Pigarzos 4: La fábrica por dentro By Dan the diverman dmmbsr@gmail.com De como descubro la musculatura de todas las habitantes. Me despierta un movimiento brusco, veo el sol entrando por la ventana miro a mi lado y veo a María con la cara descompuesta “mi madre no debe verme aquí, seguro que ya sabe que he pasado la noche contigo, ¡me va a matar!", está buscando su ropa, la intento calmar “no te podría matar aunque quisiese, seguro que eres mucho más fuerte que ella, pero no te preocupes, estoy convencido que tu madre no va a tener ningún problema con que hayas pasado la noche conmigo". Me mira aterrorizada, “no lo comprendes, en mi familia somos muy conservadores, una vez Inma se acostó con un chico y el castigo le duró dos años, al final se tuvieron que casar”, yo se que su madre quería que esto pasase, pero no se lo puedo decir, le digo que voy a salir, con mi pijama a mirar si hay alguien, y así le podré dar instrucciones; hago lo propio, salgo al pasillo y no escucho ni un ruido, me acerco a la cocina y veo a Lola preparando el desayuno, la saludo, me devuelve el saludo, y le digo que me voy a duchar, que en cinco minutos regreso, cierro la puerta y le hago indicaciones desde allí a María para que salga, pasa volando, y regreso a mi cuarto, busco cualquier rastro que haya podido dejar María en mi habitación, no quiero que se busque problemas con su madre. No encuentro nada, así que me ducho tranquilamente, me visto y salgo a desayunar, en la mesa están todos, María está radiante, cuando me ve, me sonríe tímidamente, Irene nos mira con curiosidad, busca confirmar lo que sospecha, pero no le brindamos más pistas, los dos disimulamos, apenas comentamos nada. Terminamos de desayunar y las acompaño al trabajo, de camino por las calles nos separamos un poco Maria y yo, Inma se encarga de que Irene no nos moleste, aprovecho la intimidad y lanzo mi brazo sobre su hombro, la mano acaricia su brazo, agarra el tríceps, acaricio su bíceps, ella juega conmigo, lo tensa, el silencio es nuestro lenguaje, mira de reojo mi entrepierna, tan sólo para confirmar lo evidente, va riéndose; me encanta que esté disfrutando tanto de este juego. Llegamos a la fábrica, nos escondemos tras un árbol, me agarra con fuerza y levantandome un palmo del suelome gira y me da un beso, vuelca toda su pasión en ese beso, es casi violento. Agarro con fuerza el brazo que me sostiene, está duro como una roca, su pequeña demostración me excita hasta el orgasmo, nos fundimos en el beso, nos olvidamos del entorno, nos preocupa poco que nos puedan descubrir, quiero pasar con María cada uno de los minutos de cada día de mi vida. Continúa mi magreo un buen rato, pierdo la noción del tiempo, pasado un buen rato, me deja sobre el suelo, miro alrededor y ya no hay nadie, hemos debido estar besándonos mucho tiempo, y mientras tanto Maria me ha estado sujetando con un solo brazo, su fuerza es espectacular. Veo como sin mediar palabra empieza a alejarse hacia la fábrica, la paro, le ruego que no vaya a trabajar. Me mira con ternura "pediré la tarde, pero no puedo dejar de ir sin avisar con anterioridad", refunfuñando acepto lo que sugiere. Como no tengo nada que hacer, intentaré continuar con mi visita a la fábrica; accedo al edificio administrativo y subo al despacho de dirección. Al igual que ayer me recibe el recepcionista, e inmediatamente se levanta y me invita a seguirle al despacho, accedemos tras golpear la puerta, y la escena de ayer se repite, espero a que el director termine su trabajo "buenos días, me alegró que hayas regresado, ¿has pensado sobre lo que hablamos ayer?, ¿tienes dudas?, me alegra que vengas hoy, así te podré enseñar parte de las pruebas que les hacemos a las trabajadoras y también podremos ver la escuela, estoy seguro que te va a encantar" de repente el plan parece irresistible "creo que disfrutaré de mi estancia aquí", se levanta y salimos del despacho "como te dije ayer, dentro de nuestra experimentación debemos mantener un control sobre la evolución de nuestras trabajadoras, cada quince días pasa cada chica por el servicio médico, hoy haremos las pruebas a 4 chicas, y aunque no las conoces, creo que te puede gustar, además así conocerás un poco mejor a las extraordinarias habitantes de este asombroso pueblo" lo sigo ansioso, yo mismo me he sometido a las pruebas médicas laborales anuales, pero mi trabajo, al tratarse de algo bastante sedentario, además de un análisis de sangre, me miraban el oído, la vista, electrocardiograma, y poco más, estas chicas, que sobre todo trabajaban con sus cuerpos cargando grandes pesos, buscarán otros marcadores. Bajamos hasta la planta baja, lo sigo por media fábrica, me distraigo cada vez que veo a una trabajadora, todas ellas concentradas en su trabajo, todas ellas cargando algo, sin la menor sensación de que ejerzan fuerza. Por fin llegamos a una puerta etiquetada con una cruz verde y la palabra enfermería, accedemos y veo una sala bien iluminada, hay cuatro chicas que visten un pantalón corto y una camiseta, sus cuerpos son las de unas deportistas de alto nivel, quizás la de atletas de heptatlon, están en reposo, esperando que comiencen las pruebas, sus musculaturas ahora relajadas, denotan una definición prodigiosa, me excito mucho, si exceptuó lo que pasó anoche, nunca había tenido delante una sola chica con un cuerpo así, mucho menos cuatro. Cada una de ellas podría meterme en un problema, el director me presenta a las cuatro, y ellas, en su candidez característica me sonríen, cada una de ellas es encantadora, se acerca una enfermera, con un cuerpo similar al de las trabajadoras que se van a examinar, evidentemente se trata de una vecina, llama a una de las chicas y la sigue, al levantarse de la silla sus muslos se excitan sus músculos reaccionan enérgicamente se definen los cuadriceps, el vasto externo lucha con el vasto interno por un hueco, el espectáculo es hipnótico, veo como se aleja y sus gemelos saltan a cada paso, cuando desaparece en la oscuridad del pasillo vuelvo en mi, para darme cuenta de que todos me miran, las tres chicas restantes se ríen, mientras el director levanta una ceja en señal de complicidad, escucho como una de las chicas le comenta a otra algo de María, me acerco y venzo mi timidez para dirigirme a la que posiblemente sea la segunda chica más atractiva que haya podido ver nunca, me fijo en sus brazos, son gigantescos, sin llegar al tamaño de María, pero pocos brazos serán como los suyos, la chica me mira, y viendo como miro descaradamente su brazo, lo flexiona un poco, su bíceps salta mientras se ríe, “ya nos dijo María que te llamaban la atención los músculos que tenemos, pero no exageró con tu aspecto cuando nos dijo que eras muy guapo”, mientras me sonrojo por el piropo noto como me excito, ella no cesa con su flexión del brazo, escucho como el Director me llama, me giro y lo veo con una sonrisa amplia, me indica que le siga. Accedemos a un cuarto oscuro con un cristal que abre a una sala vacía, donde hay una cinta para correr; además de la ventana hay un micrófono y unos monitores con tablas y gráficas, me indica que me siente en una de las sillas “ahora comienza la prueba física, has de saber que María es mucho más fuerte que estas chicas que nos visitan hoy, y ya has visto como son; debes tener en cuenta que todas ellas son muy cándidas, muy buenas, hay que tenerlo en cuenta porque es fácil hacerles daño, ellas ven como un juego casi todo, la picaresca de la urbe queda lejos de aquí. Las pruebas que vamos a monotorizar son evidentemente las pruebas físicas, consisten en una sesión en la cinta de unos diez minutos, de velocidad ascendente, tras esto realizaremos unas pruebas de esfuerzo usando las pesas que puedes ver ya preparadas a la derecha todo ello monotorizando su ritmo cardiaco, tensión arterial, oxígeno en sangre, y algún dato más. Ponte cómodo y disfruta del espectáculo”, aprieta un botón y accede la enfermera que acabamos de ver acompañando a la primera de las chicas, la de los muslos tremendos, la de los gemelos hipnóticos, lleva una petaca enganchada a la cintura, de la que salen un fajo de cables que terminan en sensores bajo su ropa, en los monitores aparece su ritmo cardiaco y muchos otros datos que no comprendo demasiado bien, leo 50 pulsaciones, me parece un valor ridículo, se lo hago ver a mi acompañante, “efectivamente, todas ellas tienen un ritmo muy lento en reposo, pero lo sorprendente es lo poco que suben las pulsaciones con el ejercicio, así como la capacidad de recuperación”, se acerca al micrófono e indica que comience con la cinta. La velocidad inicial podría ser la de un aficionado corriendo a un ritmo decente, veo que poco a poco, sin incrementar el ritmo, empieza a cambiarse la pendiente, se para cuando el ángulo ha llegado al máximo, miro los monitores, sus pulsaciones han subido a 60 ppm, veo al lado la pendiente, marca 10%, ahora noto como la velocidad empieza a incrementarse, ahora las piernas se mueven a mucha más velocidad, busco el valor que me pueda indicar a cuanto está corriendo, 14 km/h, es increíble, pero no para, a los dos minutos vuelve a incrementarse la velocidad, ahora apenas soy capaz de ver las piernas, pero no para hay, sigue subiendo progresivamente hasta que llega a los 20 km/h, en ese momento, se queda un par de minutos y poco a poco baja la velocidad hasta que para; las pulsaciones máximas han llegado a 80 ppm, no doy crédito; ahora se baja de la cinta, las piernas están empapadas en sudor, los músculos que antes me parecían bestiales, ahora son con diferencia los más grandes que he visto nunca en un hombre o una mujer; sin tiempo a reposar se acerca a unas mancuernas que parecen demasiado grandes, agarra una con cada mano y empieza a realizar curls alternos, veo como sus brazos se van inflando tras cada repetición, cuando llevo contadas 50 repeticiones en cada brazo dejo de contar, veo como las pulsaciones van bajando poco a poco hasta estabilizarse en unas 70 ppm, los brazos denotan algo de sudor, pero realmente no parece que ella note lo que está levantando “si me permites la pregunta, ¿cuanto peso está levantando?”, me contesta “la realidad es que es muy poco, estamos esperando que nos envíen unas mancuernas un poco más grandes, estas no suponen un desafío para estas chicas; ahora mismo está levantando 25 kg con cada mano”, intento recordar lo último que yo pude levantar con una sola mano, y no tengo claro si llegué a ese peso. En un momento dado, cuando sus constantes permanecen inmóviles, el director da la instrucción para que pase al siguiente ejercicio, se tumba en un banco, coge un disco que marca 30 kg y comienza a realizar abdominales, el sudor no tarda en empapar la camiseta; poco a poco se le va marcando la tableta de chocolate, el sudor hace que el tejido se adhiera a su músculo, a la vez que le infiere cierta transparencia, me quedo sin palabras al ver el volumen que llega a alcanzar ese grupo muscular, me cruzo de piernas para disimular mi más que evidente erección, miro la pantalla para ver su pulso, ha vuelto a subir a 80, pero el ritmo que lleva es frenético, se le da la instrucción para que pare, el siguiente ejercicio, sin descanso, es sentadillas, para ello usa un peso que calculo en unos 80 kg; sin ningún esfuerzo sube la pesa y se la coloca en la nuca, comienza a realizar sentadillas, cada movimiento muestra sus glúteos en pleno apogeo, sus cuadríceps se inflan y definen en cada movimiento, los gemelos brillan con el sudor, pero lo que sorprende es que su cara no manifiesta esfuerzo alguno, cuando lleva cinco minutos se le da instrucción de que pare, sale la enfermera acompañando a la primera trabajadora, van pasando cada una de las restantes trabajadoras, todas ellas realizan los ejercicios con la misma facilidad que la primera, tras esto he eyaculado dos veces, y eso intentando relajarme, no quería dar la nota con el Director delante; pero el espectáculo era demasiado bueno para no fijarme en los detalles. Cuando salgo ya no están las trabajadoras, “Ahora están realizandose el resto de las pruebas médicas, tu sabes, audiometrías, vista, y demás cosas, no obstante, sus resultados no varían con el tiempo, ya te comenté que nunca caen enfermas, su fuerza exterior es parecida a la interior. Aquí hemos terminado, si quieres te puedo enseñar la escuela antes de que salgan los niños", salimos del edificio, bordeamos el edificio principal y me encuentro ante una construcción bastante pequeña, el aspecto es de un pequeño edificio administrativo, sólo cuando nos acercamos empiezo a ver los motivos escolares, alguna pintura mural infantil, por las ventanas se ven las características pizarras, "como puedes ver el colegio es muy pequeño, hay que tener en cuenta que en el pueblo hay muy pocas niñas, además, las que hay son de diversas edades, por lo que la enseñanza se hace especialmente compleja. Determinados conocimientos se imparten a algunas alumnas y otros conocimientos se tienen que repartir a grupos muy reducidos. Pero lo que más me interesa enseñarte para que comprendas la capacidad física de estas chicas es la clase de deporte. Como supondrás esta es de las clases que todas hacen juntas, evidentemente a diferentes niveles, si me sigues al gimnasio podrás entender lo que te digo" conforme andamos hacia el gimnasio suena una campana y veo como se abren las puertas, las alumnas se mueven en nuestra dirección, aparentemente no se aprecia nada diferente de lo que se podría ver en cualquier colegio femenino, salvo quizás la poca densidad por edad, apenas hay una representación mínima de cada grupo de edades, veo a Susana y Eva, van con otras dos compañeras que parecen coetáneas, parecen las mas jóvenes, pasan a mi lado y me saludan tímidamente. "¿Son Susana y Eva las más jóvenes?" le pregunto al director, "efectivamente, tienen dos compañeras en su mismo grupo pero son un año mayores, como te he dicho hay muy poca natalidad, y las hijas de Inma fueron las últimas en nacer en Pigarzos" me contesta mientras continúa su camino hacia el gimnasio, alguien me tapa los ojos "adivina quien soy", la voz evidentemente es de Irene, intento agarrarla con un giro rápido, pero cuando agarro su cintura me sorprende su dureza, puedo sentir sus abdominales, es como agarrar una escultura de mármol. Intentó levantarla, pero su peso es más del que presuponía, ella me mira extrañada, sin entender muy bien que estoy haciendo "sabía que eras tu, vamos a ver vuestra clase de deporte, no me decepciones" bromeo guiñandole un ojo, ella vuelve a sonreír y sale disparada tras sus compañeras; puedo ver entre el grupo que lo acompaña al grupo de chicas que vi ayer trabajando con Irene, incluyendo a Sandra, la chica de los bíceps; hoy también muestra sus abultados brazos, así como sus piernas, que ahora, que por fin las puedo ver con algo de detalle, son las de una culturista de alto nivel, se puede distinguir perfectamente el volumen de cada músculo, la vascularidad y la definición de sus piernas es orgásmica. Cuando llegamos al gimnasio solo se ve a una profesora, es descomunal, su aspecto es el de una culturista de alto nivel, me sorprendería que María fuera más grande que ella. Cuando nos ve corre hacia nosotros, sus piernas se hinchan a cada paso, es morena, con el pelo ondulado, viene sonriendo, baja el ritmo cuando se acerca, levanta un brazo progresivamente y comienza a flexionar, aparece el bíceps que suponía, la manga empieza a resquebrajarse, veo de reojo como el Director se acerca y se dan un beso "quiero presentarte a mi mujer Lourdes, como te dije, solía ser la más grande, la mas fuerte, y le gusta demostrarlo cada vez que me ve" me presenta orgullosamente a su despampanante esposa. Su carácter dista mucho del de María, Lourdes parece mucho más extrovertida, más segura de su cuerpo, evidentemente sabe como provocar los instintos más básicos de alguien como yo. Me imagino a María en unos años será así; este pensamiento me excita, la imagen se queda rondando mi mente, disfruto de los detalles que me brinda la imaginación. Nos despedimos de Lourdes y nos sentamos en una pequeña grada, aprovecho la ausencia de distracción para fijarme en la sala en la que estamos, se trata de un espacio de unos 6m de altura, y unas dimensiones de unos 10 m por 20m de largo. La cubierta está resuelta con unas cerchas metálicas, en la parte más elevada hay unas grandes ventanas. El equipamiento del gimnasio es bastante básico en uno de los fondos aparecen 8 espalderas, en el centro hay unas cuerdas, en otro de los fondos hay algo que parece un andamio, compuesto por unos soportes verticales y unas barras en la parte superior. El suelo está plagado de colchonetas. Regresa Lourdes, su presencia me distrae, su andar seguro, sus músculos brillando es lo único que veo, se da la vuelta y toca el silbato, miro alrededor, todas las alumnas están formando una fila frente a ella, todas van vestidas como la profesora, parece un equipo de gimnasia rítmica, sólo que con un punto más de musculatura, cada una de las chicas tiene un cuerpo perfecto. No se porque me habían dicho que hasta los diez años no se desarrollan, aquí hay niñas menores de esa edad con muchos mas músculos que yo mismo. Lourdes toca rítmicamente el silbato, a esta orden cada una de las niñas se tira al suelo y comienza a realizar flexiones, el ritmo es frenético, antes de que desfallezcan cambia el ritmo del silbato y se levantan, corren hacia las cuerdas y empiezan a trepar, me fijo en Irene, las de su edad suben sin la ayuda de las piernas, sus brazos se expanden, puedo ver los cordones que se le forman en el antebrazo, sus hombros, bíceps y tríceps son espectaculares, cuando llegan al techo bajan y dejan paso a la siguiente, en esta prueba, las más pequeñas usan sus piernas y su ritmo es bastante más lento, pero aún así, todas ellas lo logran, cuando llegan todas abajo Lourdes toca el silbato y vuelven a formar. Antes de que se recuperen, se les da otra instrucción, ahora las mayores se acercan a esos elementos similares a un andamio y se cuelgan y empiezan a realizar dominadas, cuando llevan unas 20 repeticiones se acercan las más chicas y se cuelgan de las mayores que aún están suspendidas de las barras, al sonido del silbato comienzan de nuevo con el mismo ejercicio, estoy ojiplático, puedo apreciar sus espaldas el sudor hace que su ropa sea prácticamente transparente, sus músculos crecen tras cada repetición, ahora parecen un equipo de cross fit, cuando Lourdes decide que es suficiente, se bajan de esas barras y las más pequeñas ahora corren hacia las espalderas, se colocan frente a ellas y hacen el pino, todas a la vez, después del espectáculo que llevo visto, esto no me impresiona demasiado; tras otro toque de silbato comienzan a realizar flexiones; al igual que antes, el ritmo es sorprendente, cuando se les da la instrucción empiezan a realizar el ejercicio con una sola mano, suben y bajan sus pequeños cuerpos como si nada, "¿esto es normal?, lo que estas chicas son capaces de hacer es impresionante", me contesta mi compañero "así es, cada día pasan por este circuito, es evidente que el ejercicio fomenta su forma física, pero en algún sujeto de control que no realiza estos ejercicios diarios, su progreso es similar al que experimentan sus compañeras. Como te dije las chicas de este pueblo son excepcionales", continúan con mas y más ejercicios durante algo mas de una hora, al final de la clase se acerca Irene, su aspecto tras la clase es el de una culturista de peso ligero, totalmente definida, el sudor acentúa sus músculos, que aún relajados se dibujan perfectamente, "¿qué te ha parecido? Es divertido ¿verdad?, me tengo que duchar, ahora nos vemos fuera", la felicito por su exhibición y veo como todas las chicas se retiran, ahora se acerca Lourdes, "antes de que os vayáis a mi marido y a mi nos encantaría que nos acompañases a cenar esta noche, y por favor tráete a María, es un encanto" le indico que estaré encantado y veo como se aleja, sus gemelos acentúan el espectáculo, veo como su marido me mira "Lourdes es lo mejor que me ha pasado, ya la has visto. Creo que María será para ti, lo que Lourdes ha sido para mi. Ahora sal, que se ha hecho tarde y María te estará esperando. Por cierto, me ha pedido la tarde, le he dicho que venga cuando quiera, así que disfruta, pero no dejes de venir esta noche a cenar", me despido y salgo corriendo hacia la calle buscando a María. Continuará…