GABRIELLE REECE Vs. MELISSA JOAN HART Por Alejandro B. (alesat@mixmail.com) Un d¡a en las playas de California. Gabrielle Reece filmaba una publicidad de productos deportivos. Todo giraba bien, hasta que la gente y los periodistas giraron sus cabezas y se dirigieron hacia la calle, abalanz ndose sobre una limousina que aparcaba en ese instante. La puerta se abre y baja la acriz de TV. Melissa Joan Hart, la cual mir¢ muy despectivamente hacia los dem s y se encamin¢ a la playa, justo hacia el lugar en donde se rodaba el comercial. Y ante los sorprendidos camar¢grafos y equipos de filmaci¢n, se dirigi¢ hacia ellos: " Este es mi rinc¢n de playa favorito!, as¡ que salgan ya mismo de aqu¡!, soy mucho m s famosa que ustedes y por lo tanto deber¡an obedecerme, antes de que les entable una demanda!" Ante la arrogancia de la joven actriz, se pusieron algunos muy nerviosos y fuera de s¡, y hasta estuvieron a punto de dejar el lugar, pero alguien ni se inmut¢. En efecto Gabrielle sostuvo: "Muchachos, no se vayan, no pueden permitir que una mosquita muerta como esta ni¤a los trate de esa manera, as¡ que terminemos de rodar y luego nos instalaremos aqu¡ a asolar nuestros cuerpos..." Esto provoc¢ que Melissa quedase boquiabierta, jam s a alguien tan famosa como ella se le hab¡a dirigido la palabra de esa manera, y menos una deportista seguramente algo inculta como Gabrielle. Llena de ira, pens¢ que no iba a dejarse tratar as¡, ya que ella era terriblemente famosa, y seguramente mucho mejor pagada y cotizada que la gigantona esa: "Esc£chame, deportista de mala raza, creo ser mucho m s que ti y por lo tanto tengo m s derechos que t£ a ocupar el lugar que me plazca. De lo contrario..." "De lo contrario, que!", dijo Gabrielle. "De lo contrario me ver‚ obligada a sacarte por la fuerza!" "Ja! Ja! Ja!, que t£ me sacar s por la fuerza?, a m¡???", ri¢ Gabrielle, "Si no puedes mover un pi‚ sobre la arena sin que te caigas, ni¤ita prepotente". Esto doli¢ bastante al ego de Melissa, quien en ese momento era capaz de hacer cualquier cosa por superar la ira que sent¡a hacia esa giganta que tan mal la hab¡a hecho quedar adelante de la gente. Ante esta situaci¢n, las personas presentes, junto al equipo de filmaci¢n se retiraron, dej ndolas solas: "Por si no lo sabes, cuando era m s chica practicaba Judo!", dijo Melissa, "As¡ que no te propases..." "Oh!, que miedo me das!, ni¤ita, porqu‚ no lo demuestras?", se burl¢ Gabrielle. "Ok, pero vayamos al ba¤o de esa gasolinera, no quiero que la gente vea como cae una giganta como t£". Gabrielle guard¢ silencio, pues qu‚ paliza le dar¡a a esa mocosa. Caminaba a paso firme, y sus grandes piernas y su trasero parec¡an de hierro, eran enormes. Parec¡a una gran diosa en su altura, luciendo su ajustado traje de ba¤o de color plateado. Dos metros atr s y tropezando ven¡a Melissa, quien Dios sabe que coraje pod¡a tener para enfrentar a alguien mucho m s grande que ella, y la fama a veces no lo gana todo. Ingresaron al sanitario y Gabrielle cerr¢ trabando firmemente la puerta, cuando de repente sinti¢ un pu¤etazo en la espalda, algo ins¡pido que Melissa arroj¢: "Grand¡sima puta!", grit¢ Melissa y se abalanz¢ sobre Gabrielle. Un gran pu¤etazo de rev‚s de Gabrielle hizo volar a Melissa hacia la otra pared del ba¤o, o sea, 6 metros, cayendo aparatosamente al suelo. R pidamente se acerc¢ y di¢ un gran puntapi‚ en el est¢mago de la actriz, levant ndola a medio metro del piso. Dos puntapi‚s m s con la fuerza de un tren siguieron hacia el diminuto cuerpo de la joven actriz. Y luego Gabrielle agarr¢ su cabeza por los cabellos y la apret¢ con sus piernas. Una tijera a la cabeza que hizo a Melissa poner de color morado su cara, entre las piernas de acero de Gabrielle. "D¢nde est  tu Judo?", dijo solt ndola. Melissa cay¢ pesadamente al piso. "Gigantona, puta... perra... tu trasero... .....", balbuceaba Melissa. "Mi trasero?, qu‚?, ya sabr s lo que puede hacer mi trasero!", y di¢ un golpe de caderas a la actriz, haci‚ndola volar dos metros, quedando boca arriba tendida en el suelo. "Ahora ver s de cerca mi trasero, ya que hoy tengo ganas solamente de sentarme en tu cara, ni¤ita!, dijo Gabrielle. Dicho y hecho, Gabrielle sin miramientos se dej¢ caer sent ndose sobre el pecho de Melissa, provocando un ruido como el de un tambor. Y ante los ojos llorosos de Melissa, se hizo hacia adelante y plant¢ su grande y duro trasero en la bella carita de la actriz. Melissa s¢lo mov¡a sus piernitas, pero era in£til, Gabrielle se sentaba en su cara y no se iba a mover por un tiempo. S¢lo se ve¡an los mechones rubios bajo el trasero envuelto en el traje de ba¤o plateado. En dos minutos Melissa perdi¢ el conocimiento, sin embargo la atleta continu¢ ahog ndola unos cinco minutos m s. Luego se levant¢, la alz¢ y se dirigi¢ al water, sumergi¢ su cabeza y as¡ la acriz volvi¢ en s¡. "Disc£lpate, chiquita!, hazlo!", grit¢. "Jam s, soy m s famosa que tu", dijo la actriz. Dicho esto, Gabrielle la dej¢ caer en el piso nuevamente y se volvi¢ a sentar en su cara, ahora mirando a sus pies. Ante los desesperados intentos de respirar de la actriz, se levant¢ unos cent¡metros. Lo suficiente para que Melissa pudiese hablar. "Vas a disculparte?", dijo, mientras Melissa intentaba respirar, con ese gran trasero encima de su cara, a punto de bajar nuevamente. "S¡, por favor, lo siento... no lo hagas m s!, me matar s!, y no podr‚ hacer m s cap¡tulos de mi serie... ni m s pel¡culas.... por favor!, lo siento!... MMGGHhg! MMggghhhhhh.... ggghhhhhhhhhh...!" No era que no se hubiere disculpado, sino que Gabrielle se sent¡a muy a gusto con eso de sentarse en la cara de alguien. Por lo tanto quiso divertirse un poco m s. Bajaba su trasero una y otra vez sobre la aplastada cara de Melissa, levant ndose en el £ltimo segundo para que ‚sta pudiera respirar. "Oh!, se me hace tarde y debo terminar de rodar mi comercial!" exclam¢ Gabrielle, mirando el reloj de la pared del ba¤o. Y nuevamente se sent¢ en la cara de Melissa y se qued¢ unos varios minutos hasta que la joven actriz perdi¢ el conocimiento una vez m s. Luego se levant¢, se dirigi¢ al espejo y arregl¢ sus cabellos, estaba linda, radiante y satisfecha. Mir¢ hacia atr s y vi¢ el cuerpo de Melissa inconsciente sobre el piso. Pensando que nunca hab¡a hecho algo as¡, estar sentada en la cara de alguien por tanto tiempo. Y se empez¢ a correr de la exitaci¢n, pero ¨por qu‚ no correrse en una cara?, y se volvi¢ hacia la yacente Melissa, se quit¢ la bikini plateada y se sent¢ nuevamente en la cara de la actriz, ahora metiendo la nariz dentro de su h£meda entrepierna. Comenz¢ a moverse hacia atr s y adelante, violando la carita de la actriz, hasta que salt¢ en un gran orgasmo y cay¢ vencida sobre la cara de Melissa, todav¡a sent ndose sobre la inconsciente jovencita. Pero faltaba algo m s, y di¢ un gran bofet¢n con su trasero a la actriz, despert ndola de su letargo. Antes que Melissa pudiese hablar plant¢ el gran trasero sobre su boca: "Ch£pame el trasero, o te ahogar‚ hasta matarte!", grit¢. Era tal el temor de Melissa que comenz¢ a mover r pidamente la lengua, lo que m s pod¡a. Entonces Gabrielle comenz¢ a arquear su cuerpo de placer, y tuvo otros orgasmos m s, a veces poniendo su horca en la cara de Melissa y ba¤ ndola en sus jugos. Cuando se levant¢, se puso la bikini y observ ndola a Melissa cuando trataba de levantarse, asest¢ un gran puntapi‚ en su cabeza, dej ndola inconsciente del golpe una vez m s. Y luego inici¢ la retirada... "Ya s‚ qu‚ hacer ahora con mi vecina que tanto me molesta con su m£sica horrible y no me deja dormir..." se dijo. FIN