Los Músculos de la Montaña. Tercera Parte. Por JMV, josema94@yahoo.com.mx Dos fuertes y bellas mujeres me muestran el poder de los músculos del bosque Cuando desperté en la mañana, Ixtla ya no estaba. Me levante y encontré a Xochitl en la otra habitación, tejiendo el nuevo vestido de su madre. Le pregunte donde estaba Ixtla y me respondió que se encontraba afuera de la casa. Salí y no vi a Ixtla por ningún lado. De repente, escuche un estruendo y la tierra tembló bajo mis pies. Algo muy pesado había caído al suelo, pero no sabía que era. Unos minutos después, vi a Ixtla completamente desnuda, cargando dos gruesos troncos y los llevo cerca de la casa, donde había más troncos y los apilo como si fueran palillos de dientes. Al verme, me sonrió ligeramente (por primera vez desde que la conocí, la vi sonreír) y me comento: -La casa necesitara otra habitación ahora que estas con nosotras. ¿Quieres acompañarme? Necesito más troncos. No pensé que mi ayuda fuera útil, pero quería verla otra vez en acción, así que acepte. Caminamos un rato por el bosque y nos detuvimos ante un árbol que a Ixtla le pareció adecuado. Ordeno que me alejara un poco y ella comenzó a empujar hacia delante el árbol con sus dos manos. Rápidamente, el tronco cedió ante la enorme fuerza de la mujer y cayo pesadamente al suelo. Después, Ixtla arranco las ramas y la raíz con la facilidad de siempre, lo partió a la mitad de un solo golpe y lo llevo hasta la casa, cargando las partes del tronco sin ningún problema. Cuando reunió todos los troncos que necesitaba, comenzó a enterrarlos en el suelo. Los troncos median en promedio alrededor de 2.50 metros, así que Ixtla tomaba un tronco, sujetándolo como si lo abrazara y lo enterraba tan fuerte en el duro suelo que del tronco solo sobresalían menos de 2 metros. De esa forma hacia las paredes de la nueva habitación. Ixtla era más eficiente que una maquinaria de construcción ya que en poco tiempo, en ese mismo día, la otra habitación quedo lista. Yo me encontraba extasiado al ver aquella Hércules en acción. Después de comer, Xochitl le entrego a su madre el nuevo "huipil" y cuando Ixtla se lo puso, notamos que le quedaba muy ajustado, tanto, que mientras se lo probaba, el vestido comenzó a rasgarse de la espalda y de los hombros. Antes de que Ixtla lo rompiera completamente, se lo quito rápidamente y le ordeno a su hija que lo arreglara. -No entiendo. En la mañana, antes de que salieras, te medí y el huipil te debería quedar holgado.- Dijo Xochitl algo molesta por el trabajo perdido. Ixtla dirigió la mirada a la nueva habitación y dijo en voz muy baja: -Fue el trabajo que hice este día. Mi fuerza aumento más. Por eso no me queda el huipil. Confeso la mujer. Al estar completamente desnuda, los músculos de Ixtla lucían tremendamente grandes, tan inmensos y rebosantes de energía, que Xochitl y yo no nos percatamos de su nuevo crecimiento porque no vestía ninguna ropa para notarlo, así que Xochitl tuvo que dedicar toda la tarde a hacer mas grande ese vestido, para que pudiera cubrir los enormes músculos de su poderosa madre. Esa noche, al terminar de cenar, Ixtla nos dijo: -Tengo que irme algunos días, Xochitl. Te quedaras con el hombre. El va a ayudarte. Ya comprobé su capacidad y no fallara. Ayúdalo en todo y cuídalo mucho, ¿entendiste? -Si mama.- Respondió Xochitl dócilmente. Después, me observo con una mirada severa y me indico: -Te encargo a mi hija. Depende de ti para sobrevivir en este lugar. Haz lo que ella te indique y todo estará bien. Dormí solo en la nueva habitación, con un petate para mi y me cubrí con la piel del oso que Ixtla derroto hacia unos días. No vi cuando Ixtla se marcho. Me despertó el ruido que hacia Xochitl mientras guardaba el agua que traía en unos grandes jarrones de piedra. -Voy por más agua. ¿Quieres acompañarme? – Me dijo Xochitl. -Si, debo ayudarte.- Respondí. -No es necesario, yo puedo sola. Es para que conozcas el lugar y después vayas tu solo. Así, salimos de la casa. Xochitl llevaba dos jarrones de piedra sujetos a los extremos de un tronco que cargaba en sus hombros. Cada jarrón era de más de medio metro de largo y de unos 40 centímetros de ancho. Reflexione que si un plato de piedra resultaba demasiado pesado para mi, esos jarrones pesarían una atrocidad, sin embargo, Xochitl los cargaba sin problema. Después de caminar un rato, llegamos a un hermoso manantial, donde el agua parecía salir de las rocas, formando una pequeña cascada, que daba origen a una poza no muy profunda, ya que la pureza del agua permitía ver el fondo con claridad. -Llegamos. Esta es la fuente. ¿Te cansaste?- Pregunto Xochitl. -Un poco. Tu madre me hizo caminar mucho más hace unos días.- Respondí. -Podemos descansar un rato. Además, quiero meterme al agua.- Comento Xochitl. En un momento, Xochitl se quito su vestido y entro al agua. -¿Quieres entrar? El agua esta muy bien.- Dijo la chica. -No. Estoy bien así.-Respondí mientras me sentaba en una roca para recuperar el aliento y admirar el paisaje. En ese tiempo, observe a Xochitl y note su belleza. A diferencia de su madre, los rasgos de Xochitl eran mas finos, su cabello mas sedoso y largo, sus labios eran muy rojos y carnosos y su forma de mirar era mas calida que la penetrante mirada de su madre. Su piel era mas clara que la de Ixtla, sus ojos eran grandes y expresivos. Su cuerpo estaba muy bien proporcionado, con músculos bien definidos, aunque faltaba mucho para que se vieran tan grandes como los de su madre. Cuando salio de la poza, se sentó a mi lado, mientras se secaba lo suficiente para ponerse su vestido. Entonces, le pregunte si alguna vez había salido de ese lugar y si conocía a más gente. -Solo recuerdo a mi padre. El se fue hace mucho tiempo, cuando yo era muy pequeña. No he visto a nadie más. Mama me ha prometido que cuando sea fuerte me llevara a otros lugares, donde conoceré más gente. Por ahora, tengo prohibido alejarme de la casa. Solo puedo ir por agua y recoger leña cerca de la casa. Así ha sido siempre.- Respondió Xochitl. Nos quedamos en silencio y después ella pregunto: -¿Te quedaras con nosotras para siempre? Esa pregunta había estado en mi cabeza desde el día que su madre me había pedido ayuda. En realidad, no había mucho por lo cual regresar. Mi madre murió cuando era un niño, mi padre se fue a vivir con otra mujer y no lo volví a ver. Con mucho trabajo concluí mis estudios para obtener un empleo y una forma de ganarme la vida. Con todo eso, nunca tuve tiempo para buscar novia, mucho menos esposa y ahora, mi perspectiva había cambiado. Ante mi tenia un paraíso y a dos hermosas y fuertes mujeres que me trataban muy bien. Entonces, decidí que me quedaría hasta donde ellas me aceptaran. -Si tu madre lo permite, me quedare aquí para siempre.-Le respondí a Xochitl. -Me siento muy contenta por eso. Mama dice que eres una buena persona. Entonces Xochitl tomo mi mano y me miro a los ojos, mientras me preguntaba: -¿Tu vas a hacerme fuerte? -Tu madre cree que si, pero no se como va a pasar eso.- Respondí. -¡Por favor, hazme fuerte! ¡Te lo suplico! ¡Debo ayudar a mi madre! –Dijo desesperadamente Xochitl. -Xochitl, yo... no se que debo hacer...-Dije nerviosamente. -Puedes comenzar acariciando mi cuerpo y yo acariciare el tuyo...-Menciono Xochitl. -Xochitl, tu madre no ha dicho nada de eso y creo que ella debe estar presente cuando eso ocurra...-Replique. A decir verdad, tenía miedo. Con las cosas que había visto en los últimos días, esas mujeres no eran normales y no sabia que pasaría si Xochitl y yo hacíamos algo, pero sobre todo, le temía a la inmensa fuerza de su madre y al castigo si yo hacia algo mal. Xochitl pareció entenderlo y ya no dijo nada mas, se vistió, lleno los jarrones con el agua de la poza y regresamos a la casa. Durante la tarde, Xochitl se dedico a tejer otro vestido y le pregunte que si era para su madre. -Mama me ordeno que hiciera otro huipil para mí. Tan holgado como se pueda y así lo estoy haciendo. No creo que pueda usarlo, es muy grande. Lo estoy haciendo igual al que usa mi madre en estos momentos.- Respondió. En la noche, cada quien durmió en su "cama" y en habitaciones separadas. Al día siguiente, acompañe a Xochitl por vegetales y plantas para preparar la comida. Por la tarde, mientras recogíamos leña, comenzó a llover de repente y tan fuerte que no podía ver mas allá de mi nariz, por suerte no estaba lejos de la casa y pude llegar a salvo, pero no había rastros de Xochitl. La lluvia era más fuerte a cada momento y ya estaba dispuesto a salir en busca de Xochitl, cuando ella entro a la casa. Estaba completamente mojada y temblaba de frió. Me quite la camisa, la abrace y comencé a secarla. Mientras lo hacia, mi mano rozo sus senos y me sentí excitado y me puse aun mas cuando recorría su atlético y bien formado cuerpo. Cuando Xochitl quedo seca, comimos algo y me dijo que no había suficiente leña para calentar la casa, así que teníamos que dormir juntos y abrazados para no pasar frió, el cual ya se sentía en la casa. Tímidamente, nos acostamos de lado, frente a frente y nos abrazamos. Xochitl dijo que me acercara mas, porque aun sentía frió y me acerque tanto que pude sentir sus pezones en mi pecho. De su cuerpo emanaba un olor exquisito que me fascino y mis piernas se entrelazaron con las suyas. Era una sensación muy agradable para mi, ya que al estar junto a Xochitl, sentía una calidez que jamás había experimentado y comencé a acariciar sus brazos, mientras mis pies jugueteaban con los suyos. Xochitl respondió a mis caricias y mi cuerpo reaccionaba a cada una de ellas. Cada caricia parecía estar cargada de una especie de corriente eléctrica que recorría mi cuerpo y me provocaba una sensación inigualable de placer .Jamás había sentido algo así. La casa estaba oscura y solo era iluminada por los relámpagos de la tormenta. Poco a poco, las caricias se volvieron mas atrevidas y comencé a besar diferentes partes de su cuerpo. El miedo que tenia por hacer algo equivocado con Xochitl desapareció en ese momento y solo quería estar con ella, abrazarla tan fuerte como pudiera y besar todo su cuerpo. Mi pene también parecía estar de acuerdo, ya que en poco tiempo estuvo tan erecto y rígido. Finalmente, los dos estábamos completamente excitados e introduje mi miembro en su cuerpo. Su tela virginal era muy dura ya que me tomo algo de esfuerzo atravesarla y en poco tiempo explote y mi eyaculacion fue absorbida completamente por el hermoso cuerpo de Xochitl. Nos quedamos dormidos, abrazados uno del otro. Al despertar, ya había salido el sol y no se veían rastros de la terrible tormenta de la noche anterior. Xochitl aun dormía y contemple su hermoso rostro. Me preguntaba si lo que habíamos hecho tendría un buen resultado y en lo que diría su madre. En esos momentos, Xochitl despertó. -¡Lo hiciste! ¡Pude sentir el liquido entrando en mi!- Dijo emocionada Xochitl. Se levanto y comenzó a observar su cuerpo, pero este continuaba igual. Se acerco a la mesa de piedra donde comíamos e intento levantarla, pero no pudo moverla siquiera. -¡No paso nada! ¡No me he vuelto fuerte! ¡Quizá debimos esperar a que mama estuviera aquí! – Dijo desconsolada Xochitl y rompió a llorar. Intente consolarla, le dije que no era su culpa, quizá era mía, posiblemente por mi liquido que no era el adecuado. Xochitl dejo de llorar, se limpio los ojos y me dijo que lo que sintió fue maravilloso, algo que jamás había experimentado y lo disfruto mucho. -No fue tu culpa. Yo pensaba mucho en volverme fuerte y agradezco lo que hiciste por mí. Quizá no era el momento y debo aceptarlo. Hay cosas que hacer. Tenemos que ir por leña.-Dijo Xochitl, mientras se dirigía a la otra habitación. De pronto se quedo inmóvil. -¡Ahhhh!- grito Xochitl. -¡¿Qué pasa?!- Pregunte mientras llegaba con ella. -¡Mi cuerpo me arde y me duele mucho!- Dijo Xochitl. Me acerque y note que sus músculos se contraían y expandían tan rápido que parecían convulsiones, entonces, sus pechos comenzaron a crecer, su espalda se hizo mas ancha y musculosa, sus piernas se hacían mas y mas gruesas, sus brazos parecían inflarse y sus bíceps se hacían enormes y Xochitl observaba todo esto maravillada. Durante algunos minutos el cuerpo de Xochitl siguió creciendo, mientras yo veía emocionado y satisfecho la transformación de Xochitl. Cuando ella dejo de crecer, cayo desmayada y con esfuerzos pude llevarla a la improvisada cama y espere a que reaccionara. Mientras, observe el poderoso cuerpo que ahora tenia Xochitl, muy similar al de su madre, pero su rostro continuaba igual, su cabello había crecido un poco mas y no pude evitar tocar sus senos, ahora mas grandes, redondos y durísimos. Después de un rato Xochitl despertó, me miro desconcertada y recordó lo que paso. -¡Sentí como me volví fuerte! ¡Mírame! ¡Mis brazos son iguales a los de mama! – Dijo emocionada Xochitl. Volvió a acercarse a la mesa de piedra y ahora con una sola mano la levanto hasta la altura de su cabeza. -¡Solo mama podía hacer esto! ¡Ahora ya puedo ayudarla! – Decía feliz Xochitl. Manteniendo la mesa en el aire, comenzó a jugar con ella como si fuera una pelotita de goma y así estuvo durante unos minutos. Después, la coloco en su sitio y recordó que había que ir a recoger la leña. -Hay que ir a traer leña. Voy a ponerme el huipil.- Dijo emocionada Xochitl. Me vestí de prisa y al ver a Xochitl vestida con su nuevo huipil, los dos quedamos en silencio: el vestido le quedaba muy apretado, tanto que se podía ver a través de la tela, sus músculos y se apreciaba claramente la forma de sus pezones. Xochitl dio un paso hacia mí y ese simple movimiento ocasiono que el vestido comenzara a rasgarse de la zona de sus inmensos muslos. También sus hombros estaban rompiendo el vestido. Xochitl estaba asombrada de todo eso y dijo: -No puede ser. Mama tiene un huipil de la misma medida. No es posible que yo la haya alcanzado tan rápido. Me lo quitare y lo revisare. Entonces, Xochitl levanto los brazos para quitárselo y la espalda del vestido se rasgo hasta llegar a la cintura. -Mama estuvo desnuda por varios días mientras le hacia sus huipiles, creo que yo también puedo andar desnuda. Vamos a traer la leña.- Dijo coquetonamente la chica. Salimos de la casa y ella me pregunto si había visto como su madre tiraba los árboles. Le respondí que si y me dijo que le gustaría intentarlo. Busco un árbol grande, con un tronco ancho y se preparo a empujar, tal como lo hacia su madre. Apenas puso las manos sobre el árbol y este cayo de inmediato al suelo, en medio de un gran estruendo. -¡Lo lograste, Xochitl! ¡Lo derribaste! – Dije muy excitado. -¡Ni siquiera empuje con fuerza, solo me apoye para comenzarlo a empujar!- Comento muy asombrada Xochitl. No podía entender como Xochitl se había vuelto tan musculosa y fuerte en poco tiempo, ni tampoco sabia la función que desempeño mi semen en la increíble transformación. Lo único que sabía es que ayude a una adolescente a evolucionar en una musculosa y poderosa mujer. Con lo del árbol, ambos comprendimos que Xochitl era más fuerte que su madre. -¡Ahora ya puedo andar por el bosque! ¡Mi madre lo prometió! ¡Gracias por tu ayuda! –Gritaba Xochitl, mientras yo la veía jugar con el tronco que acaba de derribar. Regresamos a su casa y durante la tarde nos volvimos a acariciar apasionadamente y yo estaba fascinado por el nuevo cuerpo de Xochitl. Si antes era hermosa, ahora lo era mucho más, ya que la sensación de poder le daba una apariencia muy sensual a Xochitl. Pensaba que Xochitl se había convertido en una bellísima mariposa y me sentía contento por haberla ayudado. Anochecía, cuando regreso Ixtla, con su vestido completamente rasgado. Al parecer, había tenido otro crecimiento imprevisto. Xochitl estaba en otra habitación cuando entro su madre, así que Ixtla no la vio sino hasta que se quito los restos de su vestido. Entonces, Xochitl llego a la habitación y su madre la vio. Ambas mujeres se vieron por un rato y por fin Ixtla hablo: -¡Hija, por fin te has vuelto fuerte! ¡Ya puedes sobrevivir por ti sola! Madre e hija se abrazaron emocionadas. Ixtla volvió a hablar: -Xochitl, ahora eres mucho más fuerte que yo y serás más fuerte cada vez que trabajes más, al igual que yo. Estas lista para enfrentar los peligros de estas tierras y en su momento, te enseñare las cosas que necesitaras para vivir en el bosque. Hay algo mas que debo decirles a ustedes. Me llamo y ordeno que Xochitl y yo nos tomáramos de la mano. -A este hombre le debes tu fuerza. Yo te crié para que seas más fuerte que yo, pero nada se hubiera hecho sin el líquido vital de este hombre. Desde el momento en que el te lo dio y que tu lo recibiste, son uno solo. El es tu hombre y ella será tu mujer. Así será por siempre. No podrán compartir sus líquidos con nadie mas, a menos que sea absolutamente indispensable y con la aprobación de ambos.- Dijo solemnemente Ixtla. Entonces, me miro y me pregunto si tenía algo que decir. Eso era como un sueño para mí, había encontrado a una mujer hermosa, fuerte, musculosa que sabia trabajar y todo lo que yo deseaba en una mujer. Era lo mejor que me había pasado en mi vida, así que lo único que dije fue: -Me siento muy feliz aquí. Si me permite, me quedare por el resto de mi vida. -Eres bienvenido. Ya eres parte de la familia.- Contesto Ixtla. Desde entonces, Ixtla ya no vivió con nosotros. Se hizo una casa aparte, pero nos visita todos los días. He visto a esas mujeres volverse más y más fuertes. Quizá sea algún efecto de la alimentación tan sana o de vivir al aire libre, pero yo también me he vuelto algo fuerte, ya que los platos de piedra y los jarrones para traer el agua ya no son problema para mi. También aprendí a hacer los hupiles para Xochitl y su madre que los destrozan constantemente y también para mí, ya que mi ropa se acabo desde hace mucho. A los pocos meses de que llegue, Xochitl se embarazo y tuvimos una hermosa bebita, que creció fuerte y sana y cada día se parece más a su poderosa madre. Ahora tiene cuatro años y estoy fascinado con ella. Quizá algún día ella también conozca el secreto para tener los músculos de la montaña. Nunca intente tener contacto fuera de este bosque, ya que estoy contento con mi vida y lo que tengo ahora, pero escribí este pequeño diario en la agenda que rescate de la camioneta para pasar las tardes que me quedo esperando a mi hermosa y fuerte esposa de sus recorridos por el bosque con su madre, mientras nuestra hija Tlali duerme. Espero que algún día ella lo pueda leer y sepa como fue que conocí los músculos de la montaña. FRT Marzo 16 de 1992. Envien sus comentarios buenos y malos a josema94@yahoo.com.mx Gracias por su atención.