La victoria de Victoria. II Por Mallas de Lycra Mallasdelycra@hotmail.com El tiempo hab�a pasado, y los recuerdos de su primera victoria aun segu�an frescos en su memoria. Victoria abandono su ciudad, su pasado y aquel cuerpo magullado, sanguinolento y destrozado en el que convirti� a su padre, y que le hab�a revelado algo que marc� su vida en adelante, ella era una mujer, y los hombres eran una parte de la especie humana que deb�a ser aniquilada con excepci�n de aquellos que se deb�an usar para mantener la especia suprema, El G�nero Femenino. Victoria cambi� de ciudad, de Estado y de pa�s, y comenz� una nueva vida. Su extraordinaria forma f�sica, sus m�sculos torneados y desarrollados y su mirada penetrante pronto le sirvieron para ubicarse en su nueva ciudad y encontrar un trabajo que estuviera acorde con su objetivo, la supremac�a femenina. As� Victoria se puso a trabajar en un gimnasio de su nueva ciudad, un lugar muy acorde con sus capacidades y donde podr�a pasar m�s inadvertida ante la polic�a, que hab�a hecho de ella una fugitiva en busca y captura. En su nuevo trabajo pronto destac� como una monitora exigente con sus alumnos y con sus alumnas, pretend�a conseguir que aquellas chicas que iban al gimnasio cambiaran su motivaci�n y se convirtieran poco a poco en autenticas guerreras, en autenticas maquinas de destrucci�n frente a todos aquellos hombres que se pavoneaban ante ellas, luciendo sus m�sculos como gallos en un corral, y que de vez en cuando acosaban con insinuaciones y roces a las pobres muchachas sin que pudiesen hacer nada. Pronto Victoria se fijo en uno de aquellos machos que luc�an sin reparo sus m�sculos ante las inofensivas muchachas y que se enorgullec�an tanto de su cuerpo musculoso como de su paquete. All� estaba el, Juan, un hombre de unos 35 a�os de edad, con un cuerpo muy musculoso, dorado por el sol y las largas sesiones de rayos UVA y que acud�a siempre al gimnasio con unas camisetas de tirantes y unas mallas muy apretadas que defin�an perfectamente tanto su culo como su polla y sus huevos. Juan casi siempre hacia lo mismo, acud�a a media tarde, y tras un par de horas de duro entrenamiento, cuando menos gente hab�a en el gimnasio, fijaba la vista en una muchacha que estuviera por all�, y con el pretexto de ayudarla con sus ejercicios, rozaba su polla contra el cuerpo de ella, en seguida se pod�a ver la erecci�n de aquella polla bajo sus mallas de lycra azules muy ajustadas, aquella polla se apretaba contra los culos de sus victimas, y �stas, por pudor o por verg�enza, no dec�an nada, dejando que este cerdo machista abusase de ellas una y otra vez. Victoria sent�a una rabia que la iba encendiendo por dentro, sent�a que aquel maldito chulo deb�a de sufrir tanto o mas como lo que hab�a hecho sufrir a todas y cada una de sus victimas, y sobre todo, esa furia se hacia odio, cuando comprobaba como a trav�s de aquellas mallas apretadas, surg�a una peque�a gota de humedad justo donde estaba la punto de su polla. Aquello le volv�a loca de odio y de sed de venganza. As� que Victoria decidi� un d�a que hab�a llegado el momento de ense�ar a ese cerdo machista que era un ser inferior, y convertirlo en una de sus victimas. Prepar� minuciosamente su plan, calcul� los tiempos y los modos, y cuando tuvo todo listo comenz� a ejecutar su plan, un plan que seria definitivo para este cerdo. Sin embargo, cuando todo estaba listo, cuando lleg� el d�a de la venganza, un peque�o contratiempo se present� a su plan. Juan hab�a llegado ese d�a con un amigo suyo, un tipo que al igual que el disfrutaba luciendo su poderoso cuerpo delante de las chicas, que disfrutaba sonrojando a las mujeres, roz�ndose contra ellas y mostrando, al igual que Juan, su enorme paquete ce�ido en unas mallas de lycra roja. A�n as�, Victoria decidi� que no iba a cambiar su plan, los a�os de ejercicios continuados, y su naturaleza superior, le confer�an la suficiente confianza como para verse suficientemente capaz de dar a esos dos chulos el castigo que se ten�an merecido, y este castigo iba a ser algo que no iban a olvidar JAMAS. As� que en cuanto tuvo todo planeado, espero a que el gimnasio estuviese casi vac�o, y en el momento en el que lleg� la hora de cerrar, se acerco a sus victimas con una sonrisa en los labios, y una mirada de inocencia que era capaz de ocultar la tremenda fuerza que hab�a en su interior y el tremendo odio que sent�a por ambos. "Bueno muchachos, ha llegado la hora de cerrar, as� que si sois tan ambles, �podria�s ir terminando?"- Dijo Victoria. "S�, claro, no te preocupes, enseguida terminamos"- Contest� Juan mirando a Victoria con aires de superioridad y con una sonrisa de vicio mientras recorr�a con su ojos el cuerpo de Victoria y se deten�a en su sexo. "Bien pues muchas gracias, por cierto, es muy tarde, y las calles no son muy seguras a estas horas, �os importar�a acompa�arme hasta mi portal?, esta a un par de manzanas de aqu�, me sentir�a m�s segura acompa�ada de dos hombres tan fuertes como vosotros"- Dijo Victoria, tentando a ambos machos en su ego. "S�, por supuesto, con mucho gusto"- contestaron ambos al un�sono mientras se sonre�an el uno al otro. Enseguida Victoria vio como en ambos hombres se destacaba una fuerte erecci�n bajo sus ce�idas y apretadas mallas, definiendo claramente tanto la musculatura de sus pollas como la forma inconfundible de su capullo. As�, en cuanto todo estuvo listo, Victoria comenz� a apagar las luces del gimnasio, y a recoger su bolsa, donde hab�a introducido un par de elementos que aplicar�a a estos dos machistas sin compasi�n. En cuanto todo estuvo apagado, los tres salieron del gimnasio, y Victoria, representando a la perfecci�n el papel de dama protegida por dos caballeros, se situ� en el medio de ambos e introdujo sus brazos entre los de ellos. Pod�a sentir como el ego masculino de ambos iba creciendo poco a poco, cada vez m�s, as� que decidi� que lo mejor era alimentarlo hasta que se produjera el detonante por parte de ellos. "La verdad es que est�is muy, muy fuertes, es impresionante como se marcan todos los m�sculos de vuestros brazos."- Dijo Victoria. "Je, je, je, la verdad es que nos gusta cuidarnos"- Contesto Juan. "S�, nos gusta estar fuertes, a las chicas les gusta poder tocar m�sculos fuertes en los hombres"- Dijo Andr�s, el amigo de Juan. "La verdad es que si que es atractivo ver a dos hombres tan bien torneados haciendo deporte"- Dijo Victoria, alimentando el ego de ambos. "S�, nos gusta desarrollar "todos" los m�sculos"- Dijo Andr�s, con un tono que insinuaba una proposici�n sexual, refiri�ndose a su polla. "S�, todos, todos los m�sculos"- Dijo Juan. "�a que os refer�s con "todos" los m�sculos?" - Pregunto Victoria, poniendo un tono en la pregunta de ni�a desconcertada. "Je, je, je, pues tanto a los m�sculos que se ven como a los que no se ven"- Dijo Andr�s. Victoria observo como Andr�s dirig�a la mano que tenia libre a la zona de su paquete y como se frotaba de forma descarada aquella polla que hab�a llegado al m�ximo de su desarrollo y que pugnaba por salir de aquellas mallas apretadas. Aquello la estaba enfureciendo, sent�a como la ira, el odio, la venganza y el rechazo, iban creciendo en su interior. sent�a como su coraz�n lat�a cada vez con m�s y m�s fuerza, como su tensi�n arterial iba aumentando y como sus m�sculos se iban tensando cada vez mas, convirti�ndose poco a poco en autenticas mazas de acero. La tensi�n que iban sufriendo sus m�sculos no paso desapercibida por ambos, Juan y Andr�s, mientras sent�an cada vez mas y mas su excitaci�n debajo de sus apretadas mallas, pod�an comprobar como los brazos de Victoria, que estaban agarrados a los suyos, se iban pensionando, pod�an ver como las venas de aquellos poderosos brazos se iban convirtiendo en aut�nticos canales por donde la sangre de Victoria hacia que palpitasen de forma perceptible. "Tu tambi�n estas muy desarrollada"- Dijo Andr�s mirando al brazo de Victoria. "S�, me gusta cuidarme, ... ... .. como a vosotros"- contesto Victoria. "Ummmmmm la verdad es que es muy atractivo ver a una chica con unos b�ceps tan desarrollados, es ciertamente muy morboso, estoy seguro que serias capaz de levantar unos cuantos kilos con las pesas ". Dijo Juan. "Bueno, s�, pero ... ... .. creo que no tanto como vosotros. Vosotros s� que sois unos hombres muy musculosos"- Dijo Victoria. "Je, je, je. S�, nos gusta, y adem�s nos gusta que te guste-. Dijo Andr�s mientras que el brazo que tenia libre dio un peque�o cachete en las nalgas de Victoria. "Estoy seguro que disfrutar�as mucho con todos nuestros m�sculos, con los de ambos. Tienes pinta de que te guste disfrutar con hombres de verdad como nosotros."- Continu� Andr�s, mientras que con su mano apretaba la dura nalga de Victoria. La rabia de Victoria lleg� a su punto culminante, no iba a tolerar que aquellos dos engre�dos siguieran con su estrategia de acoso a las mujeres, as� que puso en marcha la �ltima parte de su plan antes del ataque definitivo. " Eh!!!!!!!!!!!!!!1 no os pas�is, �Qu� os hab�is cre�do?, no me gusta que me toquen sin mi consentimiento. Creo que hasta aqu� hemos llegado, ser� mejor que nos separemos"- Dijo Victoria haciendo amago de separar sus brazos de los de sus acompa�antes. "Vamos guapa, no seas tan esquiva, estamos seguros los dos que en el fondo estas deseando que te follemos. Seguro que deseas que nuestras enormes pollas atraviesen todos tus agujeros"- Dijo Juan impidiendo que Victoria se liberase de su brazo y acercando su cuerpo hasta ella, haciendo que su enorme polla tocase con fuerza los poderosos m�sculos de la pierna de Victoria. "S�, venga guapa, que vas a disfrutar como nunca has disfrutado"- Dijo Andr�s haciendo lo mismo que Juan, y apoyando su enorme polla contra Victoria. ������QUE ME SOLTEIS HE DICHO!!!!!!!"- Grito Victoria, haciendo el adem�n de que era incapaz de liberarse de aquellos dos engre�dos. Dos risotadas llenas de lasciva intenci�n sonaron al un�sono provenientes de Juan y de Andr�s, mientras que sus manos se dirig�an una hacia la zona de la vulva de Victoria (la de Andr�s) y la otra la las tetas (la de Juan). La reacci�n de Victoria fue demasiado r�pida para que estos dos engre�dos pudiesen darse cuenta, en un abrir y cerrar de ojos, los potentes brazos de Victoria, que se hab�an tensionado hasta el limiten, realizaron un moviendo de liberaci�n y sus manos, poderosas, fuertes y en�rgicas, dirigieron sendos golpes certeros, con la palma abierta a la entrepierna de los dos machos. El golpe en sus paquetes, que destacaban perfectamente bajo esas mallas apretadas, fue seco y contundente, y ambos machos soltaron inmediatamente a Victoria cubriendo con sus manos el lugar donde hab�an impactado las de Victoria. "Bueno muchachos, creo que ha llegado el momento de que aprend�is algo que por lo visto vuestras madres no os ense�aron"- Dijo Victoria mientras se situaba en frente de aquellos dos engre�dos musculosos, que se hab�an apartado de ella un par de metros mientras proteg�an sus test�culos doloridos. "��Mala puta, te vas a enterar, te vamos a follar hasta que supliques por tu vida!!"- Grito Andr�s mientras se incorporaba. "Vas a saber lo que es bueno, te vamos a reventar, zorra"- Grito Juan. Ambos, tras mirarse mutuamente, se dirigieron decididos a hacer realidad su venganza en el cuerpo de Victoria, aquella mujer tenia que pagar por lo que hab�a hecho, atacar su masculinidad, y esa acci�n merec�a un castigo. Llegaron a la altura de Victoria (que los estaba esperando) y cuando Juan levanto la mano con intenci�n de dar una bofetada a Victoria, esta r�pida como un rayo, esquivo el golpe, doblo la rodilla, y como un misil impacto un fuerte golpe en el estomago musculoso de Juan, quien a pesar de tener un abdomen muy fuerte y musculado no pudo resistir el tremendo impacto de Victoria, y casi sin respiraci�n cayo al suelo. Al mismo momento, en cuanto impacto contra el estomago de Juan, Victoria se giro r�pida como un rayo, se incorporo, agarro a Andr�s por los hombros y sin darle tiempo a reaccionar impacto su rodilla contra sus test�culos. El impacto fue brutal, el dolor que recorri� a Andr�s subi� por sus test�culos hasta su garganta, y en un momento vio como todo giraba en torno as� antes de caer al suelo en posici�n fetal y con sus manos agarrando sus huevos, mientras que un quejido casi imperceptible sal�a de su boca. "Bien chicos, ahora empezamos a entendernos"- Dijo Victoria mientras agarraba a ambos del pelo y los arrastraba a un callej�n oscuro, viendo como sus dos victimas no hac�an otra cosa que agarrar sus huevos e intentar reponerse. En cuanto llegaron al lugar escogido en su plan por Victoria, los puso a los dos hombro contra hombro, separo sus piernas y pudo ver como sus mallas ajustadas defin�an claramente el objetivo de su ataque inicial, se arrodillo frente a sus victimas, y con una sonrisa en los labios les dijo. "Primero voy a destrozaros los huevos, luego voy a destrozaros como hombres y por �ltimos, si os port�is bien, os dejare vivir, pero ... ... ... si os port�is mal ... ... ... ... ... " - Dijo Victoria mientras una sonrisa mal�fica se divisaba en sus labios, y sus ojos se iban llenando de sangre al mismo tiempo que empezaba a sentir ese calor h�medo, hormigueante y agradable en el interior de su sexo. "Teeeeeeeeeeeeee vassssssssssssss a enterar mala puta ... ... .. te voy a partir el culo, ya no va a ser placentero"- Dijo Juan, que estaba empezando a recuperarse del tremendo golpe que le hab�a propinado Victoria en su estomago. "No, no, no, respuesta equivocada amigo m�o"- Contesto Victoria. En ese momento, sus pu�os se convirtieron el ariete perfecto de sus tremendos y musculosos brazos, brazos que se tensionaron con tanta fuerza y con tanta velocidad, que nadie pudo seguirlos hasta que impactaron con la fuerza de dos mazos contra el objetivo claramente marcado en ambos rivales bajo sus mallas apretadas. "���������������AHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, ��������������MIS HUEVOOOOOOOOOOOOOOOSSSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!"- Grito Juan. "����������OUGGGGGGGGGGGGGG!!!!!!!!!!"- fue lo �nico que pudo decir Andr�s mientras era salvajemente golpeado en sus huevos por Victoria. Ella pudo ver como el impacto fue brutal, aquellos huevos subieron casi hasta desaparecer dentro del cuerpo de ambos, y las pollas de ambos expulsaron un chorro de semen como consecuencia de la tremenda presi�n a la que hab�a sometido a ambos paquetes. " Ummmmmm! Por lo que veo, os gusta �no?"- Dijo Victoria, mientras que paseaba un dedo por encima de aquellas pollas enfundadas en las mallas que hab�an escupido la leche. "Pues si os gusta tanto, yo que soy una chica muy complaciente os voy a hacer gozar"- Continuo diciendo Victoria, mientras que la sonrisa mal�vola volv�a a aflorar en sus labios. La cara de ambos machos se hab�a tornado de ira en terror, ahora sab�an que estaban a su merced y que aquella mujer musculosa y poderosa los ten�a dominados, y que lo �nico que pod�an hacer era suplicar para que el castigo terminase all� y pudiesen volver a su casa a reponerse. Pero aquello no hab�a hecho sino empezar, en cuanto Victoria termino su frase, sus poderosas manos se dirigieron como saetas contra los paquetes de ambos, y sus dedos de acero se cerraron como cepos sobre los huevos de los machos, que sent�an que aquellos test�culos iban a explotar de un momento a otro. El dolor que sent�an ambos era indescriptible, era ag�nico, y lo peor de todo es que era humillante. �C�mo una vulgar mujer hab�a conseguido doblegarles y tenerles a su merced? Aquello era inconcebible. Sin embargo el tiempo de estos pensamientos fue muy breve, cuando los poderosos dedos de Victoria se cerraron como cepos sobre los huevos de Juan y Andr�s, ella tiro hacia atr�s de aquellos malditos atributos masculinos y cuando estuvo donde quiso, giro sus mu�ecas 180º haciendo que los huevos se retorcieran de forma tremenda y que Juan y Andr�s, sin saber muy bien como girasen tambi�n 180º y quedasen boca abajo, gimiendo de dolor y pataleando en el suelo como los peces fuera del agua. En ese momento Victoria se sent�a plet�rica, todo estaba saliendo seg�n lo planeado. No mejor que lo planeado, ella hab�a planeado la venganza para uno y ahora estaba derrotando a dos. Vi�ndolos boca abajo, no pudo evitar ver como los culos de ambos se marcaban perfectamente como consecuencia de aquellas mallas tan apretadas que ten�an, y decidi� que hab�a llegado el momento de la fase 2 de su plan. Aquellos machos iban a saber lo que era una mujer. "Os llevo observando mucho tiempo. He observado como arrimabais vuestras sucias pollas a los cuerpos de indefensas mujeres. Como hab�is acosado a algunas de ellas, y como hab�is humillado a las que hab�an accedido a tener sexo con vosotros."- Dijo Victoria mientras que sus manos segu�an haciendo presa sobre los huevos de los dos machos en el suelo. Machos que apenas pod�an respirar por el dolor y que lo �nico que hac�an era suplicar y llorar como ni�os desconsolados. "Algunas de aquellas chicas no volvieron al gimnasio, y �sab�is por qu�? Porque os ten�an miedo, me dijeron que abusasteis de ellas, que las follasteis por el culo sin ninguna compasi�n y que las tratasteis como a personas sin sentimientos. Y eso, eso ... ... ... esta MAL!!!"- dijo Victoria, mientras que la presa sobre los huevos de sus enemigos se hizo un poco mas fuerte y mas dolorosa. "Por favor, por favor, no nos sigas torturando. Nos hemos portado mal, y esta es una lecci�n que nunca olvidaremos, lo juramos, lo juramos los dos, pero por favor, lib�ranos"- Dijo Juan entre sollozos. "De eso puedes estar seguro, esta lecci�n no la vais a olvidar jam�s"- le contesto Victoria mientras con un fuerte tir�n de ambos paquetes liberaba las presas que hab�a hecho con sus manos. Dejo a ambos en el callej�n, amarr�ndose los huevos, con los ojos llenos de lagrimas, sabiendo que no se podr�an mover en un buen rato, y se dirigi� al lugar donde hab�a dejado su bolso, lo recogi� y regreso al callej�n, donde ambos machos hab�an cambiado la posici�n y estaban de rodillas, intentando incorporarse del tremendo dolor, intentando ponerse de pie para poder huir de aquella mujer. "�Qui�n os ha dicho que os mov�is?"- Dijo Victoria con voz en�rgica pero sin elevarla. "Pen, pen, pen, pens�bamos que te hab�as marchado, y que pod�amos irnos"- Dijo Andr�s, mirando a los ojos de Victoria con una expresi�n de terror en los suyos. "Pensabais, pensabais. Es que no os dais cuenta de la realidad. Sois unos machitos descerebrados, sois primates, y por tanto no os esta concedido pensar"- Dijo Victoria, mientras una tremenda patada impactaba en el rostro de Andr�s y lo derribaba al suelo. "Pensabais, pensabais ... ... " - Dijo mirando a Juan quien sabia que era el siguiente, y que efectivamente pudo ver como los poderosos brazos de Victoria impactaban contra su estomago con tanta fuerza que sinti� que un par de costillas se romp�an. En ese momento, estando ambos en el suelo, Victoria se acerco a Juan, lo giro contra el suelo y le ato las manos a la espalda, la tercera parte del plan estaba empezando. Juan, mientras era atado, sent�a el terror que recorr�a todo su cuerpo, aquella mujer golpeaba como un cami�n, tenia la fuerza de un Tit�n, y la maldad de un diablo, tem�a que su castigo, como hab�a dicho ella, no hab�a hecho mas que empezar. Intento resistirse a ser atado, pero su fuerza no era nada en comparaci�n con la que tenia Victoria. �C�mo una mujer pod�a tener semejante fuerza?, no lo comprend�a, lo que si sabia era que era mucho mas fuerte, �gil y poderosas que ellos dos juntos. Finalmente fue atado, y tumbado en el suelo con un ligero empuj�n del pie de Victoria. Juan era un juguete a su disposici�n, y lo sabia. "Bien muchachito, ha llegado el momento de que prob�is un poco de vuestra propia medicina"- Dijo Victoria. "�a qu� tu tambi�n estas de acuerdo, amiguito m�o?" - dijo Victoria mientras cog�a a Andr�s de los pelos y lo acercaba al lugar en el que Juan estaba tumbado boca abajo y atado. "�Qu� nos vas a hacer?, por favor, no nos hagas mas da�o, por favor, por favor!!!!!" - suplicaron Juan y Andr�s al un�sono, mientras que las lagrimas corr�an por sus mejillas. "Noooooooooooo, no os voy a hacer mas da�o, al contrario, os voy a hacer que disfrut�is igual que hab�is hecho disfrutar vosotros a todas esas chicas"- dijo Victoria. En seguida ambos comprendieron qu� es lo que iba a pasar, y el rostro de suplica se torno en rostro de terror, aquello no pod�a ser, no pod�a ser, ella no pod�a hacerles eso. Pero enseguida Juan comprendi� cuan equivocado estaba, las poderosas manos de Victoria se dirigieron a su culo, se clavaron en sus ajustadas mallas y con un golpe seco las desgarraron, el culo de Juan estaba al aire, y en sus ojos se reflejaba el terror, el miedo, el pavor. "ya veras lo bien que lo vamos a pasar los tres" -Dijo Victoria mientras se dirigi� a Andr�s, agarro su paquete con sus poderosas manos, desgarro las mallas y saco su polla y sus huevos de aquella prisi�n de lycra, para empezar a masajear la polla con el fin de lograr una tremenda erecci�n de aquel tremendo m�sculo del que se enorgullec�a Andr�s frente a las mujeres. No tardo demasiado, enseguida consigui� lo que buscaba, una tremenda erecci�n auxiliada por la presi�n que ejerc�a una de las manos de Victoria sobre la base de la polla de Andr�s. Lo llevo hasta donde estaba Juan y acerco aquella tremenda polla al culo de su victima. "Noooooooooooo!!!!!!!!!, por favor!!!!!!!!!!!!!!, nooooooooooo!!!!!!!!!!"- grito Juan consciente de lo que iba a ocurrir. No hubo contestaci�n, los poderosos brazos de Victoria cogieron a Andr�s, enfilaron el camino del culo de Juan, y con un poderoso empuj�n hicieron que la enorme polla de Andr�s se enterrase en el culo de Juan. Un grito desgarrador recorri� todo el callejo, Juan sinti� como la polla de su amigo iba desgarrando su culo a medida que se iba introduciendo en el, y parec�a que no tenia fin, el dolor era indescriptible, la sensaci�n de humillaci�n terrible, y la perdida de su masculinidad irremediable. Victoria asi� con fuerza las caderas de Andr�s y comenz� a moverlo adelante y atr�s, con fuerza, cada vez con m�s fuerza, haciendo que la polla de Andr�s entrase y saliese del culo de su amigo, mientras que hilos de sangre acompa�aban cada movimiento. Ciertamente, Juan ten�a el culo roto. Cuando Andr�s empez� a excitarse, los movimientos de Victoria ya no eran necesarios, como todo macho, su cerebro se hab�a desconectado y solo pensaba en follar, sin ser consciente de nada, sin ser consciente de que estaba violando a su mejor amigo. Aquello a Victoria le produjo nauseas, odio, repulsi�n. �C�mo pod�an ser tan primitivos y faltos de sentimientos los hombres? . Realmente eran pero que los animales. Su odio creci� al mismo tiempo que los movimientos p�lvicos de Andr�s, cogi� el enorme consolador que hab�a tra�do en el bolso, y sin que Andr�s se diera cuenta, lo acerco a su culo y con un fuerte empuj�n penetro el culo de Andr�s. "����������������AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG!!!!!!!!!!!!!!!!!! !!!!!!!!!!!!!!!"- grito Andr�s, cuando aquel tremendo consolador desgarro por completo los esf�nteres anales y el tracto de su culo. Victoria, sinti� una especie de orgasmo, estaba totalmente lubricada, m�s que lubricada, estaba chorreando, se sent�a tan poderosa, viendo como aquellos chulos ten�an sus culos rotos, como la sangre chorreaba desde sus culos por sus rodillas. Se sent�a tan poderosa, que con otro tremendo empuj�n, introdujo completamente el consolador en el culo de Andr�s, que por acto reflejo dio un fuerte empuj�n adelante clavando completamente su polla en el culo de Juan. El grito de ambos hizo retumbar las paredes de aquel oscuro callej�n, mientras que Victoria comenzaba a sentir el inicio del que iba a ser un buen orgasmo, su sexo estaba caliente y palpitante, y h�medo como las calles tras una lluvia de primavera. Ambos cayeron al suelo casi inconscientes, con sus culos rotos, desgarrados y una expresi�n de terror en sus rostros, aquello hab�a ido mucho mas all� de un simple castigo, aquello era el final de sus bravuconadas machistas, hab�an perdido su virginidad anal, y eso supon�a convertirse en maricones. Sin embargo, el final estaba pr�ximo, Victoria, quer�a sentir el mismo orgasmo que sinti� cuando acabo con su padre, as� que decidi� que era el momento, que no pod�a esperar mas, estaba caliente, a punto de explotar y quer�a volver a sentirlo. Agarro el consolador de Andr�s y lo saco de su culo con un tir�n tan fuerte que vio como parte de m�sculo de los esf�nteres quedaba en el consolador y un chorro de sangre oscura sal�a por el culo de Andr�s. En cuanto hubo sacado el consolador del culo de Andr�s, agarro a este con fuerza y un simple tir�n hacia atr�s hizo que la polla de saliese del culo de Juan que cayo al suelo casi inconsciente con el culo tambi�n sangrando profusamente. "Bueno amigos m�os, la fiesta ha llegado a su fin, espero que os lo hall�is pasado tan bien como yo"- Dijo Victoria mientras miraba a los ojos de aquellos dos mequetrefes. En el rostro de ambos se dibujo algo parecido a un atisbo de esperanza, al parecer aquella mujer les iba a dejar de torturar. Sin embargo nada m�s lejos de la realidad, Victoria, con paso suave se dirigi� hacia Andr�s que estaba en el suelo agarrando con una mano su dolorida e irritada polla y con la otra intentando contener la hemorragia y el dolor de su culo. De un puntapi� contundente aparto la mano de Andr�s de su entrepierna, pudi�ndose o�r el crujir de los huesos de su dedos. Se agacho lentamente, estiro su mano derecha, con suavidad acaricio los huevos y la polla de Andr�s, y cuando menos se los esperaba, su mano se cerr� sobre el paquete completo. Empez� a apretar, apretar, apretar con m�s, m�s y m�s fuerza los test�culos de Andr�s. Los gritos, las suplicas, resonaban en todo el callej�n y para Victoria eran como m�sica celestial. Sigui� apretando cada vez con mas fuerza, y con cada gramo de presi�n a�adido sent�a como su orgasmo iba en aumento. Estaba deseando que llegase ese bendito orgasmo, pero no llegaba, as� que decidi� que hab�a que continuar, y apret� con todas las fuerzas de sus poderosos brazos, hasta que sus u�as atravesaron el escroto de Andr�s y lo castraron. Los test�culos quedaron colgando de los conductos seminales, mientras Andr�s gem�a de dolor, y la sangre segu�a brotado, ahora de su desgarrado escroto. Con la otra mano, Victoria agarro ambos test�culos, y con un leve tir�n los seccion� para dejarlos caer en el suelo. En ese momento sinti� que el orgasmo estaba llegando a su cl�max, pero ... ... ... ... . no llegaban �Qu� ocurr�a?. En es momento cayo en la cuenta de lo que necesitaba. Tiro a Andr�s al suelo que cayo como un fardo, pr�cticamente al borde de la inconsciencia, agarro su enorme polla que aun manten�a cierta erecci�n, y con la fuerza de una Tit�n, dio dos grandes movimientos que seccionaron de ra�z aquel m�sculo viril. Andr�s hab�a quedado emasculinizado, y Victoria hab�a conseguido su trofeo, y en ese momento un fuerte orgasmos inund� su cabeza, sent�a que todos los poros de su piel exhumaban libido, sent�a que una sensaci�n de calor y placer recorr�a todas las c�lulas de su cuerpo, mientras sosten�a en su mano aquella enorme polla que hab�a seccionado a Andr�s. Andr�s, quedo en el suelo, tendido, sangrando por delante y por detr�s, y cuando se recupero de su orgasmo, Victoria lo miro a los ojos, era consciente que aun no se hab�a desmayado y que sus palabras resonar�an en sus o�dos hasta que el �ltimo h�lito de vida se perdiese por su entrepierna. Mientras Victoria disfrutaba de su triunfo, Juan asist�a at�nito a lo que estaba viendo, aquella mujer estaba destrozando a su amigo, le hab�a capado y le hab�a arrancado de cuajo la polla, aquella mujer estaba loca, y el era consciente que seria el pr�ximo, era consciente que tenia que huir de all� como fuese si es que quer�a seguir con vida. Pero Victoria quer�a mas, aquel orgasmo que hab�a sentido la hab�a vuelto adicta a las endorfinas, quer�a que aquella sensaci�n no terminase, as� que se volvi� rauda a por su siguiente victima. "no, por favor, no, perd�name, te juro que no se lo dir� a nadie, te juro que abandonar� la ciudad, que nunca mas me volver�s a ver, pero por favor noooooooooooo"- suplico entre lagrimas Juan. Sin embargo Victoria no le o�a, lo �nico que quer�a era mantener aquella sensaci�n, as� que agarro a Juan, lo levanto del suelo con su brazo izquierdo, y agarr�ndole del cuello lo hizo por encima de ella, mientras que con la otra mano agarraba sus huevos. Tiro del cuerpo de Juan en sentidos contrarios con ambos brazos, y mientras esto ocurr�a volvi� a sentir el tremendo calor en su vulva, pero esta vez se irradiaba mas y mas, y eso ocurr�a porque al tiempo que estaba estirando el cuerpo de Juan en dos direcciones opuestas , estaba viendo el rostro de el, sus ojos, el terror en su cara, as� que sigui� con tanta fuerza que de repente, la mano que sosten�a el cuello de Juan salio disparada, y Juan salio volando por encima de su cabeza, mientras que sus test�culos se hab�an quedado desgarrados con la piel del escroto en la otra mano de Victoria. El calor, la humedad, el hormigueo que sent�a Victoria era indescriptible, se acerco ciega de pasi�n a donde estaba Juan, quien al verla venir supo que sus minutos estaban contados, y as� fue. Una poderosa mano asi� lo que quedaba de su masculinidad, su polla, sus 28 cent�metros de m�sculo, aquella polla de la que tanto tiempo hab�a presumido, y con una fuerza indescriptible Victoria empez� a tirar de ella hacia arriba, mientras que uno de sus pies se apoyaba en el abdomen de Juan. Los gritos volvieron a desgarrar las paredes de aquel callejo, mientras que un s�per orgasmo, algo indescriptible, algo que nunca hab�a sentido recorri� de nuevo, por segunda vez todo el cuerpo de Victoria, la emasculinizaci�n la produc�a tanto placer que la llevaba al s�ptimo cielo. As� que sigui� tirando, mientras los gritos eran cada vez m�s agudos y m�s altos, hasta que en un momento dado se hizo el silencio, la polla de Juan estaba entre los dedos de Victoria, los ojos de Juan se hab�an vuelto blancos, y su respiraci�n era cada vez m�s d�bil. Victoria se acerco a su cara, se puso de cuclillas sobre el y con el simple calor de su respiraci�n sobre su sexo expulso todo el liquido que tenia dentro de su co�o sobre la cara de Juan. Se hab�a corrido como nunca antes le hab�a ocurrido, aquello era m�s de lo que nadie hubiera podido imaginar jam�s. Cuando todo termino, se levanto, se puso delante de Juan que agonizaba en el suelo, mientras intentaba en vano salvar su vida taponando la hemorragia que surg�a del lugar en el que antes estaba su polla y sus huevos , y al o�do le dijo: " Ahora s� estoy segura de que jam�s volver�s a molestar a ninguna mujer"- En ese momento, el calor que irradiaba su co�o fue tan grande que sinti� casi como le ard�a por dentro. Mientras Juan observo como aquella mujer, aquella diosa hab�a destruido todo lo que eran ellos, que los hab�a llevado al punto de no retorno, demostrando que hab�a sido m�s inteligente, mas fuerte y m�s poderosa. Los cuerpos de Juan y Andr�s fueron encontrados tres d�as m�s tarde en aquel callej�n por el servicio de limpieza. Las ratas hab�an dado cumplida cuenta de lo que quedaba de sus cuerpos, y seg�n la investigaci�n policial, el tiempo y el estado de los cuerpos no permit�a obtener ninguna pista que seguir para esclarecer el autor o autores de los hechos. La polic�a daba por sentado que hab�an sido objeto de un ataque de alg�n grupo de hombres, ya que los cuerpos presentaban golpes tan contundentes que solo pod�a ser hechos por un hombre, adem�s de que presentaban signos inequ�vocos de que hab�an sido objeto de agresi�n sexual anal. Mientras Victoria le�a la cr�nica en el peri�dico, sentada en la oficina del gimnasio, se acerco una de la chicas que sol�an acudir con frecuencia y le dijo: "�has visto lo que les ha ocurrido a esos dos?, son los que ven�an por el gimnasio siempre marcando paquete y m�sculos"-. "S�, una barbaridad, una pena"- contesto Victoria. "����� Una pena!!!!!!!!, tu no sabes lo cerdos que eran, todo el d�a restregando sus pollas por todas nosotras, si hubiera podido, se las hubiera arrancado yo misma"- dijo la chica. "Ten cuidado con lo que deseas, se puede hacer realidad"- la contesto Victoria con un tono misterioso en su tono. Fin del Cap�tulo II El pr�ximo capitulo ser� el �ltimo de la Saga de Victoria. 11