La Catira VIII. Por El Bohemio de Caracas. La historia de una rubia estudiante universitaria que se transforma en una verdadera heroína para su novio. Octava Parte: Norelys vs Judith. Norelys llegó al parque una hora antes, luego se dirigió al gimnasio y una vez allí inspeccionó el sitio. En realidad dicha instalación no estaba dentro del perímetro del parque, sino que estaba al lado. Era un coso deportivo originalmente utilizado para albergar partidos de voleibol, pero que inexplicablemente fue cerrado al público, para después sufrir del olvido y la desidia de las autoridades deportivas del gobierno, quedando en el abandono. Pero más tarde sería rescatado, muchísimo después del episodio que viene a continuación. Eran las siete de la noche ya, aunque todavía estaba claro. Norelys vio un hueco en la cerca, pero antes es detenida por una mano que se le puso en el hombro y por un saludo -EPA, MIJA ¿VAS A ESTAR SOLA?-. Era Jhonny. Norelys se sorprendió. -¿QUÉ HACES POR AQUÍ?- le preguntó, -UNA PAJARITA ME AVISÓ QUE PODÍAS NECESITAR AYUDA-, respondió su amigo, quien silbó y en una esquina aparecieron Rosalía, Carmen, Simón y... Carlos. Cuando vio a este último se turbó, pero saludó la presencia de todos no sin antes regañar a Rosalía -CHAMA ¿POR QUÉ LES DIJISTE?-. -TE DIJE QUE NO IBAS A ESTAR SOLA- respondió ella. Los saludó uno a uno y a Carlos lo recibió de último. Éste dijo -VINE PORQUE NO QUIERO QUE TE PASE NADA MALO... RECUERDAS LO QUE NOS PASÓ CON ESTA RAIZA... NO CONFIAMOS EN ELLA...-. Norelys todavía estaba molesta con él, así que no lo besó, sin embargo, en medio de sentimientos encontrados, tenía ganas de abrazarlo. Entonces vio el hueco y dijo -VAMOS ENTONCES- Jhonny fue el primero y luego les siguieron las chicas para que Simón y Carlos fuesen los últimos en pasar. Una vez todos adentro, comenzaron a caminar por las abandonadas instalaciones. No vieron a nadie y Simón decía extrañado -ES RARO QUE NO HAYA INDIGENTES NI MENDIGOS AQUÍ. POR LO QUE SÉ, AQUÍ SE REFUGIAN LOS MALANDROS DESPUÉS DE COMETER SUS ROBOS-. Tal comentario hizo llenar de temor a Rosalía y a Carmen, quienes estaban temblando de miedo pues no vaya ser que en medio de la oscuridad de un lugar tan lúgubre apareciera alguien y les vaya a hacer daño. En efecto, vieron a un indigente acostado en un rincón del pasillo, pero el pobre estaba enfermo, solo atinó a alzar la cabeza, mirarlos y luego se volvió a acostar en medio del papel periódico que le servía de cama y cobija. Una escena deplorable que llenó a nuestros amigos de lástima, quienes siguieron caminando. -¿EXACTAMENTE EN DONDE DIJO JUDITH QUE TE IBA A ESPERAR?- preguntó Rosalía. -NO LO SÉ. SOLO DIJO QUE EN EL GIMNASIO A LAS OCHO- Carmen vio su reloj y como tenía manecillas fosforescentes pudo apreciar la hora -SON LAS SIETE Y MEDIA-. Seguían caminando, entraron a la cancha del gimnasio luego de bajar por las gradas. Estaba más oscuro, no podían ver ya. -HAY QUE ESTAR PREVENIDO- dijo Simón sacándose de su bolso una linterna. Los muchachos se lo agradecieron. Era obvio que no había nada que hacer en la cancha, que estaba convertida en depósito de materiales del lugar y de otros sitios, puesto que llegaron a ver las chatarras de tres automóviles arrumados en un rincón. -ESTO ES VERGONZOSO- dijo Norelys refiriéndose al sitio y los demás continuaron comentando sobre la forma en que el gobierno dejaba perder una estructura como esa. Hasta el momento y salvo aquel indigente del pasillo, no se toparon con los elementos a los que hacía referencia Simón. Decidieron subir de nuevo a los pasillos. Con linterna en mano, Simón se había convertido en el guía. Si no es porque ilumina el techo del sitio, no se habrían dado cuenta que las gradas tenían dos pisos, asombrándose de las dimensiones del lugar. -EL SITIO ES MÁS GRANDE TODAVÍA. HAY OTRO PISO MÁS DE GRADAS. IMPRESIONANTE- dijo Carlos quien caminaba junto a la catira, quien procuraba alejarse de él pero cuando su brazo rozaba con el de él, sentía como se les ponía los pelos de punta... todavía lo quería, pese a estar enojada. En el pasillo se dieron cuenta que había unas escaleras. Subieron por ellas y llegaron al segundo piso, recorriéndolo pero no conseguían nada. Volvieron a bajar -¿Y ENTONCES?- preguntó Carmen. -CATIRA, ESTO NO ME GUSTA- dijo Rosalía, cuando Jhonny se dio cuenta que había una luz lejana a ellos. -MUCHACHOS, HAY UN BOMBILLO PRENDIDO POR ALLÁ-. Los muchachos se acercaron y vieron que la luz venía de la puerta de uno de los salones que estaban construidos bajo las gradas; la cruzaron y entraron... Se toparon con un salón muy grande. Y allí vieron a varias personas, entre ellas estaban Raiza, Judith, tres hombres y una mujer. Uno de los tipos se percató de la presencia de los muchachos en la puerta y avisó a los demás, Raiza miró y reconoció a la catira -¡HASTA QUE POR FIN LLEGO! Y YA VEO QUE NO TIENE NI UN PELO DE TONTA ¡VINO ACOMPAÑADA LA NIÑA! ¿QUÉ ESPERAN? ¡BAJEN! BAJEN QUE NO TENEMOS MUCHO TIEMPO- dijo. Los muchachos bajaron las escaleras de hierro que daban acceso al salón y Simón apagó su linterna, puesto que ya la iluminación era óptima. -OYE PANA, CIERRA LA PUERTA, QUE NO QUEREMOS SER MOLESTADOS, AUNQUE DUDAMOS QUE SE METAN AQUÍ- dijo otro de los acompañantes de Raiza dirigiéndose a Jhonny, que era el último en bajar. Esté miró hacia fuera y después cerró la puerta que era de hierro, tomando rápidamente las escaleras. Una vez abajo, Norelys empezó a mirar a su alrededor, apreciando que la sala había sido arreglada, el lugar lucía limpio en comparación con el resto de las instalaciones. Raiza dijo -NO SE PREOCUPEN MUCHACHOS, COMO DIJO EL PANA AQUÍ PRESENTE, NADIE SE METERÁ AQUÍ. ÉL ES EL VIGILANTE DEL LUGAR QUIEN MUY AMABLEMENTE NOS LO CEDIÓ PARA MONTAR ESTE COMBATE.- el hombre era uno de los vigilantes asignados para resguardar el gimnasio, pero era evidente que no hacían su trabajo. Habían convertido al coso deportivo en un sitio poco acorde a como estaba originalmente concebido, dejando que se instalara un improvisado taller mecánico. No permitían que se metieran gente de mal vivir, pero dejaban pasar a ciertos delincuentes a quienes cobraban por guarecerlos en el lugar mientras huían cuando eran perseguidos por la policía. De ahí a que los muchachos les pareció extraño la casi absoluta soledad de un sitio que no estaba bien resguardado. Él y los otros tipos, en gesto de intimidación, sacaron a relucir sus armas, atemorizando a Carmen, Rosalía y a Simón. Raiza prosiguió -PARECE QUE VINIERON TODOS... ¡UUYY! ¡QUE SORPRESA! ¡SI AQUÍ ESTA LA CAUSANTE DEL ABANDONO DE MI NOVIO! ¿CÓMO ESTÁS AMIGA MÍA?-, -¡NO SOY TU AMIGA!- replicó inmediatamente una nerviosa Rosalía -TRANQUILA, ROSA- calmó la catira a su amiga. Raiza siguió haciendo comentarios despectivos a nuestros amigos para provocarlos, a sabiendas que sus amigotes andaban armados. -AH, QUE MAL EDUCADA SOY. EL SEÑOR SE LLAMA ERICK Y LOS OTROS SON ARTURO Y RICHARD- los tipos saludaron con displicencia y con muecas parodiando sonrisas, para después volver a mirarlos con caras de pocos amigos. -Y LA DAMA AQUÍ PRESENTE ES SORAYA- era una mujer de unos 35 años de edad que estaba sentada al lado de Judith. Y allí estaba la rival de Norelys, vestida con suéter y mono, al igual que la catira. Ambas se miraban fijamente, ignorando las palabras de Raiza, que se había convertido en una suerte de maestra de ceremonias. Ella sacaba un cigarrillo del bolsillo de su pantalón. Lo encendió y comenzó a fumarlo. Norelys y Judith comenzaron a quitarse su ropa deportiva. Rosalía le decía a Carmen: -YA VAS A CONOCER A NORELYS-, mientras que Jhonny y Simón le comentaban a Carlos -VAMOS A VER DE QUÉ ESTA HECHA TU CATIRA-. A continuación, Norelys se quitó el suéter, quedando solamente con un top similar al que cargaba la noche en que se enfrentó con el hampón del puente, por lo que causó gran admiración entre los presentes, menos Carlos, obviamente, pues por primera vez empezaba a mostrarse a sus amigos tal cual como es. Luego se quitó el mono, quedando solamente con uno de licra que le llegaba hasta la mitad de los muslos. Después volteó a ver a sus amigos y quedó sorprendida por la expresión que éstos tenían en sus rostros. -¡NO PUEDE SER! ¡QUE FUERTE SE VE NORELYS!- dijo Carmen, mientras Rosalía la miraba admirada. Jhonny y Simón no daban crédito a lo que veían -¡VERGA, CARLOS! ¡NORELYS ESTÁ MÁS BUENA QUE COMER CON LAS MANOS UN BISTÉC!- dijo Jhonny a su amigo, quien lo miró con cierta molestia -ESTA BIEN, CARLOS ¡PERDON!- rectificó Jhonny. Simón quedó con la boca abierta, trataba de decir algo pero la impresión no lo dejaba. Los demás presentes también quedaron admirados, mientras que Raiza decía -CON RAZÓN ESA BICHA ME VENCIÓ TAN FÁCILMENTE-. Judith solo miraba, al igual que Soraya. Los muchachos veían el torso, espalda y especialmente los brazos de la catira. Era toda fibra muscular. Carmen se acercó y vio el abdomen de su amiga, lo tenía tan musculoso y definido que llegó a decir -¡MIJA! ¡PARECE QUE TUVIERAS LADRILLOS EN EL ESTÓMAGO!- este comentario hizo sonreír a Norelys. Después apreciaron sus piernas, se veían como un par de poderosas columnas que parecían de granito debido a lo musculosas que eran, pero también eran bellamente torneadas, con los cuádriceps haciendo una fantástica curva en sus muslos y sus pantorrillas abultadas y duras. Jhonny, Simón, el propio Carlos y los demás hombres presentes no pudieron evitar que sus miembros se levantaran en tremendas erecciones. La imagen de Norelys era la de una amazona guerrera que poseía una belleza divina, pues para completar el cuadro, la catira se soltó los cabellos. Simón por fin pudo pronunciar unas palabras: -¡PARECE UNA VERDADERA WALKIRIA! ¡UNA DIOSA VIKINGA!-. Acto seguido, Judith se quitó sus prendas, quedando con ropa similar a la de la catira, solo que tenía puesto un conjunto completo de licra, del que utilizan las gimnastas. No se quedó atrás en cuanto a físico se refiere. -¡MI MADRE! JUDITH, MIJA ¿QUÉ TE METISTE PARA PONERTE ASÍ?- preguntaba una asombrada Raiza. Los demás también quedaron admirados. A diferencia de la catira, no tenía un cuerpo tan masivamente musculado, pero llegó a infundir respeto en los demás. -MIRA, CARMEN, ¡ESA CARAJA TAMBIÉN ESTÁ FUERTE!- dijo Rosalía. El conjunto era casi completo. Casi, porque solo cubría su brazo izquierdo, dejando al descubierto su brazo derecho, el cual lucía marcado y cuando Judith lo flexionaba, se dibujaba en él un bícep también desarrollado y definido, en el otro brazo también se apreciaba buena musculatura, deltoides incluídos. Su cuerpo era estilizado, pues asi lo permitía ver el conjunto que llevaba puesto, sus piernas lucían un poco más delgadas que las de la catira, pero igualmente se les veía torneadas y parecían duras a la vista. Como ésta, también calzaba un par de zapatos de goma. Tenía el cabello suelto, el cual pasaba de los hombros, pero decidió recogérselo, lo mismo hizo Norelys quien no dejaba de mirarla con mucha atención. -DEBO TENER CUIDADO... SE VE VIGOROSA TAMBIÉN... PERO ¿COMO PUDO DESARROLLAR ESE FÍSICO EN TAN POCO TIEMPO? SOLO PASARON MESES DESDE LA ÚLTIMA VEZ QUE LA VÍ... ESTO ME PARECE SOSPECHOSO... DEFINITIVAMENTE HAY QUE TENER CUIDADO... NO DEBO DESCUIDARME- pensó la catira mientras veía detenidamente la estampa de su rival. La contendiente de Norelys terminó de arreglarse y caminó al centro del salón, el cual no era muy grande, para estar en un recinto deportivo. Acompañando a Judith iba Soraya, quien llamó a la catira a acercarse, pareciera que iba a fungir de réferi, o así pensaba la catira, pero no. Sólo iba para dar las instrucciones y aclarar las supuestas reglas que iba a tener la confrontación. Norelys atendió el llamado y dejó a sus amigos, pero antes de ir al encuentro, Carlos la tomó por un brazo y le dijo -BUENA SUERTE, MI AMOR- después besó sus labios. Norelys lo miró con ojos amorosos, no esperaba ese gesto de Carlos. Finalmente llegó a donde estaban Judith y Soraya. Se encontraba frente a frente a su rival, a la que le aventajaba en estatura y corpulencia. Judith medía alrededor de 1,68 mts., y pesaría unos 60 kilos contra el 1,80 y 68 kg. de la catira. La diferencia corporal era notable, Norelys se veía imponente. Soraya empezó a hablar -COMO SE TRATA DE UN DUELO PERSONAL, NATURALMENTE NO EXISTEN REGLAS FIJAS. AUNQUE SERÍA UNA LÁSTIMA DECIR QUE SUS LINDOS ROSTROS VAN A SUFRIR MUCHO DAÑO. EN FIN... SE VALE TODO, MENOS UTILIZAR ARMAS... ESTE ES UN COMBATE CUERPO A CUERPO, NO LO OLVIDEN. SUERTE...- Norelys se dirigió a Raiza y en voz alta dijo -PASE LO QUE PASE, MIS AMIGOS Y YO NOS IREMOS DE AQUÍ, SIN TENER QUE RENDIR CUENTAS A NADIE ¿ENTENDIDO?- Raiza hizo un gesto con la cabeza, asintiendo mientras miraba a los hombres que la acompañaban. Entonces Soraya dio unos pasos alejándose de las peleadoras. Las dos eran blancas, salvo que Norelys era rubia, mientras que Judith tenía el cabello negro. Se miraban fijamente a los ojos y entonces ambas adoptaron poses de combate, los puños alzados, como boxeadoras y empezaron a moverse, pasaron varios segundos antes de que alguna lanzara el primer golpe, pues, se estaban estudiando. Y ambas recibían apoyo de sus respectivos parciales -¡VAMOS, CATIRA! ¡TÚ PUEDES! ¡VAMOS!- gritaban Carmen y Rosalía, -¡ÁNIMO, NIÑA! ¡ACABA CON ESA ESTÚPIDA!- gritaba Raiza. Todos se habían dado cuenta de la notable diferencia física de ambas. Incluso uno de los hombres armados, Richard, llegó a decir a Erick que -ESA CATIRA VA A ESCOÑETAR FÁCILMENTE A LA OTRA. ¡MIRA LA DIFERENCIA DE TAMAÑO Y CORPULENCIA!-. Soraya escuchó el comentario y le dijo -NO TE CONFÍES. CONOZCO A JUDITH-. Jhonny le dijo a Simón -NORELYS LA VA A NOQUEAR FÁCILMENTE, SE VE MUY FUERTE PARA ESA NIÑA-, -CHAMO: TENGO UN PRESENTIMIENTO. NO QUIERO SER PÁJARO DE MAL AGÜERO, PERO NO ME CONFÍO EN LA FRAGILIDAD DE LA RIVAL DE LA CATIRA ¡ES QUE NO SE VE TAN FRÁGIL! TAMBIÉN TIENE LO SUYO, FÍSICAMENTE HABLANDO Y SU ACTITUD ES DE SEGURIDAD ¡NO SE LE VE ATEMORIZADA!-. -¡VAMOS NORELYS!- animó Rosalía. Entonces todos se dieron cuenta que la catira no la iba a tener fácil: gritando fuertemente, Judith se lanzó sobre su contendiente con una combinación de golpes que fueron bloqueados por la catira con cierta dificultad debido a lo rápido que los lanzaba. Volvió a atacar y esta vez fueron más golpes. Tres, cuatro, cinco, seis... y una sorpresiva patada giratoria que impactó en el rostro de la catira, asombrando a los presentes por lo rápida. Judith tenía movimientos excelentes. Norelys dio unos pasos atrás, producto de la fuerza del golpe recibido. Judith no dejó de moverse, se abalanzó lanzando más y más golpes, parecía una máquina. Esta vez consiguió golpear el estómago y las costillas de su rival, quien atinaba a defenderse como podía. La catira estaba desconcertada, sorprendida por la velocidad de su oponente -¡COÑO! ¡ESTA BICHITA SÍ QUE SABE GIRAR LA MANO! ¡DEBO HACER ALGO!-. Entonces decidió contraatacar, convirtiendo la refriega en un impresionante intercambio de golpes, como cuando dos boxeadores se conectan puñetazos mutuamente, todo un toma y dame. Los golpes eran bloqueados o esquivados, entonces Norelys probó con darle una patada con su pierna izquierda pero Judith se la atajó y a continuación se agachó, tomando impulso y con la pierna todavía agarrada, saltó sobre la catira, poniendo su mano izquierda en el cuello. Saltó con sus dos piernas hacia delante, hacia su rival, derribándola sobre sus espaldas y Judith caía sobre ella, apretando el cuello de Norelys con su mano izquierda, mientras la catira trataba de liberarse con sus dos manos. Primero cayó sentada sobre sus nalgas, después dio su espalda al suelo, con la pequeña Judith encima de ella. La escena resultó escalofriante para Carlos y sus amigos, mientras que Raiza gritaba de emoción y Soraya sonreía, Erick y los dos hombres quedaron boquiabiertos. Judith soltó la pierna y con sus dos manos trató de estrangular a Norelys. Ambas gemían de esfuerzo, pero la catira trataba de reaccionar, forcejeando con su rival. Comprobó que Judith también tenía fuerza, que su físico no era solo una mera apariencia. Mientras Judith se acomodaba para quedar totalmente encima de la catira, ésta hizo un movimiento brusco y ambas quedaron revolcándose en el suelo, luchando por quedar una encima de la otra. Judith se vio obligada a soltar el cuello de su rival y ponerse a forcejear con los poderosos brazos de la catira. Sus piernas se entrelazaron, como suele pasar en una pelea entre dos féminas, Norelys, que a duras penas estaba encima, fue sorprendida por el vigor de su rival, quien en un movimiento sorprendente, logró doblar una de sus piernas por debajo del cuerpo de la catira, poniendo su pié en el estómago de esta y entonces estiró: ¡nada más con una sola pierna despidió a la catira como a unos tres metros de distancia! Otra escena impresionante -¡DIOS MÍO!- exclamó Rosalía. -¡ESOOOOO!- gritó Raiza. Los presentes emitieron un gemido de asombro. Carlos empezó a sudar frío. Judith se levantó y trató de acercarse a la rubia, pero no se aproximó porque ésta, con un gimnástico movimiento se puso de pié. Entonces ambas se quedaron mirando frente a frente. Volvieron a moverse como al principio, pero la pose no era igual, ahora parecían dos luchadoras. Judith atacó de nuevo, pero sus brazos fueron a la cabeza de la rubia, tirando de su cabellera, jamaqueándole su cabeza de un lado a otro. Norelys hizo lo mismo: era una prueba de fuerza, típica de las mujeres. Jhonny se dio cuenta de inmediato el estilo de lucha de las dos y se lo comentó a sus panas -ESTO PARECE UNA PELEA DE GATAS, MUCHACHOS- -¿QUÉ COÑO ES ESO, MUCHACHO?- preguntó Carlos. -ES EL ESTILO DE PELEA CALLEJERA QUE TIENEN LAS MUJERES. NO CREAN QUE PORQUE SE HALAN DE LOS PELOS SON DELICADAS. ESTÁN PROBANDO SU FUERZA, PARA VER A QUIEN LE DUELE MÁS ESA TIRADA DE PELOS.- Y prosiguió -SOLO ESPERO QUE NO VAYAN A DARSE PATADAS EN LAS VAGINAS... SE VE QUE SON DEMASIADO BUENAS PELEADORAS PARA CAER EN ESE ESTILO TAN BAJO... PERO ESTO ES PERSONAL Y TODO SE VALE-. Apenas terminó de decir esta última frase cuando Judith trató de hacer exactamente lo que Jhonny dijo: alzó una rodilla con intenciones de golpear en la vagina a la catira, pero ella se dio cuenta y rápidamente bloqueó el intento, pero su pierna se enredó con la de su rival y Judith empezó a moverse para derribar a su oponente. Definitivamente era valiente, pues, la catira tenía mas envergadura, pero aún así lograba moverla. Norelys mantenía su equilibrio y entonces se repuso del estupor en el que había caído y reuniendo todas sus fuerzas derribó a Judith, cayendo al lado de ella. Le hubiera gustado ponerse encima, para aprovechar su mayor peso, pero es que estaba ante una gran luchadora. La refriega continuó en el piso, ambas contendientes se revolcaban. En medio de esa situación, Norelys la tomó de sus muñecas, apretándolas con todas sus fuerzas, logrando que Judith soltara sus cabellos. Pero su rival no estaba falta de recursos: le propinó a la catira un cabezazo que le hizo cerrar los ojos, y liberando sus muñecas comenzó a golpear a la catira en el rostro. Logró conectarle tres golpes netos en la cara, para angustia de Carmen, Carlos y compañía, pero la catira logró reponerse y volvió a tomar a su rival, de la muñeca izquierda y de mano derecha. Volvían a otro duelo de fuerza, pero ella estaba en el suelo con Judith encima, pero a medias. Judith empujaba con todo el peso de su cuerpo para tratar de ablandar el esfuerzo hecho por los brazos de la catira. Logró doblárselos un poco, pero ella, tomándose un respiro, empezó a esforzarse y comenzó a levantarla de nuevo. Sus bíceps se inflaron y en ellos aparecieron sus venas. Carlos advirtió el esfuerzo que estaba haciendo Norelys y empezó a animarla -¡VAMOS! ¡TU PUEDES, MI NIÑA! ¡VAMOS!-. Norelys levantaba a Judith quien ahora trataba de librarse de ella, pero no podía. Acto seguido, la catira tiró hacía sí, acercando la cabeza de su rival y entonces le devolvió el cabezazo que antes le había propinado. Logró hacerle daño. Entonces la tiró hacia un lado, pues Judith quedó aturdida por el golpe. Se levantó con un poco de dificultad y tuvo la oportunidad de patear a su rival en el suelo, pero prefirió que ésta se levantara. Raiza pensó que la iba a rematar, sintiéndose presa de la angustia, pero para su sorpresa escuchó como la catira le gritaba a Judith -¡VAMOS, MIJA, PÁRATE! ESTA PELEA TIENE QUE SER BIEN PELEADA-. Los presentes no daban crédito a lo que escuchaban -¡COÑO, NORELYS ¡REMÁTALA!- gritó Jhonny -¡SIII, CATIRA! ¡NADA! ¡MUÉLELA A PATADAS!- reclamaba Rosalía, pero no. Norelys no hizo caso de ellos y esperó a que Judith se levantara. Ninguno de los presentes sabía que le estaba pasando por la mente a la catira. -SE SUPONE QUE DEBE ESTAR FURIOSA, NO PUEDE PENSAR SINO EN ACABAR CON SU OPONENTE- pensó Soraya. -ESA CARAJA SÍ QUE ES GAFA, TONTA- dijo Erick. Y en efecto Norelys se apartó un poco y esperó por su rival. -VAMOS ¡LEVÁNTATE!- dijo la catira. Finalmente Judith se sobrepuso y terminó de levantarse, sin comprender todavía el por qué su rival no la había acabado. -BUENO, NO IMPORTA... MEJOR TODAVÍA- pensó y acto seguido volvió a cargar contra ella, gritando. Norelys se cubría de los golpes como mejor podía. -¿ESA CHAMA ESTABA HACIENDO TEATRO O QUÉ? TODAVÍA TIENE FUERZA PARA PELEAR- comentaba Carmen al ver que todavía le quedaba arrestos a Judith. Esta lanzaba los golpes con menos velocidad, pero todavía lucía peligrosa. Norelys bloqueaba y en medio de eso comenzó a lanzar sus puños, alcanzando a su rival. Pero esta la sorprendió cuando esquivó el último golpe, un derechazo, tomándole el brazo, estirárselo y flexionárselo, para después, inmediatamente, con su mano derecha conectarle un certero golpe a su trícep, lastimándola. Norelys hizo una mueca de dolor y trató de librarse, pero su contendiente fue aún mas allá: después del golpe en el trícep, le asestó un codazo en las costillas, le dejó el codo ahí, para con un movimiento fulminante, darle un golpe en la boca con un derechazo. Le dió un fuerte pisotón y terminó de lastimarle el brazo a la catira, quien sintió que se le rompía a la altura del codo, gritando. Judith la soltó y entonces la catira recibió una andanada de golpes, recibiendo un castigo despiadado. Raiza festejaba, al igual que Erick. Ricahrd y Arturo solo miraban, expectantes. A Soraya se le dibujó una sonrisa maligna mientras que Carlos y sus amigos miraban incrédulos como la catira estaba siendo sometida a un fuerte castigo. Judith seguía golpeándola hasta que con un recto a la boca derribó a Norelys. Raiza y sus acompañantes se emocionaron al ver esa escena. -NO PUEDE SER- decía Jhonny en voz baja, mientras que Carlos era presa de los nervios y comenzó a gritar animando a la catira, quien se dolía de los golpes recibidos. Judith estaba de pié al lado de ella, mientras miraba a los presentes, sonriendo maliciosamente, como creyendo que ya la suerte estaba echada a su favor. Mientras, Norelys yacía en el piso, llevándose su mano a la boca, notó que tenía un labio partido y sangraba, entonces se volvió para contemplar a su rival. Le vino a la mente un mal recuerdo: la estampa de Judith de pié junto a ella, como esperando el momento de rematarla, era parecida a la que tenía Marta, la niña que la venció en la escuela. -NO... NO... ¡NO!- se decía a sí misma, llenándose de toda clase emociones, desde pánico hasta ira. Raiza gritó a Judith para que terminara de acabarla -¡EL QUE PERDONA MUERE! ¡ANDA JUDITH! ¡JÓDELA DE UNA VEZ!-. Acto seguido Judith se volvió e intentó propinarle a la catira un pisotón en el estómago, pero sería sorprendida por una rápida reacción de la catira que movió su cuerpo hacia un lado, haciendo que el pié de su rival pisara duramente el suelo. Judith no se esperaba eso y sintió como su rodilla derecha se lastimaba, tomándosela con ambas manos. Ahí aprovechó la catira quien desde el suelo, giró de nuevo su cuerpo y con un impresionante movimiento, pateó a su rival con su pierna izquierda a la altura de su pantorrilla, derribándola. Entonces la catira, haciendo alarde de una fantástica agilidad, dejó su pierna izquierda debajo de la de Judith y a continuación procedería a rodear su cuerpo con su otra pierna. Rápidamente aprisionó con sus muslos a Judith a la altura de las costillas y entonces la catira comenzó a apretar con todas su fuerzas. Ahora eran sus amigos los que gritaban jubilosos por la reacción de su amiga, mientras que Raiza, Richard, Soraya y compañía apenas creían lo que veían. Norelys estaba haciendo acopio de toda su fortaleza, no solo para imprimirle fuerza al apretón de sus piernas, también para soportar el dolor que tenía en el rostro, sobretodo en la boca, pues los puñetazos de Judith alcanzaron a hacerle daño: era la primera vez desde que la venció Marta que acusaba semejante castigo. Además del brazo que tenía seriamente lastimado. Miraba el rostro de Judith, quien trataba de librarse de ese apretón y veía en ella la cara de Marta, por lo que se sintió cada vez mas furiosa y entonces apretó aún más sus muslos. Judith luchaba por librarse, trataba de mover su cuerpo y le conectó varios puñetazos al muslo derecho de Norelys, notando que éste estaba duro... muy duro. No parecía de carne y hueso. Entonces, por primera vez en la pelea, Judith se sintió temerosa de verdad. Ese esfuerzo de Judith por librarse más bien favoreció a la estrategia de la catira, quien logró cerrar esa tijera de piernas uniendo sus pies al otro lado del cuerpo de su contendiente. Apretó con más fuerza... más y más. Judith sintió como se quedaba sin aire cada vez que su rival apretaba y entonces sintió algo más, comenzando a gritar de dolor y a pedirle a Norelys que la soltara. La escena acalló los vítores de Carlos y compañía y todos los presentes quedaron mudos mientras veían la clase de castigo que la rubia aplicaba a su rival. Definitvamente las piernas de Norelys no solo eran bellas. Carlos había apreciado en muchas ocasiones la fortaleza y vigor de aquellas poderosas columnas sobre las que se plantaba su novia. Esta vez estaban convertidas en un par de tenazas de acero que ahogaban a Judith. Y comprendió los gritos de ésta: Sus costillas estaban siendo sometidas a una presión asombrosa. Judith gritaba cada vez que sentía el crujido de ellas. -¡AAAAAHHHH!¡YA, POR FA.... VOR! ¡YA!- comenzó a implorar después de un largo rato, sin embargo Norelys no aflojaba, mas bien apretaba con una fuerza descomunal que algunos de los presentes se preguntaban de dónde la estaba sacando. Transcurrieron varios minutos y Judith seguía sufriendo los embates de las bellas y poderosas piernas de la catira en cuyo hermoso y lastimado rostro se reflejaba ira, rabia, furia... Y entonces pasó lo que Carlos temía: Tras un esfuerzo de Norelys, Judith gritó más fuerte al sentir que sus huesos estaban siendo literalmente triturados por los muslos de la catira. Y a ese grito le siguió una sensación de asfixia por lo que empezó a golpear el suelo en señal de derrota. Norelys dejó de apretar y a seguidamente empezó a levantarse, ante la alegría de sus amigos y la desazón de Raiza y sus compinches, quienes vieron como Judith tosía llevándose las manos a las costillas. Inmediatamente Soraya, Erick y sus acompañantes fueron a auxiliarla. Norelys se apartaba con dificultad de su rival y entonces fue abrazada por un emocionado Carlos que apenas podía contener las lágrimas. Fue auxiliada también por el resto de sus amigos. Raiza no daba crédito a lo que acababa de pasar. Simón estaba conmovido -¡SE IMPUSO NORELYS! ¡LOGRÓ GANAR! DESPUÉS DE ESE DURO CASTIGO SACÓ FUERZAS PRACTICAMENTE ¡DE DONDE NO LAS TENÍA!- le dijo a Jhonny quien a su vez decía -¡ESA ES MI CATIRA, NO JODA!- mientras Rosalía ayudaba junto a Carlos a que Norelys caminara a un rincón. Carmen le limpiaba el rostro. Entonces, Norelys se volteó a ver a Raiza y con el poco aire que le quedaba, le dijo -BUENO... ESPERO QUE... TE HAYA QUEDADO CLARA... UNA COSA... ¡DÉJANOS EN PAZ!... ¡YA ESTÁ BUENO!... NOS VAMOS DE AQUÍ... COMO HABÍAMOS... CONVENIDO...- Raiza la miraba, pero no decía nada debido a lo consternada que estaba. Y acto seguido, en medio de un silencio repentino, pues, los muchachos se dieron cuenta del mal estado en que había quedado Judith, comenzaron a subir las escaleras, rumbo a la puerta. Simón ya había sacado la linterna, mientras que Carlos ayudaba a caminar a Norelys, secundado por Rosalía y Carmen, quienes no dejaban de felicitarla. Jhonny llevaba los bolsos y como era el último del grupo, vio como auxiliaban a la anterior rival de la catira. Vio como se quejaba de los dolores en sus costillas. Soraya la revisaba con cuidado. Erick y sus hombres, que al principio habían visto a la catira hasta con lascivia, ahora la miraban con respeto. Pese a todo, los dejaron ir. Una vez que se retiraron nuestros muchachos, Raiza se acercó a la aporreada Judith y empezó a llorar... Esa era su derrota definitiva. No volvería a molestarla más. Los muchachos salieron del gimnasio cubierto lo más rápido que pudieron, a pesar del estado en que se encontraba la catira. No dejaban de felicitarla, de animarla pero ella se quedaba callada. Entonces Rosalía dijo -DEBEMOS LLEVARLA A UN HOSPITAL-. Inmediatamente abordaron dos taxis (es que eran seis) y fueron al centro hospitalario más cercano, en donde atendieron a la catira en emergencias. Una vez dentro, Carlos mostraba preocupación. Era la primera pelea complicada que tuvo Norelys. Carmen le dijo a ellos -NO DEBEMOS PREOCUPAR A LOS PADRES DE ELLA, PERO ¿QUE VAMOS A HACER?-. -DECIRLES LA VERDAD- aconsejó Simón. -ES LO MEJOR ANTES DE QUE SE COMPLIQUEN LAS COSAS. DE TODOS MODOS, NORELYS ES FUERTE Y SE RECUPERARÁ PRONTO-. Estuvieron aproximadamente dos horas en las afueras del hospital. Habían llamado a los padres de Norelys. Estos llegaron rápidamente preguntando por su hija, quien para asombro de todos, pues justamente cuando iban a dirigirse a emergencias, la catira salió, caminando con un poco de dificultad, con el rostro un poco amoratado, una curita en su labio y con el brazo enyesado. -YA, YA PASO TODO, TRANQUILOS- Trataba de calmarlos. Al verla, Jhonny se preguntó qué habrá sido de Judith. Bueno, Raiza y Soraya la trasladaron a otro hospital y la rival de la catira, en cambio, fue hospitalizada: tenía la rodilla lesionada, varias costillas rotas y traumatismos en el resto de su cuerpo. Finalmente, Norelys se fue a su casa con sus padres y con Carlos. Los demás se retiraron, orgullosos de la catira. Simón todavía tenía en su mente la estampa de su amiga rubia solo momentos antes del combate -¡QUÉ LINDA Y PODEROSA ES NORELYS!-. Continuará. Comentarios: vene_wanderer73@hotmail.com