RAQUEL Y CRISTINA, DOS HERMANAS - PARTE 2 Por Esper, esper_cl@yahoo.es Recordaremos que Raquel y Cristina son hermanas de padre. En la Parte 1 se relataron vivencias de Raquel, la hermana mayor y en esta Parte2 nos centraremos en Cristina. Ha sido escrita para que se pueda leer sin necesidad de haber le?do la Parte anterior. *** Cristina siempre fue alegre, buena para decir y hacer cosas c?micas, que hacen re?r a todos los que la rodean. Su nariz respingada y pelo casta?o oscuro muy largo y lacio acent?an su manera de ser. Con su 1,71 y sus m?s de 80 kilos de peso, primordialmente de m?sculos, a algunos les llama la atenci?n el contraste entre su personalidad y su cuerpo. De hecho pesa m?s que su hermana Raquel quien es 12 cent?metros m?s alta y de contextura fuerte. Su cuerpo grueso y de espaldas anchas es el resultado por una parte de la gen?tica, pues su padre es as?, y por otra por haber practicado nataci?n desde muy ni?a. Posteriormente, y asesorada por m?dicos y especialistas, comenz? a hacer ejercicios de pesas en el gimnasio. Al mismo tiempo, ella y su hermana estudiaron artes marciales. Dentro de su car?cter alegre, a Cristina siempre le gust? el baile, para lo cual result? muy buena. Sus preferidos eran el rock and roll, el break dance, la salsa y otros ritmos cubanos. Vio muchos videos en los cuales el hombre cargaba a la mujer en algunas partes de las piezas de baile. Dado que era muy fuerte se le ocurri? hacer lo mismo al bailar, con la diferencia que era ella quien cargaba al hombre. Ensay? esas rutinas con compa?eros de colegio que pesaban alrededor de 70 kilos. Esos bailes los practicaba solo en presencia de personas de confianza, quienes re?an con ganas y la aplaud?an. M?s de alg?n cercano le aconsej? que esas cargadas de compa?eros de baile no las hiciera en lugares los que hab?a mucha gente. SU REENCUENTRO CON ALFONSO Alfonso es un hijo de amigos de su padre, con quien se ve?a cuando era ni?a. ?l es tres a?os mayor que ella, o sea aproximadamente de la edad de su hermana Raquel. De ni?o ?l era invitado a los cumplea?os de ellas y ?l tambi?n las invitaba. Cuando Alfonso ten?a 12 a?os y Cristina 9, ella vio como hicieron un campeonato de vencidas con amigos. Era la primera vez que ve?a de cerca ese tipo de competencia. ?l result? el ganador y ella quiso saber c?mo eran las vencidas. Ya llevaba un par de a?os estudiando karate y estaba desarrollando fuerza. Le dijo a su amigo que quer?a competir con ?l, y ?ste acept?. ?l result? vencedor pero dijo que se ver?a sorprendido con la fuerza que ten?a la ni?a. ?Creo que le habr?as ganado a m?s de alguno de mis amigos?, dijo. El reencuentro se produjo cuando Cristina entr? a la universidad, a los 18 a?os. Result? que Alfonso estudiaba en el mismo campus, aunque distinta carrera. Ella ingres? a estudiar Administraci?n P?blica cuando ?l ya estaba en cuarto a?o de ingenier?a matem?tica. Se ubicaron y de alguna forma retomaron la amistad. A veces se juntaban a almorzar o a tomar algo en una de las cafeter?as de la universidad. Ese mismo a?o Cristina lo invit? a su cumplea?os, al que ?l lleg? acompa?ado con una chica, que era su pareja ese momento. Ella tambi?n ten?a su novio. En el segundo a?o de universidad, cuando ella ten?a 19 a?os, tuvo algunas dificultades en el ramo de matem?ticas avanzadas. Como era natural, acudi? a Alfonso para que la ayudara. Acordaron juntarse en la casa de ella a partir de las 3 de la tarde, para que ?l le ense?ara. Fue un d?a jueves, el que recodar?an siempre. Para entonces, ambos hab?an roto sus respectivos romances. En las dos primeras horas estuvieron bien concentrados en el estudio. Fue bastante provechoso pues ella aprendi? r?pido y aclar? muchas dudas. Descansaron y luego estudiaron una hora m?s. En un momento lleg? la mam? de Cristina de vuelta de su trabajo, quien los salud?, les habl? un par de cosas y se fue a su dormitorio. Era octubre y el tiempo ya estaba c?lido en Santiago. Cristina estaba con un vestido de mezclilla sin mangas, sobre el cual se pon?a un su?ter delgado. A ratos se lo hab?a sacado permitiendo que se vieran sus hombros y brazos en directos, bastante prominentes. Esas partes del cuerpo no las mostraba, salvo cuando estaba con personas cercanas, y Alfonso lo era. ?l de todas manera hab?a notado las grandes dimensiones de su amiga, quien, a sus 19 a?os, ya mostraba una s?lida musculatura. ALFONSO: Eres grande y musculosa. Y ya de ni?a se ve?a que ibas a ser as?. CRISTINA: As? es. Siempre he hecho ejercicios. ALFONSO: ?te acuerdas de esa vez que hiciste vencidas conmigo? CRISTINA: jajajajajajjajaa. Claro que me acuerdo. ALFONSO: Y me sorprendi? la fuerza que ten?as, siendo tan chica. CRISTINA: ?Quieres que las hagamos de nuevo ahora? ALFONSO: mmmmm CRISTINA: ?qu? significa ese ?mmmmm?? ALFONSO: que estaba pensando. CRISTINA: Hag?moslas. Es un juego, al igual que hace 10 a?os. Ella se sac? el su?ter, y qued? con los brazos y hombros descubiertos. ALFONSO: Es impresionante tu anatom?a, creo que se me viene dif?cil. ?Cu?nto pesas? CRISTINA: 82 kilos ALFONSO: yo peso menos y soy m?s alto que t?. Mido 1,80. CRISTINA : Mi hermana Raquel pesa menos que yo y es 12 cent?metros m?s alta. Se pusieron en posici?n de vencidas e iniciaron el forcejeo. ?l hac?a fuerza, avanzaba un poco. Ella resist?a y volv?a a la posici?n original. Entre tanto le daba risa, lo que a ?l contagiaba. As? estuvieron tres minutos, hasta que finalmente fue ?l quien cedi?. ALFONSO: me ganaste por cansancio. Fueron varios minutos los que estuvimos forcejeando. CRISTINA: S?, as? fue. Yo resist? m?s que t?. ALFONSO: ?Crees que me puedas ganar m?s r?pido? CRISTINA: Probemos con la izquierda. Lo hicieron y Cristina en un santiam?n le dobl? el brazo. Qued? claro que no solo podr?a ganar por resistencia en tiempo sino que por fuerza. Los dos amigos se siguieron viendo frecuentemente, por la supuesta ayuda que ?l le iba a proporcionar en el ramo de matem?ticas avanzadas. En realidad Alfonso le sigui? dando clases, pero ambos se deban cuenta de que ten?an ganas de verse el uno al otro. ALFONSO VA NUEVAMENTE A HACERLE CLASES A CRISTINA La pr?xima vez se juntaron en la casa de ella despu?s de almuerzo como era costumbre. Al llegar recorri? el ante jard?n y entr? a la casa la que estaba sola para los dos. Al entrar ella lo estaba esperando. Alfonso le dio un beso en la mejilla y ella lo abraz? por la cintura con fuerza, rode?ndolo. Para sorpresa y agrado de ?l, Cristina no lo soltaba. ALFONSO (en tono c?lido): ?Qu? me est?s haciendo? ?Es un abrazo de oso, o qu?? CRISTINA (riendo): Solo quiero abrazarte. Intenta soltarte. ALFONSO: Veamos. ?l intent? separarse tom?ndole los brazos con los suyos. Por m?s que presion?, no logr? soltarse. La descomunal fuerza de ella no lo permiti?. ALFONSO: Uf. Una vez m?s compruebo tu fuerza. Es realmente asombrosa. Ella segu?a riendo y lo manten?a as?. ALFONSO: Bueno me tienes secuestrado. ?Qu? debo hacer para que me sueltes? CRISTINA: me tienes que dar un beso Ella se puso la cara levemente de lado para que le diera un beso en la mejilla. Sin embargo, Alfonso todo suelto le dio un beso en la boca. CRISTINA (sorprendida, algo sonriente): Oyeeeeeeeeeeeeee. ALFONSO: Bueno, me pediste un beso. No reclames. CRISTINA (entre risas): Pero no te dije en la boca. ?Fresco! ALFONSO: Bueno, no especificaste. No s? cu?l es el problema. CRISTINA: Es que no me pediste permiso. ALFONSO: Bueno, ?me das permiso para darte un beso en la boca? CRISTINA (segu?a riendo): ?Me pides permiso por el que me diste o porque me quieres dar m?s besos en la boca? ALFONSO: Las dos cosas. Ella lo volvi? a abrazar con fuerza y le puso la cara con lo que Alfonso la bes? en la boca. El beso siguiente se lo dio ella a ?l en la boca, las abrieron y se besaron apasionadamente. Ella entonces lo tom? por los hombros y cuello para comenzar a acariciarlo. ?l la tom? por la cintura por detr?s. Se segu?an besando y el baj? las manos y le tom? las nalgas y se las apret? con fuerza. Ella lanz? un sonido como de agrado, d?ndole a entender que se estaba excitando. En medio de los besos, cuando Alfonso la apretaba, ella pudo sentir el bulto debajo del pantal?n de ?l que crec?a y se pon?a tieso. Le baj? la mano y se lo agarr? por encima de la ropa. CRISTINA: ?Y eso? ?Est?s caliente conmigo? ALFONSO (con iron?a): No. No s? c?mo se te puede ocurrir algo as?. Ambos rieron con ganas. CRISTINA: Vamos, te lo voy a chupar. ALFONSO: Mejor hagamos el amor, y as? disfrutamos igual. CRISTINA: ?Tienes condones? ALFONSO: S?. Abri? su billetera y de ah? sac? unos condones que estaban en su delgado envase de pl?stico. CRISTINA: Excelente? ALFONSO: ?A qu? horas llegan tus padres? CRISTINA: Faltan por lo menos dos horas para que lleguen. Ella entonces lo tom? en brazos, como novia , lo carg? y lo llev? a su dormitorio. Lo tir? sobre la cama. Se desnudaron. ?l qued? boca arriba con el pene apuntando al cielo. Se puso el cond?n y ella se subi? dejando que el pene entrara en la vagina. Comenzaron a retozar. Fue ella quien experiment? un orgasmo. Repitieron la experiencia dos veces. Eso signific? que Cristina tuvo dos orgasmos m?s. Alfonso no lleg? a tenerlos, lo que se explicaba por el uso del cond?n. Cristina le ofreci? nuevamente chup?rselo, cosa que hizo. El semen lo derram? sobre una toalla que luego escondi? para que no la fuera a ver su mam?. Finalmente no estudiaron matem?ticas. Se vistieron y volvieron al comedor a tomar t?. Ya eran las 6 de la tarde. Se segu?an besando repetidamente. CRISTINA: quiero hacerte una pregunta, que espero que me contestes con toda sinceridad. ALFONSO: S?, claro. CRISTINA: ?Por qu? llegaste a mi casa con condones? ALFONSO: Porque los compr? antes de venir, ya que me pides una respuesta sincera. CRISTINA: ?O sea que ten?as planificado tener que usarlos conmigo? ALFONSO: No nos enga?emos. Nos est?bamos gustando hace un tiempo y atray?ndonos. Creo que la qu?mica ya se hab?a despertado. Entonces para m? era una posibilidad que se diera que hici?ramos el amor. Y cr?eme que ten?a deseos de hacerlo CRISTINA: S?, es como dices. Los deseos tambi?n me vinieron a m?. ALFONSO: Quiero que nos sigamos viendo como pareja, y que nos presentemos como tales. CRISTINA: ?Te me est?s declarando, pidi?ndome que seamos novios? ALFONSO: As? es, ?qu? dices? CRISTINA: Que s?, somos novios. Se volvieron a besar. A los pocos minutos son? el timbre. Cristina se asom? a la ventana y vio que era su hermana Raquel quien ven?a. CRISTINA: Es Raquel. Menos mal que no vino hace un rato cuando est?bamos de lo mejor. ALFONSO (riendo): Si, menos mal. Entra Raquel y saluda c?lidamente a Alfonso, a quien conoc?a desde que eran ni?os. Ella sab?a que ?l le estaba haciendo clases de matem?ticas a Cristina. RAQUEL: Hola profe de matem?ticas. CRISTINA: ?l no est? como profesor de matem?tica ahora. RAQUEL: Bueno, da lo mismo igual son amigos. CRISTINA: Somos novios. La hermana mayor puso una cara de quedar estupefacta. Los mir? alternadamente sin decir palabra. RAQUEL: ?qu?eeeeeeeeeeeeeeeeeee? ALFONSO: S?, somos novios. Entonces Cristina se acerca ?l y le da un beso en la boca. RAQUEL: Realmente me dejan asombrada, jam?s me lo habr?a esperado. ALFONSO: La vida siempre da sorpresas. CRISTINA: Pero no te preocupes, hermana m?a, me voy a mantener virgen. Tanto Raquel como Alfonso estallan en una carcajada. Lo que suced?a es que Raquel siempre quiso proteger a Cristina, y a veces tomaba el rol de hermana mayor que la aconsejaba. Cuando Cristina ten?a 16 a?os Raquel la quiso aconsejar acerca de c?mo enfrentar la primera relaci?n sexual. Esa vez Raquel se qued? de una pieza cuando Cristina le dijo ?gracias por tu preocupaci?n hermana querida, pero hace tres meses que perd? la virginidad?. Desde entonces Cristina hac?a bromas con su hermana sobre el tema. RAQUEL: jajajajjajajajaa no tienes arreglo Cristina. No s? qu? hice para tener una hermana como t?. CRISTINA: Bueno, eres muy buena, as? que fuiste premiada con una hermana como yo. Alfonso: As? es. Cristina es todo un premio. RAQUEL: Bueno Alfonso, te conozco bastante, al igual que a tu familia. Y pienso que Cristina ha elegido bien, aunque no acostumbra a consultarme antes de elegir algo. Alfonso: Gracias Raquel. CRISTINA VIVE UN CASO DE VIOLENCIA En la universidad en la que estudiaba Cristina, el a?o estaba convulsionado por movilizaciones estudiantiles. Hab?an habido paros y tomas de sedes para presionar a la autoridad. Los estudiantes estaban divididos y las votaciones por decidir si segu?an las clases o se iba a paro eran muy estrechas. Hab?a un compa?ero llamado Claudio que era conocido por la postura de no adherirse a los paros. Cuando estos ocurr?an se comunicaba con los profesores para avanzar en los estudios. Era conocido por sus opiniones en las asambleas. Hab?a tenido discusiones bastante ?cidas con dirigentes que estaban a favor de los paros, pero nunca llegaron a ser enemigos, y conviv?an como compa?eros que eran. La postura de Cristina no era tan radical como la de Claudio o sus adversarios, pero m?s cercana a la de su compa?ero. En un par de votaciones apoy? los paros, pero la mayor?a de las veces escog?a seguir en clases. Un d?a en el que las clases estaban normales, en un parque cercano a la universidad Cristina vio a unos alumnos discutir en voz alta y bastante alterados. Uno de ellos era Claudio. Otro era un compa?ero del centro de alumnos que no era dirigente, pero que siempre estaba en paros y tomas de sede. Su nombre era M?ximo. Al tercero no lo conoc?a, por lo que con toda seguridad no era de la facultad. La escena no era del todo extra?a para ella, puesto que hab?a visto a muchos increpar a Claudio. Lo que no le pareci? correcto fue que le estaban dando empujones a Claudio y el tercero le dio una bofetada. Eso la molest? y la llev? a intervenir. Sab?a que Claudio era muy provocador con el lenguaje, pero siendo su amigo, ten?a que defenderlo. CRISTINA: ?Qu? pasa ac?? M?XIMO: Algo que no es de tu incumbencia. CLAUDIO: Mejor dejemos todo hasta ac?, y que cada uno se vaya a donde tiene que ir. EL TERCERO: T? no creas que todo se va a terminar porque tu amiga te vino a salvar. CRISTINA (dirigi?ndose al tercero): ?Salvar de qu?? EL TERCERO: T? l?rgate ni?a insolente. Ac? nada tienes que hacer. CRISTINA: Muy bien. Me voy con Claudio. M?XIMO: Claudio no se va. T? te vas. CLAUDIO: Me voy con Cristina, y hagamos cuenta que esto no ha ocurrido. Es lo mejor. M?XIMO (con un tono ir?nico agresivo): S? ha ocurrido, y hay que terminarlo. Entonces le da un empuj?n a Claudio que se ve obligado a retroceder medio metro. Luego M?ximo estira la hacia atr?s la mano empu?ada como para dar le un golpe a Claudio. Cristina reacciona, toma por la mu?eca a M?ximo. Con la otra mano lo sujeta por el codo lo dobla y lo empuja con fuerza de modo que cae al suelo. Lo mantiene tomado por el brazo, se lo tuerce y lo inmoviliza. El chico grita por el dolor. A continuaci?n Cristina percibe por el rabillo del ojo que el otro chico se le acercaba y ve que una mano se preparaba para alguna acci?n. Suelta a M?ximo y de lado sin mirar al tercero le manda un golpe con el canto de su mano empu?ada que al tipo le da en el pecho cerca del abdomen. El chico lanza un grito de dolor y se agacha levemente, lo suficiente para que Cristina le mandara un fuerte golpe con los nudillos en la cabeza, que en Chile se conoce como ?coscacho?. El desconocido grita y se soba la cabeza que le qued? muy adolorida. Fue tanto el dolor que lo dej? sin poder seguir la pelea. En ese momento llegaron m?s compa?eros quienes hab?an visto la ?ltima parte de lo sucedido. Uno de ellos, llamado Giorgio, era vicepresidente del centro de alumnos. Vio lo ocurrido y le dio la raz?n a Claudio. Ello fue a pesar de que eran muy distintos en cuanto a ideas pol?ticas,. Tambi?n le dio el apoyo a Cristina, adem?s de haberse sorprendido por su habilidad para pelear, que le hab?a permitido poder con dos tipos a la vez. GIORGIO: En realidad no vinimos a salvarlos a ustedes, Claudio y Cristina. M?s bien hemos salvado a los otros dos de la golpiza que le estaba dando Cristina. Los dos r?en. M?ximo y el tercero se estaban poniendo de pie adoloridos. GIORGIO: Nos has dejado impresionados Cristina. ?Eres karateca o algo as?? CRISTINA: Algo as?. jejejeje Ella hab?a retomado su estilo habitual alegre y bromista. GIORGIO (dirigi?ndose a M?ximo): Estuvo muy mal lo que hiciste, M?XIMO: T? no tienes todos los antecedentes. No sabes de qu? hablas. GIORGIO: Esto se va a tratar a nivel de centro de alumnos y de tu partido. Espero que se tome una decisi?n contigo. Ah? puedes hacer los descargos. M?XIMO: Bueno, que tambi?n se traten las provocaciones y agresiones verbales de Claudio. En eso el tercero se dispuso a irse. GIORGIO: Y t?. ?Qu? haces? No te vayas a?n. Tienes que respondernos algunas preguntas. CLAUDIO: Que Cristina lo interrogue. Eso que dijo caus? una risotada general. Incluso M?ximo lleg? a sonre?r. CLAUDIO (dirigi?ndose al Giorgio): Yo lo he visto en el campus. Creo que estudia inform?tica. Uno de los del grupo de Giorgio con su celular se le tom? una foto al tercero. Cuando este se da cuenta, reacciona indignado, y comienza a exigir que le pasen el celular para borrarla. GIORGIO: No est?s en condiciones de exigir. El tercero se abalanza sobre el de la foto y Giorgio con dos m?s lo contienen. Cristina solo observaba. El de la foto dice ?listo, ya se las mand? por mail?. GIORGIO (al tercero): ?C?mo te llamas y qu? estudias? Lo vamos averiguar de todas maneras. EL TERCERO: Aver?gualo. Yo no tengo porqu? someterme a tus interrogatorios. CRISTINA: Bueno, yo me retiro. Claudio, si quieres nos vamos juntos. EL TERCERO (se dirige a Cristina): T? no creas que porque me diste un par de golpes me venciste. GIORGIO (molesto y objetando al tercero): Epaaaaaa CRISTINA (al tercero): ?Me est?s amenazando? EL TERCERO: Solo te digo que no trates de enfrentarte conmigo otra vez. CRISTINA (con una sonrisa): Muy bien, no lo har?, Con seguridad el tipo buscaba una salida digna a la paliza que hab?a recibido de Cristina, quien con solo dos golpes lo detuvo y no pudo seguir peleando por no estar en condiciones. Ella quiso darle esa salida, especialmente porque no quer?a que hubiera nuevos enfrentamientos. La pelea fue todo un comentario ese a?o. Cristina se hizo famosa en la facultad por ello, lo cual no le agrad? del todo. M?ximo y el tercero fueron sancionados por sus propios pol?ticos. HECHOS POSTERIORES A fin de a?o Cristina decidi? cambiarse de universidad, aunque seguir?a estudiando administraci?n p?blica, puesto que le gustaba, y no quer?a perder lo avanzado. La principal raz?n fue que le desagradaba perder clases con tanto paro. Not? que su aprendizaje y formaci?n se estaban perjudicando. La otra raz?n que tuvo fue el que le incomodaba que se hubiera hecho famosa por haber derrotado a dos tipos a la vez en una pelea. Hab?a ocurrido varias veces que cuando ella aparec?a en cualquier lugar de la facultad algunos cuchicheaban y seguramente hablaba del hecho. Las artes marciales y los ejercicios los sigui? practicando, siendo cada vez m?s fuerte. La relaci?n con Alfonso durar?a al menos dos a?os m?s.