La historia de Daniel 6. Regreso a casa en verano By Dan the diverman dmmbsr@gmail.com Otro verano inolvidable con Verónica Ya estoy llegando a casa, el viaje a sido largo, pero la verdad es que después del año que he tenido, necesito un poco de reposo; como no lo he aprobado todo, me tendré que volver antes de lo que me gustaría, pero por esa misma razón, espero poder aprovechar el tiempo lo mejor posible. Tengo muchas ganas de ver a Verónica, y ojalá Blanca vuelva de su viaje por Europa a tiempo para que coincidamos. Llego a Tarifa, me bajo del tren, y veo a lo lejos a mi padre, se le ve mejor de forma, conforme me acerco confirmo lo que sospechaba, lo abrazo y veo que efectivamente está más fuerte. Veo que coge mi equipaje sin esfuerzo “¿como ha ido ese viaje?, estábamos deseando que llegases, queremos que nos cuentes como ha sido tu primer año en la universidad, y nos expliques eso de la página web que quieres montar.”, le contesto que cuando descanse un poco les contaré con detalle, incluyendo lo de la página web; le pregunto por Verónica, y me contesta “Se ha quedado en casa haciendo sus cosas; ¿sabes que Blanca se ha ido de viaje por Europa?” le contesto que si, que me escribió un email diciéndomelo, y me lamento porque le confieso que me hubiese gustado verla, que la he echado de menos; me mira y sonríe con cierta condescendencia; creo que sospecha mis sentimientos. Regresamos a casa, nada a cambiado, cuando llegamos, me apresuro a entrar, quiero ver a Verónica, estar 10 meses sin ver a la diosa que me introdujo en la adoración por los músculos femeninos, no es fácil. Veo que no está en la planta baja, escucho el característico ruido metálico de las pesas chocando unas contra otras, no podía fallar, está arriba; empiezo a subir las escaleras, excitándome conforme subo en anticipación de lo que se que voy a ver; me asomo por la puerta y me cuesta encontrarla, veo máquinas y pesas de todo tipo, es increíble, pero han llenado el cuarto, ya no queda espacio sin algo que sirva para desarrollar la musculatura; pero la veo al fondo, está ejercitando los bíceps, va vestida con un bikini, mínimo, con una toalla en la cintura, su piel brilla del sudor, me detengo para disfrutar de cada elemento de su cuerpo, lo primero que me llama la atención son precisamente esos bíceps que está ejercitando, el tamaño es descomunal, yo pensaba que los brazos de Inma eran grandes, pero en volumen no creo que los de Verónica se queden atrás, además las venas que lo cruzan ahora, aumentando la vascularidad, le dan un aspecto aún mayor. Sigo hacia arriba, veo que los hombros también le han aumentado de volumen, es espectacular como aparecen cordones de músculos cada vez que flexiona el brazo con esas mancuernas suyas. Ella está mirando sus bíceps conforme los ejercita, por lo que no se percata de mi presencia, así que aprovecho para continuar con el análisis del espectáculo, el cuello es tal y como lo recuerdo, solo que quizás algo más ancho, los pectorales tienen una definición prodigiosa; el bikini lucha con el volumen de sus tetas y la fuerza de sus pectorales, se nota la tensión que sufre, sus tetas bailan con cada flexión del brazo, ha llegado el momento de disfrutar de sus abdominales, no puedo más, me corro encima, lanzo un pequeño gemido, suficiente para desconcertar a Verónica, alza la vista y le cambia la cara, se le borra la mirada de concentración y se dibuja esa sonrisa que recordaba, la que enamora con solo mirarla. Se acerca apresuradamente, veo como los cuadriceps se le marcan con cada paso, cuando la pierna sobresale por fuera de la toalla, cuando está suficientemente cerca, se me queda mirando, y exclama: “Hombre, has empezado a entrenar, veo que nos podrás acompañar aquí, pero déjame que te abrace”, con ello me agarra y sin poder decir nada, me estruja, veo que me empieza a faltar el aire, me libera de su fuerte abrazo. Me coge del brazo y me lleva a una silla delante de donde estaba ejercitándose, me pide que me siente mientras termina, ahora se da cuenta de la mancha en el pantalón; dibuja esa sonrisa de niña traviesa, y dice “Veo que te sigo poniendo, ¿Que músculo te ha excitado más?, ¿estos bíceps?” dice realizando una pose de doble bíceps frontal, mientras desvía la mirada hacia su brazo derecho, y cuando creo que la situación no puede ser más erótica, saca la lengua y se lame su propio bíceps muy lentamente, me vuelve a mirar, y dice “o han sido mis abdominales” dice mientras flexiona su “six-pack” que mas que seis son ocho abdominales totalmente marcados, se acaricia sus abultados músculos mientras se relame, veo que la erección ha regresado, el pantalón no hace nada por ocultar la tienda de campaña; viendo esto, ella fuerza la situación, “si hubieses visto mis muslos, no lo habrías aguantado” saca su pierna derecha por la raja de la toalla, veo lo que quiere hacer, se fuerza por no flexionarla aún, hace el movimiento lento, ahora lo que veo delante de mis narices es un muslo muy grande, pero sin definición alguna, apoya la punta del pié en el suelo, y empieza a temblar el muslo, veo como la masa se desplaza de derecha a izquierda, estoy totalmente hipnotizado, se lo que va a venir, no aguanto el éxtasis, en ese momento flexiona, provocando que toda esa masa se quede quieta en centésimas de segundo, ante mi tengo la pierna más sexy que se pueda ver, es más que suficiente para correrme de nuevo, ella ríe ante mis espasmos, se agacha, me coge en brazos y me planta dos besos; me confiesa “¡Como he echado de menos el efecto que tengo en ti! creo que este verano nos lo vamos a pasar muy bien, lástima que Blanca no vaya a estar” Al nombrarla no puedo evitar que se me cambie la expresión, ella lo nota, y dice “No he debido hablarte de ella, creo que se portó mal contigo el año pasado, pero no te preocupes, seguro que llega a tiempo, y si el año pasado te parecía guapa, ahora quita el hipo, tiene una corte de admiradores; esta hija mía es realmente guapa, pero si no te importa, quédate ahí sentado mientras termino mi entrenamiento de brazos, me falta poco, un par de repeticiones más y nos damos un baño”; con eso coge otra vez las dos mancuernas, veo el peso, y confirmo que son de 40 kg, y empieza a hacer curls alternos de brazos, con cada curl, se le hincha el bíceps, veo que acelera, empieza a respirar más fuerte, veo como se le hincha el pecho, provocando que las tetas se muevan más de lo normal; la imagen no puede ser más erótica, esta escena la tengo que memorizar, estoy seguro que me va a brindar buenos recuerdos. Por fin termina, deja caer las pesas, flexiona uno de sus brazos, y me pregunta “¿Que te parece? como sabía que venías, he elegido el músculo que más te gusta, llevo una hora y media haciendo curls con esas pesas, he realizado más de 20 series de 20 repeticiones, solo para que el brazo llegue a su tamaño máximo; ahora, si no te importa, podrías ayudarme a medir el tamaño que he alcanzado, creo que es la vez que más grandes los tengo” por inercia, relaja el brazo y lo flexiona repetidas veces, ya no crece más, no puede, tampoco hay mucho sitio para meter más masa, empiezo a buscar algo con lo que medir, me indica que en una estantería tengo una cinta métrica, la extiendo y me acerco al brazo, ahora que lo veo más cerca tengo que luchar para no agarrarlo y estrujarlo, sentir su dureza; extiendo el metro en la parte más alta, veo que el brazo es bastante más grande que la última vez que lo vi, le digo “Creo que has estado entrenando duro este invierno, ¿cuanto medía el año pasado?” me dice “Bueno, no lo suelo medir; antes de venir a vivir con vosotros lo logré medir un día y había llegado a los 35 cm, pero creo que ahora es bastante más grande, dime cuanto mide, y aprieta el metro contra el músculo, es muy duro, no se va a romper”, le hago caso, abrazo su bíceps con el metro y busco la medida, 42,5 cm, hago la conversión mental a pulgadas, las referencias que tengo son en esa unidad, me sale algo parecido a 16,6”, me quedo atónito, a la par que aprovecho para sentir su dureza, ella no relaja su pose, acaricio el músculo, empiezo a apretar, no cede; la piel se mueve un poco, pero el músculo es firme como una roca, estoy otra vez excitado, tengo una erección impresionante; creo que ella disfruta del poder que tiene sobre mi; relaja el brazo y me dice “El año pasado, te hable de la estenolagnia, y es evidente que sabes de lo que te hablo, la adoración que tienes por mis músculos es indiscutible, pero no olvides que soy la pareja de tu padre; pero en cualquier caso, habitualmente hay otro fetichismo relacionado que es la cratolagnia, que trata de la admiración por la fuerza física, esto es, a un hombre le puede poner una demostración de fuerza física de una mujer, si te parece podemos hacer un experimento” le contesto “no hace falta experimentar, ya te digo que es así, pero no seré yo quien se niegue a ver como me dejas asombrado” me pongo cómodo, veo que se dirige a un banco de pectorales donde reposa una barra con dos discos en los extremos, me asomo para ver su peso, 30 kilos cada uno, veo que quita las protecciones de los extremos, añade otros dos discos por cada lado, eso suman 180 kilos en total, pero no es suficiente, carga dos discos más de 20 kilos y otros dos de 10, suma un total de 240 kilos; es bastante, pero no me sorprende que pueda realizar un press de pecho con eso, es evidente que tiene un desarrollo descomunal, pensaba que intentaría algo extraordinario, veo que coloca las protecciones, la barra se comba con el peso, pero veo que se aproxima por la parte trasera, ¡Va a hacer un curl de bíceps con ese peso! agarra la barra y veo como lentamente se desplaza, como sube, los brazos tiemblan ante el esfuerzo, suda profusamente; su expresión es de mucho esfuerzo, termina por levantar el peso, comienza a bajar, y cuando creo que no me puede sorprender más, se queda inmóvil con los brazos aguantando el peso casi en 90º mira a mi entrepierna y ve la erección que tengo, realiza otra repetición sin quitarme ojo a mi erección, y continúa hasta que eyaculo por tercera vez en algo menos de media hora, en ese momento lo deja, se acerca y me da un beso, me dice que va a ducharse, que bajará en un rato. Necesito una ducha, me cambio, y me acerco a la piscina, allí está mi padre dándose un baño; le comento que le veo bien, se nota que está entrenando, el me devuelve el cumplido, y me asegura que tiene una entrenadora muy dura. Me tumbo un rato al sol y escucho como llega Verónica, me incorporo para disfrutar, su presencia siempre es un espectáculo; se ha cambiado de bikini, ahora lleva un bikini que tapa algo más pero quizás no sea de su talla, la parte inferior está tapada por un pareo que llega a la mitad de sus poderosos muslos, y la parte superior aprieta sus tetas, aumentando el canalillo, lleva el pelo suelto, y aunque ya no está empapada en sudor, su musculatura está totalmente definida; se nota que acaba de entrenar, veo como se acerca sensualmente a mi padre que está en la piscina, apoyado en el borde, se agacha, lo coge por las axilas y lo saca hasta que lo tiene a su altura, ahora veo con más claridad el volumen de musculatura de mi padre, desde luego se ha desarrollado más que yo, y me parece increíble que haya podido levantarle así de fácil, debe pesar por lo menos 100 kg, pero claro, viendo como ha movido esa cantidad de peso en el gimnasio, el peso de mi padre le debe resultar anecdótico. Veo la erección de mi padre sobre su bañador, se dan un prolongado beso mientras lo sostiene sobre la piscina y cuando terminan lo arroja con fuerza hasta el fondo de la misma, se gira y mira mi entrepierna para verificar mi estado de excitación, ya me he cruzado de piernas, para tapar precisamente mi erección, ella me guiña un ojo, se quita el pareo mostrando ahora su culo, estriado, musculado hasta el extremo, y se zambulle, veo que juega con mi padre, cojo la revista que estaba leyendo y continúo a lo mío. Me quedo dormido, me despierta mi padre para comer, almorzamos, descanso un poco y subo al gimnasio para entrenar un poco, quiero aprovechar que tenemos máquinas en casa para no perder la forma que he conseguido este invierno. Imito lo que le vi hacer a Verónica esta mañana, solo que el peso que uso es ridículo en comparación, continúo con un circuito cuando aparecen mi padre y Verónica, con ropa de deporte, me saludan y comienzan a ejercitarse, yo estoy cansado y me voy al ordenador, los dejo divertirse, no tengo ganas de que mi padre me vea correrme ante las demostraciones de Verónica, y tampoco quiero ver como se corre mi padre delante mía. Busco fotos de Inma, y algo encuentro pero no mucho, sobre todo, lo que veo es muy impersonal; veo sus músculos, pero no la veo a ella, su espíritu, su expresión, creo que las web actuales de adoración al músculo femenino, no aprovechan todo el potencial de estas diosas. Continúo buscando a Verónica, pero no encuentro nada, ¿será posible que con el cuerpo que tiene no haya competido nunca? Creo que si alguna vez compite, lo ganará todo, me viene a la cabeza cuando medí el bíceps de Verónica, y busco las medidas de Iris Kyle, la última campeona del Miss Olympia: -Bíceps: 17”: 43,18 cm -Gemelos: 18”: 45,72 cm -Cuadríceps: 29 “: 73,66 cm -Cintura: 24”: 60,96 cm -Altura: 5’7: 170,18 cm -Peso: 172 p.: 78 kg Me pongo con mi página web, diseño el apartado de estadísticas, donde pondré la experiencia profesional, las medidas de la culturista y parte de su entrenamiento, haciendo hincapié en la cantidad de peso que pueden levantar como máximo en una repetición. Hago una ficha la imprimo y me acerco al gimnasio para hablar con Verónica, pero no está, veo que la barra que cargó esta mañana para hacerme la demostración está tal y como la dejó, me acero, intento levantarla y no soy capaz de desplazarla ni un milímetro, es impresionante que ella pudiese hacer varias repeticiones. Regreso a mi cuarto y estudio un poco, debo recuperar las asignaturas que me han quedado pendientes, y necesito un plan de estudios serios. Por la noche, en la cena, les hablo a mi padre y a Verónica sobre la página web que estoy montando: “La idea es hacer una página en castellano que hable más de la persona, que se centre en la humanidad, en las experiencias de cada chica, y no solo en sus músculos; creo que somos muchos los hombres que nos sentimos atraídos por las culturistas, pero no nos atrevemos a acercarnos porque las creemos inalcanzables. Para ello, cada chica tendría un perfil con una entrevista tipo, sus datos estadísticos y las galerías. Además habría buzones para que el que quisiese pudiese realizar preguntas profesionales o personales, en cualquier caso, un foro en el que la chica de tus sueños te puede hablar directamente. Todo esto llevaría un filtrado para eliminar a los usuarios que usasen un tono despectivo o agresivo sexualmente. En el perfil también habría un apartado de competiciones, tanto pasadas como futuras; otro apartado de progresión, para ver como se va desarrollando, para ello, plantearía un escenario con unas poses concretas, con los datos de centímetros de cada músculo y la masa corporal, de manera que pudiésemos disfrutar del crecimiento de nuestras estrellas. La ventaja que tengo es que cuento con la bendición de Inma Futre, por lo que ya tengo una chica espectácular y súper musculada que me va a garantizar muchas visitas”, mi padre me contesta “¿Inma Futre? no sabía que conocías a más chicas como Verónica”, le hablo un poco de ella, de mi experiencia en Pamplona en el gimnasio, veo que mi padre disfruta de nuestro gusto mutuo por los cuerpos fuertes y musculados a la par que femeninos. Verónica que había estado callada mientras hablábamos mi padre y yo, dice “Ya me hablaste de la página web, y la verdad es que pensaba que sería algo como herbiceps o FTV, pero esto me gusta más; cuando veo una de esas páginas llena de chicas musculosas, en todo tipo de poses, creo que se rebaja a las mujeres al nivel de objetos, y me da pena; he tenido la suerte de cruzarme en mi vida con alguna culturista, y todas tienen una historia que contar, como cualquier otra persona, y reducirlas a un montón de músculos, me parece triste. El enfoque que le quieres dar, me parece elegante, creo que te podré ayudar, me encantaría participar en tu página, además creo que conozco a alguna otra chica que podría interesarte. Nosotras solemos necesitar tener a gente en nuestro entorno que goce de nuestros cuerpos como tu padre ó tu, y una página web así confirmaría lo que dices, que sois más hombres de los que parece, interesados en esto“ dice flexionando el brazo, hasta el punto de romper la manga; ante esta imagen, saco la cámara y hago la foto de su brazo flexionado con la manga hecha jirones. “Creo que ya tienes una portada para tu página web” dice sonriendo, “Solo hay una aclaración, muchas de nosotras no queremos que se nos conozca, por lo que quizás debería taparse la cara con Photoshop o algo similar, de echo, en mi caso, preferiría que no se me viese la cara, soy consciente que habrá muchos hombres que ante la visión de mis músculos no podrán evitar masturbarse, lo he visto muchas veces, y si no hay una cara por medio, es un poco más limpio, si no pensaría que cada hombre que me mira por la calle ha podido masturbarse viendo mis músculos, y no me apetece.” Le comento que ya lo había pensado, y que lo que tenía en mente era tapar la cabeza con una especie de máscara imitando un cómic manga, donde no se viese ningún rasgo facial ni el pelo. Le parece bien la idea, y me pregunta “Quieres hacerme la entrevista, o quieres tener algún dato objetivo, estoy disponible”, le contesto que me gustaría prepararme un poco mejor las preguntas, pero que los datos si me los podría dar, le digo que el bíceps ya lo he medido, mi padre me mira sorprendido, ella sonríe, le pregunto si sabe cuanto puede levantar con un solo brazo como máximo, me mira con sorpresa, y me confiesa que no, que nunca ha hecho la prueba, pero que mañana sin falta nos hace una demostración, le pregunto por el resto de medidas, y me dice que no las conoce, que mañana coja el metro y cuando esté en el gimnasio, la mida, ahora a quien mira mi padre es a ella, esta vez la cara no es de sorpresa, es de desaprobación. Terminamos de cenar, vemos la televisión y me acuesto. A la mañana siguiente, me pongo el bañador y una camiseta y me acerco al gimnasio, allá está Verónica, con el mismo atuendo que llevaba ayer, ahora está entrenando los gemelos, para ello usa una de las máquinas que se han comprado nuevas, cuando se pone de puntillas se le definen los gemelos hasta tocarse entre ellos, me viene a la cabeza el recuerdo del día antes de salir, no puedo sentirme atraído por una especie de gravedad, me acerco, le miro la cara en el espejo, sabe lo que está pasando, me agacho, pongo mis manos sobre su gemelo derecho cuando está abajo, y en ese momento sube abruptamente, mis manos se separan, incapaces de sostener su duro músculo, mantiene esa posición, intento apretarlo pero no cede, es increíble, sus gemelos son aún más grandes que el año pasado, lo acaricio mientras continúa con su ejercicio, me quedo tirado en el suelo disfrutando en primer plano del espectáculo de sus piernas, cada flexión me eriza la piel, mi miembro está apretando contra el bañador, vuelvo a acariciar sus gemelos, y eyaculo de nuevo, esta chica me deja seco cada día, es increíble, tendría que tomar algo para esta eyaculación precoz que tengo. Termina su ejercicio, le pregunto si podemos empezar a medir, me deja el metro y me centro en las piernas, primero los gemelos, 45 centímetros, le hago la observación de que Iris Kyle solo tiene 0,72 cm más de gemelos, que es impresionante; me dice que ella acaba de ejercitarlos, que los tiene muy hinchados, que cuando se relaje, se reducen unos centímetros, por lo que no es comparable. Me dispongo a medirle los cuadriceps, pero me interrumpe, “un momento, antes de medir los muslos, déjame que los caliente, creo que voy a hacer unas sentadillas”, busca una barra bastante larga, y la carga con 150 kg, la levanta sin ningún esfuerzo y la coloca en la nuca, en ese momento empieza a hacer sentadillas, veo como las piernas se empiezan a hinchar; pensaba que sus piernas eran grandes, pero eso fue antes de ver como se ponen cuando las entrena, se le empiezan a llenar de venas, realmente se está esforzando. Cuando lleva unas treinta repeticiones deja caer el peso sobre el suelo, respira un momento, empieza a relajar la pierna, veo otra vez como me hipnotiza esa masa moviéndose de derecha a izquierda, me excito solo de pensar el aspecto que tendrá esa pierna cuando flexione esa masa muscular, …, sabe que disfruto de ese instante, y alarga la relajación, cuando de repente flexiona los cuadriceps, mi erección es dolorosa, toco sus muslos, para sentir su dureza, me regaña, me dice que tengo que medir su pierna, así que cojo el metro, lo pongo alrededor y leo 75 cm “No puede ser, tienes unas piernas mayores que las de Iris, 75 cm, es increíble”, me contesta “Pasa lo mismo, acabo de levantar un peso equivalente a 4500 kg, y las piernas están llenas de sangre, cuando compites no logras este volumen, porque aunque calientas, no llegas a tanto, dentro de un rato habrán disminuido el volumen, pero la verdad es que nunca me las había medido, y tenía curiosidad. Que te parece si hacemos la prueba de carga, ¿Estás preparado o será demasiado para ti? veo que has vuelto a manchar el bañador, creo que cuando empiece a levantar peso, te volverás a excitar, y me da la sensación de que puede dolerte.” Le contesto que soy joven que aguanto lo que me eche, se ríe, coje la mancuerna más grande que hay en el gimnasio, leo el peso: 55 kg, y veo que empieza con un curl de bíceps, le comento lo impresionante, y me mira con asombro “esto es para calentar, si intento levantar el peso que quiero probar ahora sin haber calentado, me podría lesionar” Veo como el bíceps se está hinchando, las venas se dibujan en su morena piel, no puedo evitar tocar el bíceps y sentir como se hincha, la fuerza que hace al expandirse, ralentiza el movimiento, cuando el bíceps está totalmente expendido me comprime la mano contra su antebrazo, es como tener la mano atrapada bajo una roca, pero este dolor es excitante, creo que el bíceps ha crecido más, pero espero a que termine, quiero ver cuando levanta. Pasado un rato, deja la mancuerna, se acerca a una barra cargada con 70 kg, y le añade dos discos de 10 kg mas, suman 90 kg, mas la barra, 95 kg, se pone sobre ella, se agacha, veo como se le estiran los bíceps femorales, agarra la barra con fuerza y lo levanta, hace un curl, y lo deja caer, me quedo impresionado “no me puedo creer que hayas levantado 95 kg”, sonríe y dice “espera, creo que puedo con algo más”, añade dos discos de 5 kg, suman 105, creo que se va a romper, realiza la misma operación, y esta vez con dificultad, logra realizar el curl, le cuesta un poco, los brazos le tiemblan, está empapada en sudor, la cara refleja el esfuerzo que está realizando, pero lo consigue. “Me he quedado atónito, no pensé que pudieses levantar tanto, ¿Podemos medir ahora el bíceps?”, me contesta, “no, ahora no podría flexionarlo, me duele demasiado, debo dejar descansar mis músculos por hoy, pero ha sido divertido, y no solo para mí” dice señalándome el paquete, totalmente empapado en semen, nos marchamos a ducharnos los dos. Introduzco los datos en el perfil de verónica, coloco las fotos que he podido hacer donde se demuestra los pesos que ha levantado o los centímetros que miden sus músculos. Falta la entrevista y el reportaje fotográfico de poses. Realizo el guión que usaré con cada culturista, donde aparecen parámetros personales y profesionales, rutinas de alimentación y de ejercicio, relaciones sentimentales, si se han visto reconocidas en su entorno, si han encontrado parejas que admiren sus cuerpos; experiencias donde hayan usado su fuerza, y sobre todo, un espacio para que cuenten su historia, el porqué les llevó a desarrollarse a levantar mucho peso, a tener un cuerpo poco habitual. Preparo el guión de la entrevista, el listado mínimo de fotos, la máscara, y las tablas para apuntar los datos de medidas y pesos máximos levantados para dárselo a Verónica, de manera que lo pueda repartir a las chicas que conoce. Para verificar que el guión funciona, me acerco a la piscina, donde Verónica está tomando el sol, aún relajada, se le nota la definición muscular, se podría dar una clase de anatomía humana teniéndola a ella de modelo. Le indico que ya tengo un borrador de la entrevista, le pregunto si puedo hacer ya la prueba con ella, e incorporándose me dice “ataca, intentaré contestarte de la mejor manera posible”, con ello le explico que los primeros datos son tipo agenda: edad, orientación sexual, área en la que vive, situación socio-económica, etc, todos esos datos, los conozco, con lo cual me encargo yo; lo siguiente son las preguntas sobre sus hábitos alimenticios y los entrenamientos, me los dicta y tomo nota precisa. Pasamos al apartado de relaciones sociales, le informo sobre la primera pregunta referente a su situación sentimental actual, aunque la contesto yo mismo, y a continuación, siguen las cuestiones referidas al impacto que han tenido sobre su entorno social, si la gente la mira raro, si le hacen comentarios, y ese tipo de cosas, me contesta “Creo que se por donde vas; cuando entreno en el gimnasio, la gente se arremolina alrededor mía, porque les fascina lo que hago, les gusta ver mis músculos, pero claro, son gente acostumbrada a ver cuerpos musculados, aunque en el gimnasio también hay hombres y mujeres que me miran con desprecio, son personas que buscan perder algo de peso y no comprenden el culturismo. Pero fuera del gimnasio lo normal es generar repulsa, cuando salgo a correr en invierno, como voy relativamente tapada, paso desapercibida, pero en verano, como tengo que ir más ligera de ropa, la gente se me queda mirando, y las expresiones suelen ser de disgusto. En las actividades normales, cuando voy a una tienda, o paseo por la calle o salgo a cenar, si se me ven los músculos, genero atención, la gente no puede evitar mirarme, y muchas veces me ponen mala cara, y alguna vez veo admiración, tanto en hombres como en mujeres; en la playa, cuando paseo con mi bikini y uno de esos musculitos que van con una rubia bien agarrada ve mi cuerpo mucho más definido que el suyo, con mayor volumen, su mirada es claramente de envidia, en esos casos no puedo evitar tensar mis músculos disimuladamente para dejar clara mi superioridad” tomo nota y le pregunto “¿y la gente suele tocarte?, ¿quiere sentir tu fuerza?”, me contesta “Hay un tipo de gente que si, en el gimnasio hay muchos que buscan el peso que estoy levantando y lo memorizan, después veo que intentan levantarlo ellos mismos, a veces lo consiguen y a veces no, pero este tipo de personas suelen ser muy tímidas como para intentar sentirme, tocarme o para preguntarme cuanto puedo levantar; en los sitios públicos, a veces veo que algún hombre haciendose el despistado, se ha acercado y me a agarrado por el brazo, en esos casos, si me doy cuenta de lo que está pasando suelo tensarlo para impresionarle lo más posible, los efectos en esos casos suelen ser evidentes, y en la playa me ha pasado lo mismo con mujeres, pero en ese caso suelen pedir permiso, se acercan y me preguntan si pueden tocarme, siempre las dejo, creo que hay que generar admiración para que poco a poco seamos más las que tengamos este tipo de cuerpo” dice flexionando un brazo. Paso a la siguiente pregunta “¿Has usado alguna vez tu fuerza física fuera del gimnasio?”, me contesta “bueno, cada día, en mi caso, como a tu padre le gusta verme demostrar mi fuerza, me pone pruebas continuamente; cuando cierra un bote, lo hace con todas sus fuerzas para que después se lo tenga que abrir, cuando hemos movido algún mueble me deja siempre la parte más pesada, y en los casos en que yo sola puedo levantarlo, se me queda mirando, dándome instrucciones en cada momento, mientras yo estoy tranquilamente levantando lo que sea. También he tenido que defenderme, mi exmarido, como sabes, me agredía, y por eso cultivé este cuerpo, y llegado el momento tuve que pararle los pies, y eso lo hice con fuerza bruta, sin apenas técnica. Y por último, dentro del juego que traigo con tu padre, la semana pasada cuando salíamos de la playa notamos que una rueda del coche se había pinchado, así que tu padre empezó a sacar la rueda, el gato y la llave fija, antes de levantar el coche intentó aflojar las tuercas, pero no pudo, me acerqué lentamente, y las aflojé sin el más mínimo esfuerzo, cuando fue a usar el gato, le resultó imposible por la arena, el suelo se hundía cada vez que intentaba levantar el coche, así que me acerqué al lateral, puse mis manos bajo el coche y lo levanté hasta que mis piernas estuvieron rectas; el se quedó mirándome atónito, y al rato cambió la rueda, en ese momento bajé el coche al suelo y nos pudimos ir; estas cosas pasan de vez en cuando y me gusta demostrarle mi fuerza”, tomo puntual nota de todo lo que me dice, pero me excito solo de pensar en esa imagen. Lo siguiente es la razón por la cual decidió cultivar un cuerpo así, pero esa también la conozco. Creo que como punto de partida me ha quedado muy bien, le pregunto si quiere añadir algo más, me dice que no, y corro a introducir todos estos datos al ordenador. Hago varias copias de las preguntas a realizar, las tablas y todo lo demás para dárselo a Verónica, ella me asegura que en les meterá prisa para tener lo antes posible las respuestas y fotos, para así poder lanzar la página con algo de contenido. Le mando por correo la información también a Inma. Preparo la máscara para la sesión fotográfica, mañana intentaré realizar las fotos de Verónica. El resto del día, lo dedico a descansar, tomar el sol y disfrutar de mi familia. Me levanto un nuevo día, mi misión hoy es realizar el reportaje fotográfico de Verónica, ella no quiere ser identificada, así que recojo la máscara, se trata de una cabeza tipo manga, el tamaño prácticamente duplica el tamaño natural de una cabeza normal, y representa a una chica rubia, con los ojos azules, muy grandes, y una mueca de niña traviesa, creo que le quedará muy bien. Desayunamos y nos disponemos ha realizar la sesión, las primeras fotos serán en el jardín, preparo los focos de relleno, Verónica se asombra ante mi equipamiento, “no sabía que te lo estabas tomando tan en serio, ¿quieres que haga algo antes de comenzar con las fotos?”, le pido que traiga un par de pesas para calentar, además me gustaría usarlas en la sesión; como estoy solo con esto, el video de la sesión va a ser fijo, con un trípode, lo dispongo, espero a que baje, y veo que ya se ha cambiado, viene con un albornoz que la tapa completamente, y trae un par de mancuernas de 30 kg. Me recuerda que le gustaría que no se la reconociera; saco la máscara y se la doy, le gusta, se la prueba, no queda como me había imaginado, generalmente los dibujos manga representan niñas muy voluptuosas pero físicamente frágiles con cabezas desproporcionadas; en este caso, la cabeza, queda desproporcionada, pero el cuerpo dista de ser frágil, por lo que crea un contraste cuando menos curioso. Aún no se ha quitado el albornoz, se quita la máscara, se acerca aflojándose el cinturón y dejando abrir poco a poco el albornoz, entre sombras veo que ha estado ejercitándose un poco, está totalmente definida, una lámina de sudor le marca cada músculo. La breve ranura delantera del albornoz permite adivinar los pectorales, totalmente marcados, están cubiertos por sus abundantes tetas; bajo ellas se adivinan sus abdominales, que sin duda los está flexionando para impresionarme, como si hiciese falta; le digo que pare, y empiezo a tirar fotos, esa imagen de los abdominales enmarcados en el suave albornoz es evocadora, empieza a posar, se abre el albornoz lateralmente, ahora se le puede ver medio cuerpo, le pido que se ponga la máscara y tiro fotos de cada detalle, se dedica a tensar, flexionar cada músculo, no puedo ver su cara, pero se que está sonriendo, le pido que se quite el albornoz completamente, ahora veo el cuerpo completo, las venas se le marcan por todas partes, la vascularidad es increíble, el desarrollo de su cuerpo a alcanzado unos niveles profesionales, creo que si quisiese competir, vencería a cualquier culturista española, y seguramente europea, está al nivel de Inma. El bañador que se ha puesto es la mínima expresión, no deja lugar a la imaginación, tapa lo justo para que las fotos sean “decentes” pero no oculta nada de su glorioso cuerpo, se dedica a realizar todo tipo de poses, parece que haya hecho esto toda su vida; cuando llevamos unos cientos de fotos, le digo “está quedando realmente bien, la piel morena define muy bien tus músculos, pero estás empezando a sudar, y el brillo extra queda muy bien, me gustaría darte una capa de aceite para aumentar el brillo, si te parece podría untarte”, ella se quita la máscara, está sudando, no había pensado en el calor que da la máscara; le doy un vaso de agua y cojo el aceite corporal para frotárselo; ella no pone impedimentos, empiezo por la espalda, cada músculo que toco reacciona con una flexión, como si estuviese vivo, ella juega conmigo, sabe como me gusta su cuerpo, se ve que está disfrutando, embadurno su brazo, lo tensa, cuando llevo un rato acariciandolo hacia arriba y hacia abajo, me mira y dice “creo que ya tiene aceite suficiente”, me doy cuenta que me había quedado pillado, relaja el brazo y continúa tensando cada músculo; ahora su cuerpo brilla mucho, esto sumado a su piel morena marca sus músculos a la perfección; ni que decir tiene que me he corrido encima en el momento que la he tocado, pero ya me he acostumbrado a ir con la entrepierna húmeda; la libero de la máscara, ahora quiero hacer primeros planos de sus músculos, le pido que coja una de las mancuernas, y me dedico ha realizar fotos cercanas, con sus músculos hinchados, aprovecho cada brillo, cada sombra, cada ángulo; por fin, terminamos, hemos estado no menos de cuatro horas trabajando. Mientras Verónica se da una ducha y se cambia, yo empiezo con la edición de las fotos y el vídeo; intento quedarme con las fotos mejores, hago un primer filtrado, descarto unas pocas, pero no me veo capaz de seleccionar las mejores. Chequeo el correo para ver si Inma ha recibido mi envío, y tengo un correo suyo “Hola Dani, Me encanta saber de ti, veo que sigues para adelante con tu idea de hacer una página web; he visto lo que tengo que enviarte, pero hay cosas que prefiero hacerlo contigo aquí, aun así esta noche le pido a mi marido que me mida y me haga unas fotos, cuando tenga todo lo que pides te lo envío. Avisa cuando regreses, te echo de menos en el gimnasio. Un beso. Inma” Bueno, parece que esto puede funcionar, cuando tenga cinco o seis chicas lanzo la página, estoy seguro que funcionará. Por ahora, voy a descansar, no queda mucho para regresar a Pamplona. Veo que se me está escapando el verano, y Blanca no ha regresado de su viaje, supongo que estará bien, pero no tiene tiempo ni de escribir, no he recibido ni un correo en todo el verano. Por la noche, en la cena, le pregunto a Verónica por Blanca, me dice que habló con ella hace una semana, estaba por Italia, con poco tiempo libre, se lo estaba pasando bien, le pregunto que cuando piensa regresar, pero no lo sabe, me temo que si hace una semana estaba en Italia no estará antes de 10 días por aquí, me temo que no la veré hasta el próximo verano; intento disimular mi desilusión, pero sorprendo a Verónica analizándome, creo que me ha visto mi cambio de expresión cuando me he enterado que no la veré. Me consuela, me dice que ella tenía muchas ganas de verme, pero que este viaje era una experiencia única y no controla las fechas. No me atrevo a preguntarle por su pareja, no quiero amargarme. Los restantes días pasan rápidamente, mi verano se está acabando. Mi último día, tal y como pasó el año anterior, cuando ya tenía la maleta preparada, aparece Verónica en mi cuarto, vestida con el mismo albornoz del otro día, me dice “bueno, ya sabes lo que viene, pero esta vez, a diferencia del año pasado, ya me vas conociendo mejor, ya has sentido cada uno de mis músculos, creo que no te puedo sorprender con una demostración de mi musculatura, sin embargo creo que aún podemos hacer algo divertido. Como te comenté la estenolagnia suele ir vinculada a la cratolagnia, y ya vimos que te gustan las dos cosas; me has visto levantar grandes pesos, sabes que soy capaz de levantar el coche de tu padre, pero hay una cosa que a vosotros os encanta"; con eso, se quita el albornoz, y se queda con el micro bikini que usó en la sesión fotográfica, está absolutamente definida, empieza a realizar una sesión de poses, flexiona cada músculo una y otra vez, buscando el mayor volumen de cada músculo, es realmente espectacular, cuando lleva unos minutos, se acerca un poco y me dice “bueno, ya está bien de calentar, ahora deberás pegarme, con todas tus fuerzas, en el estómago, pero ponte tus guantes de boxeo” la miro con asombro, le respondo “sabes que he estado entrenando, ya no soy el chico débil del año pasado, creo que te puedo hacer daño” se ríe, “no es posible que me hagas daño, de echo lo de los guantes es para proteger tu mano, no mi abdomen”, con eso flexiona sus abdominales, se le marcan las pastillas, no puedo evitar acariciarlos, cojo con mi palma una de las pastillas, aprieto, la verdad es que está duro como el granito, me pongo el guante, me preparo, ella flexiona y le doy con todas mis fuerzas, ella ni se mueve, mi mano rebota una y otra vez, veo que la superficie donde estoy impactando se enrojece, no han pasado ni tres minutos, empiezo a cansarme, ella sigue sonriendo, parece que disfrute. Cuando tiro la toalla, me dice “Estás muy fuerte, tienes que tener cuidado, me ha dolido bastante” la miro, ella sigue mostrando esa sonrisa que enamora, evidentemente esta de broma, seguro que ni se ha enterado. Me dice que aún no ha terminado, que quiere hacerme la demostración para la cual a venido, con ello me pide que me tumbe en la cama, le hago caso, se acerca, mete una majo bajo mi cuello y otra en mis muslos y empieza a realizar curls de brazos, me está usando como una mancuerna, cuando lleva 50 repeticiones, sin soltarme, se tumba en la cama y empieza a realizar press de banca conmigo, mi erección es totalmente visible; se levanta, y me pide que me coloque en su espalda, me subo, ella nota mi miembro presionando contra sus riñones, dice “ya veo que no te estoy defraudando” empieza a realizar sentadillas, me levanta como si no llevase nada de carga, cuando lleva 50 repeticiones empieza a dar saltos, veo en el espejo como le bailan las tetas, ahora ella puede ver mi expresión en el espejo, me dice que quiere experimentar algo, conmigo en la espalda, empieza a bailar sus tetas las sube y baja a voluntad, hasta que siente la humedad en su espalda, en ese momento se agacha para que me baje, se da la vuelta y me da otro beso en los labios; bueno, creo que te llevas un buen recuerdo, esto que hemos hecho no está bien, pero no quería que te fueses triste, disfruta de este año en Pamplona, el año que viene me aseguraré de que Blanca se quede a pasar el verano con nosotros. Con eso, se vuelve a poner el albornoz y se marcha. Llegó la hora de regresar a Pamplona. Continuará...