Adolescente gorda asfixiadora (Traducido de "Fat Teen Smother Queen" de Cactusjuggler, por Alejandro B.) Yo estaba con mi amiga Silvia en su casa la vez pasada. Nosotras est bamos en su piscina familiar con nuestras bikinis, tost ndonos al sol con nuestras curvas. La familia de Silvia era mucho m s rica que la m¡a, y la piscina era algo que yo siempre envidi‚. Una cosa que ten¡a Silvia que yo no envidiaba era su prima m s joven. Yo era £nica hija, y despu‚s de encontrarse Vanina y Silvia yo agradec¡ a las estrellas lo afortunada de no tener ninguna prima como ella. Vanina ten¡a dieciocho a¤os, dos a¤os m s joven que Silvia y yo. Silvia tiene una personalidad bastante encantadora, considerando que Vanina es una forra de mierda. Ellas no eran que s¢lo personalidades opuestas. F¡sicamente tambi‚n son completamente diferentes. Silvia tiene una cintura delgada y curvas bien formadas, y Vanina es gorda. Vanina tiene pechos grandes, y no tan gorda su parte superior, pero debajo de sus caderas ella se ensancha como un gran foco al rev‚s. Su culo es desproporcionado al resto de su cuerpo, y quiero decir que es realmente grande. Yo no pienso Vanina y Silvia estuviesen de acuerdo sobre algo en sus vidas enteras. Que yo haya sabido, Silvia y Vanina han estado siempre en guerra. El d¡a que pas¢ no era diferente. Como Silvia y yo nos pon¡amos al sol en el borde de la piscina, Vanina y sus dos grasientas y enormes amigas Cecilia y Jimena se presentaron. Como Vanina y sus amigas se acercaron, Silvia hizo un ruido como teniendo n useas y se volvi¢ a m¡. "­Marcela, mira! ­El sol se est  tapando!". Silvia me dec¡a. Y mir ndola acercarse a la prima m s joven, yo supe que hablaba de ella. Vanina ten¡a puesta una remera y alguna clase de calzas ciclistas de lycra negras, de tipo muy ajustado yo quiero decir * ajustado *. "Dios M¡o, Vanina, no te acerques mucho, Nosotras podr¡amos da¤arnos si llega a estallar la costura de tus calzas, y se escapa tu trasero!". Silvia dijo suciamente a su prima. "¨Qu‚ has dicho?" Las amigas de Vanina estaban de pie al lado de ella cuando ella estaba muy enojada y mirando con rabia a su prima mayor. "Ya me o¡ste, gorda vaca." Yo no podr¡a creer lo que pas¢ luego. Vanina alz¢ de abajo la silla del sal¢n de descanso de Silvia, tirando, y haci‚ndola rodar por la tierra. "Ya estoy cansada de que jodas conmigo!" Vanina grit¢ cuando salt¢ hacia Silvia. Yo me pon¡a de pie, y las amigas de Vanina, Jimena y Cecilia estaban de repente a mi lado, sosteniendo mis brazos. "sta es lucha de ellas. Tu quedas fuera". Jimena me dijo cuando ella y Cecilia sosten¡an de mis brazos mientras yo me esforzaba para liberarme. Cuando luch‚ para apartar de las dos muchachas gordas, r pidamente comprend¡ que ellas eran demasiado fuertes para m¡, as¡ que yo retroced¡ y mir‚ adonde Vanina y Silvia rodaban alrededor en el piso. Silvia qued¢ encima de Vanina y all¡ se trenzaron con una llave de manos. Pero Vanina ten¡a sus piernas envueltas alrededor de la cintura de su prima y parec¡a que estaba apretando bastante fuerte. Silvia parec¡a estar en realmente un rictus de dolor cuando Vanina gru¤¢ esforz ndose en aplastar a su prima mayor entre sus gordos muslos. "Su‚ltame, perra"! Silvia grit¢ a Vanina, ya que ‚sta hab¡a continuado sosteniendo a su prima entrampada sobre ella. Ambas primas estaban gimiendo y estaban gru¤endo con sus esfuerzos cuando yo estaba sujetada all¡ por las amigas de Vanina. Silvia arroj¢ manotazos a su alrededor, pero Vanina continu¢ sosteniendo sus manos y continu¢ apret ndola con las piernas haciendo una tijera alrededor del est¢mago de Silvia. Gradualmente, Silvia luch¢ cada vez menos y menos viendo como la tijera de su prima m s joven la desgast¢. Vanina apret¢ hasta que pareci¢ que Silvia simplemente hab¡a quedado fl cida entre sus muslos, su cabeza colgaba en los grandes pechos de su prima. "¨No est s equivocada, perra?, tu prima peque¤a lucha mejor que t£?" Vanina le pregunt¢ burlonamente cuando solt¢ las mu¤ecas de Silvia y agarr¢ su cabeza. "¨C¢mo te gusta esto? Tienes un poco de problemas para respirar?" Vanina le pregunt¢ a su prima cuando ella tir¢ a Silvia hacia abajo contra su pecho. "Mmmmmhhmmm. Hmhhhhhmmmmmmhmmmm". los lamentos de Silvia fueron ahogados en el pecho de su prima. Finalmente soltando sus tijeras de alrededor de Silvia, Vanina la gir¢. F cilmente rodando encima de ella, Vanina se pon¡a ahora arriba de su prima, con sus tetas grandes todav¡a majadas en la cara de Silvia. Sent ndose a para montar en el est¢mago de Silvia, Vanina alz¢ el peso sofocante de sus pechos de la cara de Silvia. Luego Vanina miraba abajo a su prima un momento, ambas respirado pesadamente. "Disc£lpate!". Vanina le dijo a su prima. "­Fuck you! B jate de m¡, gorda vaca"! Silvia grit¢ a Vanina. Silvia movi¢ sus manos hacia Vanina, pero su prima r pidamente le agarr¢ de sus mu¤ecas. Con el peso y posici¢n favorables, f cilmente empuj¢ las manos de Silvia contra el piso. Vanina se hizo hacia adelante y ahora su culo grande estaba encima de los pechos de Silvia, aplast ndolos. Ahora Silvia estaba totalmente inm¢vil, y en una manera humillante ve¡a como su prima se sentada encima de ella. "Disc£lpate, o sigo!" Vanina le dijo. "­Fuck you! ¨Qu‚ vas a hacer, gorda vaca?!, baja tus mil libras de manteca de cerdo de m¡ !! Ella grit¢ enojadamente. "C llate!" Vanina grit¢, y ella aun sigui¢ m s adelante hasta los hombros de Silvia y entramp¢ la cabeza de prima mayor entre sus rodillas. Ahora la barbilla de Silvia estaba tocando la entrepierna de las calzas de su prima, y yo pienso que ah¡ ella empez¢ a comprender que su prima no estaba jugando. "Por favor Vanina, perm¡teme ir". Silvia le rog¢. "Disc£lpate" "Yo lo siento. Yo te prometo. Yo no quise decir lo que yo dije. Yo estoy muy afligida". Silvia le suplicaba. Silvia parec¡a muy pat‚tica. Yo no podr¡a creer que su prima podr¡a conseguirla poner en semejante posici¢n humillante. "¨Qu‚ piensan ustedes? Debo permitirle ir?" Vanina pregunt¢, examinando a mis aprehensoras. "Ning£n le permito ir. Despu‚s de todo el tiempo que ella se ri¢ de ti? Ens‚¤ale una lecci¢n". Cecilia insisti¢. "S¡, por qu‚ no te sientas en su cara!" Jimena se ri¢. "Yo pienso que necesitas una lecci¢n". Vanina dijo, mirando hacia abajo a Silvia con la cara entrampada entre sus rodillas. ­Resbalando hacia adelante, Vanina se sentaba en la cara de su prima! La nariz de Silvia era visible, apretado contra la entrepierna de su prima, y Nosotras pudimos ver lo fren‚ticos que parec¡an sus ojos de entre los muslos gigantes de Vanina. Fue la cosa m s humillante y er¢tica que yo he visto alguna vez. Agarrando la cabeza de Silvia, Vanina sujetaba y apretaba la cara de su prima contra sus calzas. Yo no podr¡a aguantarlo m s, ten¡a que hacer algo. Me esforc‚ tan duro como pude para liberarme de mis aprehensoras, pero yo ca¡ de rodillas y ellas continuaron a sosteni‚ndome de los brazos. "Ooooh. me gusta esto". Vanina se ri¢ cuando tir¢ de su prima boca arriba hacia su entrepierna, y Jimena y Cecilia se le unieron a las risas. Vanina aun subi¢ m s lejos, y la nariz de Silvia y sus ojos tambi‚n hab¡an desaparecido bajo el trasero de su prima. "Me gusta realmente esto". Vanina se deleit¢ cuando mene¢ su culazo en la cara de su prima. La cara de Vanina estaba empezando a parecer rara, y ten¡a una mirada c¢mica en ella. Yo pienso que ella estaba haci‚ndolo para dominar a ­su prima! Ella continu¢ sent ndose audazmente a horcajadas sobre la cara de su prima durante muchos segundos, y Silvia se hab¡a dejado de mover completamente. Quiero decir, parec¡a muerta. "Vanina, est s asfixi ndola, d‚jala respirar". le dije, y Cecilia me dioun coscorr¢n en la cabeza. "C llate, Vanina puede hacer lo que quiera!. Y si no est s de acuerdo tambi‚n se sentar  en tu cara!" Cecilia se ri¢ de m¡. "sa es una idea buena!" Vanina dijo sonriendo, examin ndome, alz ndose de la cara de su prima. Abajo de Vanina aparec¡a el cuerpo inm¢vil de Silvia. "Est s m s calma con Nosotras, Silvia?" Ella se ri¢ tontamente, cuando Silvia gimi¢ d‚bilmente y su cabeza cay¢ contra el muslo carnoso de su prima. "Yo pienso que Silvia est  tomando un poco de siesta!" Vanina dijo y ri¢ cuando se sali¢ de arriba de su prima y se nos acerc¢. "Qu‚ debemos hacer Nosotras contigo?" Vanina me pregunt¢ cuando me mir¢ a los ojos. "­Tambi‚n si‚ntate en su cara! Nosotras la sujetaremos para que lo hagas". Cecilia dijo, y me empujaron r pidamente hacia atr s y me pusieron de espaldas contra el piso. "Tambi‚n t£ siempre eras una putita snob". Vanina dijo cuando pas¢ alrededor de m¡ y estuvo de pie encima de mi cabeza. Yo ya ten¡a alguna idea lo que ella quer¡a hacer, pero segu¡ intentando luchar para zafar de Cecilia y de Jimena. Y mir‚ horrorizada cuando Vanina se arrodillaba encima de mis hombros, fijando mi cabeza derecho entre sus pies. Cuando ya sent¡a su compresi¢n de peso sobre m¡, me encontr‚ apuntando hacia su culo grande. "Bien, pueden soltarla". Les dijo, y me soltaron mis manos. Yo me esforc‚ in£tilmente, cuando su peso me sostuvo f cilmente fija al suelo. "Es tiempo de que puedas tomar un poco de siesta". Vanina se ri¢. ­Yo mir‚ desvalidamente, aterrada, como el brillante, negro culo cubierto por la calza de lycra descendi¢ hacia mi cara! Y me humill¢ cuando me colocaba bajo ella asfixi ndome con su peso. Sus grandes gl£teos se extendieron hasta envolver mi cara, y yo me encontr‚ en una oscuridad total. Y me sumerg¡ en el aroma de su culo sudado cuando ella se sentaba dominantemente encima de mi cara. "Jimena, entra a la casa y trae mi c mara que est  en mi c¢moda." apenas o¡ a Vanina decir... Yo me esforc‚, pero era in£til. No hab¡a nada que yo pudiese hacer para desalojar el culo de esta muchacha de mi cara. Y estaba totalmente desvalijada. Sent¡ a mis pulmones estallar en fuego, y empec‚ a ver que una luz cada vez m s tenue. Y entonces s¢lo oscuridad..... Y despert‚ para encontrar que la parte de atr s de mi cabeza estaba machucada. Por un momento, yo estaba totalmente desorientada. Y o¡ un sonido sollozante a mi lado, cuando mir‚ y vi Silvia llorando. Cuando yo record‚ lo que pas¢ de repente me sent‚ y sent¡a algo en mi est¢mago. Era una foto Polaroid de la prima de Silvia, sent ndose encima de mi cabeza con su culo apenas alzado lo bastante para mostrar mi cara en la foto. Y me sent¡ humillada, deseando que yo simplemente pudiera desaparecer. Cuando yo empec‚ a llorar que not‚ que Silvia estaba sosteniendo un fotograf¡a de ella propia. FIN Por Alejandro B. (alesat@mixmail.com) escribirme adictos al face sitting!