MAX Y LORENA, LA BIBLIOTECARIA Por Esper, esper_cl@yahoo.es Cuando se divorcia, Max se junta con su amiga Eliana quien le aconseja que entre a un gimnasio. Luego conoce a Lorena. Ella por coincidencia va al mismo gimnasio y es bibliotecaria de donde �l estudia el postgrado. Lorena tiene un conflicto en la universidad, en la cual �l la apoya. Luego se comienzan a conocer m�s, y Max se da cuenta de lo fuerte que ella es. MAX SE DIVORCIA A los cuarenta a�os reci�n cumplidos, Max se divorci�. Josefina, su ahora exesposa es abogado como �l y se conocieron en la �poca de universidad. Sus desavenencias llevaban a�os, e incluso hab�a habido infidelidad de los dos lados. Si bien la separaci�n fue acordada y diplom�tica, para Max no dej� de ser dolorosa en lo afectivo. No le agradaba todo que su hija Javiera, de 11 a�os, fuera a vivir solamente con su madre, aunque tambi�n pensaba que era lo mejor para todos. No hubo mayores problemas en lo econ�mico ni en lo pr�ctico. El pap� de Josefina era senador de la rep�blica y era socio de un connotado estudio de abogados. Con frecuencia contrataba a Max para sus asesor�as, y le derivaba casos. Max calculaba que la mitad de sus ingresos proven�an de los trabajos que le daba su suegro. Si pod�a mantenerlos pese a la separaci�n ser�a, mejor para �l. "Mi pap� te va a seguir mandando trabajos como lo ha hecho hasta ahora" le dijo en su momento su exesposa Josefina. "Piensa que trabajas bien, y dentro de todo has sido un caballero", continu� ella. "Pues me alegra o�r eso", respondi� Max. �l sab�a que lo que dec�a Josefina era cierto. Su suegro le hab�a mandado casos de juicios de propiedad intelectual y de derechos de marca, en los cuales Max hab�a obtenido buenos resultados, pues era su especialidad. Adem�s, sab�a que su suegro, como buen pol�tico, no quer�a tener enemigos, y cre�a en el dicho que no hay enemigo chico. MAX SE JUNTA CON SU AMIGA ELIANA A los pocos d�as de acordada la separaci�n, Max se sent�a algo apenado y desconcertado. Por Facebook le cont� a su amiga Eliana, y le pidi� que se juntaran a conversar. Para Eliana eso no era f�cil, pues su esposo era bastante celoso. Sin embargo, pens� que trat�ndose de Max y la situaci�n que lo aquejaba, bien val�a la pena hacer el esfuerzo para juntarse. Armaron un plan. Se reunir�an en el caf� de una gasolinera, se encontrar�an en la caja de "casualidad", se saludar�an y se tomar�an un caf� como viejos amigos que eran. As� lo hicieron. Max vio primero a Eliana, lo cual no era dif�cil pues mide uno ochenta y dos. Vio tambi�n que no era el �nico que la miraba, pues llamaba la atenci�n por lo alta. Hicieron el show acordado de fingir que se encontraban. Se saludaron con besos y abrazos, y decidieron tomarse un caf� juntos en el mismo lugar. Al saludarse, Eliana se agach�, pues Max es siete cent�metros m�s bajo que ella. El consejo de Eliana fue que poco a poco fuera dando por superada la separaci�n. Por lo que Max le contaba, ella estaba de acuerdo con �l en que no hab�a muchas posibilidades de vuelta. ELIANA: mantente a la distancia, preoc�pate de tu hija y haz tu vida. Conoce otras chicas y no busques pareja en forma apresurada. Eso puede no dar buenos resultados. Lo s� por experiencia. MAX: S� que tienes raz�n. ELIANA: Creo que lo que necesitabas es m�s compa��a que consejos. Y por algo me llamaste a m�. MAX: As� es. T� me conoces bastante, y pens� que conversar con una amiga como t� me iba a hacer bien. Ella solo sonr�e ante lo �ltimo que �l dijo. ELIANA: Lo que s� es que te voy a aconsejar algo a�n cuando te molestes MAX: S�, claro. Dime. ELIANA: Te encuentro un poco suelto y algo pasado de peso. As� que ponte a dieta y m�tete a un gimnasio. MAX: Tienes raz�n. Me he mandado algunas comilonas en las �ltimas semanas. Adem�s, para no llegar donde mis padres, voy a los malls a comer. Y no he hecho deportes �ltimamente. ELIANA: Me imaginaba algo as�. MAX: �Y t�? Te ves bastante bien. Al parecer te cuidas. ELIANA: Voy al gimnasio los martes y jueves en la ma�ana, en forma sagrada. Hago ejercicios de siete a ocho de la ma�ana, y de ah� me voy al trabajo. Los s�bados juego b�squetbol con un grupo de personas de mi edad que tenemos. Como bastante, pero me cuido en cuanto a comida y horarios. MAX: Te ves en forma, realmente. ELIANA: Toca mis hombros y brazos. �l obedeci� y pudo notar sus m�sculos. Eliana era un poco mayor que �l y a su edad de cuarenta y un a�os estaba en bastante buena forma. MAX: Te noto m�s musculosa que cuando nos conocimos en el liceo. ELIANA: Es que estoy m�s musculosa. Cuando estuve en Estados Unidos tom� el h�bito de ir al gimnasio, y de ah� no he parado, salvo para mi embarazo. �l pens� que si hac�an vencidas, ella podr�a ser la ganadora. En ese momento ten�a m�s musculatura que �l. MAX: Cuando haya mejorado mi estado f�sico podemos hacer vencidas. Hoy me ganar�as ELIANA: jajajaja eso creo. Corr�a el mes de enero y se acercaba febrero, mes en el cual la mayor�a de los abogados, y muchos chilenos, salen a vacaciones. Inscribirse en un gimnasio lo har�a en marzo MAX: Creo que es buena idea, pero no s� si ser� el momento, porque este a�o voy a estudiar un postgrado. ELIANA: �Y cu�l va a ser el horario? MAX: Lunes, mi�rcoles y viernes en jornada vespertina ELIANA: Entonces s� es el momento. Puedes ir un par de veces por semana y los s�bados o domingos. MAX: Tienes raz�n. Voy a hacerlo MAX COMIENZA A ASISTIR AL GIMNASIO Max le hizo caso a su amiga Eliana, y un par de meses despu�s se inscribi� en un gimnasio. Adem�s del ejercicio, le servir�a para conocer personas, especialmente mujeres. Encontr� un gimnasio que le acomodaba por la ubicaci�n y por la cantidad de m�quinas e instalaciones, las que inclu�an un buen estacionamiento. Y canchas para diversos deportes. Iba un par de veces de lunes a viernes y sagradamente los s�bados y domingos en la ma�ana. Fue en esos horarios de fin de semana en la ma�ana donde empez� a llamarle la atenci�n una mujer. La primera vez que la vio fue cuando estaba en la trotadora: la mujer estaba a unos veinte metros de �l, en una zona en la que se hacen pesas. Le llam� la atenci�n las espaldas anchas y musculosas, as� como los brazos y hombros voluminosos y s�lidos. Al levantar pesas se notaba como ten�a buenos b�ceps y tr�ceps. Despu�s de las pesas, ella se cambi� a las m�quinas para hacer ejercicios de piernas y brazos. �l la sigui� mirando. La sigui� divisando los s�bados y domingos en la ma�ana. Nunca le conoci� las piernas porque usaba buzo, pero supuso que pod�an ser musculosas. La chica era de tez clara, cabello casta�o oscuro no muy largo, el que sujetaba con un cintillo cuando entrenaba. No era particularmente fea ni bonita. En general estaba sola y no hablaba con otras personas, salvo con los entrenadores y con una amiga con la que a veces acud�a a entrenar. En m�s de una oportunidad mir� disimuladamente la cantidad de pesas que ella pon�a en las m�quinas, y eran mayores a las que usaba �l. En una m�quina en la cual se hac�a un ejercicio que parec�a estar remando, el usaba cuarenta y cinco kilos, en tanto que la chica usaba sesenta. Algo parecido ocurri� en una m�quina para ejercicio de musculatura en las piernas. Calcul� que la chica med�a alrededor de uno setenta en tanto que �l med�a uno setenta y cinco. �l entonces ten�a cuarenta a�os, y calcul� que la chica estaba en sus �ltimos treintas. Se le pas� la mente conocerla y tener algo m�s con ella. Eso no se dio porque estaba saliendo con chicas que conoc�a, y ella no daba pie para que se le entablara una conversaci�n. Con todo, la segu�a mirando, y cada vez que iba al gimnasio pensaba si la iba a encontrar. MAX VUELVE A LA UNIVERSIDAD En su profesi�n de abogado, Max se estaba especializando en derecho empresarial. Por ello decidi� estudiar un postgrado en esa especialidad. Escogi� una importante universidad ubicada en Santiago. Las clases eran vespertinas y todo el material les era proporcionado por la universidad. En una de las clases les informaron de una colecci�n de textos muy avanzada que acababa de adquirir la universidad. Esa colecci�n en sus inicios estar�a disponible solo para los estudiantes de postgrado. El �nico detalle es que era on line y se pod�a consultar solamente en las dependencias de la facultad. Eso implicaba que quien la quisiera ten�a que acudir a la universidad en la jornada diurna, o bien los s�bados. Por su especialidad, esa colecci�n le result� muy interesante a Max, y dado que su horario era flexible pues era uno de los socios de un estudio, decidi� ir a la universidad dentro de su jornada de trabajo. La primera vez que asisti� a la biblioteca fue un d�a martes despu�s de almuerzo. Pregunt� por la colecci�n y se identific� como estudiante de postgrado. El funcionario que lo atendi� le dijo que deb�a hablar con la jefa de la biblioteca cuyo nombre era Lorena. La llam� por el interno y le dijo a Max que pasara a hablar con la jefa para registrarse. Le se�al� cual era la oficina. La sorpresa para Max fue que la bibliotecaria jefa, Lorena, result� ser la chica que tanto le llamaba la atenci�n en el gimnasio por su tama�o de partes del cuerpo y musculatura. Con ropa de trabajo solo se ve�a corpulenta, y no se notaban los m�sculos que �l sab�a que ten�a. Se saludaron cordialmente con un hola. MAX: Creo que nos hemos visto. T� vas al gimnasio que queda en Las Condes, �no es as�? LORENA: Claro que s�. Recuerdo haberte visto tambi�n. Comentaron un par de cosas con relaci�n al gimnasio, y luego entraron al tema de la colecci�n. Ella le pidi� su c�dula de identidad. Y la pas� por un lector de c�digos. Escribi� un par de cosas en su computador, y luego le pas� el teclado para que escribiera una contrase�a. LORENA: Ya est� listo para que entres a la colecci�n, �la vas a consultar ahora? MAX: As� es. LORENA: Te acompa�o al computador. Quiero darte algunas indicaciones. As� lo hicieron. Fueron a un sector de la biblioteca en el que estaban los computadores para consultas. Max ingres� al sistema siguiendo lo que le dec�a Lorena. Un instante quedo detenido sin avanzar. Ella tuvo que intervenir tomando el mouse y marcando un lugar de la pantalla. Ello permiti� que Max notara el tama�o considerable de la mano de ella, la que se ve�a tersa y suave en cuanto a la piel, pero su tama�o y forma denotaban mucha fuerza. Un par de minutos antes cuando ella le pas� el teclado, Max ya hab�a podido apreciar el tama�o de su mano, mu�eca y antebrazo, impresionantes para ser mujer. La colecci�n result� ser muy interesante para �l. Un par de veces tuvo que consultar a Lorena sobre el funcionamiento del sistema. Ella le dijo que se iba a retirar a las seis de la tarde, pero no hab�a problema en �l se quedara m�s rato, porque iba a haber un funcionario a cargo. LORENA TIENE UN ALTERCADO QUE LE CAUSA PROBLEMAS El d�a lunes siguiente, Max lleg� a la universidad como a las cuatro de la tarde. Su idea era consultar la colecci�n. Entr� a la biblioteca y vio que del otro lado del mes�n estaba Lorena discutiendo con una mujer de la edad de ellos. No pertenec�a a su postgrado, pero por la edad y vestimenta dedujo que la mujer estudiaba alg�n postgrado similar al de �l, o alg�n post�tulo. Al verle la cara, result� conocida de �l, puesto que hab�a sido compa�era suya en la carrera de derecho. El tono de la discusi�n sub�a y no se avanzaba en la soluci�n. Max ve�a que Lorena hac�a esfuerzos por mantener el control. Finalmente le dijo a la mujer "por favor no sigamos discutiendo, ya le expliqu� que no puedo solucionar su problema. Si me disculpa, tengo trabajo que hacer". La mujer dijo "esto es el colmo", dio media vuelta y se retir� molesta. Cuando se iba vio a Max. Se detuvo a saludarlo con un beso en la mejilla y le dijo escuetamente "hola y chao, ando apurada". MAX: �Est�s bien? LORENA: Por supuesto. Estas cosas pasan de vez en cuando. No digamos que me agradan, pero las he aprendido a enfrentar. MAX: �te puedo preguntar qu� pas�? LORENA: Ella es del postgrado en derecho ambiental y quiere ver la misma colecci�n que t�. No pude ingresarla porque no est� en el sistema como alumno. Incluso llam� a Registro Curricular, y explicaron que hab�a un problema con su inscripci�n. Le expliqu� eso y se molest�, me dijo que era al colmo que no pudiera hacer algo, qu� no sab�a qu� hac�a como jefa y puras cosas as�. El d�a viernes Max acudi� a la biblioteca. Vio que Lorena no estaba y su oficina estaba desocupada. El d�a s�bado en la ma�ana Max acudi� al gimnasio y encontr� a Lorena caminando en la trotadora. Hac�a caminata fuerte, con pendiente. Se saludaron. MAX: No te vi ayer en la biblioteca. LORENA: Es que estoy con un problema. Me relevaron de mi puesto. Estuve el viernes en la biblioteca central de la universidad. Empieza tu ejercicio en la trotadora y te cuento si quieres saber m�s. Max le hizo caso. Subi� a la trotadora al costado de la de ella, la ech� a andar, y comenzaron a conversar. MAX: �T� problema tiene que ver con el altercado que tuviste el lunes? LORENA: S�. La tipa se quej� formalmente de m�, dijo que yo hab�a sido grosera y que la hab�a dejado hablando sola. MAX: Cu�ntame m�s. LORENA: La queja le lleg� al vicedecano. Incluso la hizo por escrito. �l llam� a la biblioteca central para que moment�neamente me relevaran del cargo en la facultad. Se est� haciendo una investigaci�n y el lunes tengo que ir a contar mi versi�n de los hechos. MAX: Lo encuentro como demasiado. M�s bien es una exageraci�n. LORENA: Pienso lo mismo. �Conoces a la tipa? MAX: claro. Fuimos compa�eros en el pregrado. No somos amigos, pero la conozco y tenemos una relaci�n cordial. Se llama Viviana. S� que es trabaja en un connotado estudio jur�dico, con importantes relaciones con pol�ticos y acad�micos de la universidad. LORENA: �Oh! MAX: Por lo mismo me llama la atenci�n tanto esc�ndalo. �Crees que te podr�an llegar a despedir por el caso? LORENA: S�, es posible. Y no me hace ninguna gracia. Sobre todo, porque me he estado especializando en la parte jur�dica como bibliotecaria. MAX: �Eres bibliotecaria de profesi�n? LORENA: As� es. MAX: �Sabes? Esto lo encuentro una pelotudez. El lunes mismo voy a hablar con el vicedecano, y le voy a contar lo que vi. Yo estaba ah�, as� que soy testigo. Y para nada fuiste grosera. LORENA: Te lo agradezco harto. MAX: Y es una injusticia. Y te lo digo no como abogado sino como persona. Ella sonri� al escucharlo. La cara que puso indicaba que estaba viendo una luz de esperanza. LORENA: Si me ayudas con esto, te lo voy a agradecer. SABADO DE LA SEMANA SIGUIENTE En la semana Max no fue a la biblioteca. El s�bado, Max se acababa de subir a la m�quina trotadora y empezado a precalentar, cuando vio entrar a Lorena vestida de buzo, lista para hacer su rutina. Ven�a sonriente y de buen �nimo. Max le dice "hola". Lorena le dice que le iba a detener la trotadora. Max la mir� extra�ado. "Suj�tate que voy a detener la huincha". Max le hizo caso y ella apret� el bot�n que dec�a "stop". La m�quina se detuvo. LORENA: B�jate de la huincha. Max le hace caso. LORENA: Es que quiero darte un gran abrazo y beso. Ah� �l empez� a comprender. Ella entonces lo abraz� fuerte y le dio seguidos besos en la mejilla. MAX: deduzco que tu problema se solucion� ... LORENA: S�, y gracias a ti. Eres muy buena persona y te estoy muy agradecida. MAX: A ver. Cu�ntame tu parte y yo despu�s te cuento la m�a. LORENA: En la biblioteca central me dijeron que pod�a volver a mi cargo en la facultad. El vicedecano de facultad me llam� a su oficina el mi�rcoles. Me dijo que el problema se hab�a solucionado, y que no hab�a acusaci�n en mi contra. Tambi�n me dijo que me daba una disculpa en nombre de todos, porque fue un error lo que se hizo conmigo. MAX: �Mira qu� bien! LORENA: Pero eso no es todo. Prep�rate a lo viene. MAX: A ver. LORENA: El viernes lleg� Viviana a mi oficina a disculparse conmigo. MAX: Excelente. Pero por lo que te voy a contar no me sorprende del todo. Cu�ntame como fue eso. LORENA: Lleg� y pidi� hablar conmigo. La hice pasar, me dijo que se hab�a equivocado y que me ofrec�a sus disculpas. Me cont� que estaba pasando por fuerte problemas personales y que normalmente no actuaba como lo hab�a hecho conmigo, y que yo no ten�a ninguna culpa de eso y que no estaba bien que me hubiera tratado como lo hizo. Me dio las gracias y se despidi� de beso. Y desde luego que le acept� las disculpas. MAX: Muy bien me parece. LORENA: Ahora cu�ntame tu parte ... MAX: Lo primero que hice fue hablar con el vicedecano. Le describ� los hechos que vi, y le recalqu� que no hab�as sido mal educada. Le dije que incluso conoc�a a Viviana y que me extra�aba la manera de actuar de ella, porque no la recordaba as�. Lorena sonre�a. MAX: �l estuvo de acuerdo conmigo que el problema hab�a que arreglarlo mediante una mediaci�n o con conversaciones. Hab�a que evitar pronunciamientos formales o sumarios. LORENA: �y qu� m�s? MAX: Me pregunt� si yo mismo podr�a hablar con Viviana para arreglar el caso, ya que la conoc�a. Lo encontr� una buena idea. LORENA: �Y hablaste con ella? MAX: Claro. La llam� y fui al mismo martes a hablar con ella. Su oficina est� a tres cuadras de la m�a. No fui a amenazarla con mi testimonio, sino que le dije que pensaba que ella estaba cometiendo un error. Para ser m�s exacto le dije "Viviana, perd�name por lo que voy a decir, pero creo que las est�s cagando". LORENA: jajajajajajaja MAX: Al parecer estaba m�s tranquila y ya estaba arrepentida. Los d�as que hab�an pasado ayudaron a calmarla. Me contaba que estaba viviendo una separaci�n matrimonial muy dura, y que estaba ofuscada. En un estado de normalidad no actuar�a as�. Se larg� a llorar en mi presencia. Estuve una media hora con ella acompa��ndola. Poco antes de irme me dijo "la Lorena no tiene culpa de mis problemas. Realmente las estoy cagando". Luego me dijo que ese mismo d�a iba a retirar la queja. LORENA: jajajajajaja MAX: El jueves me llam� el vicedecano, y me dijo que Viviana hab�a hecho llegar una nueva carta en la que dec�a que retiraba la queja, que todo hab�a sido un malentendido que ella hab�a aclarado con posterioridad, y que lamentaba las molestias que eventualmente habr�a causado. LORENA: �excelente! Te debo una. MAX: nada me debes. Es gracias a ti misma, porque reaccionaste bien, sin perder la compostura. LORENA: Es cierto, pero igual te estoy agradecida MAX: Est� bien. LORENA: Realmente me gustar�a invitarte a algo. S� que eres separado, pero no s� si tienes pareja. Si no hay inconveniente me gustar�a invitarte a almorzar. MAX: No hay problema. �Quieres que vayamos hoy s�bado? LORENA: S�, hoy mismo. MAX: Muy bien. Trato hecho. LORENA Y MAX VAN A ALMORZAR Despu�s del gimnasio cada uno se fue a su casa a ducharse. Max la pas� a buscar pasadas las una de la tarde. El lugar escogido por Lorena fue un restaurante famoso por las ensaladas y comida naturista, en consonancia con los h�bitos sanos de comida de ella. Se sentaron frente a frente en unas mesas de madera de estilo r�stico. Hicieron el pedido, el que se demor� poco en llegar. Comentaron un rato sobre el caso y la facultad en general. Al rato Max quiso llevar la conversaci�n al gimnasio y musculatura de ella. MAX: Ahora que nos conocemos m�s puedo decirte que siempre me han llamado la atenci�n tus m�sculos, en cuanto a tama�o y definici�n Lorena solo sonri�. MAX. Llegu� a pensar que quiz�s eras fisicoculturista. LORENA: No lo soy desde luego. Esa es una actividad casi de jornada completa. MAX: �Entonces? LORENA: Me cuido mucho la alimentaci�n y he hecho mucho ejercicio toda mi vida. En mi adolescencia era gorda. MAX. Incre�ble ... LORENA: Eso s� practiqu� mucha nataci�n desde ni�a, y por eso desarroll� las espaldas tan anchas. Hac�a ejercicio, y a la vez com�a como condenada. En realidad, ten�a algo de exceso de grasa, pero repartida. Me ayudaba a resistir mejor el agua fr�a. Igual ganaba competencias. MAX: Ahora no te ves gorda. LORENA: Claro que no. A los diecisiete me hice el firme deseo de cambiar. Mi cuerpo no me desagradaba del todo, pero quer�a ser m�s delgada. Fui a ver a un m�dico nutri�logo para ordenar mi alimentaci�n. Me met� a un gimnasio. Conoc� a una entrenadora que me dijo que podr�a desarrollar m�sculos con volumen, ya que hab�a ten�a unas espaldas muy anchas. Adem�s, me dijo que ten�a la contextura como para eso. La idea me entusiasm� y empec� a hacer ejercicios. De ah� no par�. Y aqu� me tienes. Hago ejercicios de lunes a domingo. Si no voy al gimnasio, hago abdominales y pesas en mi casa. MAX: Todo me cuadra. LORENA: Tener muchos m�sculos no fue un objetivo que me hubiera planteado. M�s bien fue que cuando empec� a obtener m�sculos por los ejercicios, me empez� a gustar tenerlos, Y quise m�s y m�s. Hasta pens� en ser fisicoculturista. MAX: �Y por qu� no lo fuiste? LORENA: Porque ten�a otros intereses, como estudiar una carrera, casarme y etc�tera. MAX: �Fuiste casada? LORENA: S�, y me separ� hace tres a�os. No tuvimos hijos. MAX: �Con qui�n vives? LORENA: Es toda una historia. Y te la voy a resumir. MAX: Soy todo o�dos. LORENA: Mi hermana falleci� hace dos a�os en un accidente de auto. Ella era dos a�os menor que yo. Su hija, que se llama Constanza y tiene hoy doce a�os, vive con mi mam� y conmigo. La estamos criando entre las dos. Y es la luz de nuestros ojos, sobre todo para mi mam�. Ella es joven a�n, tiene algo as� como sesenta y cinco a�os. Ella vio que Max estaba muy atento e interesado en lo que ella le estaba contando, por lo que decidi� seguir con su historia. LORENA: El padre de la ni�a nunca fue muy responsable. No lleg� a casarse con mi hermana, y vivieron juntos hasta que Constanza tuvo tres a�os. La ve�a poco. Cuando falleci� mi hermana, mi mam� y yo estuvimos inmediatamente de acuerdo en que Constanza estuviera con nosotros. Hablamos con el pap� de ella, y acept� r�pidamente. Incluso pareci� sacarse un peso de encima. Ocasionalmente la ve. Quiz�s deber�a ver la m�s, pero no lo presionamos para eso. Queremos evitar todo tipo de conflicto. Los padres de �l, o sea los otros abuelos, no se interesan mucho en la ni�a. MAX: �Tienes m�s hermanos? LORENA: Nuestro hermano mayor vive en el sur, en Puerto Montt. Est� casado y tiene hijos, un poco mayores que Constanza. A veces ella va a pasar temporadas con ellos, especialmente en el verano. MAX: Linda e interesante historia. LORENA. Eso pienso. A partir de lo que fue una tragedia, muy dolorosa para todos, sali� la luz con Constanza. Ella es como mi hija, y para mi mam� tambi�n. Ella lo qued� mirando. Se produjo un silencio. LORENA: Ya sabes bastante de m�. Ya conoces las facetas m�s importantes de mi vida. Ahora cu�ntame de ti. MAX: Muy bien. Como sabes soy divorciado, y soy abogado. Tengo una hija de catorce a�os cuyo nombre es Mariana. Vive con la mam� de ella, mi exesposa, quien es abogado como yo. �ramos compa�eros en la universidad. Llevamos once meses separados, de los cuales dos meses son como divorciados. A mi hija la veo seguido. De hecho, ma�ana voy a almorzar con ella. No hemos tenido conflictos a ra�z de la separaci�n. Su padre fue senador y ella gana bastante dinero gracias a los contactos de �l, los que a m� tambi�n me han servido. Adem�s, a veces me pasan trabajos de mi especialidad. Lorena mostr� tanto inter�s como el que mostraba Max hac�a un rato. MAX: Creo que te va a hacer gracia lo que te voy a contar. Viviana, la mujer con la que tuviste el problema, es muy amiga con mi exesposa. LORENA: jajajaja. En realidad me hace gracia. MAX: Conozco al exmarido de ella. Nos juntamos los cuatro algunas veces, y ahora los dos matrimonios ya no existen, pues Viviana tambi�n se acaba de divorciar. Esa amistad proven�a del hecho de que las dos mujeres han sido siempre muy amigas, y lo siguen siendo. LORENA: �Y sigues siendo amigo del exmarido de Viviana? MAX: No. Para nada. Nos llev�bamos bien en conversaciones superficiales y en chistes. Cuando nos junt�bamos los cuatro siempre ten�amos tema de conversaci�n, pero no puedo decir que seamos amigos. LORENA: Entiendo. MAX: Bueno, como puedes ver, no hay problemas entre mi ex se�ora y yo. Al menos en cuanto a Mariana y lo econ�mico. Cuando comenc� a pensar en estudiar el postgrado. Lo habl� primero con mi ex y luego con Mariana. Quise prevenir posibles problemas. LORENA: �Qu� edad tienes? MAX: cuarenta, �y t�? LORENA: Cuarenta y uno. MAX: Pensaba que ten�as menos. Entre treinta y cinco y cuarenta. Ella sonr�e. LORENA: Por lo que veo tienes muchas cosas que hacer. Tu trabajo, tu hija, tu postgrado y adem�s el gimnasio. Y me imagino que te diviertes de vez en cuando. MAX: La verdad es que mi trabajo no es tan absorbente. Somos tres socios, los que nos apoyamos. Adem�s, tomamos como procuradores a estudiantes de cuarto y quinto a�o de derecho. Ellos nos alivian mucho el trabajo rutinario. Entonces a veces tengo tiempo en el d�a para estudiar las materias del postgrado. A mi hija la voy a dejar al colegio dos d�as en la semana; los martes y los jueves. Voy al gimnasio los mi�rcoles muy temprano, y los s�bados en la ma�ana. LORENA: Te entiendo. Yo hice un post�tulo hace un par de a�os, y ten�a tiempo en el d�a para estudiar y hacer tareas. Dado que ya era supervisora ten�a que preocuparme de que la biblioteca funcionara bien, cosa que hac�a sin problemas. Ella sonri�. Luego �l extendi� su mano para que la compararan. Ella la puso de frente a la de �l. La mano de Lorena no era m�s larga, pero s� era m�s ancha y gruesa, sin duda m�s fuerte. Luego �l la tom� y quedaron en posici�n de vencidas, con los codos sobre la mesa. LORENA (sonriendo): �Pretendes que hagamos vencidas? MAX: Creo que me ganas. He visto que usas m�s pesas que yo en las m�quinas. �l hizo fuerza tratando de doblar el brazo de ella. Lorena solo resisti� sonriente, sin mostrar la m�s m�nima dificultad. Por el contrario, a Max se le notaba en la respiraci�n y en los gestos, que hac�a un gran esfuerzo, el que fue in�til porque no logr� doblar el brazo de ella. No hicieron vencidas propiamente tal, pero qued� claro que de hacerlas ella ser�a la vencedora. MAX: �Podr�as cargarme en tus hombros? LORENA: Pienso que s�. He cargado pesas de hasta cien kilos. �l no dijo cosa alguna, pero la mir� asombrado. Era fines de marzo, y a�n hac�a calor, pues el verano estaba terminando en Santiago. El d�a estaba despejado. Por ello Lorena le propuso a Max que fueran a pasear en auto. A Max ya le estaba gustando Lorena. Cuando la hab�a divisado en el gimnasio no le atra�a mayor mente su cara, y no la encontraba ni fea ni bonita. Lo que s� reconoc�a es que le gustaba su cuerpo grande y fuerte. Al tocarse y sentir su piel, la atracci�n se hab�a intensificado, y pens� que ya quer�a tener alg�n tipo de relaci�n con ella. Algo que tambi�n le hab�a atra�do en ese rato era su escote, el que sin ser demasiado generoso permit�a ver la comisura de sus senos, de tama�o mediano. ENTRAN A UN MALL EN EL CUAL LORENA SE ENCUENTRAN CON UNA AMIGA Se dirigieron en auto el sector alto de Santiago, en direcci�n a la cordillera. Llegaron al "Mall Sport", el que es un centro comercial con tiendas de deporte, como el nombre lo indica. Se bajaron para vitrinear, por cuanto ella quer�a ver que hab�a llegado en zapatillas de running. Caminaron por las tiendas hasta que encontraron las zapatillas que ella andaba buscando, las que ella aprovech� para comprar porque estaban en oferta. Siguieron caminando con la idea de vitrinear un poco antes de irse. Al rato, Lorena divis� a una amiga, la que ven�a en direcci�n contraria. Estaba en compa��a de un tipo m�s bajo que ella, el que parec�a ser su novio. La amiga era bastante alta, como se pod�a ya ver a la distancia. "Ah� viene una amiga, a quien voy a saludar. Su nombre es Pilar", le dijo Lorena a Max. Al encontrarse, las amigas se dieron grandes abrazos. Presentaron a sus respectivos acompa�antes. Todos se saludaron PILAR: �l es Oscar, mi novio. Ya llevamos unos meses viviendo juntos. LORENA: y �l es Max, un amigo. Me acaba de ayudar mucho en mi trabajo, y en agradecimiento fuimos a almorzar. PILAR: Tenemos que vernos uno de estos d�as. Te voy a invitar a nuestro departamento. LORENA: Con gusto. Cuando quieras. Se dijeron un par de cosas amables y se despidieron. Max y Lorena siguieron caminando por el mall, y comentaron el encuentro. LORENA: A Pilar la conozco de toda la vida. Es hija de una amiga de mi mam�. Ella es menor que yo, en todo caso. Debe tener entre un poco m�s de treinta a�os. Igual nos hemos hecho amigas. MAX: Es bien alta tu amiga. Incluso su novio es m�s bajo. LORENA: jajajajajaja S�, es bien alta. Mide un metro ochenta y uno. MAX: �Por qu� te r�es? LORENA: Porque Pilar siempre ha estado con hombres m�s bajos. Le gustan as�. Le he conocido a varios novios, y el m�s alto era como dos cent�metros m�s bajo que ella. MAX: Curioso. La mayor�a de las mujeres prefieren a los hombres m�s altos. LORENA: Una vez convers� ese tema con ella. Me cont� que sus dos primeros novios eran del mismo colegio, y bastante m�s bajos que ella. En su adolescencia se acostumbr� a ser ella la m�s alta. Nunca le atrajo mayormente que un hombre fuera muy alto. MAX: Su novio es como de la misma estatura que yo, y por lo tanto m�s bajo que ella. LORENA: �Cu�nto mides? MAX: Uno setenta y cinco. �Y t�? LORENA: Uno setenta. �Has estado con mujeres m�s altas que t�? �l piensa unos instantes. Lorena lo mira fijamente esperando su respuesta. MAX: No, novias m�s altas no. En el colegio hubo una chica con la que no fuimos novios, pero por un corto tiempo fuimos m�s que amigos. Nos besamos un par de veces. Era bastante m�s alta que yo. Lorena qued� en silencio, como esperando que �l contara algo m�s. MAX: Ese fue el �nico caso. �Y a ti te importa la estatura? LORENA: No demasiado, aunque prefiero hombres m�s altos que yo o de mi estatura. MAX Y LORENA VAN A LA CASA DE ELLA Como a las seis de la tarde, llegaron a la casa de ella. Lo invit� a pasar. Le dijo que su mam� no deb�a estar porque iba a salir con Constanza a un centro comercial. Si estaban o llegaban, no habr�a problemas. Lorena estaba con una polera de manga corta, la que le permit�a mostrar lo ancho de sus hombros y el impresionante grueso de sus brazos y antebrazos. No se ve�an los m�sculos de espaldas y hombros, pero Max sab�a como eran, pues los hab�a visto en el gimnasio. Su parte delantera era considerable, con un par de pechugas de buen tama�o, que se alcanzaban a ver en su escote. Una vez dentro de la casa, ella le dijo que fueran al jard�n trasero, en el cual hab�a una superficie de pasto. Empezaron a comentar el jard�n que se ve�a bastante bonito. Lorena se peg� a �l y Max le puso su mano sobre el hombro opuesto. Lorena lo abraz� por la cintura. Se quedaron as� conversando con naturalidad. LORENA: Cuando est�bamos conversando en el almuerzo me preguntaste si podr�a levantarte. �Quieres que lo haga ahora? MAX (riendo) Claro ... Ella se agach�, lo tom� por debajo de la pierna y lo levant�. Estuvo as� y camin� con �l unos segundos. Ambos sonre�an. Luego lo baj� y lo carg� en un hombro. Luego reparti� el peso de �l en sus dos hombros. Camin� con �l por cerca de dos minutos. Luego lo baj�. Se miraron de frente y se abrazaron en forma espont�nea. Se apretaron con fuerza, y �l pudo sentir su cuerpo s�lido y voluminoso. La acarici� por detr�s. Pegaron sus mejillas. Luego �l le puso su boca en la cara de ella. Se la apret� d�ndole un beso permanente. Ella mascull� unas risas de agrado. Manteniendo su boca en la cara de ella, la fue moviendo hasta que sus bocas se encontraron. Se besaron intensa y largamente. Ahora conoci� la lengua de Lorena, la que tambi�n era bastante fuerte. LORENA: Me gustas mucho. MAX: Y t� a m�. LORENA: te gusto yo o mi cuerpo musculoso MAX: Me gustas t� con lo que eres. Me gusta sentir tu piel con la m�a. En realidad, me gustas por los distintos sentidos. Lorena sonri� y lo beso en los labios, y terminaron en un beso tan intenso y apasionado como el anterior. LORENA: y tambi�n te gustan mis pechugas. MAX: jajajajajaja. Bueno s�. �Y a prop�sito de qu� lo dices? LORENA: Porque me las has mirado bastante. Cuando almorzamos se te iban los ojos hacia mi escote. MAX: jajajajaa. No te lo voy a negar. Parece que no fui muy disimulado para mir�rtelas. Espero que no te hayas molestado. LORENA: No. Que seas t� quien me las haya mirado no me molesta. Todo lo contrario, me gusta. Y me re�a por dentro cuando me las mirabas. Entonces �l se puso detr�s de ella. La tom� por el est�mago, el que era tan musculoso como otras partes. La acarici� y la bes� en el cuello. A ella se le aceler� la respiraci�n y gimi�. Luego �l le subi� las manos y le apret� las pechugas. Ella le puso las manos sobre las manos de �l mientras la manoseaba. Luego solt� una de las pechugas y le agarr� el trasero. Ella volvi� a gemir y le puso su mano en la parte delantera del pantal�n, sintiendo el pene erecto, algo aprisionado. MAX: �Para qu� lo vamos a negar? Nos gustamos y nos deseamos. Y nos hemos puesto muy calientes. LORENA: Es verdad. As� es. MAX: �Podemos hacer el amor LORENA: �Ahora? �Y ac� en mi casa? MAX: S�. Si es que se puede. LORENA: Espera. Tom� su celular y llam� a su mam�. Max no alcanz� a escuchar el contenido de la conversaci�n. Lorena mir� la hora y luego mir� a Max. Al hacerlo sonri� p�caramente. LORENA: Son las siete y media. Mi mam� me dijo que iba a ir con mi sobrina Constanza al cine del Mall, y que van a llegar tipo diez. Ya compraron las entradas. MAX: O sea tenemos un tiempo ... LORENA: Vamos a mi cuarto ... Subieron al segundo piso e hicieron el amor en forma intensa. HECHOS POSTERIORES Ese fue el comienzo de una relaci�n entre Lorena y Max. En la intimidad hac�an luchas y vencidas en la cual Lorena fue siempre la ganadora. Tambi�n con frecuencia ella lo cargaba de distintas maneras, cosa que se hab�an dado cuenta que los excitaba a los dos. Cuando llevaban seis meses de pareja, Max le present� a Lorena a su hija Javiera. Lorena le present� a su sobrina Constanza. Con alguna frecuencia salieron con una de las ni�as. Al cumplir un a�o juntos, decidieron iniciar una convivencia, la que durar�a en forma indefinida. RELACI�"N DE PERSONAJES CON OTRAS HISTORIAS DEL MISMO AUTOR Max es el protagonista de la historia "Max conoce una chica en el colegio". Eliana es coprotagonista de la misma historia. Pilar y su novio Oscar, con quienes se encuentran en el Mall, son los protagonistas de "Pilar, una traductora muy especial".