TRAS LAS MURALLAS DE LAS AMAZONAS por Plutarco de Malatesta CAPÍTULO VI Ese mismo día, horas mas tarde.., Mec, conducido por una guerrera, recorria los lúgubres pasillos que ya conocía bien. Lavado y arreglado como para una ocasión muy especial, su aspecto era el que se esperaba en el esclavo personal de una guerrera de alto rango, el cabello recogido en multiples y finas trenzas, la barba recortada hasta su mínima expresión, pues eran pocos los que disponian de los medios para rasurarse completamente, vestido con una corta túnica sin man- gas que dejaba al descubierto sus delgados, y muy poco belludos miembros, que lu- cian mas blancos que de costumbre por el efecto de una generosa ración de polvos blancos que le habían aplicado por todo el cuerpo y de forma especial en el ros- tro , de forma que acentuaba su aspecto devil y inofensivo, esta concepción de la estética era opuesta a la guerrera que lo controlaba, ella acentuaba el aspecto vigoroso de sus fuertes y bronceados musculos con aceite, que los hacia brillantes y elá sticos, y sus vestiduras y correajes, de cuero y metal, la hacian parecer peligrosa y letal como una pantera negra. Su rostro era, sin embargo, casi infantil, pues era muy joven, aunque su expre- sión era malebola y fiera cuando estiraba de su prisionero que, sujeto por un collar de esclavo bellamente labrado, era obligado a seguir a la joven déspota,dando traspies por el efecto de brutales tirones por aquellos pasillos que siempre aparecian en sus muchas pesadillas. La hermosa muchacha, llevada por su ardor juvenil, se empleaba a conciencia, usan- do su superior fuerza física para hacerse seguir por aquel esclavo devil y des- valido. Sabía que estaba totalmente domado y que le hubiese bastado el movimien- to de sus cejas para hacerse entender y obedecer por él, pero no desaprovechaba la ocasión que se le brindaba de ejercer el poder ilimitado que recientemente se le habia concedido, con su condición de guerrrera.La excitaba sexualmente mane- jar a aquel hombre a su antojo como a un pelele y sentia una estimulante sensa- cion de poder al comprobar el efecto de su fuerza sobre él. El sol de la tarde deslumbró al prisionero cuando salieron al exterior y, tras un recorrido, que a é l le pareció largo, por las calles, llegaron a un recinto gran- de, cuadrado, traspasaron las puertas guardadas por guerreras y ya en el inte- rior Mec vio que se trataba de una construcción en torno a un gran patio cen- tral al que confluian pabellones alargados de dos plantas, caminaron por el pa- tio en direccion a la puerta que enfrentaba a la entrada general, el lugar esta- ba ocupado por guerreras que aquí y allí, en grupos hablaban reian, o participa- ban en distintos entretenimientos, Mec comprendió que eran las estancias de las guerreras, se cruzaron con algunos esclavos de aspecto sumiso y mirada huidiza, llegaron frrente a una estancia de puerta cerrada, mas grande y rica que las otras que habian cruzado. La amazona que tan rudamente le habia conducido hasta alli jaló una vez mas del esclavo hasta colocarlo a su lado y le habló a la cen- tinela de la puerta. .-Es el esclavo de tu centúride.. La otra mujer lo miró de arriba abajo, escudriñando cada detalle con detención lo que azoró al prisionero. .-Bien..puedes irte yo me haré‚ cargo de él..-al decir esto y sin dejar de mirar al esclavo extendió la mano para tomar la cadena de control. Cuando la otra sa- lía estiró de un tirador que colgaba junto a la pared. siguió mirando al hombre con arrogancia e insistencia y el permanecia con la mirada gacha, pronto acudio una nueva guerrera. -ocupa mi puesto ..-le dijo,.tiró de otro pulsador que estaba junto al primero y a los pocos segundos una campana que estaba sobre la puerta sonó. Mec comprendió que les habia sido concedido el permiso para acceder a los aposentos de la que iva a ser su única dueña. Mec habria visto una sala grande amueblada con cierto lujo, sino fuera porque la ffigura que estaba en el centro, de pié y esper ndole absorvió toda su atención,como si de ella emanara una luz que difuminara todo a su alrededor, y la reconoció, reconoció sus hombros anchos, sus labios gruesos y sensuales su cabellera larga, lacia y brillantemente negra, sus erguidos, duros , hermosos y algo excesivos pechos, sus largas y fuertes piernas los brazos robustos y lle- nos, la breve cintura fuertemente ceñida..reconoció a la guerrera que le habia alcanzado , vencido y capturado alla en la soledad del monte Avanzó hacia ella como en trance, pero fue reprimido por su guardia, hasta que a un gesto de su ama fue liberado. consiguió así llegar frente a ella y alli, en un gesto natural e instintivo se postró de rodillas ante ella. Con un gesto, la centúride indicó a la guardiana que abandonase la estancia, tras lo cual quedó a solas con el prisionero. - En pie.....- Ella habia adelantado un paso , con lo cual cuando él obedeció , quedó frente a ella a muy corta distancia, por supuesto no se atrevió a cruzar la mirada y la mantuvo baja , solo alcanzaba a ver su boca, Mec la observó con disimulo tratando de aventurar a traves de ella el estado de animo de su dueña, pero los sensuales labios permanecian inexpresivos y neutros. Sin poderlo evitar su mirada resvaló hacia los erguidos pechos , henchidos y plenos, ella, que lo observaba atentamente , inspiró y estos se elevaron aún mas, el efecto fue inmediato sobre el hombre, se azoró, la mirada vagó nerviosa por el estrecho campo de visión, cuando de nuevo se detuvo en la boca de la amazona esta sonreía, sonreía conmiserativa y burlona ,una sonrisa de superioridad. La punta de una daga apareció frente a los ojos de Mec, dió un respingo , pero pronto se sobrepuso, se sabia propiedad de aquella mujer y era claro que no lo habian domado y entrenado para llevarlo a morir entre sus manos recien llegado. Aún así dió un respingo cuando ella apoyó y deslizó la afilada punta por su pecho, luego , por dos veces , la amazona cortó el borde superior de la túnica de su esclavo, hecho esto giró en el aire el puñal y lo tomó por la punta, listo para ser lanzado , Mec la vió lanzar apenas sin preparar el tiro , y vió como el arma se clavaba en su objetivo, un circulo blanco sobre una tabla de madera colocada sobre una pared, a varios metros de distancia, cuando enderezó la cabeza vió que ella le miraba, ya, fijamente. El hombre humilló la mirada instintivamente, siguiendo unas pautas de comportamiento ya indelebles y dificiles de soslayar. Su dueña le tomó por el cinto y lo desenganchó dejandolo caer, le hubiera bastado un movimiento para despojar al endeble hombre de la amplia túnica , pero prefirió tomarla con sus manos y desgarrarla, ., al segundo tirón la prenda quedó totalmente abierta por delante , la mujer la hizo deslizarse por los huesudos hombros hasta el suelo. Duna, la centúride, redujo un poco la ya escasa distancia que le separaba del delgado esclavo hasta apoyarse contra el ya casi desnudo hombre. Deslizo sus brazos por los costados , abarcandolo por detrás, hasta tomar con ambas manos la cincha del sucinto taparrabos , forcejeó con ella hasta soltarla, lo que hizo a Mec bambolearse contra los calidos pechos de la guerrera. Luego, lentamente y gozando de ello terminó de liberar a su nuevo juguete de toda vestidura. -Atras..retrocede dos pasos.-........-como no podia ser de otra manera Duna le vió obedecer . le observó con los brazos en jarras , apreció afirmativamente su sumisa cabeza baja, vió con placer que temblaba ligeramente, observó la delicada estructura física, .....un típico especímen de esclavo personal tras las murallas , como la mayoría de sus congeneres seguía el estereotipo preferido por las amazonas.. devil y gracil..A Duna la recién estrenada propiedad sobre ese hombre la excitaba .., el poder total y absoluto sobre él , nunca experimentado antes, hacia crecer su excitación por momentos, a diferencia de muchas de sus compañeras , y como otras muchas, era decididamente heterosexual, y aquel indefenso extranjero, venido de lejanas tierras le interesaba desde que lo tuviera , reducido y a su merced, capturado, en la soledad del monte. La poderosa mujer se relamió los frutales labios y sus pezones empujaron con fuerza la casi transparente túnica, esto no pasó inadvertido para el desnudo Mec, y su pene que se movía inquieto de forma incontrolada, alcanzó su total desarrollo. Duna sonrió torvamente con una sonrisa que inquietaba especialmente a su esclavo, de lado , desplazando solo hacia su lado derecho sus labios, pero ignoró la evidente erección . Rodeó al hombre y con sus manos comenzó a explorar el cuerpo desnudo, deslizó dos dedos por las marcadas costillas y claviculas palpó los delgados brazos y los glúteos que pese a la delgadez y devilidad general , mantenían cierta tersura y redondez, lo tomó por la barbilla y le hizo abrir la boca , constatando que el estado de sus dientes era bueno, lo que la alegró. Las marcas y cicatrices del esclavo ocuparon entonces su atención , sus dedos palparon marcas indelebles de látigo . -¿Son todas hechas por guerreras ?.. o son antiguas..de alguna otra mujer .allí en tu pais? La pregunta desconcertó algo a Mec.-! - ho no..no.. ama...- comprendió que para su nueva dueña , las costumbres de un país tan lejano eran totalmente desconocidas.- no..ama las mujeres allí no usan el látigo contra los hombres ..todas..todas mis marcas me han sido impuestas por guerreras amazonas. -Ella lo miró por un momento .- algún día has de hablarme de ese extraño pais...muestrame ahora tu brazo....- Mec extendió el brazo derecho y su ama leyó en sus tatuajes todo su periplo desde que fuera capturado. Sujetando aún el brazo La poderosa guerrera torció algo la muñeca cautiva , lo que causó un ligero dolor al hombre desnudo y la colocó en una posición de mas control y dominio sibre él. Mec temió que aquello fuera el comienzo de una sesión de doma y castigo, una demostración de poder sobre el nuevo esclavo, pero ella no forzó mas la muñeca ni le golpeó solo habló: .-Yo no usaré el látigo contigo... no te dañaré con él..mis manos serán suficientes si mereces un castigo... Mec habia sido soltado , medio inclinado ante su ama, terminó de postrarse y intentó besar el pié de la guerrera , en agradecimiento por aquella declaración de intenciones de no ejercer sobre él una crueldad excesiva. -Gracias ama.. Duna no esperaba aquello y por alguna razón no le gustó demasiado. Retiró el pié y el no llego a tocarlo, lo apoyó en el hombre que quedó tendido, habló al hombre bajo su pié. Debería empezar ahora pero solo te advertiré, crees que puedes tocarme sin mi permiso.. ? ! !yo te diré cuando debes hacer eso..! !En pie!!- Confundido Mec obedeció , evidentemente Ella no iva a castigarlo ni a ensañarse con él , la forma de ser de la que era, ya, su dueña absoluta le preocupaba seriamente, algo aliviado empezaba a creer que no estaba en manos de una mujer absolutamente cruel y despótica, lo que era su principal temor en aquellos momentos. Duna vió imcorporarse al hombre desnudo cumpliendo su orden , miró su pene constatando que aún permanecia erecto y cimbreante , el indisimulable tributo a su atractivo la halagó y su excitación se hizo mas intensa . Ella había conocido todo tipo de hombres, habia formado parte de las guerreras encargadas de la custodia de los prisioneros seleccionados para la reproducción, y allí en la prisión fortaleza , fuera de los muros de la ciudad , habia tenido a alguno de aquellos guerreros poderosos y fieros y se habia hecho servir por ellos atados por cadenas y controlados con dogales de cuello, pero el devil y gracil esclavo la excitaba mas, mucho mas que ellos, aunque no iva a dejar que él lo notase demasiado. - mis ropas... hizo un gesto alado con las manos, no exento de feminidad Era el momento para Mec de mostrar que habia sido bien adiestrado - Si ama..- dijo, bajó la mirada y se acercó mas a ella , apenas sin rozarla hizo caer los cierres y pasadores de sus correajes. La túnica que vestía Duna se sujetaba con un pasador metálico sobre uno de los anchos hombros de la amazona y dejaba el otro al descubierto, con manos temblorosas Dan lo abrió e hizo deslizar, hacia abajo, la fina tela sobre el firme cuerpo de la mujer , el hombre se inclinaba para arrodillarse y extraer la túnica por los pies, pero ella habló - Dejala caer..- él la soltó y la tela quedó retenida sobre los pechos ella movió la cabeza y la hermosa melena negra se desplazó tras sus hombros. Movió sus pechos y la túnica termino de caer, inerte, a sus pies. Mec no pudo, esta vez , apartar la mirada, habia visto mujeres hermosas entre las amazonas pero su ama le pareció la mas bella entre ellas. Estaba atónito y ella no pudo dejar de verlo, por lo que una sonrisa se dibujó en sus labios sin dejar de mirar al hombre subió con una de sus pies la túnica hasta el alcance de su mano, la tomó con las dos y lentamente , la enrolló tan larga y delgada como pudo ,con un gesto rápido atrapó al hombre desnudo , con la tela , por detras del cuello, lentamente lo atrajo hacia sí. Sonrió burlonamente ante la cara de asombro del esclavo , cuando de repente atrapó entre sus fuertes muslos el pene erecto. Se desprendió de la túnica tirandola hacia atras sobre su cabeza y puso los brazos en jarras . Sobre un gran espejo de pulido bronce se reflejaba la escena, la mujer y el hombre desnudos, la bella y poderosa hembra sujetaba al devil macho segura y tranquila mientras él se debatía atrapado , sin atreverse a tocarla con las manos. -Ahora enseñame que sabes hacer esclavo... ...