Nu'ria. La nueva y ti'mida compañera de clase resulta ser una supermusculosa culturista de increi'ble fuerza. HISTORIA PARA ADULTOS Cuando llego' al aula causo' murmullos y las miradas , disimuladamente, se centraron en ella. Era Nu'ria, la nueva compañera. Segu'n parece, Nu'ria habi'a abandonado los estudios hace dos o tres años, aquejada de alguna rara enfermedad. Ahora los reiniciaba para completar el bachillerato. Nu'ria era alti'sima, quiza's medi'a 1,85cm, pero en todo caso superaba la altura de todas las chicas y de la mayori'a de chicos. Vesti'a una larga tu'nica hasta los pies que le ocultaba el cuerpo entero.Siempre vesti'a alguna enorme tu'nica, era una especie de horroroso unmiforme. Nu'ria era muy gruesa, enorme, inmensa. Las feas tu'nicas algo hippys disimulaban totalmente las formas de su cuerpo aunque, juzgando por su volumen, debi'a tratarse de una obesa paquide'rmica, de ma's de 200Kg. Secuelas de su dolencia sin duda. Su rostro era agradable, sus rasgos correctos y proporcionados delimitaban una cara pecosa. El pelo, limpio pero poco peinado, treni'a un color rojo oscuro. Unas gruesas gafas le afeaban la cara aunque no podi'an enmascarar unos brillantes ojazos verdes. Era muy ti'mida. En todo el di'a apenas cruzaba un ti'mido -"Hola" matinal y un educado -"hasta mañana" por la tarde. Era terriblemente reservada y ti'mida. Raramente levantaba el rostro ni siquiera cuando en clase la preguntaba algu'n profesor. Componi'a la ti'pica imagen de la adolescente acomplejada por su enorme tamaño. Nu'ria era buena estudiante. Siempre llevaba correctamente al di'a su trabajo. Si le preguntaban en clase respondi'a con acierto y las notas de sus exa'menes no eran quiza's las mejores de la clase pero manteni'an un nivel de dignidad ma's que aceptable. Poco a poco fui decubriendo que senti'a un intere's especial por ella. Su timidez y su obesidad me produci'an una cierta desazo'n pero a la vez tambie'n una cierta curiosidad. Pero Nu'ria era impenetrable. A pesar de mis intentos por entablar conversacio'n, ella jama's pasaba de responder con breves palabras evasivas y una leve sonrisa. Y sin levantar jama's el rostro. Varios sucesos anecdo'ticos con ella a lo largo del curso fueron aumentando mi intere's. Un di'a le toque' levemente un hombro para pedirle que me acercara un material que teni'a a su alcance y que yo necesitaba. Suponi'a que tocari'a algo blanduzco pero, sorprendentemente, su hombro teni'a la consistencia de un bloque de acero. Aunque en principio supuse que llevari'a alguna especie de arne's ortope'dico, note' que , a trave's de la fea tu'nica, el movimiento de su brazo produjo sorprendentemente ondulantes vibraciones de claro aspecto orga'nico en el duri'simo arne's. En otra ocasio'n, corri'a yo por el pasillo del instituto. Llegaba tarde a clase. Di la vuelta por el pasillo. Ella se acercaba en direccio'n contraria, habri'a salido del aula a buscar alguna cosa. Lo cierto es que, aburdamente, no nos vimos y choque' con ella. Fue' algo asi' como tirarme de bruces sobre un muro. Milagrosamente no me rompi' nada ni perdi' el conocimiento. Nu'ria, con la cara sonrojada se disculpo', me pregunto' si me habi'a hecho daño (dije que no, naturalmente mintiendo...) y me levanto' suavemente del piso con una sola mano. Suavemente y despacio levanto' mis 80kg como quien recoje una pluma. Quede' anonadado, Nu'ria posei'a una fuerza descomunal y su cuerpo teni'a una consistencia pe'trea. Ya hacia finales de curso, y sin haber conseguido arrancar de aquella misteriosa mujer ni dos palabras, acabados casi los examenes, la clase decidio' pasar un di'a en la playa. El tiempo era ya bueno y pronto nos deberi'amos encerrar para preparar la prueba de acceso a la Universidad, vali'a la pena aprovechar nuestros u'ltimos momentos de convivencia y distraerse un poco. Yo me propuse convencer a Nu'ria para que nos acompañara. Juga'ndome una dura sancio'n, entre' en las oficinas del instituto y, aprovechando un despiste de las administrativas, accedi' al archivo de direcciones. Consegui' la de Nu'ria. Aquella misma tarde me encamine' a su casa. Llegue' a un gran casero'n de campo en las afueras. En un rinco'n del jardi'n vi unos raros lingotes meta'licos. Eran ide'nticos a las placas de los aparatos de selectores de mi gimnasio, so'lo que muchi'simo mayores. En cada uno de ellos estaba grabado el peso: 500Kgs. Ni se me ocurrio' que nadie pudiera utilizarlos para entrenar, imagine' que se tratari'a de los contrapesos de una gru'a o algo asi'. De la casa se escapaba un raro ruido sordo y ri'tmico, que produci'a grandes vibraciones. De pronto se paraba y al cabo de poco se reiniciaba. Pense' que se tratari'a de alguna ma'quina pesada y, aunque me pareci'a un lugar poco apropiado para un taller, no le di mayor importancia. Llame' a la puerta. Me abrio' una alta y elegante señora de rasgos parecidos a los de Nu'ria. Se la vei'a atle'tica y , a pesar de pasar de los cincuenta, su aspecto resultaba todavi'a muy atractivo. Me presente' y pregunte' por Nu'ria. -"Oh, ahora esta' ocupada. Nadia la debe interrumpir cuando entr... , cuando esta' ocupada. De todas formas le avisare' que esta' usted aqui' y, si quiere esperar, dentro de media hora ella acabara' su entren... su trabajo de la tarde y podra' verla" La señora era muy atenta, y se la vei'a muy feliz al ver que alguien de fuera se interesaba por su hija. Dentro de la casa el ruido sordo y las vibraciones ri'tmicas retumbaban contundentemente. La madre de Nu'ria me ofrecio' cafe' y charlo' conmigo hasta las ocho en punto. Entonces pararon los ruidos y aparecio' Nu'ria. Llevaba un chandal gigantesco y sudado. Estaba chorreando y pareci'a cansada. Era la primera vez que la vei'a sin alguna de sus horrorosas tu'nicas, aunque el grisa'ceo chandal tamaño cachalote tampoco la favoreci'a demasiado. Puse en accio'n todas mis dotes persuasivas y desgrane' convincentemente mis estudiados argumentos para persuadirla que nos acompañara a la playa. Nu'ria prodigo' su media sonrisa y no levanto' su vista casi nunca. Finalmente dijo: -"Bien, quiza's venga un rato a la playa mañana" Cuando aparecio' Nu'ria en la playa, era ya casi la hora de comer. Su gigantesca figura se presento', de nuevo, con una de sus remalditas tu'nicas. Su comportamiento ti'mido y distante no diferi'a del que era el suyo habitual. Mis compañeros, que llevaban tiempo mofa'ndose de mi intere's por la que ellos llamaban G.F.R. ("Gran Foca Roja") estaban especialmente pesados aquel di'a. Sus bromitas sobre GFR-Nu'ria y yo iban subiendo de tono. Nu'ria me cogio' de la mano, me miro' a los ojos un instante y exclamo' -"De'jales, no me importa que se ri'an de mi." Y se levanto' con intencio'n de marcharse. Le rogu''e que se quedara. Ella, meneando su cabeza se despidio'. A pesar de mi insistencia empezo' a caminar, con la cabeza gacha, hacia la parada de autobu's. El grupo de compañeros, quiza's avergonzado de su comportamiento, decidio' echarse un u'ltimo remojo'n antes de la comida. En la parada de autobu's, mientras yo estaba intentando convencer a la pobre Nu'ria para que se quedara, se oyo' un grito: -"TIBURONES" En nuestra costa, la presencia de los escualos era rari'sima y yo crei' que se trataba de una broma. Pero el grito se repati'a y, a lo lejos, divise' varias amenazadoras aletas desliza'ndose ra'pidamente hacia el grupo de nuestra clase que, gritando, trataba desesperadamente de alcanzar la orilla. Nu'ria tambie'n se dio' cuenta. Me agarro' de la mano y me beso' la mejilla. Suspiro' levemente, hizo una profunda respiracio'n y, mira'ndome a la cara me dijo: -"Ahora vera's" Se abrio' la tu'nica y esta cayo' al suelo dejando su cuerpo desnudo. Yo sabi'a que su cuerpo era especial. Llevaba meses convencido de ello. Pero la contemplacio'n de su desnudez absoluta me produjo una mayu'scula sorpresa. Por supuesto que el tamaño de Nu'ria desnuda segui'a siendo giganytesco, pero nada obeso. Al contrario, se trataba de una solemne conjuncio'n de gigantescos mu'sculos. Los pies, pequeños, se extendi'an bajo dos monumentales columnas de acerados mu'sculos, tales eran sus torneadi'simas piernas. No so'lo su tamaño destacaba, sino las profundas incisiones que silueteaban marcadamente los descomunales amasijos de fibras tensas. Sus caderas perfectamente redondeadas mostraban una turgencia absoluta y su cintura pareci'a increi'blemente estrecha. En el pubis, una gloriosa mata de rojo vello pareci'a mostrar el glorioso camino del placer absoluto. Su masa abdominal estaba marcadamente manifestada y cada uno de sus mu'sculos apareci'a fuertemente definido como un poderoso amasijo de recias fibras de tamaño gigantesco. Una espalda descomunal encuadraba una masa de musculatura pectoral cuya consistencia aparentaba ser mas recia que el acero. Dos gloriosas tetas de considerable tamaño describi'an una maravillosa redondez que enalteci'a unos abultados pezones rosados desafiantemente hergudos hacia el cielo. Sus deltoides, que yo habi'a palpado tiempo ha, uni'an una perfecta redondez a un gigantesco tamaño que no impedi'a que la piel ocultara una prodiciosa definicio'n que pareci'a recortar cada fibra. Los brazos eran de un grosor descomunal, no inferior al de los troncos de las palmeras del Paseo Mari'timo pero infinitamente ma's recios. Un monstruoso bi'ceps henchi'a su gigantesco bulto con desmesurada amplitud. No hay palabras para describir el gigantesco tamaño de sus tri'ceps, que resaltaban con solemnidad la totalidad de sus fibras. Los movimientos de Nu'ria desencadenaban en el portentoso amasijo muscular una prodigiosa acumulacio'n de movimientos en todas direcciones de todas sus numerosi'simas e inmensamente enormes masas de rocosa musculatura. Ningu'n culturista masculino o femenino podi'a rivalizar ni en tamaño ni en definicio'n ni en proporcio'n ni en simetri'a con el cuerpo de Nu'ria, que cuatriplicaba a cualquiera de ellos en todas las magnitudes. Con elegancia a pesar de sus dimensiones enormes y con increi'ble velocidad a pesar de sus buenos 300Kgs, se encamino' al agua. No pude impedirle que pasara y no oyo' mis gritos exigie'ndole que regresara. Ella se lanzo' al agua con determinacio'n y a gran velocidad se dirigio' hacia el grupo de gente de nuestra clase. Una vez alli', la primera aleta se encontraba ya a apenas veinte metros, Nu'ria se zambullo' bajo el agua. Pronto la superficie del agua empezo' a agitarse en consonancia con la tita'nica lucha que se desarrollaba bajo ella. A los pocos segundos, un escualo salto' del agua. A pesar de no tratrse de animales saltadores, otro le siguio', aunque superando largamente la altura del primero. Con ojos ato'nitos vimos elevarse un tercer monstruo , que cayo' pesadamente en la arena, tras unos doscientos metros de vuelo rasante. A pesar de los gritos de la gente, se quedo' inmo'bil. Estaba muerto ...¡ Teni'a la cabeza titeralmente hundida por un tita'nico puñetazo de G.F.R.-Nu'ria!. El animal medi'a unos diez metros (algo mas cuando teni'a entera la cabeza..) y pesari'a unas dos toneladas. Todavi'a un nuevo tiburo'n hizo otro aberrrante vuelo vertical antes de ver como las pocas aletas que quedaban desapareci'an ra'pidamente mar adentro. Entonces emergio' Nu'ria , pausadamente nado' hacia la orilla seguida de dos enormes aletas. Cuando al fin hizo pie, levanto' hacia lo alto sus brazos, hirguiendo por encima de su cabeza dos gigantescos tiburones exa'nimes, cuyas desgarradas mandi'bulas ofreci'an una grotesca sonrisa. A pesar de sus dos toneldas de peso "mi" Nu'ria los manteni'a en vilo sin aparentar esfuerzo. Al llegar ante mi', sus tita'nicos brazos volteron los peces que, al soltarlos, salieron disparados a muchos metros.Agacho' su cabeza ante los ojos ato'nitos de la gente y, al ver mi gigantesca ereccio'n, hizo su caracteri'stica media sonrisa, me agarro' y me beso' larga y apasionadamente. Cyrus Map