JACINTA ENCUENTRA A SU EXPROFESOR Por Esper, esper_cl@yahoo.es Jacinta, una mujer muy musculosa, se encuentra con Ferm�n en el aeropuerto de Lima. Hacen el viaje juntos, y se siguen viendo. Al final de la historia aparece una pelea callejera. Tanto Jacinta como Ferm�n han sido protagonistas de historias del autor. EN EL AEROPUERTO DE LIMA Todo empez� en un viaje de Lima a Santiago de Chile. Ferm�n, de profesi�n economista, hab�a ido a Lima por cuatro d�as, por razones de trabajo. Lleg� al aeropuerto un s�bado a las 8 de la ma�ana pues su vuelo sal�a a las 11. La llegada esperada a Santiago era a las 5 de la tarde. En esa �poca del a�o hab�a dos horas m�s en Santiago que en la capital peruana. Despu�s del chequeo entr� de inmediato a la sala de embarque. Quer�a ver las tiendas y tomarse un caf�. Cuando pasa polic�a internacional y entra al sector de embarque, se encuentra con Jacinta, una mujer que conoc�a y recordaba. Se sonr�en y se saludan de beso y abrazo. -�Hola Jacinta! que sorpresa encontrarte ac�- le dice �l. -�Hola Ferm�n! El gusto es m�o- contesta ella Ella hab�a sido alumna de Ferm�n hac�a unos cuantos a�os. Eran de la misma edad, puesto que Jacinta estudi� en vespertino, estando trabajando. Era com�n que los alumnos de esa jornada fueran de la edad de algunos profesores, e incluso mayores. Por la misma raz�n, era com�n el tuteo de alumnos hacia algunos de los profesores. Adem�s de ser alumna de �l, le pidi� ayuda a Ferm�n cuando estaba haciendo su trabajo de t�tulo. Ello permiti� que se conocieran algo m�s, Hubo coqueteo mutuo, pero eso no pas� a mayores. -�Andabas de vacaciones o por trabajo?- pregunta Jacinta. -Por trabajo. Vine a una reuni�n de tres d�as sobre regulaci�n- contesta Ferm�n - Entiendo ... -�Y t�?- le pregunta Ferm�n. Ella lo queda mirando como meditando antes de contestar. -Vine a un torneo de karate y a un seminario que dictaban unos japoneses de nivel muy avanzado- responde Jacinta. -Me acuerdo de que me contaste alguna vez que practicabas karate y que eras instructora, pero no conversamos m�s detalles- dice �l- -As� es. Acabo de dar el examen y soy sexto dan- acota ella. -Mira que bien �te felicito! -Gracias ... -Y ese cuerpo que tienes, �es por el karate?- pregunta Ferm�n -Qu� tiene mi cuerpo?- pregunta Jacinta a modo de broma, fingiendo un enojo. -Eres grande, maciza y s�lida. Eres m�sculos antes que grasa, te ves as�, y lo not� a�n m�s una vez que nos abrazamos hace a�os, y lo volv� a notar hace algunos momentos- dice Ferm�n. JACINTA: Ah. Bueno, no es solo por el karate. Soy as� por la familia de mi padre. Tambi�n he hecho ejercicios toda mi vida. Adem�s, hice nataci�n cuando ni�a. Tengo un par de m�quinas de fuerza en mi casa, las que uso siempre. Y voy a al gimnasio. Siempre me estoy ejercitando. Ferm�n asinti� como mostrando admiraci�n. Comenz� a completar mentalmente la descripci�n de ella. Era morena de pelo muy negro y lacio, el que en ese momento llevaba suelto como era su costumbre. En su tez llevaba algunas pecas. Tambi�n las ten�a en el pecho, lo que a Ferm�n la resultaba muy atractivo. Sus ojos eran color caf�. Su nariz era pronunciada, aunque hermosa. Su boca era de tama�o medio con labios m�s bien gruesos. UN CAF� JUNTOS Fueron a tomarse un caf�. Ferm�n recordaba que por coincidencia Jacinta trabajaba en la misma universidad donde �l estudi� ,aunque no al mismo tiempo. Donde Ferm�n le hizo clases y se conocieron, era otra universidad, -�Sigues trabajando en la universidad donde estudi�? Me acuerdo de que ah� trabajabas- le pregunt�. -Ya no. Estoy trabajando en la Polic�a de Investigaciones- contest� ella. Ferm�n hizo un gesto como de sorpresa. La Polic�a de Investigaciones, PDI, es la polic�a civil de Chile. -Mira que interesante- dijo �l. -jajajaja pero no soy detective- aclar� ella. -�Qu� haces entonces? -Trabajo en el �rea administrativa, y les hago clases de defensa personal a las aspirantes y mujeres detectives- explic�. -�Clases de karate?- pregunt� �l -Defensa personal. La defensa personal toma t�cnicas de distintas disciplinas marciales. Dejamos de lado aquellos golpes y defensas que son muy espectaculares, pero que solo sirven para puntos en los torneos. Lo que se entrena son posibles enfrentamientos en la calle. Tambi�n vemos como reducir e inmovilizar a delincuentes- explic� ella. -Ya voy entendiendo. Me imagino que algunas alumnas han estudiado artes marciales antes- dice Ferm�n. -As� es. En general a las que quieren ser polic�as tambi�n le interesan las artes marciales. Incluso me han tocado algunas alumnas a las que les he hecho clases de karate en la academia a la que pertenezco. A las que son aventajadas las nombro mis ayudantes en los entrenamientos- contin�o explicando ella. Terminaron el caf�, pagaron y se fueron. Luego recorrieron algunas tiendas y compraron un par de recuerdos. Faltaba unos minutos para el embarque, as� que decidieron sentarse a conversar. En eso llamaron a embarcar. EN EL AVION Llegaron al avi�n, el que para fortuna de los dos iba semi vac�o. Ella ten�a un asiento en la ventana, y el del costado de ella estaba disponible. Ferm�n lo ocup� de inmediato. Despu�s del despegue comenzaron a conversar de la etapa en la cual ella fue su alumna. -�ramos varias las que te encontramos guapo en su momento. Ten�as tus admiradoras- comenta Jacinta. -Gracias, me halagas- responde �l. Mientras hablaban ella le tocaba las manos poniendo la de ella sobre la de �l. �l se la daba vuelta y se la tomaba. Recordaron que la �ltima vez que se vieron, al despedirse se dieron un largo abrazo y ella le dio un beso en la boca. Adem�s, cuando conversaban temas acad�micos en las salas y pasillos, ella le tocaba las manos y los brazos. Eso lo hac�a cuando nadie los estaba viendo. Me acuerdo lo cari�osa que fuiste con ese abrazo, y el beso en la boca que me diste, Nunca lo he olvidado. Y espero que no te molestes por dec�rtelo en forma tan expl�cita- le dice Ferm�n. -�Y te gust�?- pregunta Jacinta. -�Para qu� te lo voy a negar?- contesta �l -Espero que no te haya causado problemas- acota Jacinta. -Estaba casado entonces, y si lo hubiera contado me hab�a tra�do problemas- responde Ferm�n. -�Ya no est�s casado?- pregunta ella. -M�s no que s�. Nos estamos separando. Eso ya se acord�. �y t�? -No estoy en pareja. Termin� hace poco una relaci�n. Como debes acordarte llevo muchos alos separada. -Claro que me acuerdo- dijo �l. Ferm�n qued� pensando en que Jacinta no le inquiri� m�s detalles sobre su separaci�n. Quiz�s no ten�a inter�s en ir m�s all� en lo sexual, o bien esa respuesta le bastaba para que tuvieran algo. -�Te acuerdas cuando nos encontramos en el metro e hicimos el viaje juntos?- pregunta ella. -�Por supuesto que me acuerdo! Fue un viaje memorable- contesto �l. EL VIAJE EN METRO Fue en un jueves de primavera pasadas las 6 de la tarde. Las clases empezaban a las 7. Ferm�n tom� el metro, el que iba casi lleno. Una estaci�n despu�s se sube Jacinta. Se reconocen de inmediato, y se saludan de beso. Jacinta estaba en el segundo semestre de la carrera y �l hab�a sido profesor de ella en el ramo de econom�a, en el semestre anterior. El carro iba lleno. Ellos se instalan en la puerta que no se abr�a seg�n la trayectoria del metro. De esa manera ning�n pasajero pasar�a o se parar�a detr�s de ellos. Eso les permitir�a conversar tranquilos. Siendo un poco m�s baja que �l, se ve�an de la misma estatura porque usaba zapatos de plataforma de tacones de unos ocho cent�metros. Ferm�n estaba con tenida informal, aunque no deportiva. As� trabajaba. Por su parte, ella iba con un traje de dos pieza negro, y debajo se ve�a un polo color verde claro. Como el metro iba lleno tuvieron que ir pegados para conversar. A ninguno de los dos le incomod�. �l usaba un corte de pelo tipo militar, y ese d�a se lo acababa de cortar. -Parece que te cortaste el pelo dijo ella. - As� es- contest� Ferm�n. -Permiso- dijo ella, y le toc� el pelo en directo. A �l no le molest�, sino que por el contrario, le gust�. Entonces �l le toc� el pelo a ella, el que era semi lacio y lo llevaba a los hombros. -Si tu me tocas el pelo, yo puedo hacer lo mismo- dijo �l. -Jajajajjaa. Por supuesto ... - respondi� ella. -Lo tienes grosor normal y suave. Coment� �l Ella volvi� a re�r. �l entonces le toc� el brazo y se lo apret�. Sinti� lo fuerte que era. Se lo coment� y Jacinta solo sonri�. A continuaci�n, �l puso su mano vertical. Estaba claro que quer�a que la comparara con la de ella. Jacinta puso la de ella. Se vio que eran del mismo largo, pero la de Jacinta era mucho m�s gruesa. -Parece que este viaje va a ser una conversaci�n de anatom�a, antes que de econom�a- dijo Jacinta, haciendo re�r a Ferm�n. -Toca mi abdomen- le dice ella. Ferm�n lo hace y siente la solidez y dureza de esa parte. Sospech� que si la golpeaba ella resistir�a el golpe. -�Cu�nto mides y pesas?- pregunta �l. -Uno setenta y uno y ochenta y cinco kilos, �y t�?- dice ella. -Peso diez Kilos menos y mido uno setenta y seis. -�Cu�nto calzas?, yo calzo 43- dice ella. -Lo mismo que t�. Veo que eres de manos y pies grandes, porque eres alta , pero no demasiado- dice �l. -As� es, para ser chilena soy alta, pero no gigante. Se tomaron de la mano y as� siguieron el viaje, conversando diferentes temas. Lamentablemente para ellos, dos estaciones despu�s subi� una profesora que era amiga de Ferm�n. Esa profesora, llamada Silvia, tambi�n conoc�a a Jacinta. Cuando la vieron se soltaron de las manos y separaron sus cuerpos. Terminaron el recorrido en metro los tres, hasta que llegaron a la universidad DE VUELTA AL PRESENTE - SE SACAN LOS ZAPATOS El vuelo a Santiago ya llevaba una hora y le quedaban algo m�s de dos. Comentaron un rato el viaje en metro. Se preguntaron que habr�a pasado si no se hubieran encontrado con aquella profesora. Lo que concluyeron es que, dada la hora, de todas maneras se habr�an encontrado con alguien. De repente Ferm�n dijo "permiso", y se sac� los zapatos. -Cuando viajo en avi�n, me saco los zapatos- le dijo a ella. -�Buena idea!- dijo ella. Acto seguido ella tambi�n se sac� los zapatos, y quedaron los dos descalzos. Ella llevaba medias y �l los calcetines de costumbre. Ni corto ni perezoso �l le toc� los pies con los suyos. Los pies son una zona er�tica del cuerpo, por lo que juntar esa parte era de agrado para los dos. -�Qu� rico!- exclam� ella. La respuesta de �l fue una sonrisa. Siguieron el viaje con los pies juntos. JACINTA DE PONE DE PIE Al rato ella quiso ir al ba�o. Ferm�n se puso de pie para dejarla pasar. Al irse al ba�o ella le hizo a Ferm�n una caricia en el cuello. Por supuesto que a �l le gust�. Cuando volvi� le hizo otra caricia en la misma parte. �l se puso de pie para que ella pasara a sentarse. Al pasar, ella le lo toc� con su mano en la barriga. �l la correspondi� toc�ndola en el hombro. La excitaci�n ven�a. Ella se sent� y se tomaron de las manos, La de ella era indudablemente m�s grande, cosa de la que los dos ya sab�an. Tambi�n volvieron a juntar los pies. Ferm�n empez� a tener una erecci�n, la que se ve�a debajo de su pantal�n. Ella lo percibi�, pero nada dijo. Lo solt� de la mano y lo que hizo fue poner su brazo sobre la parte inferior de �l, de manera que su antebrazo quedaba toc�ndole el pene por sobre el pantal�n. Se miraron y se sonrieron. - Est�s excitado- dice Jacinta en voz baja. -S�. Ella le puso los labios como trompa para que le diera un beso. �l lo hizo. Sus lenguas se tocaron levemente. -�Te van a ir a buscar al aeropuerto?- pregunta ella -No. Dej� mi auto en �l. �Y a ti? -Se supone que tengo que llamar a mi hermana para que me vaya a buscar. -Te puedo ir a dejar a tu casa- le ofrece Ferm�n. -Me parece bien, y te hago pasar y te puedes quedar un rato conmigo- dice ella. Despu�s de lo anterior le da un beso en la boca. El viaje sigui� con los dos conversando, tom�ndose de las manos, bes�ndose y acarici�ndose. A ratos se excitaban. Un par de veces ella le puso la mano sobre el pene. Ferm�n tuvo que controlar sus jadeos para que lo escucharan otros pasajeros. Poco antes de llegar a Santiago, pas� la auxiliar de vuelo repartiendo los formularos de inmigraci�n. Cuando se acerc� a ellos dos, alcanz� a ver que �l ten�a el pene erecto y ella le ten�a la mano encima. Tuvo que disimular una risa. Ferm�n y Jacinta se dieron cuenta como la auxiliar contuvo la risa. Rieron en voz baja, pero con ganas. En realidad, los dos terminaron con grandes carcajadas, pero tuvieron que emitirlas en voz baja, para que no escucharan otros pasajeros. Con el tiempo reir�an al acordarse. EN EL AEROPUERTO DE SANTIAGO El avi�n aterriza y inician los tr�mites de inmigraci�n. Una vez que salieron de polic�a internacional Jacinta se encuentra con una detective que hab�a sido alumna de ella en defensa personal. Se saludan y ella le presenta a Ferm�n. El nombre de la detective era Elba, y su estatura andaba por el metro ochenta. Era bastante guapa y llevaba el pelo suelto. Se ve�a de unos veintiocho a�os. Una vez que se despidieron comentaron de Elba. -Cuando le hice clases ya era cintur�n negro de karate. Era la alumna m�s aventajada- coment� Jacinta. -Me he fijado que las mujeres PDI no llevan el pelo tan tomado como las carabineras- acot� Ferm�n. -As� es. Normalmente lo llevan suelto o tomado a su gusto- sigui� Jacinta. Recogen las maletas y se van al auto de Ferm�n. Enfilan a la casa de ella. EN LA CASA DE JACINTA Llegan a la casa de Jacinta en la comuna de la Florida en Santiago. El lugar era t�pico de personas de clase media. La casa estaba en un pasaje. Al frente de la casa, detr�s de unas rejas de cuatro metros, hab�a un colegio. Jacinta le dice a Ferm�n que es mejor que no deje equipaje en el auto, por cuanto hab�a habido hurtos. Era dif�cil que ocurriera, pero no imposible. �l le hace caso. Entran a la casa. Dejan en el suelo el equipaje. Se abrazan y se besan intensamente. �l baja sus manos y le agarra el trasero y se lo presiona. Ella gime. Ahora ella baja sus manos y se la mete debajo del calzoncillo y le agarra su miembro en directo. Se desvisten a medias, y van abraz�ndose al dormitorio de ella. Ella se saca su calz�n y sost�n, y se sube sobre Ferm�n quien estaba tendido sobre la cama con el pene duro como un resorte. �l disfruta mucho el tama�o de sus brazos hombros y cuello, todos gruesos y de definici�n musculosa. Pone su vagina sobre el pene y se hace penetrar. Se comienza a mover intensamente y gime, hasta que emite su sonido de orgasmo. Luego �l suelta su semen dentro de ella. �l tambi�n gime. Se tienden sobre la cama. Se toman de las manos y conversan. Comentan lo delicioso que estuvo lo que hicieron. Al rato repiten la experiencia. Luego de eso se duchan juntos. - Vi tu cuerpo en directo. Eres realmente grande y musculosa, aunque ya lo sab�a- dice Ferm�n. Ella sonr�e. -�Me muestras tu fuerza?- pregunta �l. Ella se hab�a puesto un polo de manga corta color negro. En la parte de bajo llevaba un pantal�n del buzo del mismo color, con rayas blancas laterales en las piernas. Le dice a Ferm�n que vayan a la mesa del comedor. Se sientan frente a frente y ella pone su brazo en forma de vencidas. �l hace otro tanto y le toma la mano para iniciar la competencia. Comienza a presionar, ella sonr�e. Sigue presionando y no logra avanzar en su prop�sito. Poco a poco ella comienza a hacer m�s fuerza. Se detiene un rato antes de que la mano de �l toque la mesa. Luego presiona m�s y Ferm�n se da por vencido. Se soba el brazo. Ella le da un beso en la boca como saludo del fin de la competencia. - Vamos al pasto- invita ella. Se dirigen a un patio trasero el que estaba todo planteado con pasto. Era peque�o, pero lo suficiente grande para hacer ejercicios y movimientos. Se miran de frente. Ella se agacha y lo carga sobre su hombro derecho. Camina con �l y le pega en los gl�teos. Luego lo tom� de distintas maneras, incluyendo una caminata con �l sobre sus hombros en forma vertical - �Qu� rico!- exclama Ferm�n. Despu�s de eso pasaron a hacer clases de artes marciales. Ella le pregunt� si las hab�a estudiado alguna vez. �l contest� que en el colegio y parte de la universidad hab�a estudiado tae kwon do. Ella le dice que le muestre sus t�cnicas. Le llam� la atenci�n que Ferm�n sab�a dar patadas altas y ten�a agilidad. -Dame una patada por fuera del brazo- le dice Jacinta. -�Hablas en serio? -Claro ... Ella se puso con los brazos pegados al cuerpo, estirados, y con las manos pegadas a las piernas. Ferm�n le mand� varias patadas, cada vez m�s fuertes, las que a ella no le hicieron da�o alguno. Ni siquiera logr� moverla. M�s a�n despu�s de dar cada patada �l tend�a a perder el equilibrio. A continuaci�n, ella le dijo que la golpeara en la barriga. Ferm�n lo hizo, y el resultado fue el mismo que con las patadas. No logr� moverla y sus pu�os rebotaban contra algo s�lido. UN INCIDENTE EN LA CALLE Ese fue el primero de los encuentros sexuales que tuvieron, pues se siguieron viendo. Un d�a iban caminando cerca de la casa de ella. Hab�an ido a comprar a un local comercial que quedaba a unas cinco cuadras. De regreso, una mujer la increp�. -Maraca de mierda. Te gusta meterte con maridos ajenos- la espet� la mujer, mostrando mucha ira. Jacinta y Ferm�n la miraron asombrados. Se mantuvieron en silencios por unos instantes, como expectantes a que segu�a. -No te hagas la tonta, sabes de que te hablo- continu� la mujer. Jacinta decide reaccionar. -En primer lugar, no te conozco. Segundo, ni idea quien es tu marido- le dijo. -Te voy a refrescar la memoria. Se llama Leandro- dijo la mujer. -No conozco a ning�n Leandro. Acto seguido dijo el apellido. Mientras segu�an discutiendo Ferm�n busc� a ese Leandro en su celular. Lo encontr�. -�Es �l?- le pregunt� a la mujer. -S�. Es �l- respondi�. Luego Ferm�n le mostr� el celular a Jacinta. -Lo conozco. Creo saber algo de lo que est� pasando. A m� me dijo que su nombre es Ricardo y que era separado- dijo Jacinta. La mujer enmudeci� unos instantes. -Vamos a aclarar esto. Seguramente sabes mi nombre. Quisiera saber el tuyo-dijo Jacinta. -S� que te llamas Jacinta, y yo me llamo M�nica. El segundo nombre de Leandro es Ricardo- dijo la mujer. Siguieron conversando, y el caso se aclar�. Leandro hab�a tratado de seducir a Jacinta, y esta lo rechaz�. Despu�s, en una pelea que tuvo con su esposa M�nica, el mismo le hab�a inventado que ten�a un affaire con una mujer llamada Jacinta. M�nica averigu� quien era esa Jacinta, hasta que la encar�. -Creo que te debo una disculpa- dijo M�nica. -No te preocupes por m�. Se ve que tienes muchos problemas. Ojal� que los soluciones- le dijo M�nica. -Gracias- dijo M�nica. -Si me permites una pregunta ... - dice Jacinta. -Claro. -Es curioso que tu esposo haya inventado algo conmigo. Lo com�n es que tengan aventuras, y las escondan- dijo Jacinta. -Es que es medio s�dico. Est�bamos peleando y dijo eso para causarme dolor. Y lo logr�. Yo estaba tan ofuscada que no pens� que pudiera ser mentira- fue la respuesta de M�nica. -Ya entiendo. �Ha habido violencia intrafamiliar?- dijo Jacinta. -Violencia f�sica no, y no creo que la haya. Violencia sicol�gica, s� la ha habido- contest� M�nica. UN SEGUNDO INCIDENTE - HAY VIOLENCIA El encuentro con M�nica fue un viernes en la tarde. El domingo en la tarde de ese fin de semana Jacinta fue a comprar caminando. En esta oportunidad iba sola. Ferm�n hab�a dormido y almorzado con ella. Despu�s de almuerzo se hab�a ido porque ten�a que estar con su hijo. De vuelta pas� por una plaza que conoc�a bastante, y que le gustaba. Se sent� en un banco por un rato y se puso a mirar el entorno. Eso lo hab�a hecho muchas veces. Llevaba unos cinco minutos sentada, cuando hizo su aparici�n Leandro, o Ricardo. Lo mira con una expresi�n como de objeci�n. Incluso mueve la cara hacia los lados como mostrando reprobaci�n. Pens� r�pidamente que estaba dispuesta a encararlo, si as� se daban las cosas. -�Qu� pasa?- le pregunt� Leandro. -Es que, de Ricardo separado, pasaste a ser Leandro casado- dijo Jacinta. -jajajajajajajaa. �Y hay alg�n problema con eso? Jacinta piensa por unos instantes la respuesta que le iba a dar. -Para m� ninguno. No voy a tener nada contigo. As� que me es igual- contest� finalmente. -Pero eso se puede revisar- dijo �l. -Es mejor que te largues. No deseo conversar contigo- le dijo. -�Pero que poco amable!- exclam� �l. -Est� bien. Me largo yo entonces- dijo Jacinta, viendo que el tipo no pensaba irse. Se puso de pie para emprender el camino a su casa. El se puso delante de ella, obstruy�ndole el paso. -S� que eres cintur�n negro de karate, pero yo fui boxeador, as� que no creas que vas a poder conmigo- dijo Leandro, y se larg� a re�r. -No tengo inter�s alguno en averiguar si puedo contigo. Me voy, as� que d�jame pasar- dijo Jacinta. Ella pens� que el tipo hab�a cometido un error. Ahora ella sab�a que su punto fuerte en una posible pelea era el uso de los pu�os, y esquivar golpes de manos. No se sinti� intimidada, pero mentalmente pens� en que estrategias seguir si aparec�a la violencia. El tipo segu�a delante de ella impidiendo que siguiera. Le puso la mano donde comenzaba el antebrazo de ella, y la sujet� con fuerza. Jacinta hizo un movimiento ayud�ndose con la otra mano y logr� f�cilmente soltarse del tipo. Sin duda aplic� una llave de artes marciales. El tipo la mir� algo sorprendido. El tipo empu�� la mano derecha, como indicando que la pensaba usar. Jacinta le golpe� el dorso con sus nudillos. El tipo grit� de dolor. La mano le qued� adolorida por lo que perdi� la fuerza con ella. Se puso de lado con la mano izquierda lista para pelear. Jacinta pens� que �l pod�a ser zurdo. Entonces �l le lanz� un golpe con la mano izquierda. Jacinta lo esquiv�, le dio un fuerte golpe con los nudillos en el brazo. Despu�s le dio un fuerte pu�etazo en la espalda. El tipo emiti� un par de gritos, y qued� bastante adolorido. Se incorpor� para seguir la pelea. Jacinta le mand� un par de patadas en las canillas. Para mala suerte del tipo, estaba con zapatos con suela. El tipo se distrajo y le conect� una patada en el est�mago y un golpe de pu�o en la boca, el que le sac� sangre. Alcanz� a mandarle un golpe a Jacinta el que le dio en el hombro y no le hizo da�o alguno. -Dejemos la pelea hasta ac�. Si quieres te declaro vencedor- le dijo Jacinta. -Est� bien- le dijo Leandro, y se fue. Fue muy curioso para �l que ella lo declarara "vencedor". Ten�a muy claro que la ganadora de la pelea hab�a sido ella. Ella le conect� varios golpes de distinto tipo, caus�ndole dolor y p�rdida de fuerza. Entre tanto �l la alcanz� con un solo golpe con el que no le hizo nada. Jacinta se vio el mi�rcoles con Ferm�n, y le cont� los detalles de esa pelea. -�No temes represalias?- le pregunt� Ferm�n. -Espero que no las haya. No quise destrozarlo, y lo declar� vencedor- dijo Jacinta. -Ya te entiendo. Le diste la salida. -As� fue- dijo ella. HECHOS POSTERIORES Jacinta y Ferm�n siguieron emparejados. Pasaban varios d�as durmiendo el uno en la casa del otro, pero nunca abandonaron sus respectivas casas. Viajaron juntos. Cada cierto tiempo hac�a vencidas, en las cuales ella siempre era la ganadora. El hijo de Ferm�n lleg� a conocer a Jacinta. Si bien nunca la consider� una segunda mam�, entabl� una relaci�n cordial con ella, especialmente porque le ense�aba karate y t�cnicas de defensa personal. RELACI�"N DE PERSONAJES CON OTRAS HISTORIAS DEL MISMO AUTOR Jacinta es personaje principal de "Funcionarias de Universidad 1", y personaje secundario de "Funcionarias de Universidad 2". Ferm�n es personaje principal de "Mercedes, la suegra de mi amigo". Es hermano de Max, protagonista de dos historias.