Las Defensoras del Castillo
( Ultima parte )Por:
Elvencido. tememf@hotmail.com
Viene de la tercera...
Antes de empezar los ejecutamientos la reina Jitore con un poco mas de calma decidio que cada hombre enfrentaria a una mujer en una lucha cuerpo a cuerpo hasta la muerte. Si el hombre ganaba entonces seria dejado libre pero tendria que largarse de la isla. Si moria tambien seria dejado libre, anuncio ella mostrando una sonrisa.
De los primeros 20 combates celebrados en el primer dia solo fueron interesantes dos donde los hombres opusieron resistencia digna aunque igual todos fueron vencidos y asesinados. Pedro, un español logro tumbar a su mujer rival con varios golpes desesperados y luego se le lanzo encima tratando de ahorcarla com las manos, ella permanecia inmovil aparentemente noqueada sin lograr moverse. Pero el hombre no pudo aprovechar esta ocasión para acabar con su vida, al cabo de diez minutos ella se levanto como si no le ubiera pasado nada y estirando su semidesnudo cuerpo lanzo un derechazo al estomago del podre tipo que se doblo del dolor, ella entonces los tomo del cuello por un brazo y apreto hasta que el no pudo respirar mas.
El otro combate interesante resulto en una desproporcion marcada de tamaño, el hombre media como 1.90 con grandes musculos, mientras la mujer era una pequeña jovencita de solo 1.50 que tenia mucha fe en si misma. El hombre domino las acciones y con golpes inmisericordes hizo brotar sangre de la cara de la joven india que cayo al suelo casi inconciente. El se le lanzo encima tratando de aplastar su frente con todo el peso puesto en la rodilla pero ella mostro con grandes reflejos se hizo a un lado y el fue a dar con su rodilla sobre la piedra quebrandose la misma rodilla y tendiendose en suelo con mucho dolor incontrolable. La chica de ojos claros aprovecho la ocasión para rematar una poderosa patada en los testiculos del hombre que ahora estaba doblemente adolorido. Seguidamente ella observo que era el mejor momento para aplicar su mejor poder... las piernas, habia pasado meses enteros poniendo cocos entres sus piernas hasta que lograba romperlos. De esa misma forma sujeto el cuello del indefenso tipo y apreto pero no lo hizo solo para someter sino que siguio durante varios minutos hasta que escucho el mismo sonido que producian los cocos al rajarse.
Los veinte cuerpos fueron arrojados al mar para cumplir con la promesa de dejarlos libres. Los demas hombres estaban espantados, ninguno saldria libre de esta situacion en las peleas. Por lo que pasaron pensando en como escapar de la misma celda de gruesos barrotes de hierro que ellos mismos fabricaron en su momento y lo hicieron a prueba de fallas. Por fortuna para ellos pequeño un nativo habia vuelto antes de tiempo de las montañas porque se habia enfermado de fiebre y no participaria de las cermonias. Monle era amigo de Andrew y se extraño de no encotrarlo en ningun lugar habitual entonces cansado de buscar se sento en la gradas de un templo y sin querer escucho por completo las platicas entre varias mujeres que en el interior charlaban al respecto. Entonces el se dio cuenta que ellas iban a matar a todos los extranjeros aunque no escucho bien el porque.
En eso momento se acerco a la entrada de las celdas que en la medianoche custodiaban dos guerreras cubiertas ahora con armaduras de acero que resaltaban hermosamente de sus femeninos cuerpos a la luz de la luna. Con gran habilidad y silencio lanzo desde los matorralos haciendo uso de su cerbatana dardos envenenados que dieron en los cuellos de las mujeres. Despues de unos leves gemidos se desplomaron quedando muertas. Bajo hacia la celda y libero a los hombres, ellos le engañaron con la explicacion que ellas querian vivir en un pueblo solo mujeres y por eso los iban a matar para despues matar a los machos nativos tambien. Salieron de la prision, se armaron lo mejor posible y se dirigieron a la entrada de la murralla de madera, cinco mujeres vigilaban desde las altas torres.
Iba a ser imposible sorprenderlas por lo que mejor decidieron lanzar un ataque lo mas rapido y fulminante posible. Entre una lluvia de flechas, lanzas y dardos una de ellas recibio una lanza en el hombro mientras las demas se agacharon y encendieron las señales de alerta con grandes fuegos y sonidos de caracol. Usaron todas sus armas para poder hacer peder el tiempo a los escapistas. Una sola herida no bastaba para detenerlas incluso avanzaban sobre la lluvia de flechas, lanzas y piedras. Pero sucumbian con un solo dardo envenenado de Monle que acertaba en sus partes sin proteccion. La ultima se lanzo sobre el abriendose paso con su enorme espada atrevazando a dos hombres con todo y armaduras, a pesar de recibir varias heridas mortales logro llegar donde el indio traidor y con un ultimo aliento de vida lo partio en dos por la cintura.
Abrieron las puertas de madera y huyeron a toda prisa hacia la playa mientras escuchaban a lo lejos los gritos de miles de armaduras corriendo detrás de ellos. Al llegar al barco lo primero que hicieron fue poner dos cañones apuntado hacia donde la mujeres venian en una tropa desordenada y ruidosa. Al frente de ellas Jitore venia animandolas con agudos chirridos.
Greg el cañonero ya habia peleado varias veces contra pueblos aborigenes revueltos y comprendia que podia acabar con esto de un solo disparo. Por eso espero un poco mas para apuntar bien indiferente a las flechas que zumbaban al lado de su oido. En eso sintio un golpe pesado en la cabeza de una piedra y por reaccion disparo. El estruendo del cañon lo callo todo, Jitore yacia desecha a muchos metros de distancia junto con otras que se desilucionaron al ver a su reina muerta por un poder demasiado superior. Greg se les acerco y les dijo: - Ya no vale la pena seguir.
Confundidas las chicas se despojaron de sus armaduras y se comenzaron a dispersar llorando. Algunos aprovecharon para recuperar a sus mujeres y llevarselas a bordo, ahora si se marcharian definitivamente. Andrew busco a Otlis pero solo la logro encontrar entre los cadavares que sucumbieron al cañonazo. Solo sintio lastima a ver a aquella perfecta mujer desaprovechada para la guerra. Repentinamente un brazo le amordazo el cuello por detrás dejandolo rapidamente sin respiracion y casi inconciente pero luego lo solto. El callo al suelo y cuando se recupero miro un par de gruesas y largas piernas, subiendo mas la vista descubrio un desnudo conocido que tranquilizo su corazon haciendolo feliz por el resto de sus dias. Sintio sus brazos siendo sujetados miemtras su boca era empujada hasta hundirse en el caramelo de la felicidad.
FIN