Dulce
En el recreo de la escuela
los niños jugaban fútbol en la cancha de básquetbol que también tenia metas de
hierro para jugar fútbol, Ronel corría tras la pelota con la intención de
anotar tenia el ángulo perfecto para sacar un buen remate, se acomodo lo mejor
posible y pateo con fuerza. El portero estaba nervioso, el balón se fue a su
izquierda y el se lanzo rápidamente pero por un instante sintió que no lo alcanzaría,
sus ojos se cerraron por un instante al hacer un máximo esfuerzo y cuando
volteo a ver miro la pelota fuera de la cancha en la calle. En eso vio a una
pequeña niña doliéndose la pierna su nombre era Dulce que jugaba básquetbol con
otras amigas mientras los niños jugaban fútbol en la misma.
“Pendeja, idiota, por tu
culpa perdí el gol estúpida!!!” grito Ronel enojado a la niña que se dolía el
pelotazo recibido en la pierna. Ella tenia una pelota de básquetbol en la mano
que dejo en suelo tranquilamente y se dirigió al niño que la había ofendido acercándose
lentamente lo miro a los ojos: “Bueno y a vos que te pasa, por que me insultas,
te gustaría que yo te insultara?” dijo Dulce mostrando madurez y prosiguió “Me
pegaste un pelotazo y mas bien te deberías de disculpar conmigo idiota”. Ronel
le respondió “Bah... yo por que me voy a disculpar si vos no deberías de estar
jugando aquí, aquí jugamos los hombres, las niñas deben de esperar a que no
hayan hombres para venir a jugar sus estupideces”. Dulce viéndolo a los ojos de
cerca respondió: “Quien te ha dicho que aquí es solo para fútbol ah?”. En eso sonó
la campana finalizando el recreo, los niños volvieron a sus aulas para seguir
recibiendo las clases.
Ronel era un niño de piel
morena, pelo liso, media unos 125 cms de altura con cuerpo normal. Dulce era
trigueña, pelo ensortijado, de cuerpo un poco ancho y media unos 5 cm menos que
Ronel, era una la segunda mejor estudiante de toda la clase y la mejor de las
mujeres mientras Ronel era un chico promedio. Los días pasaron y el asunto fue
siendo dejado atrás, Dulce era conocida porque cuando se enojaba pateaba a los
niños en los testículos para vencerlos hasta pero lo que ocurrió un día fue
algo completamente diferente. Durante un recreo corto los niños entraban
apurados al aula de clases, en eso Ronel a quien le gustaba hacer desorden con
otros empujaba a los demás en el tumulto con la suerte de empujar a Dulce haciendo
caer al suelo. Ella se levanto violentamente y lo empujo a el enojada, ambos se
palabrearon teniendo que ser separados pero acordaron pelearse a la salida de
clases.
En un patio solitario atrás
de la escuela se reunieron varios a ver el espectáculo entre los contendientes,
los dos se lanzaron con grandes puñetazos uno contra otro en una feroz lucha de
varios segundos pero después parece que los únicos puñetazos que seguían firmes
eran los de Dulce que estrellaba fuertes golpes en la cara de su oponente hasta
hacerlo caer al suelo llorando, suplicando clemencia. Ella lo pateo retándolo
pero el no se levanto: “No..., nooo..., no me pegues. Me rindo, me rindo!!!”
gritaba Ronel asustado llorando. Las niñas festejaron con gran jubilo mientras
los chicos entraban en vergüenza y temor. Dulce arremango sus brazos mostrándole
el grosor de sus antebrazos a los demás quienes contemplaron directamente la razón
de la victoria de ella, “Las mujeres tenemos siempre brazos mas gruesos y por
eso somos mas fuertes” enseñaba ella a las demás niñas.
La victoria de Dulce seria
recordada por una gran cantidad de tiempo, si no pensemos que fue por allá del
84 cuando no se conocía la devaluación. Ella siempre buscaba alguna razón para
enfrentar a cualquiera pero los chicos la evitaban. Ronel espero la revancha
hasta el final de la escuela pero nunca la tuvo, Dulce todavía era mas
evidentemente fuerte como yo mismo pude comprobarlo mientras se hacían unos
juegos donde ella permanecía agarrada a un poste sin poder ser separada por
varios chicos al mismo tiempo. Y hago esta remembranza que aunque olvidada por
muchos todavía hay por ahí quien la puede revivir en la memoria y contarla de
nuevo.