La Catira IV. Por El Bohemio de Caracas. La historia de una rubia estudiante universitaria que se transforma en una verdadera heroína para su novio. Cuarta Parte: La consolidación de un amor. Caracas, julio de 1999. Ha pasado el tiempo y encontramos a Carlos y a Norelys como novios, aunque la relación no era del todo formal. Ambos vivían un tórrido romance que nació tras aquella noche en que la catira enfrentó y venció a dos antisociales que pretendían asaltarlos, quedando Carlos prendado de ella. Las semanas que siguieron fueron las típicas en las que un par de novios empezaban a conocerse. Finalmente Carlos se dedicó de lleno a las pesas del gimnasio para fortalecerse, no solo las piernas sino todos sus músculos. -NO DESEO CONVERTIRME EN UN FISICULTURISTA- le dijo una vez a Norelys -TRANQUILO, MI NIÑO, PARA ESO ESTÁ EL ENCARGADO DEL GIMNASIO, ÉL TAMBIÉN ES INSTRUCTOR, TE DIRÁ QUÉ RUTINA DEBES HACER- le respondió su flamante novia. Y así Carlos le agregó un elemento más a su rutina que le ayudaría mucho, sobretodo en el campeonato de fútbol sala que se iba a organizar un mes antes de finalizar el semestre. Ambos sentían ardientes deseos de tenerse el uno al otro, pero instintiva y mutuamente ellos buscaban el momento adecuado para consumar la relación. Con el tiempo, Carlos se dio cuenta que sus jornadas en el gimnasio de la facultad de medicina empezaban a dar sus frutos, pues en las caimaneras que jugaba los domingos en el parque, notó que rendía más su físico, aguantaba más tiempo sin cansarse y chutaba con más potencia el balón. Se sentía satisfecho cada fin de semana que pasaba. Norelys en cambio, seguía vistiéndose como siempre, con sus ropas holgadas, para no dejarse ver. En un principio no le gustaba a Carlos, pero con el tiempo él aprendió a entenderla y a respetarla, más todavía luego de lo que ella hizo aquella noche con los dos hampones. Estudiaba y estudiaba, yendo al gimnasio religiosamente, ahora acompañada de su novio. Y en cada jornada de ejercicios, aumentaba su fuerza. Cada semana le metía más discos a las pesas y aumentaba las repeticiones. Estaba poniéndose cada vez mas fuerte, pero conforme a eso, estaba tonificando sus músculos, que en una oportunidad llegaron a lucir demasiado grandes. -¡NOOOOO! ASI NO- dijo la catira cuando se vio en el espejo en cierta ocasión, así que decidió dejar un peso y un número de repeticiones constantes y se dedicó de lleno a las barras, para moldear su figura, que asemejaba ya al de una competidora de aeróbics fitness. Quedaron en salir a pasear un fin de semana, un sábado por la noche. Se citaron en un café y Carlos llegó a la hora convenida, pero Norelys no llegaba. Cuando la llamó por teléfono supo que todavía estaba en casa, arreglándose, Carlos le apuró, pero ella le dijo - TRANQUILO, CARLITOS, ESPERA UN RATITO MÁS ¿SI? MI VIDA- y dándole un beso, le colgó el auricular. En definitiva nuestro amigo debió esperar media hora más de lo previsto, poniéndose nervioso, naturalmente. Hasta que apareció la catira en el lugar... Norelys llegó elegantemente vestida. Calzaba tacones, tenía un sencillo vestido muy ceñido al cuerpo, escotado y sin mangas, con la falda hasta un poco más arriba de las rodillas. Tacones y vestido de color negro. Tenía el cabello recogido en un elegante peinado; pero no era por estos detalles que la catira era admirada en el lugar. El físico de Norelys era impresionante, el vestido revelaba la oculta humanidad de la catira. Sus brazos, musculosos pero hermosamente definidos, sus deltoides abultados, sus tríceps tan notorios, sus bíceps se escondían cuando estiraba los brazos pero cuando los doblaba, así fuese levemente, éstos se hacían notar. Carlos miraba de arriba hacia abajo y fue en la medida que bajaba la vista se excitaba mas y más, puesto que estaba viendo la parte del cuerpo de Norelys que más le atraía: sus piernas. Como andaba en tacones las piernas de la catira lucían espectaculares, sin duda era donde más se enfocaban las miradas. Los muslos estaban abultados, marcados y torneados, con sus cuádriceps sobresaliendo de manera tal que reflejaban fuerza nada más verlos; sus pantorrillas lucían grandes, pero debidamente proporcionadas y armonizadas con los muslos, en fin sus piernas eran realmente lindas, pero fuertes. Carlos estaba extasiado con esa visión. Norelys se sentía incómoda con ese papel de centro de atracción que tenía en ese momento. Miró a Carlos, pero no pudo soportar las miradas de los demás, así que bajó la vista y sonrojada, pero con una sonrisa de satisfacción debido a la expresión de su novio al verla, caminaba hacia él, con una cadencia que terminó de arrancar murmullos de admiración y suspiros. Finalmente llegó a donde él estaba, se paró al frente, con ambas piernas pegadas, en posición firme y lo saludó tiernamente -HOLA CARLITOS, DISCULPA LA TARDANZA- Su novio estaba viéndola de arriba abajo, conmovido por la belleza del portentoso físico que su novia se empeñaba en ocultar. -TRANQUILA MI NIÑA, VEO QUE VALIO LA PENA ESPERAR- Se levantó del taburete en donde estaba sentado para abrazarla y darle un tierno beso... Carlos estaba realmente turbado por Norelys. Se quedaron un rato en el café, conversando animadamente. Carlos no dejaba de halagar a su novia con todo tipo de cumplidos y piropos. -HASTA QUE POR FÍN VEO QUIEN ERES TU EN REALIDAD- le dijo a una sonrojada Norelys, que no dejaba de tomarle sus manos que estaban sobre la mesa. Ambos se tocaban los pies bajo la misma. -¿QUÉ HACEMOS AHORA?- preguntó Carlos. -BUENO, VAMOS AL CENTRO COMERCIAL A CAMINAR- el centro comercial estaba a poca distancia del café en donde estaban, así que decidieron ir caminando, por supuesto tomados de la mano. Sentían como caían las miradas de los demás sobre ellos, pero no prestaron atención. Llegaron a su destino, caminaron en su interior, viendo las vidrieras de las numerosas tiendas, aprovecharon para comerse unos dulces y helados, bueno, ambos eran unos jóvenes de 23 años, absolutamente contemporáneos, con muchas afinidades. Pasaron el momento y lo disfrutaron plenamente. A Norelys se le ocurrió la idea de ir a una discoteca a bailar. -TENGO GANAS DE ECHAR UN PIÉ, CARLITOS ¿POR QUÉ NO VAMOS?- Carlos respondió -OYE, YO NO SÉ BAILAR- -NO TE PREOCUPES ¡TE ENSEÑO!- dijo una entusiasmada catira y seguidamente se marcharon del centro comercial para tomar el metro rumbo a una urbanización caraqueña famosa por sus clubes nocturnos. La estación más cercana estaba a unas cuadras de dicho lugar, por lo que caminaron de nuevo. Ya eran las 9 de la noche, pero a pesar de eso, no temían a la hora y a la posibilidad de ser sorprendidos como aquella noche. -NORELYS ¿TIENES MIEDO? ¿NO TE CAUSA TEMOR QUE ESTEMOS CAMINANDO EN LA CALLE A ESTA HORA?- la catira respondió irradiando una gran confianza-NO, CARLOS, NO TEMO- Y siguieron su camino tranquilos, acaramelados tomados de la mano sin temerle a nada. Llegaron a una discoteca, Norelys la vio y dijo a Carlos -NO ENTREMOS AHÍ, NO ME CONVENCE MUCHO- Se dirigieron a otra, pero esta vez fue Carlos quien se negó a entrar. Caminaron unas cuadras más y se toparon con otra que tenía cierto aire de sencillez; no era un sitio exclusivo, pero tampoco era un lugar de la misma categoría que los anteriores locales. A ambos les gustó y entraron. Cuando llegaron, el disc jockey tenía puesta pura música house. Norelys y Carlos se sentaron en una mesa un poco apartada de la pista de baile, pidieron unos tragos y empezaron a charlar, aunque debían hacerlo un poco fuerte dado el volumen del sonido. -¿Y AHORA, CARLOS? ¿QUIERES APRENDER A BAILAR?- preguntó la catira. -NO ME GUSTA MUCHO ESTA CLASE DE MÚSICA, PERO SUPONGO QUE AQUÍ COLOCAN DE TODO- dijo Carlos, enfriando un poco el ánimo de la catira, quien pensó que debía esperar a que el DJ cambiara de set. Pero tuvo suerte, al cabo de un rato, el sonido y el ritmo de la discoteca cambió a música tropical, colocaron salsa puertorriqueña y fue cuando Norelys invitó a bailar a su novio. -VAMOS. ESTE RITMO ME PARECE UN POCO MÁS FAMILIAR- dijo Carlos. Es que entre su música favorita estaban los ritmos latinos como la salsa, el merengue, el calipso entre otros, todos bailables, a pesar que él no era bailarín. -ERES UN CASO ATÍPICO- le dijo Norelys cuando se enteró de los gustos musicales de su novio. Se dirigieron a la pista y bailaron la primera pieza. A Carlos le costó, puesto que era la primera vez que bailaba, y acompañado, pero Norelys le guiaba, le indicaba los pasos del ritmo y cómo moverse -ASÍ CARLOS, MUEVE LOS PIES ASÍ-. Durante el tiempo que duró la pieza Norelys estuvo enseñándole, pero cuando comenzó a sonar la segunda canción, Carlos empezó a tomar el ritmo y conforme pasaba el tiempo, se fue soltando mas y más, para beneplácito de su novia, quien le dijo - OYE, MIJO, ¡APRENDES RÁPIDO!-. Carlos solo reía y se dejaba llevar por el ambiente. Bailaron todo el set de salsa, cuando el DJ cambió, Carlos pidió sentarse, no estaba acostumbrado a los movimientos del baile. -APRENDES RÁPIDO, MI AMOR- le decía Norelys, -TIENES PASTA DE BAILARÍN- Carlos solo atinó a decir -GRACIAS- y después los dos se besaron. Cuando el ritmo cambió a merengue, Norelys lo tomó de la mano -VAS A APRENDER ESTE- dijo. Carlos se dio cuenta que su novia también era excelente bailarina, así que se sintió que estaba en buenas manos. Aprendió rápidamente los pasos de ese ritmo dominicano y ésta vez duraron mas tiempo en la pista, bailando muy juntos, de manera apasionada. El DJ volvió a cambiar de set, puso canciones que eran mezclas de diversos ritmos tropicales como soca, samba, el propio merengue y otros, enredándose Carlos -¿CUÁL PASO DOY?- preguntaba riéndose -NO TE PREOCUPES, SÍGUEME- le contestó Norelys y así pasaron largo rato en la pista, con Carlos bailando como le enseñaba su novia. Luego se sentaron, para tomar refrescos, que después sustituían con tragos y descansar un poco. El ánimo de los dos estaba ya a millón, había más confianza. Se decían mutuos piropos, se abrazaban y besaban, ya con más pasión. Tras unos minutos, Norelys deseó hacer algo y dijo a Carlos -VAS A VERME BAILAR SOLA, CARLOS. BAILARÉ PARA TI UN POCO- Entonces la catira se levantó de la mesa, dejando a un Carlos extrañado pero a la expectativa. El DJ puso changa, música típica de discotecas, y Norelys empezó a bailar. Sus movimientos eran sensuales y fueron aumentando en intensidad en la medida que pasaba el tiempo. Carlos miraba con atención los movimientos de su novia, quien de vez en cuando lo veía con sensualidad, la mirada era similar a la que le dispensó cuando hicieron ejercicios aquella vez en el parque. Norelys bailaba y bailaba, con sus movimientos cada vez mas encendidos y más sensuales. Si con la figura espectacular que tenía la hacía el centro de las miradas en el lugar, con su forma de bailar, de mover su cuerpo, terminó siendo definitivamente la atracción. El movimiento de sus caderas era suave, pero cuando el ritmo era más rápido y frenético, Norelys demostraba gran flexibilidad y fuerza. Muchos hombres presentes empezaban vitorearla y los demás bailarines hacían espacio cada vez mas extenso para ella, que terminó bailando sola en la pista. Carlos tuvo que ponerse de pié y después acercarse un poco mas a la pista para poder ver. Entonces varias personas le hicieron una ronda. Muchos hombres querían bailar con ella, pero la catira los rechazaba, conforme al ritmo. Les demostró que quería bailar sola, así que algunos la dejaron, pero había otros que no la dejaban tranquila. Uno de ellos se acercó demasiado y como el ritmo era rápido en ese preciso momento, Norelys aprovechó para lanzarle un golpe que disfrazó en su coreografía para alcanzarlo de lleno en la barbilla de aquel, noqueándolo, hecho que terminó de convencer a los que insistían que no debían acercarse a ella y que también provocó la ovación de los presentes. Carlos sonríe, moviendo la cabeza en desaprobación y le señaló con un dedo, ella le guiñó un ojo y también sonrió. Siguió Norelys en el set, bailando sensualmente, con movimientos cadenciosos que provocaban admiración y deseo entre el público masculino que había en el lugar, las mujeres sintieron, unas, admiración, otras, envidia. Y Carlos ya estaba excitado al ver el cuerpo escultural de su novia moverse con una gracia y sensualidad que él nunca imaginó en ella. Cuando Norelys dio por terminada sus demostraciones de baile, los presentes la aplaudieron, se dirigió inmediatamente a Carlos, lo abrazó, lo besó, notó que estaba excitado pues sintió su pene ya erecto y le dijo al oído, en tono casi imperioso -¡VAMONOS!-. Norelys se había excitado también. Pagaron la cuenta y se retiraron del lugar. Salieron de la discoteca, estaban en la acera esperando un taxi y mientras lo hacían, se abrazaron y se besaron con mucha pasión, fue cuando Norelys le propuso a Carlos ir al otro apartamento que tenía su familia, donde pasó la noche luego del episodio del asalto. Un día antes había estado ahí, limpiandolo preparandolo para la cita que iba a tener con su novio. La catira lo había planeado. Carlos aceptó. Tomaron un taxi, en el cual se besaban ardientemente, acariciándose, ante la mirada disimulada del taxista que llegó a llamarles la atención en una ocasión cuando la escena en el asiento trasero subía de tono, dirigiéndose al lugar; ya era casi la una de la madrugada. Llegaron al apartamento. Norelys abrió la puerta, invitó a su novio a que pasara primero. Ella después cerró la puerta con llave. Volvieron a abrazarse pero Norelys le pidió permiso a Carlos para ir a la cocina un momento. Carlos exploró el apartamento, el mismo estaba vacío, salvo una habitación que tenía una cama arreglada con sábanas y cobijas y en una alacena de la cocina había comida enlatada y algunas botellas de agua mineral. Norelys estuvo allí, revisando las cosas y cuando vio a Carlos parado en el umbral de la puerta dijo, con voz aniñada, pero sensual -CARLOS-. Acto seguido se acercó a él, abrazándolo y besándolo en todas partes. Carlos la besó también. Luego de estar fundidos en un fuerte abrazo, Norelys se separó, dio unos pasos atrás y a continuación comenzó a quitarse el vestido: Norelys no poseía sostén y Carlos vio un par de senos de mediano tamaño que lucían erectos y no solo eso... Mientras se quitaba el vestido, pudo ver los pechos y el vientre de su novia ¡éste estaba plano y totalmente marcado! ¡tenía los músculos abdominales bien desarrollados! Le dio la impresión de ver seis ladrillos en el vientre de la catira. Carlos empezaba a desabotonarse la camisa, pero esperó que Norelys se desnudara primero. Ella entendió su actitud y siguió despojándose de su ropa, lentamente, hasta quedar en una especie de tanga. A continuación se soltó el cabello, el cual le llegaba hasta los hombros y después, dio media vuelta dandole la espalda y comenzó a quitarse el tanga, hasta que este cayó al suelo. Todavía tenía puestos los tacones. Lo que vio Carlos le hizo quedar mudo. Norelys era toda una escultura de carne y hueso. Una obra de arte que no fue esculpida por artista terrenal. Su cuerpo era el resultado de toda una vida practicando deportes, haciendo ejercicios. Sus hombros y espalda eran anchos, sus glúteos redondos, duros y parados, sin atisbo alguno de grasa, al igual que sus piernas. En estas, Carlos puso especial cuidado, pues las estaba viendo en toda su extensión: lucían majestuosas, soberbiamente gruesas y torneadas, con una definición y proporción muscular extraordinarias, viéndose como las más lindas y fuertes piernas que Carlos haya visto jamás en una mujer. Norelys se quedó un rato parada dándole su espalda, viéndolo por el rabillo del ojo, sonriéndole, después adoptó una pose muy sexy para luego darse vuelta y quedar frente a él, sin mirarlo, siempre sexy. Carlos observó que sus muslos eran realmente poderosos y sus pantorrillas formidables. Norelys tenía una presencia insoslayable, su figura era la de una hembra imponente en su máxima expresión. Aquí se dio cuenta de un detalle muy importante: a pesar de la contextura de su cuerpo, de su porte atlético, de su gran desarrollo y definición muscular, Norelys lucía absolutamente femenina, sus curvas así lo evidenciaban, por lo que nuestro protagonista no pudo evitar que se le escapara un sonoro suspiro. Norelys se acercó, en un principio no se dejó abrazar por su novio, quien le preguntó, todo extasiado -¿CUÁNTO MIDES, NORELYS?-. -UN METRO OCHENTA- le contestó dulcemente la catira, mientras empezaba a quitarle la camisa y los pantalones, quedando ambos completamente desnudos, fue entonces cuando Norelys recostó a su novio contra una pared, lo abrazó y... Empezaron a hacer el amor. Se abrazaron muy fuerte y allí Carlos supo lo vigorosa que era la catira, se besaron ansiosamente. Con el transcurrir de los minutos, la pasión aumentaba, Norelys le rodeó la cintura con una de sus poderosas piernas. Carlos era apenas unos tres centímetros mas alto, así que no tuvieron problemas para hacerlo de pié en ese sublime momento. Notó que su miembro, cuando ya había penetrado, era aprisionado por las paredes vaginales de su novia; tuvo un placer divino cuando sintió como esas paredes se lo apretaban. Al cabo de unos minutos ardientes, ambos llegaron al orgasmo al mismo tiempo, sintiendo Carlos la fuerza de su novia cuando esta lo recostaba a la pared y lo apretaba entre sus brazos mientras llegaba al paraíso. Después de acabar, Norelys se volteó y se recostó de espaldas sobre él, mientras éste la rodeaba con sus brazos, en una escena muy romántica. Carlos le dijo -SÍ QUE ERES VIGOROSA, NIÑA-. Norelys solo sonrió mientras recuperaba el aliento, después se le ocurrió lo siguiente: -CARLOS, ¿QUIERES QUE TE LLEVE A LA CAMA?-, a lo que su pareja accedió moviendo afirmativamente la cabeza. Entonces, la catira se volteó y lo tomó por sus caderas, alzándolo como un simple muñeco, bajándolo después para cargarlo entre sus brazos. El asombro de Carlos no tenía límites, mientras veía una sonrisa muy dulce en los labios de Norelys, quien lo llevo cargado al cuarto. -EN VEZ DE SER YO QUIEN HAGA ESTO- pensó nuestro amigo, algo avergonzado, aunque estaba muy a gusto con lo que le estaba sucediendo. Norelys lo acostó en la cama y allí reanudaron su faena amorosa, compartiendo sus cuerpos mutuamente. En este segundo "round" Carlos sentiría la potencia de sus piernas, pues, luego de revolcarse en las sabanas como si estuvieran luchando por ver quien se quedaba arriba y quien abajo, pudo dominar, pero con muchísimo trabajo, a su amante quien aceptó quedarse debajo del cuerpo de su novio, pero antes que este procediera a faenarla, ella lo abrazó con sus piernas a la altura de sus costillas y apretó un poco, nada más, pero fue suficiente para dejar sin aire a su amante, quien sintió un leve crujido en sus costillas, suplicándole a Norelys que lo liberara -ESTA... AAGG... BIEN... NORE... LYS... AAGG... TU... ARRIBA Y... YO... A... ABAJO-. Norelys soltó una pequeña risa -PERO BEBÉ, SI NO ESTABA APRETANDO FUERTE...-, -¿NO ESTABAS APRETANDO FUERTE?- preguntó un asombrado Carlos mientras recuperaba el aire. -NO MI AMOR, NO ESTABA APRETANDO FUERTE-. Era evidente que si lo hacía, iba a triturar a Carlos entre sus portentosas piernas. Después de eso, entre risas, ambos amantes se dispusieron a hacer el amor. Lo harían una y otra vez, hasta el amanecer, para después quedarse dormidos, con Carlos sobre el regazo de su poderosa catira. Durmieron juntos hasta pasado el medio día de ese domingo. Eran las dos y media de la tarde cuando Norelys abrió los ojos, quien vio a Carlos sobre su regazo, tomándole su cabeza, acariciando sus cabellos. -POR FIN, MI AMOR, YA TE TUVE- pensó la catira quien procedió a despertar a su novio con un beso mientras lo llamaba al oído -CARLOS, CARLOS, DESPIERTA-. El rostro de Norelys era de felicidad, mientras contemplaba despertarse a Carlos. Este preguntó, tras un bostezo muy largo -¿QUÉ HORA ES?-. -POR LA LUZ DEL DÍA QUE HAY, DEBE SER MÁS DE LAS DOCE- calculó Norelys. Carlos se apartó, acostándose a un lado de ella, mientras Norelys se levantaba para ir a la sala a buscar entre sus pertenencia su reloj. Regresó al cuarto a decirle Carlos -SON LAS DOS Y MEDIA DE LA TARDE, QUERIDO- Carlos estaba todavía soñoliento, pero pudo contemplar la desnudez de su novia quien estaba en el umbral de la puerta. -TE VES IMPONENTE, NIÑA- le soltó a la catira, pero ella solo atinó a sonreír y darle un beso volador. -VAMOS MI AMOR, LEVÁNTATE QUE YA ES TARDE-. Carlos tuvo que hacer un gran esfuerzo para pararse. Finalmente lo hizo, Norelys fue a la cocina para preparar la comida, le dijo a Carlos que fuera al baño, que aprovechara de bañarse si quería -HAY DOS TOALLAS, TOMA UNA- le indicó la catira, mientras ella sacaba los enlatados y los ponía encima del fregador sin destaparlos. Entonces, fue al baño y se metió en la ducha junto a Carlos. Se bañaron los dos, enjabonándose mutuamente, pero mientras lo hacían, el deseo volvió a encenderse en ambos y volvieron a hacer el amor bajo la lluvia que salía de la ducha. Esta vez, fue un poco más romántica la cosa, donde la pasión solo surgiría cuando Carlos comenzó a llegar al orgasmo, mientras que la catira lo hacía explotar con sus movimientos excitantes. Luego Carlos haría correr a Norelys haciéndole sexo oral. Salieron de la ducha, se secaron y vistieron rápidamente, para después sentarse a comer. -ESTE ES NUESTRO DESAYUNO Y ALMUERZO- decía Carlos, a lo que respondió la catira -Y YO ROMPIENDO MI DIETA-, -¿ASI QUE HACES DIETA TAMBIÉN?- preguntó su novio, -PUES CLARO QUE SI, QUERIDO ¿POR QUÉ CREES QUE TENGO ESTA FIGURA?. ME GUSTA MANTENERME-, -SÍ QUE TE GUSTA, MI NIÑA- concluyó Carlos. Mientras comían charlaron amenamente, terminaron, arreglaron lo poco que había en el apartamento y se marcharon. Ambos iban caminando por la calle tomados de la mano, ya más compenetrados. Carlos acompañaría a su novia hasta la puerta de su casa, se despidió de ella amorosamente y luego se dirigió a su casa, donde lo esperaba una madre ansiosa por escuchar la explicación de su tardía llegada a casa. La madre de Carlos era muy posesiva, pues lo veía siempre como un niño. Cuando este llegó lo abordó, preguntándole también lo de la otra noche en la que llegó extraño. Bueno, con toda tranquilidad nuestro amigo le explicó que había tenido una pelea, pero que no tenía nada de qué preocuparse -ESTOY BIEN PROTEGIDO- le dijo y después remató sus explicaciones con esta frase -TENGO NOVIA, MAMÁ, UNA JEVA GRANDIOSA-. Con el tiempo, dicha relación se fue fortaleciendo y ambos ya conocían a sus respectivos suegros, quedando sorprendida la madre de Carlos al ver a semejante nuera que se estaba gastando. Más adelante se convencieron de que se necesitaban uno del otro y su relación terminó consolidándose, aunque no tenían planes de matrimonio. Luego vendrían otras noches de amor y otros episodios en los que Norelys estaría involucrada. La vida continuó, Norelys sacaba buenas notas, tan buenas que ya los profesores la estimaban como una estudiante sobresaliente. Y todavía seguía vistiéndose de la manera ultra-conservadora que todos conocemos. En cuanto a Carlos, debutó en el campeonato interno de fútbol sala de la escuela de administración con el equipo que jugó con él en el parque, el cual consiguió armar junto a su amigo Mario. En esa primera competencia, no tuvieron mucha suerte, cayendo eliminados en la primera ronda, pese al apoyo que tuvieron de sus amigas Rosalía y Carmen, así como de otros compañeros del salón y amigos de sus compañeros de equipo. A Simón y a Johnny no les gustaba el fútbol sala, así que no fueron a verlos. No armaron un buen equipo pero tenían una gran barra que hinchaba muchísimo por ellos. Para el próximo año será. Terminó el año y los muchachos aprobaron todos las asignaturas del primer año de la carrera. Lo celebraron con una fiesta de fin de semestre dentro de la facultad a la que pertenecía su escuela. Todos se fueron a sus respectivos hogares al terminar dicha fiesta pero Carlos y Norelys seguirían celebrando después pero a su manera, en su nidito de amor, compartiendo sus cuerpos y nuestro amigo adorando a su diosa que era la catira. En esa ocasión, luego de terminar de hacer el amor, Carlos estaba encima de ella, quien estaba boca abajo, le dijo al oído -OYE, YA NO ERES TAN FUERTE COMO ANTES- a lo que respondió la catira -¿AH NO? EXTIENDE TODO TU CUERPO SOBRE EL MIO, TUS PIERNAS ENCIMA DE LAS MIAS-, Carlos lo hizo y entonces la catira empezó a hacer flexiones de pecho con él a sus espaldas, elevándolo. Lo hizo como si no tuviera ningún peso encima y realizó 30 repeticiones seguidas. Después de eso miró a su novio que tenía a cuestas con aires de superioridad, que después cambiaría por una mirada llena de ternura. Carlos la seguiría adorando... Cierta noche, Carlos iba a su casa luego de jugar un partido amistoso con su equipo en el parque. Como acordaron seguir para el próximo año, además de sentirse en deuda con la "afición" que los apoyó en ese primer campeonato, buscaron un equipo para ir preparándose, ganando por goleada. Bueno, lo cierto es que jugaron sin la presencia de su "hinchada". Norelys no fue a verlos jugar debido a que tuvo que realizar una diligencia con su padre -VA A ALQUILAR EL APARTAMENTO. CONSIGUI" INQUILINO, ASÍ QUE TENDREMOS QUE COMPARTIRNOS EN OTRO LADO- le habría dicho su novia por teléfono. Entonces, saliendo del metro esa noche, se topó con una cara conocida que iba apresurada y mal encarada, tropezándose con la gente sin disculparse. La reconoció: era la tipa corpulenta que había agarrado a trompadas a la flaquita la otra vez. Carlos la miró mientras se alejaba, pues tenía una ruta diferente, para después decirse así mismo -BUENO... SERÍA INTERESANTE-. ¿En qué estaba pensando nuestro amigo Carlos cuando vio a esa mujer de mal carácter y tan pendenciera? Esta historia continuará... Comentarios: vene_wanderer73@hotmail.com