Piernas asesinas Por Bob Utley La historia de una organización dedicada a erradicar el crimen utleybob@hotmail.com (Esta historia contiene relatos con connotación sexual) 00:50 a.m. – Piso 32 Natalie y Brenda se encuentran en el pasillo central, frente al ascensor, caminan por un pasillo adornado de cuantiosos cuadros y jarrones chinos. Ambas acomodan sus ropas, reajustan sus medias de seda italiana. Brenda reacomoda su abundante pelo rubio, mientras Natalie sopla para alejar un mechón de pelo oscuro que caen sobre su hermosa mejilla. Ambas se miran en silencio, saben que deben ingresar a la oficina principal y ubicar a sus principales objetivos. Caminan seguras, siguiendo por el pasillo repleto de objetos de incalculable valor. Este hace una curva y al finalizar la misma aparece ante ellas una puerta enorme de madera labrada. Ellas saben que según los planos que estudiaron en la central, era la puerta de entrada de la oficina principal que estaban buscando. Quedaban tres guardias más merodeando el lugar, tenían que tener cuidado y estar muy atentas. Brenda, apoya su oído sobre la pesada puerta para tratar de captar los sonidos que provienen de su interior, mientras se agacha y cierra sus grandes ojos azules para concentrarse, un golpeteo en su hombro la sobresalta. Natalie le señala con un movimiento lateral de sus ojos, que detrás de ambas esta parado un guardia de más de dos metros de altura, con una musculatura que se notaba por debajo de su saco negro, con los brazos cruzados en una actitud absolutamente autoritaria. "¿Qué están haciendo aquí, mujerzuelas?" Brenda se levanta lentamente, mira de reojo a Natalie que gira lentamente para hablarle a este enorme semental que detiene sus acciones momentáneamente. Ambas saben que deben deshacerse de este guardia en el menor tiempo posible y silenciosamente, ya que esto pondría en preaviso a los demás. Tendrán que actuar sincronizadamente. Natalie se dirige al guardia en un tono muy sensual mientras se mueve lentamente hacia uno de los amplios sillones que están en los laterales de la puesta de madera. "¡Hola bombón, Estamos buscando al coronel, nos mandó a llamar para darles nuestro servicio exclusivo! Se sienta y cruza sus hermosas piernas, dejando ver su ropa interior. El guardia no le quita los ojos de encima. Brenda también se mueve hacia el sillón, con un gesto infantil, se arrodilla en el asiento al lado de Natalie. "Parece que están muy ocupados y nadie quiere jugar con nosotras"....!ufa¡ Brenda acerca su cara a Natalie y la besa en la boca. Ambas miran al guardia sensualmente, Brenda se toca uno de los pezones mientras saca uno de los pechos de Natalie fuera de su corsé, jugueteando con sus dedos. Natalie abre sus piernas y las eleva dejando su entrepierna a la vista. El guardia comienza a transpirar del deseo. Cuando se arrodilla frente a ambas, Natalie tomando envión con su pierna derecha golpea fuertemente el costado de la cara del guardia arrojándolo al piso boca abajo. Brenda apoya sus manos en el piso y gira sobre sí, dando una vuelta carnero, golpeando con su trasero la espalda del guardia. Toma su cabeza por los cabellos y coloca ambas piernas alrededor de su cuello. Natalie se levanta y se coloca montando su espalda. Cuando el guardia intenta levantarse, alejando su cuerpo del piso con sus brazos, Natalie rodea su pecho con sus piernas apretando con toda sus fuerzas sus costillas. Brenda coloca sus manos en su boca para atenuar sus quejidos. Como un animal sofocado, bajo un dolor intenso, cae de costado casi desmayado por la falta de oxígeno. Brenda aprieta sus muslos, junta sus tobillos mientras sonríe a Natalie quien aprieta los dientes, quebrando varias costillas. Las manos de Brenda se liberan y se sujeta del sillón, un sonido ahogado parecido a un graznido surge de su boca, hasta que sus manos que tratan de separar sus piernas, caen pesadamente a su lado sobre el piso frío de mármol. Natalie se acerca hasta su cara, verifica que no respira y Brenda lo suelta. Quedan dos guardias más. Se levantan, acomodan nuevamente su ropa y se dirigen nuevamente a la puerta de madera. Natalie gira lentamente el picaporte de la gran puerta y se introduce con su cuerpo sigilosamente pegado a la puerta para evitar cualquier sorpresa dentro de la habitación al ingresa. Brenda esta afuera aún, mirando cualquier movimiento a sus espaldas. Natalie ingresa sola, da unos pasos y visualiza a Boris Neschieff sentado en un sillón de cuero, a su lado el agente que la inmovilizó en el gimnasio. Ellos parecían estar solos. No había señales del coronel Rosenthall, ni del otro guardia. Ambos están muy concentrados en lo que están haciendo y aparentan no notar la presencia de la morocha espectacular que acababa de cruzar la puerta de entrada. Boris, sin dejar de mirar los papeles que estaba firmando, le habla a Natalie sin mirarla. "Bienvenida señorita... estábamos esperando su llegada...¿Quiere tomar asiento? Un arma se incrusta en su espalda. El guardia que ella no visualizó al ingresar a la sala se para detrás y la apunta con su arma. Brenda que se retrazó al ingresar, al ver al guardia apuntando a Natalie, salta y sujetándose del marco superior de la puerta abierta de madera, se columpia como una gimnasta y sujeta con sus magníficas piernas el cuello del guardia. La fuerza del impulso lo tira hacia atrás quedando atrapado por Brenda que lo aprisiona con sus poderosos muslos, se suelta del marco quedando montada en sus hombros. El sujeto levanta su mano para dispararle, pero ella se anticipa y le saca el arma. Natalie patea fuertemente hacia atrás y golpea el estómago del guardia quien cae pesadamente en sus rodillas. Brenda apoya sus pies en el suelo y gira abruptamente su cintura. Se siente un ruido a huesos rotos. El guardia cae pesadamente al piso golpeando su cara contra el suelo. Brenda apunta el arma hacia el escritorio donde Boris y su empleado abandonan sus tareas. El guardia que se encuentra a su lado levanta ambas manos. Boris se acomoda molesto en su sillón. Natalie con su dedo índice llama al guardia para que se acerque. Éste haciéndole caso camina hacia ella, le indica que se arrodille, el guardia lo hace, luego ella le pasa ambas piernas alrededor de su cuello en una tijera invertida sujetándolo fuertemente. Brenda ve como debajo de la corta minifalda negra de terciopelo, la cara del pobre hombre comienza a ponerse roja. Él sujeta con sus manos ambas piernas queriendo evitar que se cierren mientras se esfuerza por respirar. Brenda se acerca caminando sensualmente hasta donde se encuentra Boris. Se sienta sobre su escritorio con las piernas a la altura de su cara y las cruza. Él es un hombre atractivo y muy peligroso, esto la erotiza mucho a Brenda que, mientras apunta su arma, juega con la punta de su bota sobre sus genitales. "¿Sabes bombón donde está el coronel?" Él la mira muy tranquilo, es un hombre seguro de sí mismo. "Llegas tarde hermosa, el coronel voló hace una hora para Roma por asuntos de negocios...lo siento" (sonríe irónicamente) Natalie escucha con atención. Mira hacia atrás mientras aprieta sus muslos fuertemente y le pregunta a su prisionero. "¿Es verdad lo que dice Boris?" "¡¡aghhhh........si.....si.....aghhhhh......es ver...dad...aghhhh!!" Boris imprevistamente gira hacia atrás y con su pié desarma a Brenda que es tomada por sorpresa, rueda por encima del sillón, cae al piso y se para. Natalie gira su cintura y rápidamente rompe el cuello del hombre capturado, quien cae pesadamente de bruces. Brenda se para y enfrenta a Boris mientras Natalie se acerca al escritorio por el otro lado. Boris salta sobre el escritorio y gira sobre su espalda golpeando con su pie el rostro de Brenda quien cae hacia atrás al piso, gira nuevamente en sí, cae parado, levanta el pesado sillón de cuero y lo lanza hacia Natalie quien saltando hacia atrás acrobáticamente y dando varias piruetas esquiva el objeto. Brenda se incorpora y se lanza sobre Boris con varios puntapiés que él neutraliza con sus brazos. De un medio giro, él lanza un golpe con su pierna que impacta en el hombro de Brenda, quien cae sobre el escritorio y rueda sobre él hasta el suelo, cercano a donde Natalie estaba parada. Brenda le habla en voz baja a Natalie mientras frota su hombro. "Debemos actuar juntas, es muy bueno para combatirlo de a uno" "Tienes razón" Natalie se saca su minifalda de terciopelo negro que arroja a un costado, dejando a la vista su ropa interior, sus medias negras con liga y sus zapatos negros de estilete. Brenda hace lo mismo, arroja a un lado su pollera verde quedando a la vista sus medias de seda blanca con encajes del mismo color, que se encajan en las botas marrones altas. Ambas estaban infartantemente vestidas, listas para enfrentar al mercenario que las miraba con mezcla de enojo y deseo. Brenda arroja un puntapié al aire, luego da un giro y golpea con su taco la nuca de Boris, este se inclina hacia adelante, donde es recibido por un puntapié de Natalie que lo toma justo debajo de su barbilla. Boris cae con los brazos abiertos sobre el amplio escritorio tirando todos los objetos al piso. Brenda levanta su pierna derecha por encima de su cabeza y la baja con destreza y fuerza sobre el cuello, quedando aprisionado bajo el talón de la bota. Luego apoya su trasero sobre el escritorio y pasa su pie izquierdo debajo de su nuca. Natalie se sienta a un costado de su cabeza, cruza sus piernas y mirándolo a los ojos, le dice con una voz sensual... "Tenemos una pregunta para hacerte mi querido Boris" "aghhh....malditas.....aghhhh" Brenda presiona sus pies fuertemente y afloja un poco. Las manos de Boris toman el pie con desesperación para quitar la bota de su garganta, pero su esfuerzo es inútil. "Te prometo bombón... (Natalie le dice subiendo y bajando su pierna cruzada) que si nos dices el nombre de tu contacto en Latinoamérica, solamente iras a la cárcel" Brenda aprieta fuertemente sus pies. "¡Ok, Ok, Ok, Ok...Aghhh...Francis Morao... vive en aghhh... Curi...tiba....Brasil! Esta bien Boris, te has portado bien (Brenda suelta su cuello y gira sus piernas sentándose al lado suyo, se cruza de piernas y coloca sus manos detrás sobre el escritorio. Boris tose, lleva su mano a su cuello frotándolo para atenuar el dolor inflingido. Cuando trata de incorporarse, Natalie gira velozmente y lo captura pasando su pierna derecha sobre su cuello, tomándolo con la parte de atrás de su rodilla y colocando su pierna izquierda detrás de la nuca. "Donde crees que vas, ahora me toca a mi" Natalie aprieta sus poderosas piernas mientras mira como Boris desesperado trata de sacársela de encima, liberarse. "¡Bye, bye Boris!" Ambas sonríen mientras ven como su cara toma un color violáceo, moviéndose desesperadamente para liberarse, con sus últimos intentos por sacar la pierna cubiertas por medias sedosas que lo exprime lentamente hasta matarlo. Ambas se ponen de pié, recogen sus ropas. Natalie llama a la central para comunicarles que la misión tuvo un éxito parcial, pues el Corones Rosenthall había salido antes de llegar ellas a su oficina. Mientras hablaban, vieron por la gran ventana, como un helicóptero se alejaba del edificio, Boris, en parte, les había mentido. Natalie baja el auricular de su oído y dice en voz alta "Ya no se puede confiar en los hombres" Brenda se sonríe. Fin de la misión 1. Continuará...