana fuerte, pero otras bestias much�simo mayores no le han significado apenas un obst�culo para �l, tambi�n ella caer� ... o quiz�s no. Devastador decide acabar cuanto antes. Con un rugido siniestro se agazapa ante Red y lanza decididamente el ataque mortal. Desplegadas las inmensas zarpas de u�as afiladas como navajas y tan duras como el acero salta sobre la mujer con el prop�sito de destrozarla a zarpazos. Acontece algo desconocido para Devastador, la colorada y pecosa piel de Red es suave aterciopelada, nulo obst�culo para una u�as poderosas. Pero bajo ella Devastador nota una sensaci�n que sugiere lo que sentir�a si prendiera cortar el granito a zarpazos. Una masa de poderosa reciedumbre muscular, de dureza desconocida y fuerza insospechada impide que las heridas profundicen demasiado. La roja sangre mana abundantemente por los cortes, pero la musculaci�n inenarrable de la muchacha es capaz de resistir inc�lume la furia de la bestia. Red siente dolor, un dolor intenso y atenazante. Pero el sufrimiento no la detiene. M�s a�n, le estimula y multiplica la fuerza. Gran cantidad de adrenalina fluye por su cuerpo de amazona haci�ndole sentir que el poder del universo corre por sus venas. Las fibras de puro acero org�nico de su portentosa muscularidad parecen desbordar un incontenible empuje. Desaparecido el sost�n por la brusquedad de los movimientos, los enormes senos cimbrean su redonda hermosura en un acompasado vaiv�n de sensual belleza en la que las rosadas aureolas rodean unos pezones poderosos y tersos que despliegan al sol sin ataduras su desafiante tersura. Los b�ceps parecen crecer como monta�as y los antebrazos ya son s�lo un amasijo de ilimitado poder�o muscular por el que bulle inconcebiblemente la energ�a sin descanso. Clavadas inconteniblemente en el suelo, las poderosas piernas describen en su abultada inmensidad unos muslos cuya redonda complexi�n parece ceder ante el gigantesco empuje muscular. Una cintura esbelta compone a la perfecci�n la bella estampa que una redondeadas caderas de femenino poder que complementan la paradis�aca perfecci�n de un cuerpo de anchos hombros con unos deltoides que abultan como balones de futbol aunque son inconcebiblemente m�s duros. Red ha aguantado el asalto. Devastador se siente rabioso por el escaso �xito del ataque, de modo que repite el intento, dispuesto en esta ocasi�n a clavar sus colmillos en el cuello de la extra�a e inconcebible mujer. �l ha conseguido tumbar grandes m�sculos cafre de un solo zarpazo. Ha atravesado la piel m�s gruesa del mayor cocodrilo, e incluso ha sido capaz, m�s de una vez, de triturar la cerviz de un enorme elefante macho. La humana no podr� superar ese segundo y definitivo ataque. Es muy fuerte, pero la fuerza de las mand�bulas del felino superar�, como siempre lo han hecho, cualquier obst�culo. No esta vez. Las manos de Red han conseguido asir las quijadas. Devastador pretende cerrar las fauces sobre ella con todas sus fuerzas, mientras las zarpas hienden una y otra vez el hermoso rostro de la mujer irlandesa. Pero Red, fuertemente cerrados los dientes en poderosa determinaci�n, sacude violentamente el cuerpo del gran gato que no puede evitar ser volteado como si sus 800kilos no significaran m�s que un peque�o bicho de peluche. Las mand�bulas no pueden descargar su mortal mordisco. Unas manos de inmenso poder lo impiden. Por un instante, el gato y la mujer parecen empatar. Pero ella es mas poderosa, y mientras los pechazos se cimbrean incontenibles y las venas fluyen su poderoso elixir haciendo que los m�sculos destaquen con rotundidad su poderosa reciedumbre, desde los hombros hasta los brazos, desde los pectorales hasta los marcados ladrillos abdominales, Red se sit�a sobre el monstruo. Los zarpazos parecen ahora rid�culos, y ella, con un grito de incontenible poder, desgarra completamente la mand�bula de la bestia asesina. Con tanta fuerza que casi la arranca completamente de la cabeza, una cabeza que l�nguidamente se derrumba, irremediablemente, ya sin vida. By Cyrus Map PAGE 4