DELIA by Cyrus Map Ha sucedido en B'rengue, no muy lejos de Dwramo, a orillas del gran Mdengo. Allí nació Delia, la sorprendente chica que ha protagonizado tan increíble hecho. Delia Lenguemwa, la pequeña de tres hijas de Lulio Lenguemwa y Laura, de los Sothoto. Ambos buenos cristianos y laboriosos granjeros. Delia nació grande y fuertota, incluso muy grande para los Sothoto. Siempre fue una niña fuerte pues, a pesar de su carácter dulce, hizo bastantes luchas con otros chicos. No eran peleas muy duras, sino simples entretenimientos para pasar el rato.Ella siempre vencía, incluso a los chicos mayores que ella, pues nadie igualaba su fuerza. Delia creció laboriosa y aplicada. Sus padres gozaban de un cierto nivel de vida en términos de B'rengue, pero para ello debían laborar muy duro. Delia les ayudaba siempre. Podía con todo, desde grandes barreños de agua del pozo a sacos de pienso pasando por algún grueso cerdo o más de un becerro que, desde bien chica, aprendió a cargar sobre sus hombros. Delia era una buena estudiante. En la escuela de B'rengue Delia destacaba en sus estudios. Era pulida, aseada, siempre hacía los deberes y aprobaba los exámenes. Pero destacaba en las clases de Gimnasia. En cualquier deporte, en cualquier ejercicio Delia se sobreponía con facilidad y superaba a todos. El maestro recomendó a Lulio y Laura que la joven Delia, terminada la primaria, siguiera los estudios en el Liceo de la capital. Los padres de Delia aceptaron con gusto a pesar de que ello significaba tener que prescindir de la muy útil ayuda de la jovencita. Algo apesadumbrada la chica por tener que abandonar su casa, sus padres y todo su ambiente entrañable de B'rengue, aceptó sin embargo de buen grado el internado del Liceo. En el Liceo de la capital, Delia siguió progresando como de costumbre. Era buena en los estudios, pero en gimnasia y deportes no tenía rival, era imbatible totalmente. Y cuando podía regresar a B'rengue algunos fines de semana o en vacaciones, seguía entregada ayudando a sus padres en la granja. Pero algo le pasaba a Delia que se encontraba un poco insatisfecha con ella misma. Un día, por casualidad llegó a sus manos un ejemplar algo atrasado de una revista de culturismo americana. En ella descubrió a Laura Creavalle. Se sobrecogió al observar el físico sólidamente esculpido en grandes músculos de la culturista profesional americana. Delia comprendió que aquella revista le trazaba el camino. Delia determinó que debía llegar a ser una culturista tan masiva como la Creavalle. O incluso más. Muy dificultosamente, y sin descuidar sus estudios ni el trabajo vacacional en la granja de sus padrs, Delia fue intentando seguir un entrenamiento culturista. Con tesón, imaginación muchas dificultadesa, Delia fue equipando una especie de sala de musculación en el gimnasio del Liceo. Delia se lanzó a asesorarse sobre culturismo, dietas, entrenos, suplementos, etc. Y en la mediada que se lo permitían sus muy limitados recursos, no desaprovechó ninguna ocasión para entregarse a la meta propuesta: llegar a ser una gran culturista. Y mientras los cursos fueron pasando, el cuerpo de Delia fue ofreciendo los cambios sorprendentes que a la natural evolución del crecimineto, añadían las eternas y agotadoras sesiones de entreno que la chica ejecutaba con regularidad sistemática. A los diecisiete años Delia poseía ya un físico sorprendentemente alejado de lo normal. A una alta talla de ya quizás 1,80 m. se añadía una gloriosa combinación de rutilantes curvas femeninas con hercúleos músculos de acerada consistencia y abultado empaque. Una cintura estrecha unía un torso colosal en el que los grandes, redondos, turgentes y cimbreantes senos sobresalían de una apoteósica masa pectoral. Mientras unos redondos y gruesos deltoides definían una amplitud de hombros exagerada, unos enormes trapecios evidenciaban su masividad. Los brazos, recios, poderosos y enormemente gruesos ostentaban conm grandeza superior la compostura de unos gigantescos, recios y sobrevascularizados bíceps acompasados por el colosal empaque de unos tríceps sin igual. La espalda, de anchura imposible de creer, definía una "V" mayúscula que manifestaba frontalmente, a modo de gruesos adoquines remarcados por profundos surcos, unos abdominales de ensueño. Con un grosor incontenible y compuestos por recias amalgamas de compacta fibrosidad , los abultadísimos muslos culminaban con su espléndida masividad de perfecto torneado sus maravillosas piernas. Pero a pesar de ser la poseedora de ese cuerpo de inenarrable perfección muscular que llevaba más allá de lo imaginable cualquier figura culturista femenina conocida femenina, Delia no había perdido ninguna de sus cualidades restantes. Limpia, educada, trabajadora, iba sacando sus estudios con sobradas calificaciones y ayudando en su trabajo a la familia cada vez que iba a su casa. Precisamente los hechos se han desarrollado pasado el curso último, habiendo obtenido Delia magníficas calificaciones se desplazó a su pueblo pra acompañar a los suyos y ayudarlos antes del inicio del nuevo curso, esta vez en la Universidad nacional. Y mientras se aprestaba a descargar un camión de sacos de abono al almacén, uno de los mozos de la granja de Lulio, puede que pensando en refrescarse un poco antes del trabajo,se encaminó a la orilla del gran Mdengo. Un gran rugido se escuchó, acompañado del alarido de pánico del aterrorizado trabajador. Hacía muchos años que no se reportaban cocodrilos en aquel sector del gran Mdengo, pero para sorpresa de todos, un gigantesco reptil de quizás ocho metros surgió aceleradamente del agua y con pasmosa rapidez apresó con sus fauces las dos piernas del pobre campesino, cuyos sobrecogedores alaridos de terror y miedo resonaron largamente. A pesar de ser un robusto sothoto, la enorme bestia lo levantó en vilo a lo alto y, apretando duramente sus mandíbulas, tras sonar un siniestro chasquido, le partió las dos piernas. Mientras el gigantesco saurio deglutía ávidamente las piernas, el pobre hombre se arrastraba por el suelo, mostrando los muñones sangrantes y gritando de terror y dolor. El cocodrilo se encontraba detenido, sin duda confiado de que su mutilada presa no llegaría demasiado lejos y le resultaría fácil alcanzarla para terminar el almuerzo. Pero ello fue demasiado para Delia, que se quitó su mono de trabajo y se abalanzó sobre la playa con apenas un sucinto bañador que no tan solo no ocultaba sino más bien enfatizaba su extarordinario cuerpo. Cuando el reptil acabó de tragrase las piernas del desventurado herido, se dirigió hacia él para completar el festín. En aquel instante Delia lo alcanzó por detras y le agarró con una poderosa mano el extremo de su cola. El cocodrilo no hizo caso y siguió caminado hacia su presa. Entonces Delia , firmemente afianzada en el suelo empeñó su fuerza en evitar el avance del reptil. Efectivamente, las verdosas y fuertes piernas del animal parecieron escarbar el suelo, pues no pudieron hacer avanzar su cuerpo ni un milímetro. . Mientras los demás trabajadores auxiliaban el herido, la poderosa chica empezó a tirar del rabo. Por una parte el cocodrilo rasagaba la arena con sus patas en un inútil esfuerzo por avanzar, por otra la fuerza descomunal de la chica lo iba alejando más y más de su presa. Entonces el saurio se giró dispuesto a acabar con esa insolente criatura que parecía dispuesta a evitar que completara su sangrienta pitanza. Abriendo sus gigantescas fauces, que para un cocodrilo de ocho metros miden más de metro y medio por setenta cm. de anchura en la base, con un rugido sobrecogedor y una agilidad sorprendente en una besitia tan enorme y pesada, se lanzó sobre delia. La chica apenas pudo reaccionar, soltó el rabo del bicho y con las manos pudo mantener la descomunal boca alejada del cuerpo, pero el impulso enorme de los mil kilos del cocodrilo la derribaron al suelo. Pero Delia no soltó las mandíbulas, que nuevamente intentaron en vano morder la hembra humana. En cuanto pudo recomponer algo su estabilidad, Delia contraatacó. Era evidente que ese combate era a vida o muerte, pues el cocodrilo no la soltaría sin más, pero además de por su vida, Delia luchaba por la de los suyos, amenazada por la horripilante presencia del asesino del río. Delia sudaba copiosamente, con lo que resaaltaban todavía más sus colosales músculos bajo la reluciente y negrísima piel. Con el semblante determinado, y emitiendo un gemido de esfuerzo, los músculos de Delia se tensaron hasta un extremo insosprechado,a raudales la energía acudía a sus manos mientras las venas se hinchaban por causa del caudal de líquido vivificante. Por unos segundos, la lucha entre el reptil que pretendñía cerrar la boca y Delia que pretendía abrirla pareció un empate. Pero la superioridad física de la mujer fue imponiéndose lentamente, y mientras inconteniblemente la fuerza de la chica acudía a su cuerpo, las fauces se iban avbriendo más y mas. Quizás pasó uneterno minuto, pero llegó el punto en que, abierta al máximo, la descomunal boca del cocodrilo y los musculados brazos de Delia parecieron de nuevo empatados. Pero la fuerza gigantesca en progresivo aumento pareció afluir imparable al cuerpo de Delia que tensado extremadamente y ostentando la reciedumbre acerada de sus músculos parecía reunir todavía crecientes cantidades de fuerza y poder. Sonó entonces un pequeño crugido apagado y la boca pareció abrirse un poco más. Un segundo después, otro crugido más y nuevo movimiento de boca. Luego, mientras la enrgía pareció estallar en el cuerpo de Delia, tiró violentamente la cabeza hacia atrás y emitió un chillido de poderío insuperable que se sumó al chasquido violento y sonoro de las mandíbulas del cocodrilo, destrozadas en su articulación hasta ser casi absolutamente arrancadas del cuerpo del animal que emitió un rugido jadeqante para quedar muerto en medio de un charco de sangre. Sorprendida por su poderío, asqueada por la sangre, pero satisfecha al máximo por su insuperable fortaleza, Delia retrocedió, levantó los brazos de los que brotaron grandes montañas de músculo femenino y emitió el alarido de triunfo de los Sothotho. Su fama no ha parado de crecer desde entonces, para mayor honra de todos los hermanos B'rengue, convertidos ahora en la envidia del país entero. Cyrus Map Ya saben, sus comentarios son bienvenidos en cyrus.map@hotmail.com