La lección. Por Horus.



Estimado lector. Esta historia fue una de las primeras que hice y la pongo a su disposicion para que disfrute. Está ilustrada por el autor, por lo que cualquier comentario que deseen hacer (sugerencias, opiniones, etc), serán bien recibidas y podrán enviarlas al correo horus256@yahoo.com. Gracias.


En una mañana, estábamos recibiendo lecciones en el Colegio y en ese momento, irrumpió uno de nuestros compañeros, quien nos dijo exaltado:

Cambiaron nuestro director técnico de lucha por una mujer!.

- Que paso?.

- Nos informaron que nuestro director técnico fue cambiado y una mujer ¡Válganos Dios! será la que lo sustituirá.

Nos miramos a la cara con curiosidad y asombro por lo que decidimos que el equipo de lucha en su totalidad, iría a la sesión a efectos de ver que era la cosa.

Al día siguiente, nos presentamos al gimnasio y sin mayor preámbulo, entramos a calentar, conjeturando acerca de quien podrá ser la sustituta. Pasado el tiempo y dado que no llegaba, hicimos luchas entre nosotros y ya calientes, nos impacientamos al ver que no venía.

-Dejemos ésto y nos largamos!. La idea de un compañero no era nada tonta por lo que nos aprestamos a retirarnos al vestuario y en eso, vemos que una pareja de mujeres entraban al gimnasio por la puerta principal.

Una de ellas con voz firme dijo: ¡Nada de irse!. ¡la lección apenas va a comenzar!.

Por curiosidad, nos acercamos a la pareja de recién llegadas y las rodeamos La que había hablado siguió diciendo con voz firme nuevamente. ¡Sientesen todos!, por lo que obedecimos de inmediato y nos sentamos en semicírculo delante de ellas.

Ella hizo acto de presentación. Me llamo Olga y tengo entendido que debo darles una clínica de lucha así que comenzare con una pequeña charla. Olga era una mujer de unos treinta y cinco años de edad, pero aparentaba mucho menos. Era una mujer alta que media como mucho un metro setenta y nueve de estatura, de buena estampa, pelo negro, piel bronceada y ojos negros.

Olga se quito el buzo que llevaba y quedo con un leotardo estrecho al cuerpo, de pierna alta y escote de media luna. En ese instante, nos llamó la atención sus grandes muslos, musculosos y turgentes, que revelaban poder y fuerza; su trasero era enorme y sus grandes nalgas sobresalian con firmeza del leotardo con el marco de unas caderas anchas y fuertes; su busto era espléndido, amplio y redondo, sus brazos era bien definidos con músculo y torneados. Parecía una amazona griega.

La señora sonriendo nos dijo. Les presento a mi hija Tania, quien me ayudara con la practica.

Tania era una adolescente de unos diecisiete años de edad. Como su madre, venia en un buzo que se lo quito y vestía con un pantaloncito corto -como el que usan las voleybolistas- y una camiseta ajustada al cuerpo. Tenia unas piernas gruesas pero mas delgadas que las de su madre, brazos fuertes y bien desarrollados. Su trasero era una enorme masa de músculos que en tamaño superaba al de su progenitora y sus pechos eran inmensos tal que el tamaño de uno de ellos superaba en grosor y tamaño a nuestras cabezas con holgura. Era mas alta que su madre en unos cuatro o cinco centímetros y creo que nos aventajaba en peso muscular en unas treinta o cuarenta libras.

La chica nos miro a todos y esbozo un tímido ¡Hola!.

Olga, seguidamente, tomo la palabra: La lección versara sobre los agarres de tijera y ahogamientos en varios tipos. Yo me encargare de las tijeras y mi hija se ocupará de los estrangulamientos y sientiendose superior nos recalco: ...."en sus distintas formas. La lección será practica y en situación real de combate por lo que escogeremos a dos de ustedes como medios para ilustrar lo que vamos a enseñarles.

Se escogió a Luis y Arturo quienes eran dos de los mejores luchadores del equipo y con varios campeonatos en su haber. Ellos entraron al mat y esperaron las ordenes de Olga.

Ella comenzó a decir. "Lo que vamos a demostrar son agarres que pueden ser esto, utilizaremos nuestro cuerpo para dejarlos fuera de combate. Sus contrincantes se miraban de reojo y Tania sonreían en forma maliciosa.

Entonces, se dio el primer combate. Luis se enfrentaría a Olga.

El la tomo por la cintura con el objeto de derribarla al piso y la tomo con fuerza para hacerla caer. Olga sin inmutarse, se soltó de los brazos que la tenían agarrada y se volvió agarrando la cabeza de Luis con sus dos manos por detrás y rápidamente la bajo hasta el piso colocándola entre sus poderosos muslos. Una vez que lo tuvo entre sus piernas se ergio y apretando fuertemente la cabeza entre ellos hizo presión haciendo caso omiso de los desesperados esfuerzos y manotazos de Luis por salirse del cepo que lo tenia bien preso. Ella, totalmente ajena a lo que Luis hacia, nos dijo:

"Esta tijera es conocida como tijera de pie, que sirve para hacer otro agarre o asfixiar al rival y mientras lo decía, puso mas presión a sus muslos pinchándolos con lo que los esfuerzos de Luis se hacia mas desesperados por abrirlos e incluso pateaba el piso en forma desesperada sin conseguirlo.

Luego, abrió un poco los muslos y la cara de Luis -rojiza y visiblemente sin aliento- se bajo hasta sus pantorrillas, donde Olga le sostuvo con una mano hasta que se encuadrara entre ambos gemelos y cerro los mismos encerrando la cara de Luis. Aquello Parecía un cascanueces en plena acción y ella ejerció mas presión levantando las puntas de sus pies con lo que las pantorrillas se hincharon grandemente como dos pelotas entrujando la cara de su rival. Apretó por varios minutos y luego, relajo el cepo dejando al Luis en el piso.

En forma calmada, se sentó en el piso al lado de su cuerpo y con las manos levanto levemente el tórax de Luis para ponerlo en medio de sus hercúleas piernas de manera que una cubría todo el estómago y pecho de su rival y la otra casi toda la espalda, cerro los tobillos y comenzó a ejercer una fuerte presión. Luis tenia sus brazos encima de los muslos que lo contraían y los tenia tensos al tratar de quitarse de encima las moles que estrujaban su estómago sin conseguirlo. A cada esfuerzo del muchacho, la presión aumentaba mas y mas...

Olga comenzó a "jugar" subiendo hacia arriba y hacia abajo su tenaza levantando con asombrosa facilidad el cuerpo que tenia entre sus muslos. Parecía que tenia una muñeca de trapo que levantaba a placer con sus piernas. Mientras hacia estos movimientos, nos miraba sonriendo ampliamente y nos dijo. "Este es una variante del denominado "body scissor". En este caso ponemos la presión sobre el estómago del rival para quebrarle las costillas o dejarlo sin aire". Las dos piernas de Olga parecían juntarse entre si y el estómago y pelvis de él daban la impresión que se juntaban ante la descomunal fuerza que las constreñir. Luis Parecía que iba a pasar a la inconsciencia.