Educando a Jason - 2 Título original: Jason Gets Spanked, by Marmot. Traducido en abril 2002 Un marido desobediente es castigado por su esposa -------- Jason estaba sentado en el sofá, pensativo y esperando que su amada esposa regresara a casa. Aunque le habían dicho que debía permanecer inmóvil, no podía resistir mover sus brazos. La respuesta de éstos eran lenta pero con los tendones de sus hombros desgarrados y estirados hasta el límite soportable, se sentía afortunado de poder moverlos. Intentó levantar los brazos sobre su cabeza pero temblaban como si cargaran con enorme peso. "Que estoy haciendo?" pensó, "Sin brazos no podré---" La puerta se abrió y por ella entró Livia. Medía un metro ochenta y tenía un pelo rubio y largo que le llegaban hasta la cintura. Llevaba puesto una blusa de algodón, abierto por la mitad que mostrando de esta manera la forma de unos senos grandes y llenos cubiertos por un sostén blanco. Su falda negra tenía una raja en la cintura, lo que revelaba una poderosa pierna musculosa. El corazón de Jason se aceleró ante esta visión. "Oh, que mujer más maravillosa" pensó. "Si no es que es--" "Te has movido" dijo ella. Rápidamente, sintiendo el miedo recorrer su cuerpo, Jason bajó los brazos. Esto le hizo mucho daño pero volvían a estar en su sitio. "Lo siento", Livia! Yo-- "Silencio, gusano!" Su voz mostraba una ira creciente, si bien su rostro permanecía inalterable. "Ven aquí. Jason bajó del sofa y se dirigió de rodillas hacia su mujer. La alfombra quemaba sus rodillas al arrastrarlas, lo que le producía gran dolor. "Haces bien en darte prisa." Livia se agachó enfrente de su tembloroso hombre. "Pequeñín querido! Si me hubieras obedecido, ahora podrías estar besando mis pies y los dos seríamos felices. Pero como no has permanecido quieto, tal como te había ordenado, deberás ser castigado." Jason mordía sus labios, sus ojos se humedecían pero no lloraba. Estaba realmente asustado pero ello no significaba que no fuera un hombre. Livia veía esta actitud de hombría con creciente irritación. Cuando aprendería que con ella las reglas eran diferentes? -Slap!- Jason oyó el golpe antes de sentir el dolor de la mano en su rostro. Se encogió y dejó escapar un sollozo. Su mujer estaba fuera de sí mientras las lágrimas descendían por el rostro de él. "Maldita sea, Jason!" Enredó sus dedos entre el cabello de él y le miró a los ojos. "Porqué no te evitar hacerte daño a ti mismo. Tu maldita desobediencia te está haciendo mucho daño y tu loco orgullo masculino lo empeora las cosas!" Jason sintió que era empujado hacia el suave y caliente pecho de Livia. Se sorprendió de oírle sollozar, las lágrimas de Livia caían sobre su desnuda nuca. Avergonzado, rodeó con sus doloridos brazos a su esposa. "Lo siento, Livia. Por favor, no llores. Me portaré bien! Yo..." Su mujer puso dos dedos en los labios de él. "Ya sé que serás bueno. Ahora, deja que te ayude a que te portes bien con Livia". De pie, limpiándose las lágrimas de sus ojos con una mano, Livia cruzó sus brazos y empezó a reñir severamente a Jason por haberse movido. El marido se encogió ante semejante riña. Las palabras de la mujer eran más dolorosas que cualquiera de los castigos físicos que le podía haber dado. "Que niño más malo" concluyó Livia. "Cuando te convertirás en alguien de quien esté orgullosa, en vez de necesitar siempre unos azotes?" "No lo sé" respondió él con voz temblorosa. Recordaba vagamente que durante algún rato había estado llorando sin parar. "Mis hermanas dicen que debería castrarte" dijo Livia con voz cerrada. "Es esto lo que quieres?" "No." Livia cogió a por el pelo y lo le levantó hasta que sus ojos estuvieron frente a los suyos. "Entonces, que quieres, mi amor?" "Quiero ser bueno!" Jason sollozó. Se sentía como un niño pequeño. Odiaba que ella le hiciera sentirse así. Era peor que si ella le odiara. Sabía que ella le quería y que lo que hacía le decepcionaba. "Yo quiero lo mismo, mi amor" Livia sonrió tristemente y Jasón sintió que su corazón se entristecía más. Ella se dio la vuelta y se dirigió hacia el dormitorio. Giró la cabeza mirando a su marido y se dio una palmada en su muslo. "Vamos, cariño. Tienes que recibir unos azotes para no olvidar que tienes que ser bueno con Livia". Jason se dio prisa en ir detrás de su esposa, sintiendo que el latido de su corazón se disparaba debido al miedo. Ella se sentó en su cómoda silla y le ayudó a él a colocarse en el taburete. "Ahora, Jason, no repetiremos lo de la última vez, o sí? Apretó firmemente entre los hombros de Jason y éste se retorció de dolor. "N-no, mama!" dijó jadeando y se agarró al taburete preparado para el azote. -Swish!- Al primer golpe de la vara, Jason chilló del susto que se llevó. "Niño malo!" Livia apretó firmemente su pie sobre uno de los tobillos de Jason. -Swish!- La vara cayó duramente sobre la planta del pie inmóvil de Jason y explotó de dolor. "Nunca, nunca te enfrentes a Livia o a una mujer!" "Ahora, empezamos de nuevo?" Jasón asintió porque tenía tanto dolor que no podía articular palabra. -Swish! swish! swish!- Jason chillaba, gemía con cada golpe y al tercer golpe intentó la locura de escabullirse de la firme mano de su esposa. Fue un intento inútil, fruto más del instinto que de la intención pero no tardaría en arrepentirse inmediatamente. "Niño malo!" Livia apretó su pie contra con el tobillo de Jason. "No, n-no!" suplicaba Jason. -Swish!- Inmediatamente su otro pie fue víctima de un dolor insoportable. Su habla era ahora incoherente, gimiendo palabras sin sentido y con las lágrimas en su rostro. Livia colocó la vara en el jarrón. Levantó a su hombre y lo estrechó entre sus brazos, su cara contra sus grandes pechos. Le estuvo consolando unos minutos, hasta que volvió a recobrar el sentido. "Ahora volveremos a empezar." Miró fijamente a los ojos temerosos de Jason. "Jason ha sido malo. Livia ha azotado el malvado trasero de Jason y él será bueno a partir de ahora. Si me desobedeces a mí o a cualquier otra mujer, tu trasero te obligará a obedecer. Lo has entendido, cariño?" "Sí, mamá." Jason se arrodilló sobre el taburete de su mujer preparado para el azote. -Swish! swish! swish!- Jason gemía debilmente ante los continuos golpes de la vara -Swish! swish! swish!- Pero estaba demasiado débil para resistir. -Swish! swish! swish!- Estaba allí puesto siendo azotado. -Swish! swish! swish!- hasta que cayó y hablando como un niño pequeño -Swish! swish! swish!- Finalmente, el azote llegó a su fin. Livia cogió al pequeño Jason entre sus brazos. Todavía estaba sollozando lastimosamente. Lo rodeó con sus brazos gentilmente mientras las lágrimas de él se deslizaban por el encaje blanco del sostén que cubría sus pechos. "Te quiero, pequeñín. Livia quiere a Jason" repetía sin cesar la mujer. Puso dulcemente su mano sobre su rostro. "Livia siempre querrá a Jason." El bien-azotado hombre asentía con la cabeza. "Todas las mujeres quieren a Jasón." Otra vez asintió él, fascinado con el color azul de los ojos de Livia. "Y Jason quiere a Livia y a todas las mujeres. Y siempre será bueno." Volvía a asentir y cayó dormido entre los brazos de su esposa. Livia abrazó a su marido durante un rato, viendo como se dormía placidamente. Acarició suavemente el pene de Jason y él se estiró mientras su pene desaparecía entre la mano carnosa de Livia. Sonrió a su esposa y la hubiera abrazado de no ser porque sus brazos le dolían todavía. Livia besó la frente de Jason y lo apretó entre sus brazos. Colocó a su marido en la cama. Él murmuró agradecido y se durmió antes de que su esposa saliera del dormitorio.