Las Defensoras del Castillo ( Segunda parte )

Por: Elvencidotememf@hotmail.com

Los nativos volvieron a sus casas mientras los extranjeros hacian lo mismo hacia sus naves. Krunt hacia los ordenaba hacer la ultima inspeccion a las naves y los viveres para emprender el viaje. En su cama Andrew estaba tendido con la mirada hacia arriba sintiendose muy caliente al recordar la fuerza de los dedos de la india sobre cuello, recordaba su sonrisa, su mirada, su figura, el esplendor de su vientre y sobre todo el poder fisico de sus brazos.

Como todo macho cuando algun dia es derrotado por una hembra, se puso a pensar por un momento en la supremacía de los hombres sobre las mujeres que podria ser al contrario en la realidad. No se dio cuenta en que momento sucedió cuando su pene estaba en maxima ereccion y con una dureza tal que no habia sentido lo mismo en muchos años. En ese momento deseaba estar con ella en la cama y casi podia sentirla con solo la imaginacion quedandose dormido.

De repente una serie de retumbares muy sonoros rompieron el silencio de la noche y el se levanto asustado mientras se limpiaba rapidamente con un trapo el semen esparcido y ajustaba como podia su miembro todavia erecto y caliente dentro del pantalon. Escucho el grito de: "A las armas". Era la flota imperial que en medio de la niebla vespertina sorprendia con un ataque fulminante destruyendo en mil pedazos mas de la mitad de los barcos piratas.

Eran mas de 30 barcos con varios miles de hombres bien armados que se lanzaban sobre los barcos piratas como hormigas bravas sobre una mariposa. La lucha fue feroz una vez que los enfretamientos fueron de frente a frente con espadas. Andrew tenia mucha experiencia en esto y no le fue dificil matar a suficientes hombres como para abrirse camino y escapar hacia la playa debido a que hubiera sido imposible ganar la batalla por el gran numero de adversarios y sobre todo por la sorpresa del ataque.

Otros tambien escaparon con el internandose en la vegetacion de la selva para no ser capturados. Krunt en cambio fue acorralado en su camarote y para cuando los soldados derribaron la puerta el yacia tendido en su silla, se habia disparado en la sien. En su mesa se encontraban dos cartas, una iba dirigida a cualquier cura donde confesaba sus pecados y en la otra un testamento donde definia como se repartirian sus propiedades de la lejana Escocia entre sus hijos.

El escandalo de la lucha alarmo a muchos indios que temerosos se apresuraron a ver que es lo que ocurria. Ayudaron a muchos marineros a sanar sus heridas y les dieron alberge en sus viviendas. Estos aprovecharon la ocasión para prejuiciar a los nativos en contra del imperio exagerando detalles e inventado cosas como que el imperio era esclavizador y hasta canibales.

Dicha fama se extendio mas rapido que cualquier incendio hacia todos los puntos de la isla y hasta el jefe de la tribu que gobernaba desde Tlatan, hermosa ciudad adornada por miles de estatuas de oro, techos enchapados y grandes trabajos de orfebreria en piedras preciosas. Estaba sabiamene diseñada de tal forma que sobraba el espacio natural lleno de arboles con un manejo verdaderamente exacto del los sistemas de riego, aguas lluvias y una especie de alcantarillado, era verdaderamente armoniosa y estaba en paz con los dioses.

Pero la noticia de que miles de hombres blancos qu eran despiadados ladrones, canibales y asesinos por gusto se acercaban alarmo mucho a la poblacion que no pudo conciliar el sueño por varios dias. La ciudad podria ser encontrada por los extraños, saqueada, incendiada y sus habitantes muertos o esclavizados, era una situacion tan nueva que todos los habitantes se movian constantemente durante varios dias haciendo todo tipo de preparativos como fabricar armas de madera y piedra.

Las mujeres no se quedaron atrás ayudando en todo, eran ellas quienes construian las chozas de troncos y barro, por lo que se las ingeniaron para levatar rapidamente altas murralas de troncos que por lo menos defenderian la ciudad en la zona mas amenzada por la cercania de los canibales del imperio blanco. Los pocos piratas sobrevivientes fueron llevados hacia la ciudad, se sorprendieron de ver aquella metropoli mas avanzada que sus ciudades natales de europa y llena de tantas riquezas.

Fueron recibidos con desagrado por entrar en su recinto sagrado pero la verdad era que la confusion habia hecho presa de todos con tanto apuro y miedo. Eran solo 80 los que habrian logrado llegar ahí. El resto habian muerto todos o estarian unos pocos muriendo en la selva o siendo capturados.

Pasaron muchos dias sin ninguna novedad debido sobre todo a que el capitan de la flota ya estaba satisfecho con la victoria y ahora estaba interesado en mapear las cordenadas de la nueva isla por las costas para reclamarla en nombre del imperio ignorando que un pueblo se preparaba contra ellos. Despues de tres semanas ya la ciudad estaba rodeada por muros de troncos por todos lados, las fuertes mujeres habian logrado una construccion en un tiempo record. En verdad estaban acostumbradas a levantar troncos pesados y a colocarlos para fabricar las chozas, en algunos grupos pequeños podian cargar altos y gruesos arboles que despues ellas mismas cortaban con herramientas de piedra para fabricar muebles. Sus tradiciones indicaban que las mujeres deberian de construir las casas de sus maridos pero con el paso de los siglos sin querer se fue haciendo extremo y ahora ellas lo construian todo. Los hombres se dedicaban a la recoleccion (no habia agricultura), caza y pesca exclusivamente. Y despues todo lo hacian las mujeres.

La ciudad estaba ya sobreprotegida con mas armas que personas, estricto sistema de transporte para entrar y salir de la misma. Los 80 piratas permanecian cautivos dentro de una piramide, el jefe estaba algo temeroso de ellos y mas de Andrew, el mismo ingles trataba de convencer a los jefes la importancia de que los dejaran participar en la planeacion de la defensa y que les enseñara a fundir el hierro imprescindible para luchar contra los extraños. Pero los sacerdotes se rieron a carcajadas cuando ellos les hablaron de que las balas se disparan rapidamente, son de pequeño tamaño pero una sola puede atravezar un escudo de hojas y matar a un hombre. Aunque por lo menos consiguieron que ellos examinaran algunos cuchillos de hierro para que vieran lo fuerte que era el material.

En la flota imperial todo era calma y festejo, un pequeño grupo se aventuro tierra adentro movido por la natural curiosidad. Se encontraro con indios que les dijeron todo sobre la isla incluyendo la existencia de una ciudad maravillosa llena de grandes palacios y relucientes estatuas doradas que se encuentra en el sector sur. Estos indios vivian algo aislados y no estaban al tanto de nada. La mayoria lo tomo como una historia tonta de ciudades magicas llenas de oro, pero entre ellos se encontraba Leonidas, un supercredulo fanatico de todo lo raro y superticioso en extremo. Creyo la historia completa y pidio a los indios que lo guiaran, trajo mas hombres y despues de tres dias de atrevasar la selva por un camino de piedras se encontraron con las murralas de troncos.

 Una mujer que vigilaba desde una torre los vio y lanzo flechas encendidas en un caldero cercano para avisar de la prescencia del enemigo. En pocos minutos vinieron varias decenas de hombres, mujeres y niños armados dispuestos a morir en la batalla. Pero Leonidas sabia que con solo haber visto las murallas era suficiente éxito por el momento y ya se habia machado hacia la playa.

Los indios que los guiaban en cambio se quedaron a medio camino confundidos, nunca habian visto esas murallas ni a sus compatriotas como un pueblo guerrero. Pensaron que habia problemas y trataron de ocultarse tras la espesura de la selva donde se dispersaron. Uno de ellos se quedo bajo unas hojas secas pensand que podria ocultarse ahí hasta la noche, pero no contaba con una agudo instinto de ubicación selvatica por parte de una india que lo descubrio y agarrandolo con una mano de sus ropas lo levanto hasta ponerlo de pie para verle la cara.

 

El primero sonrio nerviosamente pero al ver que era una mujer se tranquilizo y trato de separar con desprecio el brazo de la india que lo sujetaba pero este no se movio, despues intento con mas fuerza pero era inutil y hasta volvio a tratar con las dos manos pero nada sucedia, aquel femenino brazo que habia movido durante años piedras y troncos era tan fuerte que lo suspendio en el aire como si se tratara de un muñeco y con su mano libre descargo un potente golpe directo que hizo que la cara del indio de moviera hacia un lado y que de su boca brotara sangre con pedacitos de dientes. El quedo desmayado al instante.

Ella cargo con el hacia la ciudad donde despues se le interrogo y se comprobo que no habia estado enterado de nada ya que era alguien de confianza que fue identificado por algunos. Pero eso ahora ya no servia para nada, al llegar la noche Leonidas ya habia llegado a la playa y el capitan estaba alistando las tropas para internarse a la conquista del nuevo territorio lleno de riquezas. Afortunamente la mayoria de hombres estaban borrachos o enfermos en una epidemia de diarreas ocasionadas por uno alimentos putrefactos mal conservados. Tardaria un dia entero en prepararse.

El momento inevitable habia llegado y la poblacion se puso mas alerta que nunca. A los piratas se les libero y se les permitio que enseñaran a fundir el hierro para la batalla, se conocian algunos yacimientos al oeste donde a veces se sacaban esas piedras rojas para hacer algunos adornos. Esta vez servirian para armas, esapadas, cuchillos, lanzas, escudos y flechas que no estarian listas para la primeras batallas en los primeros dias donde el ejercito imperial tendria la ventaja con sus armas de fuego y cañones.

El jefe se maldijo a si mismo por no haber hecho caso a los prisioneros desde hace mas de un mes. Sus espias habian ido a la playa a confirmar la version de las armas que escupen fuego y los cañones que derriban 20 arboles al mismo tiempo. El poder del enemigo para la batalla de mañana seria muy superior, lo mas prudente seria un ataque esta misma noche a las embarcaciones. Sin necesidad de mas discusión se ordeno un grupo de 200 hombres y 300 mujeres para acabar esta misma noche con el enemigo o por lo menos dañarlo lo suficiente como para hacerlos huir.

 

Continuara....