NICOLE By Fayera La historia de un chico que vive en casa de una culturista Con 25 años, me había licenciado en economía, y me había sacado un Master de dos años. Mis padres, me dieron que como premio a mi brillante curriculum, me darían lo que les pidiera : un choche, una moto, un viaje ... Pero yo escogí un año en Inglaterra, para perfeccionar mi inglés. Aceptaron encantados. La academia de idiomas donde estudiaba en mi ciudad, me encontró una casa en un pueblecito. Allí viviría unicamente con la anfitriona, una viuda de 45 años llamada Nicole. A parte de esto, la única información que tenía de ella era que era la propietaria de un gimnasio. Esta información, hizo que desde un primer momento me excitara. Me gustaban mucho las chicas, y si estaban buenas, mejor. Pero no se porqué, me atraían sobremanera, aquellas que eran altas y corpulentas, fuertes, incluso musculosas. Eso sí, siempre manteniendo la feminidad en sus cuerpos. Es por ello que me había aficionado, a comprarme rebistas de culturismo, donde disfrutaba viendo las fotos de Lenda Murray, Cory Everson o Yolanda Hugues, por poner algunos ejemplos. Así mismo, internet me había permitido descubrir a otras diosas del músculo, como Nicole Bass, Robin Coleman o Lessa Lewis. Entre mis mujeres predilectas, tambien figuraban Brigitte Nielsen, Elle Macpherson o la española Loreto Valverde, por poner algunos ejemplos. En el areopuerto inglés, una empleada de la academia de idiomas me recogió, y nos dirigimos al pueblo que sería mi hogar durante un largo y apasionante año. El trayecto duró una hora y media. Nos detuvimos enfrente de un chalet situado en las afueras del pueblo. Después de cruzar el un pequeño jardin, llamamos a la puerta. Y Nicole la habrió. No me decepcionó. Mejor dicho : Me impresionó. Era alta, muy alta. Yo mido 168 cm. Y la parte superior de mi cabeza, a duras penas alcanzaba el nivel de su barbilla. Mi ojos, mirando de frente,vveían la parte superior de su pecho. Nicole tenía el pelo muy negro, rizado, y largo hasta los hombros. Tenía unos penetrantes ojos azules. Pero de cara, no era demasiado guapa. Del montón. Tenía la piel muy bronceada, por lo que deduje que hacía sesiones de rayos uva. Vestía una jersei de lana de cuello alto, y muy olgado, pero le intuí unos amplios hombros. Debajo, unos ajustadísimos pantalones tejanos, que mostraban unos muslos impresionantes. Por último calzaba unas zapatillas deportivas blancas, con lo que su altura era real, sin tacones de por medio. Me sonrió mostrándome unos perfectos dientes blancos y yo le tendí mi mano. Me dió la suya. Era enorme, y noté una fuerza descomunal en ella. Me hizo daño. Pero a la vez, se agachó dandome dos besos en la mejilla : " En España son dos, verdad ? ". " Sí, sí " respondí timidamente. Nos despedimos de la mujer de la academia y Nicole me invitó a pasar, mientras cogía mi maleta Samsonite, que, teniendo en cuenta que iba a pasarme todo un año allí, había llenado a conciencia. Tenía suerte de las ruedecitas, pues sino habría sido un calvario arrastrarla por los areopuertos. " Oh, no por favor, yo la llevo " le dije. Pero Nicole ya la había levantado, con aparente facilidad. " Tranquilo, soy una mujer fuerte " me dijo sonriendo. " Ahora voy a mostrarte el baño y tu habitació. Supongo que después el viaje te apetecerá una buena ducha ". Y dicho esto Nicole, empezó a subir las escaleras hacia el piso superior. Yo la seguí, imnotizado por el movimiento de su trasero, prieto dentro de los pantalones tejanos. Un trasero grande, redondo, pero firme, y duro, muy duro ... Una erección vino a mi. CONTINUARÁ