Olimpia, la musculosa superhero?na de San ?ngeles Parte 2 By Caliban E-Mail: KALIBAN3K@yahoo.es Sumario: Olimpia descubre el poder de las piernas de Lola Berrocal. Lola miraba con renovado odio el extremadamente musculoso y perfecto cuerpo de Olimpia. Su desarrollado cuerpo era como una estatua griega esculpida en bronce viviente que albergada una fuerza inimaginable, inagotable. A pesar de su precaria situaci?n, la ira imped?a a la voluptuosa morena rendirse ante aquella odiosa diosa pelirroja?y menos delante de medio cuerpo de polic?a y de las docenas de curiosos que ahora, con el veh?culo detenido, abandonaban la playa y el paseo para ver el espect?culo que promet?a la pelea entre aquellas incre?bles mujeres. ??Puta arrogante!?.-Pensaba Lola, viendo como Marina manten?a f?cilmente en tensi?n cada fibra muscular de su cuerpo, posando como una detallada l?mina de anatom?a?sonriendo con una insultante suficiencia. Entonces, al l?mite de su visi?n, Lola vio el arma. A?n ten?a munici?n.-?Ya veremos qui?n r?e la ?ltima??.-Pens? la fibrosa villana, alargando su mano izquierda hasta el Magnum Imp. Sin mediar palabra, Lola apret? el gatillo tres veces m?s. Sin embargo, en su premura, el primer disparo no alcanz? el masivo cuerpo de la musculosa pelirroja, a pesar de encontrarse a menos de dos metros de ella. Sin embargo, las otras dos balas si alcanzaron su objetivo? ?aunque con poca eficacia. Marina, al ver como su adversaria se precipitaba hacia el arma, alz? sus brazos para proteger su rostro y tens? al l?mite su ya incre?blemente tensa musculatura, creando una densa armadura muscular sobre su robusto cuerpo. Y cuando las mort?feras balas la alcanzaron, la primera se estrell? contra su cincelado antebrazo derecho y la segunda contra su tremendo muslo izquierdo, dejando solo una punzada de dolor en el lugar del impacto, pero incapaces de entumecer o debilitar su poder. Furiosa, Lola sigui? apretando el gatillo, pero el tambor estaba ya vacio. Marina baj? los brazos y comenz? a relajar su musculatura. Ya era hora de terminar aquel espect?culo.-?Se acab?, Lola. Ya es suficiente.?.-Dijo tranquilamente la diosa pelirroja, avanzando hacia su ca?da oponente. S?bitamente, Lola arroj? con fuerza el arma vac?a contra el torso de Olimpia, golpeando in?tilmente su redondeado pecho derecho.-??Que te jodan!?.-Rugi? Lola, clavando sus manos en el metal del veh?culo para, con ese apoyo, lanzar a continuaci?n sus poderosas piernas contra el torneado torso de Marina en un rabioso doble golpe de sus pies justo debajo de sus pechos. Marina estaba sorprendida por la fiereza de Lola y por el hecho de que apenas hab?a visto sus fibrosas pierdas enfundadas en licra negra golpear su escultural busto. Y a?n mas sorprendida cuando aquellos pies consiguieron hundirse ligeramente en su musculosa carne, haci?ndola da?o. Olimpia control? el gru?ido de dolor que subi? por su garganta. Sin embargo, Lola not? en sus ojos que el golpe hab?a hecho mella en aquella pelirroja monta?a de contorneados m?sculos. La voluptuosa morena sonri? mal?volamente.-??Vaya!?Parece que no est?s tan recuperada como parec?a!?.-Se burl? Lola que, seguidamente, con una ?gil voltereta hacia atr?s, abandon? el veh?culo, adoptando con gracia felina una pose de combate, desafiante. Y como Marina unos segundos antes, comenz? a tensar su fibrosa musculatura y a sacar pecho, amenazando con rasgar el negro tejido de licra de su mono con la presi?n de sus descomunales implantes mamarios. Y mientras sus entrenados m?sculos se marcaban en la fina licra, el ego de Lola se infl?, al notar como decenas de m?viles comenzaban a captar su cuerpo, mand?ndolo en segundos por toda la red, donde millones de personas podr?an deleitarse con la visi?n de su incre?ble cuerpo, como hac?an en el pasado cuando era la reina indiscutible del fitness. Lola se sinti? entonces invencible, capaz incluso de derrotar a la invencible Olimpia.-??Ven aqu?, pelirroja!?Que voy a machacarte tu preciosa cara!?.-Desafi? Lola con orgullo, invitando con su mano a Marina para que bajara del veh?culo y luchara. Marina era consciente de que no estaba al cien por cien. Esas patadas no deber?an haberla hecho da?o. Sin embargo, las magulladuras causadas por aquellas insidiosas balas todav?a estaban pasando factura a su fuerza. Sin embargo, la escultural pelirroja ya se hab?a enfrentado antes a Lola. Conoc?a sus habilidades y, aunque fuerte y habilidosa en las artes marciales, Marina era mucho m?s fuerte, incluso a pesar de no estar en plenitud de facultades. Alrededor de la improvisada arena pudieron o?rse gemidos de admiraci?n cuando Olimpia descendi? del veh?culo, preparando a su vez su escultural musculatura para la inminente pelea. Ba?ada por los rayos del sol, su satinada y bronceada piel realzaba la incre?ble definici?n de su musculado cuerpo. Sus ojos observaron atentamente a su voluptuosa oponente, midiendo nuevamente su fuerza y su habilidad, como hab?a hecho en otras ocasiones. A pesar de los enormes pechos que luc?a Lola, Marina no pod?a dejar de notar un aspecto felino en la morena, no solo por su esbelto y fibroso cuerpo, sino tambi?n por sus suaves movimientos?como los de una pantera a punto de lanzarse sobre su presa. Adem?s, sab?a por experiencia que sus enemigos acostumbraban a mejorar sus habilidades tras cada enfrentamiento contra ella. Y Lola Berrocal no era una excepci?n. Por el contrario, era de las que m?s mejoraba sus habilidades aunque, por el momento, ni su excepcional dominio de las artes marciales n su fuerza hab?an podido superar a las de Olimpia. Durante unos pocos pero eternos segundos, la escultural Marina y la voluptuosa Lola se observaron mutuamente, esperando un momento de duda, distracci?n o debilidad en su poderosa adversaria?decidiendo la mejor t?ctica para someter a su enemiga. Finalmente, Lola fue la primera en lanzar su ataque. A?n a pesar de que su mu?eca derecha se encontraba entumecida y magullada por la feroz patada de Marina, la morena sab?a que su mejor baza eran sus poderosas piernas. Por ello, Lola lanz? dos r?pidas y feroces patadas con su pierna izquierda, buscando los esculturales abdominales y oblicuos externos de aquella zona, supuestamente debilitados por sus disparos. Casi por instinto, Olimpia bloque? los golpes con su, tambi?n da?ado antebrazo izquierdo, sorprendida por la impresionante velocidad de la pierna de Lola, un borr?n oscuro vagamente reconocible, y por la inusitada fuerza que no hab?a manifestado en sus anteriores enfrentamientos. ?No est? mal, perra. Pero apenas acabo de empezar??.-Siseo con ira Lola, lanzando nuevamente su letal pierna izquierda contra los abdominales de Marina, cuatro veces en menos de un segundo, siendo bloqueados otra vez por el brazo y antebrazo de la musculosa pelirroja. El brazo de Marina comenz? a acusar los terribles golpes de la pierna de Lola. Cuando el entumecimiento por los golpes revividos se apoder? de su brazo, la pelirroja amazona comprendi? que el verdadero objetivo de su oponente era su brazo.-??D?jalo, Lola!?No puedes derrotarme de esa manera!?.-Alarde? Marina, tratando de enga?ar y confundir a su furiosa y letal enemiga. Sin embargo, Lola sonri? con malevolencia. A pesar de las palabras de la poderosa Olimpia, sab?a que su t?ctica estaba funcionando. Lo notaba en sus ojos, lo notaba en el sutil encogimiento de sus musculosos y definidos b?ceps, tr?ceps y radial. Golpear el brazo de Olimpia hab?a sido como patear una viga de acero pero los r?pidos y certeros golpes dirigidos justo en la separaci?n de aquel enorme y cincelado brazo lo hab?a debilitado. ??Ya te he derrotado!?.-Replic? Lola con convicci?n, desencadenando otra serie de tres patadas, esta vez abiertamente contra el da?ado brazo de Marina, la cual gru?? ligeramente cuando una punzada de dolor se extendi? a lo largo de su masivo brazo, entumeci?ndolo y paraliz?ndolo casi totalmente. Esta vez, incluso los cientos de personas que se agolpaban en las proximidades de aquella improvisada arena, notaron que algo iba mal en el brazo de Olimpia cuando vieron que apenas era capaz de mantener la guardia alta con ?ste. Marina sab?a que aquella pelea no iba bien. Con su brazo derecho casi in?til, incluso como escudo, sus posibilidades de combate se reduc?an. Y lo peor era que por la parte derecha, su cabeza era vulnerable. Aquello era algo que pr?cticamente ninguno de sus adversarios hab?a ca?do en la cuenta. A pesar del incre?ble, casi antinatural desarrollo y densidad de su musculatura, segu?a siendo humana?y m?s all? de su cuello, no hab?a m?sculos que entrenar. Cualquier fuerte golpe bien dirigido a su definido ment?n, a sus sienes o a su nuca, la afectar?a de igual modo que a una persona normal. Y Lola estaba exhibiendo una fuerza extraordinaria. La pelirroja amazona ten?a que contraatacar y terminar la pelea cuanto antes. Aunque no era tan r?pida en el cuerpo a cuerpo como Lola, si era much?simo m?s fuerte. Incluso ?nicamente con su brazo izquierdo, Marina pod?a levantar casi quinientos kilos. El problema sol?a ser controlar aquella fuerza para no matar o lesionar gravemente a sus enemigos. Y a pesar del s?bito aumento de poder que exhib?a la voluptuosa morena, aquella no era una excepci?n. Deb?a atacar pero con una violencia controlada. Saltando ligeramente hacia atr?s, Olimpia gan? medio metro de distancia con Lola. Entonces, flexionando sus esculturales piernas, impuls? el resto de su cuerpo en una s?bita carga, lanz?ndose en plancha sobre su enemiga con todo su cuerpo, con piernas y brazos semiextendidos, como un felino abalanz?ndose sobre su presa. El empuje que sus poderosos y desarrollados muslos y pantorrillas proporcionaban a su musculoso y pesado cuerpo garantizaba un devastador impacto sobre todo aquello con lo que chocara. Y esta vez, el blanco de ese choque era la letal Lola. Sin embargo, Lola estaba llena de sorpresas aquel d?a. Los ojos de Olimpia se abrieron de par en par en una expresi?n de sorpresa e incredulidad cuando la voluptuosa morena, en vez de sorprenderse y encajar la plancha, su espalda se doblaba hacia atr?s con una flexibilidad incre?ble, evitando la colisi?n y permitiendo que la musculosa pelirroja volase por encima de ella. O casi permiti?ndolo, ya que, en pleno vuelo, Lola empuj? tambi?n su cintura hacia atr?s para levantar sus poderosas piernas golpear, con sus rodillas los abdominales de la musculosa amazona. Aquel extraordinario golpe de Lola mand? volando a la poderosa Olimpia, fuera de control, varios metros m?s all?, cayendo de espaldas sobre el cap? de una de los coches patrulla, aboll?ndolo cruelmente con sus redondeados y desarrollados gl?teos. La multitud asist?a at?nita a aquello. Nunca hab?an visto a su hero?na pasarlo tan mal en una pelea, y ni mucho menos, la hab?an visto ser proyectada por los aires con aquella velocidad y agilidad?ni quedar tendida sobre un veh?culo, aturdida, con sus pies quebrando el parabrisas y la cabeza colgando contra el faro izquierdo del mismo. El temor de Marina se hab?a hecho realidad. En la ca?da, su nuca de Olimpia se hab?a golpeado contra el metal, aturdi?ndola. Apenas vio llevar una nueva patada, dirigida con mort?fera precisi?n contra su escultural cuello. Casi por instinto, la musculosa amazona rod? sobre su lado izquierdo, cayendo pesadamente al asfalto mientras el letal pie de Lola atravesaba el grueso cristal del faro izquierdo. En su deseo de contraatacar lo antes posible, aprovechando el hecho de que el pie de Lola se encontraba trabado en el destrozado faro, la musculosa Olimpia se puso r?pidamente en pie y, flexionando nuevamente sus definidas piernas, se prepar? para cargar nuevamente contra su atrapada adversaria, que forcejeaba para liberar su pie. Sin embargo, aquello fue un error para Marina. Aun aturdida, levantarse del suelo con tanta celeridad la hizo marearse. Un repentino desvanecimiento golpe? su consciencia. Su visi?n se nubl? moment?neamente mientras la realidad alrededor de ella se difuminaba en un borr?n. Torpemente, la musculosa amazona se tambale?. Sin su consciencia y voluntad gobern?ndolas, incluso las poderosas piernas de Marina, capaces de levantar f?cilmente novecientos kilos de peso, se estremec?an, apenas capaces de sostener sus ciento cincuenta kilos de puro m?sculo. Pr?xima a la inconsciencia, los ojos de Olimpia se cerraron mientras sus manos sosten?an su cabeza, en un intento de evitar un fatal desvanecimiento. Y aunque segundos despu?s, el aturdimiento hab?a desaparecido, Lola ya estaba atacando de nuevo su desprotegido torso con sus letales piernas. Aunque cubierta de sudor por el esfuerzo, la velocidad y fuerza de aquellas esculturales y mort?feras piernas no hab?a decrecido ni un ?pice. Con incre?ble precisi?n, cuatro terribles puntapi?s golpearon su s?lido y cincelado abdomen, justo donde una de sus balas la hab?a alcanzado minutos antes. Patear el abdomen de Olimpia era como patear un muro de acero. Sin embargo, la voluptuosa y cruel Lola consigui? da?ar a la musculosa amazona pelirroja, con el ?ltimo puntapi?, el cual se hundi? varios cent?metros en el s?lido abdomen de Marina, toda vez que los tres anteriores lo hab?an debilitado previamente. ?Aaarrgghhhh!?.-Grit? Marina, retrocediendo varios pasos, dolorida, sintiendo como perd?a el aliento, d?ndose cuenta que estaba perdiendo aquella pelea. Torpemente, la musculosa pelirroja cubri? con su entumecido brazo su dolorido abdomen, el cual mandaba oleadas de lacerante dolor a lo largo de su torso e ingles?un dolor que hac?a a?os no experimentaba. ??Estas acabada, Olimpia!?Suplica y no te humillare?demasiado!?.-Se burl? Lola, sintiendo como el destino de aquella pelea se inclinaba a su favor. Con satisfacci?n, pens? como ser?a ser la primera persona que derrotaba a la formidable Marina ?Olimpia? Vallejo?como ser?a poner victoriosamente su pie sobre el cuerpo tendido, derrotado, inm?vil de la musculosa pelirroja?como ser?a robarle todo el respeto y la fama ganada por aquella odiosa diosa del m?sculo. Una s?bita oleada de placer recorri? entonces su cuerpo, mientras notaba como crec?a la lujuria entre sus ingles. Aunque la fantas?a de Lola solo hab?a durado un par de segundos, fue el tiempo suficiente para que Olimpia se recuperara, al menos en parte. A?n dolorida, aquello no hab?a doblegado la voluntad de Marina en absoluto. Cerrando fuertemente su pu?o izquierdo, tensando su poderoso brazo, la musculosa diosa pelirroja atac?, lanzando un mort?fero crochet de izquierda contra el rostro de la distra?da morena, sac?ndola de su ensimismamiento. Por mil?metros, Lola consigui? evitar aquel devastador pu?o?y el siguiente?y el siguiente, retrocediendo y agach?ndose con la gracilidad de una bailarina, con la agilidad de un felino. Sin embargo, en sus ojos comenzaba a aparecer una sombra de miedo. La pelea se le estaba escapando de las manos ?Y eso que Olimpia solo atacaba con un solo brazo! ?Aquello era humillante! ?Ten?a que pensar algo y r?pido! Comenzaba a cansarse y no podr?a evitar el musculoso brazo de la amazona pelirroja durante mucho m?s tiempo. Por el contrario, Marina, aunque no se encontraba cansada en absoluto a pesar del ataque a fondo que estaba realizando, sab?a que vencer, con un solo brazo, ser?a una cuesti?n de suerte. Sus infructuosos ataques no estaban equilibrados, y pronto Lola se dar?a cuenta de ello y tomar?a nuevamente ventaja de aquella situaci?n. La ?nica opci?n que Olimpia ve?a era seguir atacando, no dar tiempo a la voluptuosa morena para pensar. Y por ello, una y otra vez, su escultural y definido brazo izquierdo lanzaba golpes que, indefectiblemente golpeaban el aire, pero hac?an retroceder m?s y m?s a Lola. Hasta que, finalmente, el atl?tico trasero de la morena golpe? el lateral de otro de los coches patrulla.-??Ahora no tienes donde huir?!?.-Pens? Olimpia con satisfacci?n, esbozando una sonrisa en sus carnosos labios. Y nuevamente, lanz? su pu?o como un misil contra Lola? La voluptuosa morena jadeaba por el esfuerzo de evitar el poderoso pu?o de Olimpia y, cuando su espalda golpe? el metal, pens? que estaba acabada. No pod?a evitar el golpe driblando ni a izquierda ni derecha. Su derrota era inevitable. Sin embargo, mientras ve?a la sonrisa en los labios de Olimpia, aquella sonrisa que tanto detestaba, una s?bita inspiraci?n cruz? su mente. Aunque no eran rival para las piernas de la musculosa pelirroja, las piernas de Lola eran excepcionalmente poderosas, como el brazo y los abdominales de Marina pod?an atestiguar?y capaces de elevar su atl?tico y voluptuoso cuerpo varios metros en elevaci?n vertical sin apenas preparaci?n. Y eso hizo Lola, estimulada por el miedo y la adrenalina, cuando Marina carg? su pu?o contra ella. Como una mantis, Lola salt? sobre el techo del veh?culo, evitando el pu?o de Olimpia por escasos mil?metros. La voluptuosa morena sinti? como el coche patrulla se estremec?a como sacudido por un terremoto cuando el brazo de la musculosa amazona atravesaba el metal del veh?culo como si fuese papel. Ahora era Lola la que sonre?a cruelmente. No solo hab?a evitado un golpe definitivo sino que estaba en disposici?n de acabar la pelea, derrotando a la poderosa Olimpia de un modo abrumador. En el mismo momento que su pu?o perforaba el lateral del coche patrulla, Marina se dio cuenta del error que hab?a cometido. A pesar de sacar r?pidamente su brazo del veh?culo?a pesar de intentar bloquear el puntapi? que ca?a sobre su indefensa cabeza con su vapuleado brazo derecho, la pelirroja encaj? el golpe con toda su fuerza. ??Touchdown, Zorra!?.-Grit? de j?bilo Lola cuando su pie golpeo brutalmente la parte izquierda de la cabeza de Olimpia. Sinti? su pie terriblemente dolorido, como si hubiera golpeado un pilar de acero, pero not? que la musculosa amazona estaba mucho peor que ella. Marina estaba totalmente aturdida, ajena a todo lo que hab?a a su alrededor, ajena incluso al dolor que laceraba su escultural brazo, sus cincelados abdominales y ahora su cabeza, la cual daba vueltas como en una centrifugadora, convirtiendo la tarea de mantenerse en pie, o incluso estable, en una misi?n imposible. Tambaleante, apenas capaz de sostenerse, la musculosa Olimpia retroced?a, arrastrando los pies, sin saber exactamente a donde ir o que hacer?o siquiera quien era y que hac?a all?. Mientras, los cientos de mirones que rodeaban a las combatientes y los miles que segu?an la pelea por la red gracias a los numerosos dispositivos m?viles presentes, no daban cr?dito a lo que ve?an. La invencible ?Olimpia? Vallejo estaba a punto de ser derrotada. No era posible otro resultado ya que jam?s hab?an visto a la musculosa amazona pasarlo mal en una confrontaci?n...y mucho menos tan aturdida, al borde del K.O. como se encontraba ahora. Aquel era el momento con el que Lola Berrocal hab?a so?ado tantas veces, la revancha definitiva por todas las veces que hab?a sido derrotada en el pasado por aquella odiosa diosa pelirroja. Saltando como una pantera sobre la amplia y poderosa espalda de Olimpia, Lola rode? con sus temibles piernas la escultural cintura de su indefensa oponente en unas irrompible y letales ?tijeras?, mientras sus brazos aplicaban un estrangulamiento digno de un maestro de ?Krav Maga? sobre su cuello. ?Muere, zorra musculosa!?.-Sise? Lola, consumida por el odio y la adrenalina que inundaba su cuerpo, empleando toda su voluntad, fuerza y energ?a en aplastar con sus poderosos abductores, muslos y pantorrillas los perfectamente definidos abdominales de acero y el diafragma de la pelirroja y, con algo de suerte, incluso quebrar su espina dorsal. Y si aquello no funcionaba, quiz?s sus b?ceps conseguir?an doblegar su musculosos cuello, cortando el flujo de sangre al cerebro bloqueando la yugular y la car?tida y bloqueando la laringe, evitando que respirara. La voluptuosa depredadora se hab?a convertido en una letal sanguijuela, empe?ada en drenar la energ?a de Olimpia asfixi?ndola a toda costa de cualquier modo imaginable. Y para desgracia de Marina, lo estaba consiguiendo. Aunque aturdida, Olimpia sent?a el letal abrazo de su oponente, sus descomunales pechos aplastados contra su espalda, sus piernas y brazos aplastando su abdomen y cuello, haciendo que apenas pudiera respirar. Aunque incre?blemente fuerte, incre?blemente perfecta, la musculosa diosa pelirroja era humana, y necesitaba respirar?necesitaba el aire que Lola le estaba arrebatando con aquel vicioso abrazo. Lola, aferrada firmemente a la espalda de Olimpia, chillaba como una posesa, aumentando la presi?n sobre la cintura y cuello de la hero?na todo lo que sus desarrollados m?sculos y su terrible voluntad pod?an, tratando de vencer completamente la fuerza y voluntad de la aturdida Marina, la cual se tambaleaba torpemente por el asfalto, incapaz de defenderse o atacar. Finalmente, la consciencia de Marina retorn? a ella, aunque quiz?s era demasiado tarde. Olimpia apenas era capaz de respirar, con sus pulmones y diafragma aplastados cruelmente por la poderosa tijera aplicada por las esculturales piernas de Lola. Presi?n que, adem?s, comenzaba a notar su espina dorsal, la cual comenzaba a doblarse ante aquella abrumadora presi?n. Y peor. Los brazos de Lola apenas permit?an el paso de aire a sus pulmones y sangre a su cerebro. Sus pulmones ard?an por falta de aire mientras sent?a en sus sienes los r?pidos latidos de su coraz?n como explosiones nucleares. Aun con su entrenamiento superior, ni sus m?sculos ni su cerebro aguantar?an la falta de oxigeno demasiado tiempo. M?s que una persona ordinaria, quiz?s, pero, al final, sucumbir?a por asfixia. Ya, en esos momentos, la amazona pelirroja sent?a como su consciencia ca?a de nuevo en un pozo de oscuridad, mare?ndola, aturdi?ndola mientras cada fibra muscular de su escultural cuerpo protestaba y temblaba falto de energ?a. Con toda la fuerza y voluntad que su vapuleado cuerpo pod?a reunir, Marina tens? la portentosa musculatura de su abdomen y cuello, tratando de oponer fuerza contra fuerza para aliviar la debilitante presi?n sobre su cuerpo y respirar. Y mientras, al mismo tiempo, torpemente guiaba su brazo izquierdo hacia los fibrosos brazos de la voluptuosa morena para tratar de romper el estrangulamiento que amenazaba con noquearla. Bajo la negra licra de su atuendo, el cuerpo de Lola estaba totalmente cubierto de sudor, adhiriendo el tejido a su fibrosa carne como una segunda piel. La cruel morena notaba como los poderosos abdominales y el esternocleidomastoideo se tensaban y endurec?an, como si la carne se convirtiera en acero. Pero, a pesar de ello, el odio de Lola la empujaba a apretar m?s y m?s aquellos invencibles m?sculos, decidida a no soltar su presa hasta que cayera al suelo, derrotada y humillada. Asimismo, notaba como los largos dedos de Marina comenzaban a arrastrarse por su antebrazo, agarr?ndolo firmemente y empezando a tirar de ?l, intentando alejarlo de su cuello. El tiempo parec?a detenido para ambas amazonas, congeladas en un abrazo letal que no parec?a tener fin. Aunque Olimpia hab?a conseguido aliviar ligeramente la presi?n, permiti?ndole respirar ligeramente, no era capaz de romper el mort?fero doble abrazo de Lola. Su bronceada, satinada piel estaba tambi?n cubierta de sudor por el tit?nico esfuerzo realizado para no sucumbir ante su enemiga. Sus generosos pechos se agitaban con la pesada respiraci?n y los desesperados latidos de su coraz?n, empe?ados en no ser derrotados por aquella morena. Marina estaba sorprendida por la fuerza y violencia que estaba exhibiendo Lola en aquella ocasi?n. Incluso en aquellas circunstancias adversas, su poderoso y escultural brazo izquierdo deber?a haber sido capaz de romper el agarre de la voluptuosa morena, pero apenar era capaz de aliviar la presi?n que amenazaba con bloquear, o incluso aplastar, su laringe. Y peor. Sus poderosos pero magullados abdominales comenzaban a ceder de nuevo, comenzando a sentir como su columna vertebral comenzaba a sufrir de nuevo. Finalmente, las musculosas, pero extenuadas piernas de Olimpia comenzaron a temblar sin control, incapaces de aguantar el peso combinado del musculoso cuerpo de la diosa pelirroja y de la fibrosa, voluptuosa morena. Y cuando la gruesa y cincelada pierna izquierda de la amazona pelirroja se dobl?, tocando el asfalto, un gemido de sorpresa e incredulidad sali? de las gargantas de todos los presentes. Salvo de la garganta de Lola, que gimi? de placer, d?ndose cuenta que la victoria estaba muy cerca. Y aunque comenzaba a estar cansada, Olimpia lo estaba mucho m?s. Ahora era m?s un duelo de voluntades. La voluntad m?s f?rrea vencer?a. Y su voluntad estaba alimentada por un infinito odio hacia Marina Vallejo. ?Quien prevalecer?? ?Olimpia o Lola? Continuara.... Sus sugerencias y comentarios ser?n bien recibidos y contestados con la mayor brevedad que pueda. Gracias de antemano.