La naturaleza masculina - Parte 2 Autor Sanosuke9999 - finalfantasy_maniac@hotmail.com Después del descubrimiento, Lorena se divierte con su nuevo juguete. La siguiente historia es del género de las féminas fuertes o como se le llama en inglés "strong girls" o inclusive "super girls". Advierto que el presente relato tiene un cierto contenido no apropiado para menores de 18 años o para personas susceptibles, por lo tanto si eres menor de edad o eres muy susceptible al hecho de mujeres o niñas teniendo a hombres mucho más grandes que ellas y (aparentemente) más fuertes, a su merced, deja de leer AHORA! Si no, continua y disfruta del siguiente relato. Toda clase de opiniones es bienvenida, pueden contactarme en: finalfantasy_maniac@hotmail.com La siguiente historia no puede ser cambiada de ninguna manera, tampoco colocada en ningún sitio web si no es con mi previa autorización. Si no leyeron la primera parte, también la podrán encontrar en thevalkyrie.com - ¡Bájame! -imploraba un indefenso Julio que colgaba de los brazos de su pequeña novia. - ¿Cómo dices, pequeño? -dijo Lorena burlonamente- ¡Ahora es cuando la verdadera diversión está por comenzar! Julio miró la traviesa sonrisa de su novia y repentinamente sintió un escalofrío correr por su espalda, estaba temblando, estaba asustado, con un miedo y humillación jamás experimentadas por él anteriormente. Todo tenía que ser un error, o una especie de truco, un mal sueño... - Mi bebito está temblando... pobrecito... oye no te voy a lastimar... -pronunció Lorena dulcemente- Ay... Me pregunto que tan débil serás... - N-no soy débil... -dijo Julio casi como un susurro, como si al decirlo deseara que Lorena no le pudiera escuchar. - ¡Claro que no eres débil, bebé! -rió Lorena- ¡Eres todo un Hércules! Por algo eres la estrella del equipo de tu universidad, ¿no? Pero, parece que yo soy mucho más fuerte que tú. - N-no... - Ay bebé... Relájate un poco... Al terminar de decir aquellas palabras, Lorena que había estado todo el tiempo sosteniendo a Julio en el aire por debajo de los hombros, comenzó a realizar una especie de ejercicio. Comenzó a bajar y levantar a Julio varias veces, lentamente, disfrutando de cada segundo, de lo superior que era a su musculoso novio, siempre con una encantadora y deslumbrante sonrisa en los labios. El ejercicio no cansaba en absoluto a Lorena, era como si levantar a su novio de esa manera fuera lo más fácil del mundo. - Sabes, podría estar así por horas de horas... - Ya... bájame por favor... Lágrimas empezaron a formarse en los ojos de Julio, era demasiado humillante que su novia lo manipulara de tal manera, no podía aguantar la sensación de impotencia al no poder hacer nada para librarse de sus manos. - Bebito, ya no llores... ¡No es malo que yo sea más fuerte que tu! ¡Yo te sigo queriendo! No dejes que tu orgullo masculino arruine nuestra relación, ahora yo te protegeré y te cuidaré... Ni pensar en lo que te podría suceder si te dejara sólo, es que... eres tan débil cualquier cosa podría pasarte pequeño... -dijo Lorena que en ningún momento dejó de elevar y bajar a Julio. - C-cállate... - Pobeshito bebé... Lorena entonces cada vez que lo bajaba, le daba un beso en la mejilla, cariñosamente. Después de unos minutos, Julio dejó de llorar y simplemente permanecía ahí recibiendo los dulces besos de su extraordinariamente fuerte novia. - Eso es... Ya te sientes mejor, ¿verdad? -dijo Lorena con un tono aliviado. Lorena entonces, colocó a Julio en el suelo y lo sentó en el sofá de la sala. - No me gusta verte llorar, pequeño -Lorena entonces se acercó lentamente a Julio, acercando sus labios a los ojos de este- déjame secarte las lágrimas... Entonces, Lorena sacó la lengua sensualmente y le empezó a lamer las lágrimas de los ojos... Julio estaba sorprendido, la Lorena que él conocía no hubiera hecho algo tan atrevido, hubiera ido por un pañuelo o un trozo de papel higiénico y le hubiera limpiado con eso, o le hubiera traído un poco de agua para que se lave cmo lo hizo antes, jamás hubiera utilizado la lengua de tal manera... Pero, la lengua de Lorena se sentía tan bien corriendo por su rostro, que Julio no pudo evitar sentirse excitado, a pesar de la humillación, su miembro se erectó. "No, no debo... ¿Qué significa esto? ¿Por qué me siento de esta manera? No puede gustarme ser humillado de esta manera... Pero, la verdad se siente tan bien..." pensó Julio - Ya... ya basta -dijo Julio débilmente - ¿Hum? ¿Qué no te gusta? Está rico, tus lágrimas son bien saladitas, ya me dio hambre... ¡Vamos! Y diciendo esto, Lorena cargó a Julio del sofá y colocó uno de sus brazos bajo el trasero de Julio manteniéndolo cargado con un solo brazo como si fuera un pequeño bebé. - Pon tus brazos alrededor de mi cuello - le ordenó Lorena Julio sin oponer resistencia, llevó a cabo la orden. Era un espectáculo realmente inusual y fuera de lugar, una niña de 15 años, delgada, y muy hermosa, de estatura media estaba sosteniendo con un solo brazo a un joven de 19 años, musculoso, 30 centímetros más alto que ella, y con casi el doble de peso. - Que lindo eres, bebé - le susurró Lorena al oído al mismo tiempo que le dio un tierno beso en la oreja. Lorena entonces comenzó a caminar hacia la cocina, con Julio encima y sin esforzarse en lo más mínimo, era como si estuviera cargando un muñequito o una pequeña mascota. Al llegar a la cocina, se detuvo frente a la refrigeradora y con su mano libre, Lorena abrió la puerta y observó toda la comida que había... - A ver... - Lorena entonces sacó un yogurt de fresa, al tener ambas manos ocupadas, levantó ligeramente su pierna derecha y cerró la puerta con ella. ¡Por un par de segundos estuvo sosteniendo a Julio con una mano y parada en una sola pierna! Luego, dejó el yogurt sobre la mesa mientras sacaba una cucharita de un cajón cercano, posteriormente tomó de nuevo el yogurt. Lorena entonces procedió a regresar a la sala, dónde sentó a Julio de nuevo en el sofá. Él no se atrevía a mirarla a los ojos, sin embargo ella lo miraba directamente siempre sonriendo y con los ojos absolutamente fijos en él, cómo si se tratara de un bebé o un objeto lindo de esos que suelen atraer a las mujeres. Acto seguido, Lorena se sentó en las piernas de Julio, apoyando la parte superior de su cuerpo a su musculoso pecho, mientras colocaba sus piernas sobre la parte vacía del sofá. Julio también se sorprendió ante tal acción de Lorena, parecía como si la revelación de que ella era más fuerte que él había despertado cierto instinto dentro de ella que no se había mostrado antes. Lorena abrió su yogurt y colocó la cuchara dentro, revolvió un poco y empezó a saborearlo, cuando algo de yogurt le quedaba en los labios, ella sensualmente se los lamía. Julio volvió a erectarse, y Lorena lo sintió... Sonrió maliciosamente y miró a Julio a los ojos. - ¿Quieres? - dijo Lorena extendiéndole la cuchara llena de yogurt y mirándolo sensualmente. - Eh... - Julio se puso rojo como un tomate, él sabía que ella se había dado cuenta de su excitación - No... - Anda, abre la boquita... Julio dudó un instante, pero no podía resistirse a aquella mirada y voz tan sensuales. - Ahhhhh... - Julio abrió la boca - Eso es, ahí va el avioncito!! Lorena colocó la cuchara en la boca de Julio y él la cerró y comió del yogurt, entonces Lorena removió la cuchara y vio como él bajaba la mirada y se ponía cada vez más rojo. - Tienes yogurt en los labios - susurró Lorena - ¿Eh...? Entonces, Lorena procedió a lamer el yogurt que quedaba en los labios de Julio, sin besarlo, simplemente utilizaba la lengua. La erección de Julio crecía y Lorena disfrutaba de cómo podía excitar a su novio tan fácilmente, realmente lo tenía en sus manos, tanto física como sexualmente. - Julito... si quieres te puedes ir a tu casa - dijo repentinamente Lorena, después de haber limpiado el yogurt de la boca de Julio. - Eh... ¿D-de verdad? - Sí, sólo tienes que levantarte, ir a la puerta e irte. Julio entonces, tuvo una serie de sentimientos confusos, quería irse pues no podía soportar que su novia lo siga humillando de tal manera, pero a la vez quería quedarse pues tenía unos deseos sexuales muy fuertes hacia ella, aunque en ese momento no lo quería admitir. Julio decidió irse inmediatamente, y olvidarse de todo lo sucedido... pero... Al intentar levantarse... - ¿Q-qué pasa...? - dijo un asustado Julio - No sé, ¿qué pasa bebé? Julio no podía levantarse... pero no... no podía ser, era impensable... ¡No podía levantarse pues Lorena estaba sobre él! Julio colocó sus manos en los brazos de Lorena y empezó a empujarla. - ¿Qué haces? - preguntó burlonamente Lorena - Unghh...... - Julio empezó a utilizar toda su fuerza para liberarse pero era imposible, no podía moverla ni un milímetro, era como tratar de empujar un edificio. Lorena no pudo evitar reírse, pronto las risas se volvieron carcajadas y le sonrío a Julio de la manera más sexy que pueda haber. - Sabes bebé, ¿no te dije que bajé 5 kilos durante el régimen de dietas que estaba siguiendo? -dijo Lorena burlonamente Era imposible, ¿cómo una niña que pesaba menos de la mitad que Julio podía hacer algo así? Julio sólo pensaba en zafarse y huir. Lorena no hacía nada, seguía comiendo su yogurt, lamiéndose los labios de vez en cuando y sonriéndole a un desesperado Julio que no claudicaba y seguía con la imposible tarea. Julio llegó al cansancio y se sintió más humillado que antes, no pudo mover a su pequeña novia ni un solo milímetro y ella solamente estuvo sentada en sus piernas sin hacer absolutamente esfuerzo alguno. Lorena terminó con su yogurt y se levantó para colocar el envase en la mesita del medio de la sala, al hacer esto, Julio saltó del sofá y empezó a correr hacia la puerta pero Lorena simplemente estiró su brazo izquierdo y tomó la muñeca derecha de Julio impidiéndole seguir corriendo, y parándolo totalmente en seco. Era una pesadilla, tenía que serlo ¿Cuándo despertaría? Julio deseaba despertar ya de este mal sueño. Y que al despertar y visitar a Lorena de nuevo, las cosas sigan como antes, él siendo más fuerte y ella la niña linda de quién se había enamorado. Julio intentó deshacerse de la pequeña pero poderosa mano de Lorena pero todo intento era inútil. Lorena lo acercó a ella y lo cargó de nuevo, esta vez con sus dos brazos bajo el trasero de Julio, lo elevó bastante y lo miraba dulcemente. Julio evitaba los ojos de Lorena, miraba hacia otro lado, tratando de esa manera de disminuir la humillación. Lorena por su parte no dejaba de sonreír y de contemplar a su juguetito nuevo. - Es increíble como es que yo siendo tan pequeña, sea más fuerte, mucho más fuerte que tú... Sabes, es una sensación que no había experimentado antes, es decir... estás totalmente a mi merced, puedo hacerte lo que yo quiera, lo que sea, eres mi bebé, mi muñeco, mi... juguete... Con cada palabra de Lorena, un escalofrío corría por todo el cuerpo de Julio, sin embargo a pesar de la tremenda humillación, no podía evitar sentirse excitado y aunque no lo deseaba, su miembro lo contradecía. Lorena removió su mano derecha del trasero de Julio, sosteniéndolo de nuevo sólo con su brazo izquierdo, entonces con su mano libre procedió a removerle la camisa... - N-no, ¿q-qué haces? - ¿Qué no es obvio?, quiero ver tu pecho desnudo Julio se sorprendió ante tal acto de su pequeña novia, jamás, nunca en su vida se hubiera imaginado a Lorena capaz de desnudarlo de tal manera. Lorena mientras tanto finalmente logró deshacerse de la camisa y la arrojó a un lado, prosiguiendo a remover el bibidi que llevaba. Al terminar, un Julio tembloroso y con el pecho desnudo colgaba del brazo izquierdo de una siempre sonriente Lorena. - Mira esos músculos, que grandes que son, que sexys... - Al decir estás palabras Lorena tocó los bíceps de Julio con su mano de derecha, acariciándolo con sus finos dedos - Pero... son tan pero tan frágiles... Lorena entonces presionó ligeramente los bíceps de Julio, quién hizo un gesto de dolor y emitió un gemido. - ¿Te duele, bebito? - Lorena empezó a reírse de nuevo con carcajadas - Tus músculos se ven tan fuertes pero al apretarlos se sienten tan suavecitos, puedo incrustar mis dedos en ellos como si fuera crema chantilly... mira... Y así lo hizo, los dedos de Lorena se hundían fácilmente en los aparentemente fuertes y sólidos bíceps, Lorena disfrutando de cada gemido y gesto de dolor de Julio, sonriendo como nunca. - La plastelina es más sólida que tus bíceps, muñeco - pronunció Lorena sensualmente mientras seguía acariciando suavemente los bíceps del musculoso espécimen masculino. - Y-ya... basta por favor Lorena, n-no sigas... Ahhhhhh!!!!! - Me encantan tus gemidos, son tan lindos... bebito precioso... - Argh!!!! Basta por favor!!!! - ¿Le lele al bebé? - Lorena entonces sacó su mano del bíceps de Julio - vamos a darle un besito a ver si se siente mejor, ¿ok? - ¿E-eh? Lorena entonces bajó ligeramente a Julio y acercó sus labios a los inmensos bíceps de su juguete, entonces los besó suavemente, y entonces son una sonrisa traviesa, colocó más presión en el beso. - Ahhhh!!! No!! Detente!!! - rogó Julio desesperadamente, la presión que ejercía el beso de Lorena en sus bíceps era tremenda y le provocaba un dolor insoportable. - Mmmmm... - Lorena saboreaba los bíceps de Julio, excitada de comprobar que podía lastimarlo inclusive con sus labios, aquellos labios tan perfectos que poseía. Lorena continuó besándolo un buen rato y Julio no dejaba de gemir y de retorcerse, pero el brazo izquierdo de Lorena lo mantenía bien sostenido. Lorena continuaba con el "castigo", entonces abrió la boca y empezó a lamer aquellos enormes bíceps que se hundían como mantequilla derretida bajo la presión de la deliciosa lengua de Lorena. - Argh!!!! No, ya no... te lo ruego, detente!!! Argh...!! - Julio una vez más con lágrimas en los ojos y su ego completa y totalmente destrozado, empezó a rogarle a Lorena que deje de besarlo. Lorena sin embargo, haciendo caso omiso de los ruegos de su novio, siguió incrustándole la lengua y los labios, en un beso extremadamente doloroso para Julio. Lorena estaba con los ojos abiertos, no podía dejar de ver el rostro de su musculoso novio, gimiendo de dolor por un simple beso en los bíceps. Lorena estaba siendo muy delicada en ese momento, sabía que si aplicaba mayor fuerza podría incluso romperle el brazo. Un momento después, dejó el beso y pasó a la misma tarea con el otro bíceps. Al terminar, Julio tenía un par de marcas moradas en cada bíceps y mostraba una cara de dolor, resignación y derrota total. - Mira eso, que bueno que te bese suavecito y sin fuerza sino te hubiera roto tus frágiles bracitos. - dijo Lorena riéndose de nuevo, parecía que cada parte de su cuerpo era mucho más poderosa que todo el cuerpo inmenso de su novio. ¡Lo había lastimado seriamente con sus labios y con su lengua! Lorena le dio un par de besitos a cada bíceps y levantó más a Julio. Lorena sonrió al ver los grandes y sexys músculos del pecho que tenía Julio. Se lamió los labios y se le ocurrió una nueva idea, algo que la excitaba demasiado. - Aún tengo hambre... ¡Vamos de nuevo a la cocina! - exclamó alegremente Lorena. Entonces abrió la refrigeradora de la misma manera que lo había hecho con anterioridad, pero esta vez sacó un pote de jarabe de chocolate, aquel que se unta sobre el helado. Con Julio en un brazo y el frasco en el otro, volvió a la sala. Sentó a Julio de nuevo en el sofá y abrió el pote. Acto seguido, empezó a agitar ligeramente el pote para que el jarabe pase del fondo y salga. Al salir la primera gota, Lorena la lamió del pote y dijo: - Hmmmmm... ¡¡Rico!! Lorena entonces comenzó a esparcir el jarabe de chocolate sobre el pecho desnudo de Julio, hasta que se acabó, entonces colocó el frasco vació sobre la mesita del medio y se quedó observando fijamente a Julio un momento. - Hmmm... Sabes, te ves más rico que de costumbre, ¡me dan ganas de comerte bebé! Y creo que eso es lo que voy a hacer! - dijo Lorena riéndose, mientras Julio temblaba de horror. Lorena se lamió los labios de nuevo y colocó cada mano a cada lado del pecho de Julio, bajo las axilas a la altura de los codos. Sin esfuerzo, lo levantó en vilo, Julio colgaba patéticamente de los pequeños brazos de su frágil novia, tenía los bíceps muy lastimados y casi no podía mover los brazos. Lorena lo miraba libidinosamente, como siempre sin dejar de sonreír. El pecho de Julio lleno casi en su totalidad de jarabe de chocolate estaba exactamente sobre la cabeza de Lorena. - Lorena... p-por favor... y-ya fue... suficiente... Argh!!!!! - Yo decido cuando es suficiente bebé - dijo tranquilamente Lorena, presionando ligeramente el pecho de Julio haciéndolo gemir. Entonces Lorena procedió a bajar lentamente el pecho de su helado humano hasta llegar a la par con sus labios, entonces le dio un besito y pasó la lengua una vez por la parte superior del tronco. - Mmmmm... ¡Estás más rico de lo que pensé! - dijo alegremente Lorena. Lorena pasó inmediatamente a lamer el jarabe de chocolate, su deliciosa lengua se paseaba por todo el pecho de Julio, de arriba abajo, saboreando cada milímetro de aquellos grandes y sólidos músculos, aunque para ella eran tan suaves como la mantequilla. De vez en cuando Julio emitía un gemido, lo cuál le indicaba a Lorena que le estaba presionando más de lo debido en alguna parte del pecho. Pero ella no lo podía evitar, era tan frágil pero tan delicioso, hundía su lengua fácilmente en esos músculos, removiendo todo rastro de chocolate del mismo y disfrutando cada segundo de placer y de poder. De estar consciente del hecho que su novio es ahora un juguete que puede utilizar de cualquier manera. Los lamidos continuaban, cada uno más sensual que el anterior, a veces le daba un pequeño beso antes de seguir con el trabajo. Cuando Julio pensaba que ya no podía ser humillado de peor forma después de no poder levantarla de sus piernas, ahora colgaba de ese par de pequeños brazos y era lamido como una paleta o un helado. Julio había perdido ya todo deseo de resistirse, además sus brazos le dolían demasiado, casi no podía moverlos. No podría liberarse ni aunque lo deseara con todas sus fuerzas. Sin embargo su excitación permanecía, ahora con los lamidos de su novia, su pene estaba mucho más erecto que antes y sentía que iba a explotar, él hacía todo lo posible para resistirse, pero la lengua de Lorena era más poderosa que su voluntad y al cabo de unos instantes eyaculó en los pantalones. Julio empezó a llorar amargamente, un llanto que deleitaba a Lorena sobremanera. Afortunadamente para Julio, Lorena no se dio cuenta de que había eyaculado sino hubiera sido aún más humillante. Mientras tanto ella seguía lamiendo de arriba a abajo, de izquierda a derecha, hasta que finalmente terminó de remover el jarabe del pecho de Julio. - ¡Estuviste delicioso, bebé! - Exclamó alegremente Lorena obviamente sin dejar de sonreír y sin evitar reírse al ver unos pequeños puntos morados en el pecho de su juguete, lugares donde no lamió tan suave como en otros. - Creo que se me pasó la mano un poco, pero la próxima vez seré más cuidadosa, ¡lo prometo! Lorena mantuvo a Julio levantado en vilo por unos minutos más contemplándolo, cuando repentinamente escuchó unos pasos rápidos de alguien que bajaba las escaleras. - Oigan, ¿qué es lo que está pasando? No puedo ver televisión tranquila porque acá están que gritan, ¿qué pasa? Eh... - era Mariela quién había bajado de la escalera apresuradamente - ¿Qué es esto? ¿Lorena? Fue la imagen más inusual que Mariela hubiera esperado ver, ¡su hermana menor estaba sosteniendo a un Julio medio desnudo sobre su cabeza! - ¡Hola Mari! Perdona si hicimos mucho ruido. - exclamó Lorena sin que la sonrisa abandone su rostro - ¿Quieres jugar con nosotros? - L-Lorena... ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando aquí? Creo que me estoy volviendo loca... - Cálmate hermana, como verás soy más fuerte que mi novio, eso es todo... - Pero... eso es imposible, es decir... ¿Cómo puede ser? ¿Cómo puedes estar cargándolo de esa manera? ¿Cómo? Debo de estar alucinando... - No, no lo estás, es la realidad. La verdad, ni yo misma sé como es que soy más fuerte que él, mucho más fuerte que él. - N-n-no... es que... ¡no puede ser! Osea, Julio es un deportista fenomenal, es puro músculo, hace ejercicios, y en cambio tú, nunca has hecho deporte en toda tu vida, bueno algo de natación pero... - No lo sé, pero el hecho es que soy más fuerte y hermana... si tú eres más fuerte que yo, ¡es por seguro que tú también eres más fuerte que él! - ¡¡¿¿QUÉ??!! Julio se sobresaltó al escuchar tales palabras, no podría aguantarlo más si otra chica también resultara ser más fuerte que él. Mariela era más alta que Lorena, medía 1.65; 25 centímetros más baja que Julio. Pesaba más que Lorena. Se parecía mucho a ella, a sus 17 años tenía el cuerpo ya desarrollado casi en su totalidad, era esbelta, con cabellos castaños hasta los hombros y un rostro angelical, sus labios también eran hermosos aunque no eran perfectos como los de su hermana menor. - Anda, hermanita, ¡Cárgalo! - Exclamó Lorena sonriente, moviendo sus brazos hacia adelante con todo y Julio y señalándole a su hermana que lo tome. - P-pero... - Anda, no tengas miedo, mira como yo lo cargo sin esforzarme nada, es como cargar un muñequito, no pesa nada vas a ver. Mariela se relajó un poco al ver como su hermana menor manipulaba al inmenso macho con tanta facilidad, y se animó. Colocó sus manos bajo los brazos de Julio, Lorena aún lo tenía sostenido sin embargo. Mariela respiró hondo y cerró los ojos entonces levantó los brazos y para su sorpresa... ¡No pesaba nada! Mariela no podía salir de su asombro, ella que nunca había hecho ejercicios y mucho menos deporte, estaba levantando a un hombre fornido y musculoso con suma facilidad y sin esfuerzo alguno como si estuviera levantando un osito de peluche. - Esto es... increíble... - Mariela seguía anonadada, mientras Julio seguía llorando aún más humillado al saber que también Mariela era más fuerte que él. - No pesa absolutamente nada, es como una pluma. - Te lo dije, es mi juguetito. -afirmó Lorena. - Genial, todas las cosas que podríamos hacer con él... Es tan ligero.... Pensé que era fuerte, todos esos músculos... - ¡Están de adorno! Ambas empezaron a reírse a carcajadas burlándose de Julio. Mariela entonces, comenzó a sentir la misma sensación que Lorena experimentó hace unos momentos: el hecho de tener a un macho a total merced de una, de poder utilizarlo de la forma que quisieran... Mariela tuvo una descabellada idea, al ser mayor que Lorena ya pensaba en otras cosas. - Lole ¿Me das permiso de jugar con tu juguetito? - Sí, puedes hacer lo que quieres excepto besarle en la boca, ¡eh! - Esta bien, igual no pensaba hacer eso. - dijo Mariela con una mirada y una sonrisa maliciosa. Entonces retiró la mano derecha del brazo de Julio, sosteniéndolo con la izquierda solamente. Luego, procedió a bajarle el cierre del pantalón lentamente... - ¡Oye! - gritó Lorena - ¿Qué haces? - ¡Silencio! Tu dijiste que le podía hacer lo que sea, excepto besarlo en la boca, ¿recuerdas? - P-pero... - ¡Nada de peros! - É-esta bien... tu ganas... Sonriente, Mariela continuó bajando el cierre del pantalón de Julio, hasta que finalmente lo abrió por completo, metió su mano dentro y sacó un pene de 20 centímetros, con semen alrededor del mismo. - Mira, parece que con tus juegos lo hiciste eyacular y tú ni cuenta. - Eh... - Lorena se sonrojó un poco, también era la primera vez que veía un pene en vivo y en directo, además era bastante grande. Ella también quería tocarlo, así como su hermana lo estaba haciendo. Estiró la mano, pero Mariela la alejó. - No, tu ya jugaste con él, ahora sigo yo, luego tu juegas de nuevo con él. ¿Ok? - Pero, yo también quiero, ¡es MI juguete! - Ok, ok... Pero primero yo, ¿ok? Fin de la segunda parte Todo comentario o crítica que tengan respecto a mi historia, por favor, escríbanme a: finalfantasy_maniac@hotmail.com Gracias por tomarse el tiempo de leer esto. Espero haya sido de su agrado. ¿Qué destino le deparará a Julio? ¡Pronto la tercera parte!