Hally By Cyrus Map. Una hermosa y supermusculosa mujer de color, lucha y derrota sin armas un gigantesco monstruo. Cuando llegue' por fin a la solitaria playa, tras largas horas de ardua tensio'n, maldeci' mi suerte. Mi barco estaba severamente averiado y flotaba de milagro, adema's, todos los aparatos de transmisiones estaban inservibles. Aunque indudablemente seri'a en unos pocos di'as rescatado por mi equipo de seguimiento, me tendri'a que enfrentar a serios problemas legales con la U.S. Navy. Indudablemente me encontraba en la isla de XXX (no puedo revelar su nombre), isla situada en una zona de seguridad terminantemente vedada a toda navegacio'n mari'tima o ae'rea. La isla se encuentra en pleno Paci'fico tropical y, a pesar de su tamaño, siempre ha estado deshabitada. Indudablemente, este fue el motivo por el que, tras la 2GM, fue elegida como escenario de supersecretos experimentos gene'ticos. Aunque el fin de la guerra fri'a y ciertas campañas de denuncia en la prensa habii'an paralizado las pruebas, la isla y una zona de 120 millas a su alrededor, segui'an siendo zona prohibida. Una maldita tormenta tropical no anunciada estropeo' mi barco. Era imposible seguir mi ruta para completar la vuelta al mundo y mi u'nica salvacio'n consisti'a en poner proa a XXX y esperar que la Navy me rescatara. Al poner pie en tierra comence' a reflexionar en mi situacio'n del momento y, aunque la perspectiva de un juicio militar no me entusiasmaba, era evidente que mucho antes de plantearme esto, debi'a enfrentarme a riesgos mayores. Pensaba esencialmente en posibles contaminaciones, quiza's incluso de naturaleza nuclear o peligrosas minas... Decidi' explorar el territorio, que era ciertamente hermoso a la vista, con verde y abundante vegetacio'n, aunque el calor era hu'medo y casi asfixiante. Tras una estrecha franja de bosque encontre' un inmenso y ondulado prado, con hierbas de ma's de un metro de anchura. A lo lejos se divisaban unos montes brumosos; eso podi'a significar agua dulce en abundancia. Caminando por el prado mi a'nimo comenzo' a canviar, la hierba hu'meda y ca'lida, el cantar de los pa'jaros y un paisaje ciertamente bello tuvieron un beneficioso efecto tranquilizador. Hasta comence' a creer que todas las historias de raras experiencias supersecretas que se contaban de alli' eran, como poco, exageradas. La tranquilidad fue breve. Un descomunal y largo rugido me helo' la sangre. Buscando desesperado con la vista descubri' que, a unos cientos de metros, una descomunal cabeza se hergui'a sobre los a'rboles de un bosquecillo. Rugiendo casi sin parar, el monstruo empezo' a dirigirse hacia mi'. Se trataba de un ser de pesadilla, cuyo aspecto podri'a describir como una especie de hi'brido de Godzila y Tiranosaurus Rex. Comence' a huir desesperado, mientras oi'a sus rugidos cada vez mas cerca . Sus acompasadas pisadas de sordo eco produci'an un ligero temblor cada vez ma's intenso. Sin dejar de correr grite' instintivamente: -"Auxilio, a mi!!" Muy cerca oi' una voz femenina con fuerte acento ingle's: -"Venga aca', situ'ese tras de mi'. ¡Ra'pido!" Descubri' otro ser irreal, que me dejo' tan estupefacto como el anterior, aunque su contemplacio'n me produjo un efecto terriblemente placentero. Se trataba de una mujer: Su piel, negra como el azabache y empapada por la humedad refulgi'a desmedidamente bajo el sol. -"Tras de mi', ¡Ra'pido!, pero ale'jese unos metros o correra' peligro. ¿Es usted español?. Mi nombre es Holliday Brown. Puede llamarme Holly." Las palabras de Holly resultaban desconcertantes mientras se acercaban a 100km./h unas cincuenta toneladas de depredador hambriento. Holly era una mujer como de 1,80m. y pareci'a 'tan ancha como alta. Su u'nica prenda eran unas zapatillas deportivas y una minu'scula braguita. Su hombros estaban bien torneados, con toda la musculatura visible, sus redondos deltoides teni'an una amplitud gigantesca. Los descomunales brazos, de ma's de un metro de grosor, marcaban un henchido bi'ceps mientras los tri'ceps describi'an una perfecta herradura que podri'a haber usado el Caballo de Troya. En la muñeca luci'a varios brazaletes. Sus pechos eran enormes y redondos como balones, desafiantemente herguidos contra la fuerza de gravedad . Tras ellos se podi'a adivinar una hercu'lea masa pectoral. Los rocosos abdominales se marcaban inexorablemente sobre la sucinta braguita ajustada que defini'a una gloriosa convexidad en la incle. Sus descomunales caderas sobresali'an con firmeza describiendo una rutilante redondez que ayudaba a resaltar una cintura sorprendentemente estrecha. Sus largas piernas dejaban atra's cualquier columna que se les comparase y rebosaban en toda su amplitud de una gigantesca acumulacio'n de femenina musculatura. Su masa muscular era tan enorme que cualquier Mr. Olympia pareci'a a su lado una pobre pu'ber anore'xica. Sus inmensos dorsales refulgi'an bajo el sol. Toda su piel pareci'a tensa como un balo'n en el momento justamente anterior a explotar, no apareci'a en ningu'n lugar el mi'nimo atisbo de grasa. Al menor movimiento suyo, un portentoso hervidero de fibras musculares se agitaban poderosamente bajo la lustrosa epidermis. Un alucinante amasijo de vasos vasculares afloraban contundentemente por doquier mostrando un sorprendente bombeo de incontenible poder. A pesar de toda su descomunal musculatura, los movimientos de Holly eran tan suaves y elegantes como los de una bailarina. El rugiente saurio estaba ya a menos de cien metros, sus poderosas mandi'bulas luci'an una larga fila de puntiagudos colmillos de ma's de medio metro. Holly abrio' ligeramente sus piernas, estiro' sus brazos y, como si asistiera a una sesio'n de poses, extendio' su infinita espalda. -"Creo, lagartijilla, que mereces una leccio'n" Tras exclamar eso, comenzo' a correr hacia el monstruo. Yo estaba anonadado, ¡Holly iba a enfrentarse sin armas a una fiera de quiza's veinticinco metros de altura!. Burlando sus madi'bulas, Holly se situo' bajo el reptil y agarrando fieramente una de sus patas trasera extendio' su enorme brazo hasta alcanzar uno de las garras de la otra pierna. Atenazado por este singular abrazo, el monstruo se derrumbo' pesadamente. Hally solto' la presa y, mientras volvi'a a incorporarse, corrio' hacia el rabo agarra'ndolo fuertemente. El reptil volvio' entonces a su presa inicial . Sus enormes quijadas abiertas se me acercaban ra'pidamente y, cuando estaban apenas a dos metros, no so'lo se detuvo de repente, sino' que empezo' a retroceder. ¡Era Hally que, con toda la fuerza de sus 200Kg de femenina musculatura, tiraba del drago'n aleja'ndolo de mi!. No se co'mo fue capaz, pero Hally consiguio', tirando de la cola, voltear el saurio, que se derrumbo' de nuevo. Corriendo hacia sus piernas, las agarro' y, en un alarde de fuerza incontenible, fue capaz de levantar t o t a l m e n t e el monstruo del suelo, lo volteo' sobre su cabeza y lo arrojo' a unos metros. Gira'ndose hacia mi', sonrio' y, mientras lanzaba un pequeño alarido de ju'bilo, marco' una triunfal pose de doble bi'ceps. ¡Sus brazos mediri'an casi un metro y medio de dia'metro!. El monstruo se incorporo' tras Hally, a pesar de mis gritos ella continuo' posando como si estuviera en el escenario de un encuentro culturista. El saurio la atrapo' de lleno con sus mandi'bulas, levanto' su gran cabeza y ladea'ndola violentamente agito' rudamente a la pobre Hally. Se oy'eron algunos crujidos y, mientras algo pareci'a caer de la aberrante boca, claramente vi' brotar la sangre. El reptil abrio' su boca y Hally salto' al suelo. Yo estaba horrorizado creyendo que Hally, esta heroica criatura de ensueño, estari'a malherida. Sorpredentemente, ni el colosal mordisco ni ma's de veinte metros de salto parecieron hacer mella en Hally, la cual continuo' posando ante mi estupefacta mirada y de espaldas a la diabo'lica fiera, la cual, mirando ferozmente a su oponente, descargo' otro terrible ataque. De nuevo la enorme boca encerro' a Hally, de nuevo la cabeza del reptil ladeo' con salvaje violencia y de nuevo se oyo' crujir algo mientras manaba mas sangre y algunas piezas se desplomaban de la enorme testa. Esta vez, pero, comprendi' la escena: La musculatura tensada de Holly teni'a mayor consistencia que el mas duro metal y el saurio, aplicando toda su presio'n, no solo era incapaz de herir la bruñida piel de la chica sino que sus dientes se colapsaban, crujiendo ridi'culamente y cayendo pesadamente al suelo mientras la fria sangre manaba de las devastadas enci'as. El reptil volvio' a soltar su presa y, retrocediendo, se apresto' para lanzar un ataque devastador. Esta vez Hally se volvio' hacia el y espero' el ataque mientras tensaba su ingente masa muscular que describia excitantes registros que bulli'an bajo su reluciente piel. Las enormes mandi'bulas no pudieron asir la presa porque los hipertrofiados brazos de Hally se lo impidieron , cogida una mandi'bula con cada mano, en un indescriptible alarde de fuerza femenina. Hally separo' los brazos hasta que las enormes mandibulas se abrieron al ma'ximo. Entonces, respiro' profundamente, emitio' un suave gemidito y, con toda la energia circulando por sus palpitantes venas hinchadas y alimentando infatigablemente el infinito poderi'o de su tita'nica musculatura, destruyo' completamente la articulacio'n mandibular del reptil que, con un terrible rugido de dolor y con su madi'bula inferior colgando grotescamente de un pequeño fragmento de tejido, sangraba abundantemente. -"Voy a acortar tu agoni'a". Grito' Hally. Encarama'ndose a la nuca del malherido saurio hizo presa en ella con sus potenti'simaos brazos y piernas, que cerra'ndolos con fiereza astillaron la parte posterior del cra'neo de la fiera produciendo un infernal crujido. Se oyo' un ligero rugido ahogado y el monstruo, con descomunal estre'pito, cayo' exa'nime. -"H-Hally, miss Hally (balbucee' yo anonadado), glups, ¿S-se encuentra usted bi-bien?" -"Oh, no. (Respondio' con acento coqueto) creo que el lagarto ha arruinado mi esmalte de uñas. Por cierto, señor (continuo' con una co'mplice sonrisa mientras conteplaba el marcado abultamiento que marcaba mi pene en ma'xima ereccio'n bajo mis shorts), debo advertirle que se encuentra usted en una zona de acceso prohibido". CYRUS MAP Dedicated to mr. M.C.