El orfanato desconocido 2
womntop@gmail.com (http://womntop.blogspot.com)Toni explica sus
experiencias tras varios d�as internado en el orfanato.

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PROHIBIDO PUBLICAR, EDITAR O MODIFICAR SIN EL PERMISO EXPRESO DEL AUTOR.
ESTA HISTORIA RELATA DOMINACI�N FEMENINA Y PUEDE CONTENER VIOLENCIA
(GORE) Y SEXO EXPL�CITO, SI NO ERES MAYOR DE EDAD O NO TE GUSTAN ESTE
TIPO DE HISTORIAS, POR FAVOR, NO SIGAS LEYENDO.
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Con el paso del tiempo, Toni se hab�a adaptado a las normas de aquel
lugar. No era el �nico, aquel orfanato estaba lleno de chicos de su edad
y, al igual que �l, eran agredidos y humillados por las mujeres que
habitaban aquel lugar.

Todos ellos eran chicos j�venes, todos ellos estaban desnudos y sufr�an
continuas violaciones y palizas a manos de las amazonas de lugar. Los
chicos sol�an estar encerrados en peque�as jaulas individuales y no
ten�an acceso a nada. Ten�an prohibido hablar, ten�an prohibido mirar y
escuchar, ten�an prohibido moverse o gritar.

No se les daba de beber ni de comer, la �nica manera de conseguir l�quido
o s�lido, era obteni�ndolo directamente de los desechos de las mujeres.
Los chicos ten�an que suplicar y humillarse para poder ser "obsequiados"
con la orina o las heces de sus captoras. Las amazonas disfrutaban con la
sensaci�n de poder que sent�an al notar a a los chicos, arrodillados
entre sus piernas, chupar y tragar con ansia cada gota de orina que
descargaban en sus secas bocas.

Toni ya beb�a y com�a con deseo, no se puede luchar contra necesidades
fisiol�gicas. Ni 2 d�as hab�a durado antes de suplicar de rodillas que
orinaran en su seca boca.

Todas las mujeres de aquel lugar eran excepcionalmente altas, bellas y
fuertes pero, hab�a una que destacaba sobre el resto, la llamaban
"Rompehuesos" y ten�a un f�sico excepcional. Era tan alta que ten�a que
agacharse para pasar por las puertas y tan fuerte que en m�s de una
ocasi�n hab�a lesionado, sin querer, a muchos de ellos. Ella era una de
las "ejecutoras" y Toni tiene bien grabada en la mente, la primera vez
que la vi� ejecutar a alguien.

Toni llevaba unos 8 d�as en aquel lugar cuando la vi� por primera vez,
Apareci� s�la por la noche y genero una gran conmoci�n. Toni nunca la
hab�a visto y no imaginaba lo que iba a ocurrir� aquella noche frente a
sus incr�dulos ojos.

Rosa, nombre real de la amazona es una mujer negra de 36 a�os. Mide 2.05
metros y pesa casi 150 kilos de m�sculo, tetas y culo. Tiene un cuerpo
ancho y poderoso, de musculadas extremidades, con unos muslos de di�metro
superior al torso de cualquiera de los alli presentes. La masa de
"rompehuesos" casi triplica a la de la mayor�a de chicos prisoneros en el
orfanato.

Aquella mujer apareci� de repente en medio de la noche, totalmente
desnuda. Sus m�sculos, hinchados tras una fuerte sesi�n de duro
ejercici�, se marcaban tersos contra su piel de �bano. Sus ojos miraban
con desprecio a los chicos all� enjaulados. Toni pudo oler el miedo y
notar el terror en los ojos de aquellos chicos que, totalmente aterrados,
intentaban esconderse en sus peque�as jaulas de metal.

La amazona estudi� a los chicos y escogi� su presa. Se acerc� a una de
las jaulas y, sin apenas esfuerzo aparente, la agarr� y la levant� a
pulso del suelo hasta colocarla� frente a sus ojos y as�, poder observar
mejor al chico que permanec�a acurrucado dentro de la misma. Toni conoc�a
a aquel chico, hab�a dado "problemas" en aquel lugar y no com�a ni beb�a
nada. Estaba d�bil y delgado.

La gigante negra abri� la puerta de la jaula y la volc�, causando que el
chico cayera al suelo desde unos dos metros de altura. Luego, solt� la
jaula y agarr� al chico del cuello, levant�ndolo hasta que sus ojos se
encontraron. Aquella mano se cerraba con fuerza alrededor del cuello,
impidiendo el paso del aire mientras los pies del elegido pataleaban
in�tiles en el aire. Los ojos de Toni se fijaron en el brazo de la
amazona, una monta�a de m�sculado b�ceps apareci� al levantar el cuerpo
de Mario (as� se llamaba el chico elegido por la "rompehuesos").

La diferencia f�sica entre ambos era extrema. Los brazos de la amazona
eran mucho m�s grandes, fuertes y duros que las piernas de su v�ctima.
Uno s�lo de sus muslos ten�a m�s masa muscular que el cuerpo entero de
aquel indefenso muchacho, que pataleaba ahogado e indefenso en manos de
aquella mujer de �bano.

La amazona rode� con sus formidos brazos el delgado cuerpo del
adolescente y lo apret� contra su torso desnudo. Las costillas del
muchacho cedieron bajo la presi�n sobrehumana que aquella mujer ejerc�a y
los crujidos de sus huesos al partirse resonaron en la sala mezclados con
los gritos de dolor emitidos por el chico. La amazona disfrut� aplastando
aquel pat�tico cuerpo contra sus m�sculos y hundiendo la cabeza del
muchacho entre sus enormes y redondos pechos.

Rosa continu� tensando sus m�sculos y aplastando aquel cuerpo mientras
los huesos cruj�an y se romp�an. Toni no pod�a creer la fuerza y potencia
de aquella negra. Mario estaba enterrado entre los m�sculos de la amazona
que con suma facilidad le robaba la vida.

Levant� el cuerpo del muchacho sobre su cabeza y mostro su poder y
superioridad pase�ndolo por la sala como si de un mu�eco de trapo se
tratara. Luego lo apoyo sobre su espalda y, con una mano agarrada a su
cabeza y la otra agarrando entre sus piernas, tir� haciendo que el cuerpo
del muchacho se doblara dolorosamente sobre sus trapecios. Los pezones de
aquella mujer se endurec�an a causa de la excitaci�n que sent�a
destrozando f�sicamente al muchacho. La sala se llen� de una mezcla de
gritos y crujir de huesos.

Satisfecha, la mujer levant� de nuevo el castigado cuerpo de Mario y lo
golpe� repetidas veces contra el techo de la sala, la sangre brotaba de
distintas heridas abiertas. Luego, agarr�ndolo del cuello, lo present�
frente a uno de sus erguidos pezones y lo apret� con fuerza contra su
gl�ndula mamaria. La boca del muchacho se llen� de carne y la amazona
continu� apretando hasta que oy� el crujir de la mand�bula del muchacho.
Continu� apretando, haciendo que la mand�bula se desencajara y la boca
del muchacho se abriera sin l�mites mientras su pez�n continuaba
introduci�ndose en lo m�s profundo de la boca de Mario.

Al rato lo despeg� de su pecho y Toni pudo ver el estado en el que hab�a
quedado aquella boca. La mand�bula estaba abierta y parec�a colgar
inerte. Varios dientes hab�an desaparecido incapaces de soportar la
presi�n que aquella mujer hab�a ejercido sobre su boca. Estupefacto, Toni
examin� lo que aquella gigante negra, en pocos minutos, le hab�a echo a
Mario. La cara del muchacho ten�a una expresi�n grotesca, la mand�bula
colgaba y la sangre brotaba por varias heridas. Las costillas estaban
claramente destrozadas, y uno de sus brazos colgaba torcido de forma
extra�a.

Rosa volte� al chico (haci�ndo que sus pies apuntaran al techo) y apret�
su cabeza entre sus piernas, introduciendo su cl�toris en la boca de
Mario, junt� sus muslos manteniendo la cabeza del muchacho fija en su
�rgano sexual. y rode� con sus brazos la cintura-pelvis del chico,
mantuvo al chico apretado con fuerza contra su cuerpo con un brazo
mientras, con el otro, empujaba la cabeza del chico contra su ardiente
co�o.

Se frot� agresivamente con la cara del chico contra su sexo. De nuevo, se
pod�a escuchar el crujir de los huesos mientras la gigante le romp�a
(literalmente) la cara al frotarla contra su, superior y ardiente, �rgano
sexual.

La amazona continu� as� un largo rato, los gritos del adolescente
quedaban ahogados por los gemidos de placer de aquella gigante que lo
usaba como si de un juguete sexual se tratara. Finalmente, los m�sculos
de la mujer se tensaron (aplastando de nuevo el d�bil cuerpo del
muchacho) y se corri� salvajemente en la castigada boca de Mario.

Al sacarlo de su co�o (casi hab�a acabado dentro) Toni pudo ver que Mario
hab�a sufrido. Todos los huesos de la cara deb�an estar rotos ya que,
aquella cara no era la de Mario y la sangre pintaba de rojo oscuro
aquella faz sin dientes (ya no quedaba ninguno).

La gigante levant� de nuevo el cuerpo del muchacho, e introdujo la
maltrecha polla de Mario en su boca. Chup� aquella polla durante horas
mientras la v�ctima lloraba y gritaba de dolor, chupando y tragando cada
gota de semen hasta que la irritada polla del hombre empez� a soltar
sangre.

Todas las mujeres de aquel lugar ten�an una fijaci�n enfermiza con las
pollas de aquellos chicos. Se pod�an pasar horas chupando pollas, se
sol�an turnar para no dejar respiro a los muchachos. Ninguno de ellos
difrutaba con la experiencia. Era doloroso y agotador correrte una y otra
vez en la boca de aquellas mujeres. Aunque lo peor era la humillaci�n
recibida por ellas.

Toni no pudo creer lo que entonces sucedi�. Hasta ahora aquella mujer
hab�a destrozado el cuerpo del muchacho y aquellas demostraciones de
poder hab�an sido escalofriantes. Toni no pensaba que aquella amazona
pudiera aumentar su agresividad y sadismo.

La mujer habl� por primera vez. Toni pudo oir: "Mmmh.. que rico est�s,
quiero m�s.". Agarr� a Mario de uno de sus brazos (el que parec�a sano) y
coloc� uno de sus pies en la espalda del muchacho, manteni�ndolo
aplastado contra el suelo, clav� sus dedos en el brazo y empez� a
retorcerlo y tirar de �l. Esta vez los huesos crujieron a todo volumen
mientras la amazona part�a aquel codo y le arrancaba el antebrazo. Mario
se retorci� de dolor mientras la amazona se re�a a carcajadas.

Estupefacto, Toni vi� como la mujer se llevaba el brazo a la boca, como
quien se lleva un trozo de pollo, y lo mord�a, arrancando un trozo de
carne que empez� a masticar. Toni no pudo evitar vomitar ante tal
espect�culo. Aquella mujer se estaba comiendo LITERALMENTE al
adolescente. Mario miraba fijamente a aquella mujer que lo hab�a
destrozado y mutilado, y que, se lo estaba comiendo con vida frente a sus
ojos.

Coloc� uno de sus pies sobre el torso del castigado muchacho y aplic� un
poco de presi�n. Toni vi� claramente como el pecho de Mario se hund�a
bajo el peso de aquella gigante negra mientras ella continuaba
arrancando, masticando y tragandose la carne del brazo de Mario. Pod�a
acabar con �l ahora mismo, con s�lo desplazar su peso sobre el cuerpo de
su v�ctima pero aquello solo hab�a empezado, al chico le quedaban por
delante muchas horas de tortura.

Rosa se agach� y sento su poderoso culo en la tripa del muchacho, lo mir�
fijamente mientras se iba comiendo el antebrazo del chico. Toni pudo
constatar que Mario no pod�a respirar con los 150 kilos de negra sentada
sobre �l.

La mujer se estir� en el suelo, apoyada de un codo, y coloc� la parte
superior del cuerpo del muchacho entre sus musculados y masivos muslos,
entrelaz� sus tobillos y flexion� sus m�sculos. Las rodillas de la
amazona se cerraron triturando todo aquello que encontraban a su paso.
Los hombros, clav�culas y homoplatos del j�ven reventaron entre las
piernas de aquella mujer. Ella continuaba arrancando, masticando y
tragando la tierna carne del muchacho mientras miraba fijamente c�mo sus
poderosas piernas destrozaban aquel d�bil y pat�tico esp�cimen humano.

Abri� sus piernas cuando se dej� de o�r el crujir de los huesos y,
agarr�ndolo del cuello, recoloc� el cuerpo del muchacho. Esta vez era el
pecho del muchacho el que se encontraba entre aquellos muslos de acero.

Rosa entrelaz� sus tobillos y flexion� de nuevo sus poderosos m�sculos.
Las piernas se cerraron triturando las pocas costillas que quedaban
enteras en aquella caja tor�cica. La amazona repiti� el proceso, abr�a
sus piernas, recolocaba a Mario y trituraba los huesos de su cuerpo entre
sus piernas. El ruido de la pelvis fue horrible. Toni nunca hab�a visto
tal demostraci�n de fuerza. Aquella mujer hab�a destrozado todos los
huesos de Mario apretando con fuerza sus piernas a su alrededor. Rosa se
asegur� que no da�aba gravemente los �rganos internos del muchacho. Ten�a
que vivir, ten�a que sufrir.

Mario segu�a consciente, incapaz de soportar el tremendo dolor que
aquella negra inflig�a a su cuerpo. Ella continu� triturando los huesos
de aquel cuerpo con suma facilidad, continu� triturando sus muslos,
rodillas y por �ltimo sus pies y tobillos. Toni observ� impresionado el
estado de aquel cuerpo. Mario acab� destrozado, se pod�an ver algunos
huesos atravesando su piel. Hab�a perdido la forma original. Ahora
parec�a un saco de sangre y huesos triturados.

Lo agarr� con fuerza de su �rgano sexual y lo levant� del suelo. Toni vi�
como la piel se estiraba. Ahora, aquel hombre estaba siendo sostenido por
sus huevos. La amazona cerr� con fuerza la mano y se pudo oir claramente:
"PLOP PLOP". El chico grit� con todas sus fuezas al notar como le
explotaban los huevos. La gigante negra mantuvo al chico agarrado con un
brazo y lo sacudi�. Finalmente la piel cedi�, la carne se cort� y el
adolescente cay� al suelo sin �rgano sexual. Ella, continu� aplast�ndolo
entre sus dedos mientras la sangre resbalaba por su brazo. Luego, se
agach� e introdujo lo que quedaba de aquel �rgano sexual en la boca de
Mario.

No contenta con ello, Rosa gir� el cuerpo de Mario, separ� lo que quedaba
de sus piernas e introdujo, lo que una vez fue el antrebrazo del j�ven,
por su culo. Utiliz� sus pies para acabar de empujarlo profundamente en
el cuerpo de su v�ctima. Mario intent� gritar pero su cuerpo no le
obedeci�.

La mujer empez� a tocarse mientras miraba aquel cuerpo a sus pies. Se
sent�a caliente y necesitaba sentir una buena polla dentro de ella pero
all� no hab�a buenas pollas, s�lo pat�ticos adolescentes malcriados. Ella
necesitaba una buena polla, algo grande. Se agach� y dobl� el brazo que
le quedaba entero al muchacho, present� el codo en su oscuro agujero de
placer y, lentamente, empez� a descender, introduciendo aquel brazo entre
las rosadas paredes de su femenidad. Toni vi� como los ojos de aquella
mujer se volv�an blancos de placer mientras el brazo del adolescente
desaparec�a entre sus piernas.

La amazona se foll� aquel brazo con deseo. El cuerpo de la v�ctima
acababa aplastado bajo las sacudidas sexuales de la mujer. Lo agarr� del
cuello y tir� de �l para hundir as� el brazo profundamente en su �rgano
sexual. As� se mantuvo durante un buen rato hasta que, finalmente, se
corri� con potencia entre espasmos de placer. Los m�sculos de su vagina
se cerraron y se oy� como el crujir de huesos reaparec�a en escena.
Lentamente se levant� y Toni pudo comprobar que el brazo estaba m�s
retorcido que antes. S�lo con la fuerza de un orgasmo aquella mujer era
capaz de destruir a cualquiera en aquella sala.

Orgullosa, mir� con soberbia y superioridad al muchacho, convertido en un
saco de huesos. Coloc� sus pies a ambos lados de la cabeza de Mario y
flexion� sus rodillas. Mario miraba impotente como aquel �rgano sexual,
hinchado y h�medo, se acercaba a su cara sin que �l pudiera evitarlo.

Sus miradas se cruzaron y Mario sinti� terror, vio la muerte en los ojos
de la gigante. Lentamente, la sombra de la mujer hinund� su mundo. Not�
como los muslos destructores de Rosa, se cerraban alrededor de su cabeza,
aplastando su cara contra el co�o de la bien-denominada "Rompehuesos".

La mujer, con los brazos en jarras, utiliz� la cara del muchacho de nuevo
como juguete sexual. Toni pudo ver como los m�sculos de la mujer se
tensaban y relajaban mientras se frotaba contra la cara de Mario. Poco a
poco el ritmo fue acelerando hasta que lleg� al cl�max y Rosa explot� de
placer en la boca del j�ven. El orgasmo recorri� el cuerpo de la mujer y
sus m�sculos se tensaron, sus piernas se cerraron y la cabeza de Mario
explot� bajo la terrible presi�n a la que fue sometida.

Toni vomit� al ver como la masa encef�lica del muchacho resbalaba,
mezclada con sangre y trozos de hueso, por las piernas de la mujer.

Rosa finaliz� su demostraci�n de terror pateando y aplastando lo que
quedaba del cuerpo de Mario. La sangre sal�a despedida tras cada pisot�n
y, al poco rato, nadie hubiera dicho que aquella masa deforme era el
cuerpo de un hombre.

La mujer desapareci� de la sala y al poco rato nos obligaron a limpiar la
sala de los restos de Mario. Hab�a sido tal la destrucci�n de aquel
cuerpo que a veces hac�a falta rascar para despegar la carne del suelo.

A partir de ese d�a, al cerrar los ojos, Toni s�lo ten�a pesadillas con
la gigante negra. El terror indund� su coraz�n y rez� para que nunca
fuera �l el elegido de la "rompehuesos".


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