CRISIS. Una nueva versión, , mas fácil de leer (por la puntuación y el espaciado) Cuando empecé a salir con Pablo no me importó que formásemos una de las pocas parejas entre un hombre de tipo asténico y una mujer de tipo atlético. Él me gustaba. Es Cierto que era de aspecto frágil, y un poquito mas bajo que yo, pero era armonioso y bello, y pronto descubrí que muy bien dotado para el amor, bastante mas que otros de aspecto fuerte que había conocido antes. También me gustaba su forma de tratarme, tan cortes y solicito, como si fuese, para él, lo mas importante del mundo. Su posición económica social era buena, mejor que la mía. Trabajaba en el grupo de empresas de su familia, y era heredero de un importante patrimonio inmobiliario, tenía una sólida formación universitaria. Cuando me pidió en matrimonio acepé y fue para mi motivo de alegría. Ya marido y mujer nos trasladamos a una hermosa casa en una urbanización residencial. Él insistió, me pidió, que no trabajase, pues no lo necesitábamos, que si quería dedicarme a algo lo hiciese en terminar mis estudios de psicología que había abandonado tiempo atrás. Me pareció buena idea y así lo hice, me convertí en una esposa joven, con bastante tiempo libre que llenaba con mis clases, el gimnasio, reuniones con amigas ... pasó así un año y medio. Aunque lo intentábamos no me quedaba embarazada. Para descartar posibles problemas fuimos a hacernos pruebas. El resultado fue que él, aunque no era totalmente estéril, tenía algún problema con la calidad y número de sus espermatozoides. Fue, creo, mí mucho tiempo libre el que un día hizo que todo empezase a cambiar. Algo aburrida, me dio por entrar en el ordenador de mi marido a curiosear. He de decir que mi conocimiento de los ordenadores era algo mayor que el de Pablo, que se limitaba al simple uso funcional del mismo. Tenia instalado, por entonces, el sistema operativo Milenium edition, recuerdo, estuve mirando sus archivos, sin encontrar nada de interés, miré luego en el Historial de su navegador Explorer, pero estaba borrado. Así que abrí el explorador de Windows, miré en archivos temporales de Internet, vi. que estaba muy lleno, señal de que no se molestaba en borrarlos ni limpiar esa carpeta, luego miré la carpeta de historial. Sabía que a veces aún borrando el historial en el navegador, quedan en esa carpeta registradas las paginas visitadas, y efectivamente allí habían bastantes. Los nombres de las páginas me sorprendieron y alarmaron, pero cuando fui abriéndolas, descartando aquellas otras culturales, de periódicos, etc., la cosa me conmocionó, estaba accediendo a un cuarto secreto donde se ocultaban los deseos mas íntimos de mi esposo, elegidos entre la amplia variedad que ofrece la red. La ausencia de otras formas de erotismo indicaba a las claras que era una fijación omnipresente en su cerebro. Todas eran páginas tenían un denominador común, todas trataban sobre mujeres dominantes, en todas sus formas, dominadoras de látigo y cuero, luchadoras siempre vencedoras en sus combates contra hombres, mujeres altas, poderosas, otras simplemente hacían alarde de físicos espectaculares,. En la mayoría de las páginas, junto a ellas, hombres dominados y sojuzgados, entregados, unas veces por propia voluntad, al parecer, a sus amas y otras vencidos y humillados de las formas mas diversas. Una sensación extraña me invadió por completo, rechazo, turbación, vergüenza propia y ajena. Propia por estar escarbando en sus secretos íntimos, ajena por descubrir en él lo que me parecía a una importante tara en su carácter, vergonzoso. ¿Así que por eso le atraía yo tanto? ¿Por responder al estereotipo de aquellas mujeres? Me veía reflejada en ellas, alta, con una estructura muscular atlética y una belleza basada en la amplitud y abundancia de las formas. Examiné mi rostro, que tan bien conocía en un espejo, sí, podía ser altivo, y mi mirada podía ser entendida como dura o dominante. Muchas cosas pasaron por mi cabeza, pensé en pedirle explicaciones, pero ¿acaso no pertenecía aquello al terreno de su intimidad ? Aquello era tan secreto como sus pensamientos que yo había violado por su manifiesto desconocimiento acerca de la seguridad de lo que dejaba en su ordenador Opté por callar, no decir nada cerca de aquello. Por otra parte una idea se abría paso en mi cabeza. ..Así que esto es lo que te gusta ... . Aquella noche me fui a la cama temprano, y cuando él llegó del trabajo, me hice la dormida. Estaba confundida. La noche siguiente fue distinto, había asimilado en parte la situación. Recuerdo bien aquella noche, porque fue la primera que pasé con él, mi marido, en el que podía leer, ahora, como en un libro abierto. La sensación extraña permanecía en mí, una mezcla de rechazo y de excitación por pulsar las teclas necesarias para verle actuar, una necesidad extraña de interactuar con él para observar sus reacciones. Pablo había intentado, en diferentes ocasiones iniciarse en diferentes actividades Deportivas s, aunque al no tener demasiadas condiciones para ello había Desistido pronto, en todas esas ocasiones. Sin embargo conservaba una buena Cantidad de material deportivo, raquetas, bicicleta, esquíes, y diferentes Componentes de lo que pudiese llamarse un gimnasio casero, mancuernas, pesas, Tabla de abdominales, , etc. Cuando llegó aquella noche me encontró en el amplio salón, con una mancuerna en cada mano, ligeramente sudada y con un sucinto conjunto negro de fitness, cuidadosamente elegido, con el que ofrecía un aspecto realmente potente. -Hola cariño.- le dije al verle entrar -¿Hola...Que haces?, me contestó, mientras me miraba a los ojos y se acercaba para darme un beso en los labios que me pareció mas intenso que de costumbre. -Ya ves...quemando energías...estos músculos necesitan acción... -y el gimnasio...? -Bueno, estoy pensando en intensificar mi entrenamiento. -.Mmmm.. pues yo te veo muy bien - dijo, acercándose a mí y tomándome por la cintura, mientras se ceñía para besarme de nuevo. Yo le dejé hacer mientras le sonreía y seguía flexionando los brazos para elevar las mancuernas. Extendí los brazos a los lados y elevé las mancuernas a los lados de la cabeza. -¿Crees que estoy en forma ... ? -Mmmm ... si, desde luego.. Su cuerpo se había ceñido al mío y sus labios besaban mi cuello mientras sus manos me recorrían. -Cuidado...puedo hacerte daño con esto...estas mancuernas pesan lo suyo... Por toda respuesta su ardor pareció intensificarse. -Vamos...vamos..Vas a obligarme a defenderme ... Deslicé una de mis piernas entre las suyas elevé la rodilla le golpee suavemente en los testículos. Un golpe suave, de broma, que sin embargo fue suficiente para hacerle soltarme. -Ooops¡.- él se separó y me miro de forma extraña, intensa ... escudriñando mi rostro .. -Así está mejor ... obediente, yo le sonreía, dejé las mancuernas en el suelo y me acerqué a él, que de nuevo quiso ceñirse a mi. Pero yo palmee sus manos, que ya estaban en mi cintura. -Controla esas prisas..Manos quietas... primero quiero que te desnudes. Lo tomé por la corbata y se la aflojé pero sin quitársela, luego empecé a quitarle la camisa, el trabajaba en los pantalones. Pronto estuvo desnudo a excepción de la corbata, se la ceñí bien al cuello, él vino hacia mí, evidentemente excitado con su delgado cuerpo y su gran pene, que parecía concentrar todas sus energías. Lo detuve, lo tomé por la corbata lo conduje al gran sofá que presidía la estancia. En el sofá y en el suelo que lo circundaba tuvimos la mejor sesión de sexo que habíamos conocido hasta esa fecha, en nuestro matrimonio y antes, fue la primera en la cual yo no abandoné el rol dominante .Pablo pareció volverse loco entre mis brazos. Era sábado por la mañana, desayunábamos en la mesa de la cocina. Yo lo miraba y no podía acabar de entenderlo, pensaba en esas mujeres que, al parecer por sus preferencias en Internet, habitaban en su mente, duras y frías, siempre dispuestas a ejercer el poder y la violencia ¿Cómo podía preferir esa imagen? ¿No comprendía que estamos hechas para el amor? Yo le daba amor y ternura ¿Acaso no era eso lo que le gustaba de mí y me había elegido y me amaba por algo así como ser una mujer físicamente poderosa? à Å¡ltimamente me había mirado mucho en el espejo, lo que veía era que efectivamente era una mujer alta y bien formada, en forma, de huesos grandes y formas plenas y generosas, extremidades potentes, y mi rostro ... si miraba fijamente al espejo esos rasgos nórdicos y esos ojos claros podían ser considerados altivos y desafiantes. Lo miré detenidamente, como ya dije el es de tipo asténico, no muscular ¿arrastraba algún tipo de complejo hacia nosotras por ello ¿ ¿era eso? Yo era una estudiante de psicología y el masoquismo o cualquier otra parafilia no me pillaban de nuevas, Pero descubrirla en tu pareja era algo distinto. Por otra parte me sentía irritada, molesta con él, como traicionada. Cierto que aquellas mujeres eran solo fantasías, pero ¿las necesitaba? ¿Acaso no tenía bastante conmigo y lo que yo le daba? ¿Le daban algo que yo no podía ¿? ¿Pensaba en ellas cuando hacíamos el amor?. Mi irritación crecía por momentos. Él habló y rompió mi ensimismamiento -¿Qué te parece si vamos a la playa ? Era principio de verano y el calor caía ya pesadamente. Yo había estado pensando y tenía otros planes -He pensado que hoy podríamos ir a jugar al tenis, dije, hace tiempo que no vamos y estás dejando de hacer ejercicio totalmente. No te conviene. Protestó un poco pero le convencí. -No aceptaré un no por respuesta.- Al poco rato estábamos sobre una de las pistas de tenis del club de campo de la urbanización. El tenis era el deporte que mas había jugado Pablo. Había tomado buenas clases y su técnica no era mala, pero como en otros deportes lo había ido dejando, pues esto, el deporte no iba mucho con su naturaleza. -Me gustaría hacer un partido completo a tres sets, ¿Qué te parece?. Será mas entretenido que jugar como otras veces. Nuestros juegos no solían ser muy competitivos, muchas veces peloteábamos el mayor tiempo y luego algunos juegos o algún set. Tras el calentamiento comenzamos el partido. Y empecé a descargar mi irritación. Pablo pronto se dio cuenta de que mi juego se había vuelto mas competitivo y agresivo. Mi intención era derrotarle sin hacer concesiones. Normalmente no era así, pero las cosas estaban cambiando. Empecé a hacerle moverse de un lado a otro de la pista. Mis golpes buscaban sus puntos débiles y llevaban la peor intención. La furia de mi juego también me hizo fallar algunas bolas fáciles . Estudié a mi marido- adversario. Estaba sorprendido y era evidente que ponía todo su empeño en pararme, noté que la misma ansiedad por no fallar bolas que decidían juegos, le hacían fallarlas. Pero logró empatar a tres juegos, aunque yo notaba que no se sentía seguro sobre la pista y que estaba agarrotado por el miedo a perder. Él tenía el servicio, que no era una gran ventaja para él, pues este era flojo. Le rompí el servicio y gané también el 5 a 3 . En ese momento el daba ya signos de cansancio. Antes nunca hubiese hecho nada por hacerle sentir mal, habría aflojado el juego, y Ninguna palabra habría salido de mi boca que hiriese su orgullo, al contrario, Pero algo me impulsaba a demostrarle que nada tenia que envidiar de esas Mujeres de sus fantasías. - ¡ Juego de Set ¡, lo tienes difícil cariño, ..creo que te conviene entregarte y rendirte en este set para reservar fuerzas para el siguiente , sabes que no puedes remontarme ya este set ... ¡ríndete! Ja, ja. El tono era jocoso , pero él debió acusar el golpe. Por toda respuesta se Aprestó a sacar, intentó forzar un saque duro pero lo envió fuera. El Siguiente fue blando para asegurar, corrí y coloqué la bola sin dificultad Fuera de su alcance, los siguientes puntos fueron un paseo para mi, hasta el 15-40. -Bola se set , le sonreí desde la red, cuando fui a buscar pelotas y se las arrojaba para que las usara, con las manos en jarras - estoy disfrutando mi victoria ..-dije- ¡como lo llevas tú ..? -Aún no es una victoria -Oh si, espera y verás ... Su primer saque fue blando y válido , se la devolví a los pies, fácil, peloteamos hasta que una bola alta cerca de la red me permitió aplicar un picado con todas mis fuerzas. -Levanté los brazos y le sonreí, luego me acerqué hasta donde teníamos las bolsas, para beber algo, con él, antes del segundo set. Le puse los dos brazos a los lados de la cabeza, sobre los hombros, y le besé -.Ya te tengo, no podrás remontar esta ventaja, prepárate para declararme vencedora . ---Bueno,..podríamos dejarlo, si tú quieres..estoy algo cansado. -Dejarlo dices ¿? De eso nada bonito, ni hablar, hemos dicho un partido a tres sets, por supuesto cuando te gane el siguiente podrás dejarlo, porque con dos sets a mi favor el partido estará ganado , y no te obligaré a jugar el restante. Y claro que estás algo cansado, ..y mas que lo estarás cuando te siga obligando a bailar al ritmo que yo te toque ... Estás cansado porque estás en muy mala forma física , pero quiero que termines el partido.- Yo le hablaba sonriéndole y mirándole a los ojos desafiante, en alguna forma. El me miraba con una expresión extraña, turbada . -¿Listo para perder?- De alguna forma y manera era cierto que estaba disfrutando jugando sin cortapisas , y sin preocuparme por perjudicar un delicado ego masculino, y mi nueva forma de hablarle me resultaba liberadora y estimulante. Algo me impulsaba a ello y a ir mas allá. -Te advierto que el vencedor tendrá ciertos privilegios sobre el vencido , derecho a ser servido y de pernada, incluso.. En este punto la erección de pablo era evidente debajo de sus pantalones de tenis , y fui consciente del efecto que una forma de hablar podía tener en él. Empecé sacando .Dos saques que no pudo parar me pusieron en 30-nada,. Vi que estaba ya cansado. Consiguió llegar a devolver el siguiente saque , pero sin compasión estrellé la siguiente bola muy lejos de él Aproveché que me acercaba a la red para recoger una bola para zaherirle un poco. -.No puedes conmigo ... . A partir de ahí el set no tuvo mas historia. Los juegos caían de mi lado uno tras otro . Ni siquiera me apiadé de él cuando un grupo de chicos y chicas del club se acercaron a ver el juego. Pensé entonces en aflojar y dejarle recuperarse un poco , dejarle ganar algún juego, pero recordé las mujeres de sus archivos, en el disco duro de su ordenador. - Voy a darte un poco de lo que te gusta, pensé. No hubo tregua, cayó por 6 a 0 , agotado y jadeante. Después del partido me mostré protectiva con él, pasando el brazo por encima de sus hombros y conduciéndolo a las duchas. Pronto estábamos en nuestra cercana casa. Me despojé de la ropa y la fui dejando por el suelo, antes de entrar en el baño. -Recoge eso y tráeme ropa interior, cielo, quiero pintarme las uñas de los pies. -Pero ¿Qué ropa te traigo ..? -Es igual, puedes elegirla Pronto estuvo en nuestro amplio cuarto de baño, yo estaba pintándome las uñas de los pies , sentada en un sillón de médula, sobre el que había puesto una toalla. -Aquí tienes .- -Bien. deja eso ahí encima. ¿Qué te parece el color?. -Es muy bonito.. -¿crees que serias capaz de hacerlo ¿? -¿El qué?.- -Pintarlas, tonto.. -Si..creo que si.. -¿No estas demasiado cansado después de la paliza que te he dado? No creas que vas a poderte ir a dormir luego ... tengo planes para ti, aun no he terminado de cansarte ... ¿crees que podrás seguir mi ritmo? -Mmm? -si, creo que podré - Cuando se excitaba su pene se evidenciaba pronto en su delgado cuerpo, pero yo no se lo hacía notar, me gustaba tener esa clara indicación de sus sentimientos, y como con los archivos , que el creía secretos, no iba a decirle nada que pudiese hacer ocultarme cosas. -Entonces desnúdate y ponte ahí , frente a mi, en esa banqueta..vamos.- Pablo tiene manos hábiles. Y trabajaba con delicadeza y precisión, poniendo interés en complacerme. Pero yo había decidido tensar la cuerda. Aproveché un fallo, el pincel se deslizó a lo largo de uno de mis dedos manchándolo de esmalte. ..-¡ Mira lo que haces ..-. ¡ Le empujé con mi otro pié sobre su pecho desnudo. pincel, Mi confiado esposo cayó hacia atrás , de la pequeña banqueta. Por unos instantes nuestros ojos se miraron. En ese punto hubiese esperado, y deseado, que se rebelara, que mostrara su enfado por la forma de tratarle, ahora mismo, y que estallara su frustración por la forma en que lo había derrotado en la pista, y por la forma en que estaba hablándole últimamente. Hubiese deseado que me demostrase que aquello de su ordenador no eran sino fantasías, destinadas a no ver nunca la luz, y que deseaba que yo fuese como siempre había sido con él, dulce y considerada. Pero no hubo tal, el bajó primero la vista, y yo tuve que tomar la iniciativa. -Lleva mas cuidado,,.-dije en un tono neutro, y algo que pudo sonar a disculpa, sin serlo. -¿Te he hecho daño?. - No, estoy bien .-dijo -Bien entonces, puedes seguir- Para mi sorpresa , o casi, él se incorporó, y siguió con lo que estaba haciendo, sin una protesta o un gesto de reproche.. Y por lo visto le ponía el mostrarse sumiso ante mi, porque su cuerpo no mentía. Sentía una sensación parecida a la indignación, y ganas de zaherirle mas para ver hasta donde podía caer de bajo. -Límpialo, trae acetona de aquel armario, vamos ¡- el tono de mi voz había empezado a ser seco y autoritario. -Ahora el otro pie¡ No podía ocultarme a mi misma que la devoción y el deseo que veía en los ojos de Pablo me estimulaban y me excitaban . aparte de provocarme cierta repugnancia moral , su sumisión me resultaba estimulante, en cierta manera, aunque no aumentase mi aprecio por él, precisamente. Aquella noche lo até a la cama por primera vez. Usé unas medias viejas. Él trató primero de acariciarme el clítoris, como solía hacer , pero yo no le dejé. Me puse a horcajadas sobre él y lo inmovilicé con mi peso . Luego me incliné y estiré el brazo hacia la mesilla de noche , y cogí las medias Quedó sujeto a los barrotes de hierro forjado del cabezal y lo cabalgué con furia. No necesitaba sus caricias en mi clítoris. El tamaño de su miembro , y la posición de roce lo estimulaban perfectamente. Llegué mas rápido de lo usual. Luego me incliné sobre Pablo y le puse el antebrazo sobre el cuello, sin dejar de cabalgarlo, hasta que se arqueó todo lo que pudo y gimió, sujeto, debajo de mi. Mi actitud , con el paso de los días, había cambiado. Ni forma de hablarle pocas veces era tan dulce como antes. Ni forma de vestir incluso. Mi calzado también. Empecé a usar zapatos con algo de tacón, antes eran planos. Mas o menos consciente o inconscientemente , antes, hacia lo posible por no destacar en estatura al lado de mi marido. Tampoco solía mostrar los hombros y los brazos. Son amplios y poderosos, y eso podía contrastar con la apariencia mas frágil de Pablo. Pero eso había cambiado también. Me sorprendía a mi misma buscando ese efecto al elegir mi ropa. Pronto, aquí y allá la gente de nuestro entorno empezó a notarlo y me llegaban comentarios de lo bien que se me veía últimamente. Y eso también me gustaba. Seguíamos practicando deporte juntos. A nuestros partidos de tenis se unieron sesiones de running por los alrededores de la urbanización. Aunque hacía tiempo que no corría por el campo, las cintas de correr del gimnasio me habían mantenido bien. Corríamos juntos hasta que lo desfondaba, luego le decía algo como que no se apartase del camino para poder encontrarlo a la vuelta y seguía en solitario. A veces lo desafiaba a una carrera de velocidad, corta, y lo derrotaba siempre. Lo mismo ocurrió cuando cogimos las viejas bicicletas. Yo Me adelantaba y volvía a buscarlo. Nuestra vida sexual había cambiado, también. Para mejor. Me buscaba mucho mas que antes, y con mas pasión. Eso lo consideré una victoria sobre aquellas mujeres de sus fantasías. Las había desbancado, pues no era posible que aquel hombre pudiese atender a todas. Al parecer guardaba todas sus energías para mí sola. Yo había tomado las riendas de nuestro matrimonio, ahora mis puntos de vista se imponían siempre. Él cedía parcelas, y yo avanzaba y las conquistaba. Me bastaba mirarle reprobadora y altivamente para que el bajase la mirada y cediese. Así que lo obligué a hacer mas vida social, cosa que no le gustaba demasiado. Nos hicimos asiduos del club social de campo de la urbanización, cosa que antes evitaba. Ese era un territorio que controlaban las ociosas esposas de clase media -alta de aquel lugar. También hay que decir que, al tener mas tiempo libre, yo iba mas que él, sobre todo por las mañanas, cuando él trabajaba. Por las mañanas acudía al club deportivo, y con él al caer la tarde, nos acercábamos al club social. Una mañana , en las pistas de tenis, una pareja que jugaba me llamó la atención. Eran Juan Costas y su esposa. Él se dedicaba a negocios, no se de que tipo, que al parecer llevaba desde su domicilio. Eran una pareja de sobre los 40.. Aunque llevados de muy diferente forma. Él estaba algo pasado de peso , algo calvo y sus músculos parecían estar fofos y sin tono. Ella en cambio era magnífica. Con su hermosa melena cobriza cogida en una alta cola de caballo, con un cuerpo cuidado y cada músculo entrenado y esculpido durante largos años. Era una de esas mujeres que consiguen alargar su máximo esplendor hasta esa edad, alta, musculosa y con unos atractivos pechos , altos y firmes. Me identifiqué con ella enseguida, pues vi que estaba dando a su poco hábil marido una soberana paliza. Él sudaba copiosamente. Con toda la ropa pegada al cuerpo, mojada. Ella , con su Top sin mangas, estaba mucho mas fresca. Se movía sobre la pista con rapidez y potencia, no exenta de elegancia, y parecía una guerrera manejando la espada. Me senté en una silla al lado de la pista, a verlos jugar. Ella me saludó con la cabeza y una sonrisa, que le devolví. Una sonrisa cómplice. Noté que el tener una espectadora no le hizo ser mas indulgente con su agotado marido. Ella siguió luchando con furia por cada pelota, llegando a ellas con facilidad y devolviéndolas con malicia y potencia. El contador era un escándalo, pero a pesar de que él no era rival para ella en ese juego, ella seguía contando, y el siguió jugando hasta que perdió el partido. Justo como yo hubiese hecho. Ella dejó caer la raqueta y salió a saludarme, mientras él recogía todo. -Hola ¿Te ha gustado?- dijo con una sonrisa que me pareció divertidamente maliciosa- - -Bueno..ha sido interesante..-mujeres al poder- le contesté Ella me miró calladamente durante unos segundos -Si , dijo- si queremos podemos ... y no soy la única.. -¿A que te refieres?- -Esto es un mundo pequeño, Susana, te he visto jugar al tenis con Pablo, y como lo llevas cuando corréis - Juan, el marido de Julia, que así se llamaba se acercó con las dos bolsas- -Hola Susana.- dijo . -Hola , bonito partido ... -¿Si?- -Si ,- dije en tono de broma.- me encanta veros morder el polvo, no podéis con nosotras.. Aunque había sido dicho en tono jocoso , el bajó la mirada y pareció azorado. Ella se volvió hacia su marido -Coge tu bolsa y llévala a casa, cariño, Yo me voy a quedar un rato con Susana -¿Te apetece una cerveza en la terraza cuando regrese de la ducha ¿? Tardo dos minutos ... Pronto, y sin saber como, mi relación con Julia se hizo mas cercana, Estábamos muy a menudo juntas, y pronto esa relación se hizo extensible a nuestras parejas, salíamos a cenar, hacíamos deporte juntos. Julia y Pablo congeniaron pronto. Ella incluso coqueteaba con mi marido delante mía, aunque yo no le di demasiada importancia, pues pensé que lo hacía a la vista de todos y sin malicia. Mi relación con Juan, el marido de Julia, era mas formal , correcta pero fría. Él era respetuoso y tímido conmigo. Ellos, los hombres. Pablo y Juan, como los apóstoles, bueno, no tenían demasiada afinidad entre si. Nuestras parejas tenían algo en común, nosotras decidíamos e imponíamos nuestro criterio. Ellos nos secundaban. Cuando practicábamos deporte juntos vimos enseguida que formar equipos chicos vs, chicas no funcionaba, éramos superiores a ellos físicamente y nos imponíamos siempre, así que optamos por hacer equipos mixtos, o competir uno contra uno. Yo procuraba no jugar a solas con Juan, era demasiado fácil para mi y me aburría. A Julia y a Pablo les gustaba jugar juntos. A ella parecía gustarle vencerle, y yo conocía ya lo suficiente a mi masoquista marido para saber que le gustaba ser vencido por ella. Yo les dejaba hacer. Eso me impulsaba a jugar contra ella y tratar de derrotarla, cosa que conseguía algunas veces.. Me gustaba ver a Pablo observar nuestro juego con aquel interés en sus ojos. Sabía que le excitaba verme derrotarla. Pasaron asi unos dos meses, cuando un sábado empezó a diluviar. Habíamos proyectado una excursión en bicicleta con ellos., y nos acercamos a su casa a recogerlos cuando la tormenta empezó a Descargar. Entramos todos en su casa, y nos acomodamos en el sofá mientras Juan traía algo de beber. La conversación transcurría banal -Bueno, parece que hoy no habrá ejercicio.-dijo Pablo. -Hay deportes que se pueden practicar en casa.- Dijo Julia...- ¿verdad Juan? sonreímos sin ganas por lo que nos pareció una alusión al sexo. -..La lucha, por ejemplo... .. - La miramos los dos, Mientras Juan callaba. -Si , no me miréis así, la lucha, un deporte que ya practicaban los griegos antiguos.. -A Juan y a mí nos gusta practicarla... De pronto Pablo parecía muy interesado, hasta nervioso. -De hecho hasta tenemos una instalación para ello ¿Queréis verla? - Continuaba julia -Oh,, dijo Pablo, sería interesante -Venir pues.- La casa era grande, de dos plantas, en la planta baja, al fondo, había un cuarto muy grande, era un gimnasio casero, y en el centro habían unas colchonetas grandes que acoplaban entre si. -¿Alguien se anima ¿?-dijo Julia, sonriendo, con las manos en las caderas. -¿Quieres decir que tú y Juan lucháis aquí ¿? -Claro Reina, es un ejercicio magnífico. La imagen de ellos dos luchando en su casa me resultó algo cómica en un principio. -----Podemos organizar un campeonato dije, medio en broma. -Muy buena idea, añadió Julia,- ni vosotros chicos sois Terminator ni nosotras débiles mujeres, así que puede ser mixto sin problemas ..- al decir esto miraba a Pablo a los ojos, y él bajó la vista. Yo lo observaba a él, y el deseo de seguir observando sus reacciones me llevaba a seguirle el rollo a Julia. -Y como lo haríamos ¿? -Pues ... ¡por sorteo, se ponen los nombres en un sombrero y se saca uno, el que salga lucha con el siguiente nombre que salga... luego los dos restantes, y al final los dos vencedores. -Bueno, dije, y con que reglas ¿? -No golpes, no estirones de pelo, of course, al mejor de tres. O bien por inmovilización con toda la espalda en el suelo, a la cuenta de 10 o por hacer abandonar al contrario, ..por rendición. Otra vez vi como ella miraba a mi marido . -Estás de acuerdo¿? dijo mirándome a mí. -Se puede probar.. - ¿Y vosotros, chicos ¿? Sin demasiados problemas estábamos listos para empezar, ellos se habían puesto ropa adecuada, Pablo se quedó en Shorts y yo demostré no tener problemas de pudor quedándome solo con el conjunto negro de ropa interior deportiva que llevaba puesto, especial para deporte y que solía ponerme para mantener bien sujeto el abundante pecho que poseo, Los cuatro nombres estaban dentro de una cesta, en papelitos doblados.. -Bueno, vamos allá.. metí la mano y saque el primer papel.. -Juan ... Y ahora el contrincante que será ... ..Yo..- Y ahí estaba yo, lista para luchar con mi "amigo" Juan, al que no tenia demasiada simpatía. De pronto pensé que no quería que me ganase, en parte por mí y en parte también por Pablo, al que no quería ver perder su admiración por mis facultades físicas. Pensé que quería derrotar a aquel hombre , como ya le había derrotado en otros deportes , que podía hacerlo y que iba a luchar con todas mis fuerzas . Me sentía la depredadora y no la presa . Sentía en mis venas la sensación de la caza, y me sentía lo suficientemente fuerte para cobrarme la presa. La adrenalina corría ya por mi torrente sanguíneo. Nos pusimos en medio de las colchonetas y Julia dijo: -Ya- nos observamos antes de atacar , yo observaba su rostro y el los movimientos de mi cuerpo, aunque parecía mirar fijamente mis pechos, eso me irritó. De pronto él arrancó, no era rápido y vi su intención, cogerme la cabeza con su brazo derecho , yo se lo paré y forcejeamos , vi que aunque era grande no era demasiado fuerte . Incluso pude empujarle y hacerle retroceder , pero de pronto su pierna barrió la mía, en la que me apoyaba, y caí de lado, con él encima. Parece que la lucha con su mujer le había enseñado algo, y que debía considerar que tal vez era un luchador experto, cosa que no había francamente considerado. Me revolví como una gata, no tenia experiencia en la lucha, mas allá de algunos juegos con amigas y algún amigo en mi mas lejana adolescencia. Solo contaba con mi instinto, mi intuición y en mis condiciones físicas . ¡aquel hombre blando y lento no iba a poder conmigo ¡ Él pugnaba ya por colocarse encima de mi, a horcajadas , pero yo conseguí poner mi pierna derecha entre él y yo y lo empujé con fuerza con ella. Lo suficiente para poder incorporarme , de rodillas, como él había quedado. Había perdido su ventaja , me arrojé sobre él. Buscaba llevar la iniciativa, no le temía y quería someterlo. Sentía los ojos de Pablo clavados en mí , y sabía que estaría excitado, y eso en cierta forma me excitaba también. Forcejeamos, yo conseguí derribarlo a la colchoneta, debajo de mi, pero por poco tiempo, mi falta de experiencia hizo que le dejase un hueco por un lado, por el que se escabulló, consiguiendo retirarse y ponerse en pie. Esto en diferentes formas se repitió varias veces. No resultaba fácil hacerse con él, pues él aprovechaba su mayor experiencia para zafarse, y aun cuando yo llevaba la iniciativa y le acosaba , no lograba reducirlo. En dos ocasiones tuve que hacer uso de toda mi fuerza y fiereza para liberarme yo misma. En el cuarto reinaba un silencio absoluto, solo roto por los gritos , gemidos y resoplidos de los dos que estábamos luchando sobre las colchonetas. Julia y Pablo nada decían. El combate pasaba ya del cuarto de hora largo de intenso esfuerzo, tal vez mas de veinte minutos . Estábamos de pié nuevamente, frente a frente. Le miré a los ojos y entonces lo vi. vi. la derrota en su rostro, lo vi jadear mas intensamente, vi que estaba agotado y sin fuerzas , cuando yo aun conservaba todas las mías. Le sonreí malévolamente para que viese que me había dado cuenta y me fui a por él. Aparté a manotazos sus brazos que trataban de frenarme , hasta ceñirme a su cuerpo, lo zancadilleé hasta romper su resistencia y hacerlo caer. Comprobé que efectivamente sus fuerzas estaban muy mermadas y que estaba vencido. Me puse sobre él. Fácilmente doblegué sus brazos hasta hacerlos quedar inertes a los lados de su cabeza. Todavía intentó zafarse intentando coger mi cabeza con sus piernas. Lo vi intentarlo y le dejé hacer para que viese que no era capaz de alcanzarme . Luego me senté con fuerza tres veces sobre su estómago , hasta que gimió y dejó de esforzarse. Entonces miré a Julia y ella empezó a contar, - Uno ... dos... tres ... .- Cuando llegó a 10 me levanté , ya tenia una. Era al mejor de tres, si le sometía otra vez el combate estaba ganado, tenia prisa ya por terminar, y tal como Juan estaba era puro trámite. Cuando estuvimos listos Julia volvió a hablar: -Comenzad ..! Yo había insistido en que los tiempos del combate debían ser seguidos. Así que en apenas 40 segundos estábamos ya, otra vez, frente a frente. Acababa de probar sus fuerzas y sabía que no podía haberse recuperado mucho,, sabía que no podía hacer demasiado. Encontraba quela lucha puede ser estimulante y excitante. Un estímulo de adrenalina y hormonas. Hacía tiempo que no me sentía tan bien Y ahora tenía la oportunidad de jugar con un contrincante que se había convertido, casi, en un juguete , su mala condición física le había jugado una mala pasada dejándolo tan mermado. . Abandoné las precauciones. Me acerqué a Juan despacio y con la guardia baja , actuando para el hombre que nos miraba en silencio, quería encelarlo. Mi contrincante retrocedió primero, receloso, luego intentó aprovechar su oportunidad . Le dejé que intentara su presa. Intentó doblegarme el cuello para hacer una presa de cabeza. Pero yo tensé todos mi cuerpo y no cejé. Con los brazos inertes al costado de mis caderas. Luego me moví con rapidez , lo cogí por debajo de las axilas, giré la parte inferior de mi cuerpo y puse mi cadera izquierda sobre sus genitales, tire de él hacia mi haciéndole despegar los talones del suelo y dejándolo con un apoyo precario, y entonces lo proyecté sobre la cadera hacia el suelo. Las colchonetas amortiguaron casi todo el golpe que de otra forma hubiese sido muy duro. Me moví en torno a él, que se movía ya con mucha lentitud permitiéndome estudiar y recrearme en cada paso a seguir. Estaba boca a bajo tratando de incorporarse, Le tomé por una de las muñecas y puse uno de mis pies en su espalda, oprimiéndole contra la colchoneta. Luego empecé a retorcerle la mano, dolorosamente. Podía haber terminado allí , haciéndole rendirse. Pero cometí el error de querer prolongar el castigo. Mi primer combate contra un hombre estaba siendo un éxito total y una embriagadora sensación me emborrachaba. Lo dejé libre, y el se levantó . Trató de cogerme por las muñecas cuando me acercaba a él de nuevo, pero yo me liberaba de sus agarres al tiempo que apartaba sus cansados brazos , hasta que llegué a su cuello. Le hice una presa de cabeza y luego se la doblegué, haciéndole quedar doblado por la cintura, hacia delante, con la cabeza agarrada , entre mi cadera y mis pechos . Luego apreté. Sin compasión. Lo oi gemir, luego caer de rodillas . y luego convulsionarse , sus manos libres palmetearon débilmente mis muslos y mis caderas, y luego quedaron inertes . Yo lo solté, repentinamente asustada. El se desplomó, inmóvil. Respirando con dificultad e inconsciente. Yo me arrodillé a su lado, -,Juan..dije, al tiempo que palmeaba su rostro. Las otras dos personas que estaban en el cuarto se acercaron, y se arrodillaron a mi lado. Yo pensaba en lo peor, -Debemos llevarle al médico, ahora , ¡no reacciona ... .Puede ser el corazón Su mujer, Julia. estaba ahora sujetando la cabeza de Juan, y había puesto sus dedos índice y corazón en la yugular del caído, mientras contaba sus pulsaciones con el reloj. -Tranquilízate, le has dado una buena paliza, pero no es tan grave. Tiene un corazón sano, solo está inconsciente. -Pero podría ser grave..no sabemos.. -Descuida, te digo, no es la primera vez que le ocurre algo así, ve al baño y trae agua y una toalla. - Pablo mi marido estaba libido , y callado -Ve.- le dije,, y el se levantó y salió del cuarto De pronto todo había cambiado, me sentía mal, allí de rodillas, en ropa interior negra, al lado de un hombre inconsciente con el que me había ensañado. Era consciente de que un momento antes tenia su cuello entre mis brazos y apretaba con placer con la intención de hacerle colapsar y caer a mis pies. . No me reconocía. Me levanté y busqué mi ropa. Me vestía cuando entró Pablo con una palangana de plástico y una toalla. Julia mojó la toalla y empezó a aplicarla por el rostro de su marido. Éste poco a poco empezó a reaccionar y abrió los ojos. Yo , ya vestida miraba la escena. De pronto reparé en mi marido, estaba allí , al lado de ellos, sin saber que hacer , en shorts, tan delgado, a su lado el cuerpo en forma y musculado de Julia le hacia aparecer mas poca cosa.. ¿En que estaba pensando para haber estado a punto de permitirle luchar con esa mujer ¿? Me lo imaginé patéticamente indefenso entre sus brazos y no me gustó nada. -Vístete Pablo, tenemos que irnos ...-le dije- Julia levantó la cabeza, miró a Pablo y luego me miró a mi. Si estaba contrariada lo ocultó bastante bien -Parece que hoy te librarás Pablo, dijo sonriéndole ... -ve, por lo que hemos visto aquí no parece una mujer a la que te convenga desobedecer ... Dejó de atender a su marido, que ya estaba sentado y vino donde yo estaba. -comprendo que estés asustada, pero él está bien, tomate tu tiempo. Hay muchos dias. -¿Mi tiempo para que ¿? - Bueno ... los siguientes éramos Pablo y yo -.Bajó la voz que tenia un tono suave, para que fuese solo audible para nosotras dos - Entre nosotras no vamos a engañarnos ... te he visto disfrutar mientras te ensañabas con "el mío".hasta yo he disfrutado viéndolo ... No te descubro nada si te digo que estaba deseando jugar con "el tuyo". -Mira Julia, le dije en tono conciliador ,( no quería enfrentamientos, y además me sentía en una posición precaria, por querer abandonar a mitad de lo pactado). He visto que puede ser peligroso y no quiero continuar ... -Bien, aquí no obligamos a nadie querida ... Pero si quieres mi sincera opinión es una lástima, tienes indudables cualidades para esto.- Caminamos hasta nuestra cercana casa ,llevando las bicicletas al lado, cogidas por el manillar. Estábamos en la misma urbanización. En silencio. Ya en casa Pablo se mostró muy excitado. No soy tonta y cada día lo conocía mejor, gracias a la información que me suministraba su ordenador, sabía perfectamente que la forma en que había dominado a aquel hombre, mas fuerte que él mismo, era algo muy erotizante para él, y yo había actuado en exclusiva para él . Yo misma me había excitado, pero en ese momento, en nuestro cuarto, no tenía demasiadas ganas. Le dejé montarme indolentemente, y cuando quiso intentarlo una segunda vez no le dejé. Pasó algún tiempo, el episodio de la lucha me había hecho reflexionar, y había decidido frenar aquello. Me había visto a mi misma, a nosotros, descendiendo peldaños en una forma de relación cada vez mas poco "normal", para mi esa palabra era importante, Por educación nunca quise rebasar sus límites. Me veía hablándole cada vez mas despóticamente, haciéndole adoptar roles cada vez mas supeditados, e incluso dedicando una habitación para llenarla de pared a pared de colchonetas de lucha para luchar con él . Estaba claro que Pablo aceptaba de muy buen grado mi liderazgo sobre él, y que no iba a ser el quien parase aquello. Era algo que me correspondía hacer a mí. Así que decidí ir cambiando lentamente, hacia la "normalidad". Empecé a hablarle con mas dulzura, a tratarle mejor y a procurar no competir demasiado con mi marido, para no verle perder . Nuestra relación no era exactamente como antes, pero se parecía mas. Incluso mantuvimos la relación de amistad con Julia y Pedro, pero distanciándonos bastante. Como con otras parejas de la urbanización. En el sexo, sin embargo continué mostrándome mas dominante y agresiva que antes de que empezase a conocer mejor los gustos de Pablo. Tras la puerta de nuestro dormitorio las cosas habían cambiado para siempre, Allí yo reinaba con aquiescencia absoluta de mi único súbdito. Pasaron así algunos meses. Hasta que pasó "aquello". Él se había comprado un coche nuevo. Un modelo recién salido al mercado y en un rutilante azul metalizado. No habían muchos como aquel coche por el contorno, y un día lo vi pasar, yo iba a la ciudad, en mi coche, pero estaba de buen humor y decidí seguirlo para darle una sorpresa. Tenía ganas de verle. Vi que era su coche por la matricula, y proseguí con el juego de seguirle. Hay que decir que me gustaba jugar, y veía la posibilidad de una aventura romántica Al poco vi que el coche se detenía en un complejo de carretera, con cafetería apartotel etc. - Mmmm..no está mal.. pensé, de la cafetería te voy a llevar, por la corbata a una de esas discretas habitaciones,,- Pero alguien se me había adelantado, por lo visto, en mis intenciones. Mi marido descendió de su flamante coche, y por la puerta del copiloto descendió ... Lucia. Con cualquier otra mujer que conociese hubiese sido menos susceptible. Pero Lucía y él ... Si había otra mujer que pudiese interesarle a Pablo esa era ella. Al poco los vi salir y dirigirse a la zona de los apartamentos. Una rabia sorda me subía desde el estómago. Salí del coche y los seguí. A tiempo para verlos entrar en uno de los apartamentos de alquiler. Estaba realmente furiosa. Pero esperé. Quería que no cupiesen excusas tontas. Quería pillarlos "in fraganti". Llamé al timbre , y me puse de medio lado, con la melena cubriendo el rostro, para no ser reconocida en la mirilla. -Quien es?-preguntó ella al otro lado - -Servicio de habitaciones.- dije, con un acento andaluz,. que sabía imitar bastante bien.- un cliente se ha dejado objetos personales en esa habitación ¿puede abrirme? será solo un momento ... . La puerta se abrió un poco y yo empujé y entré en estampida. Dejé a un lado a la sorprendida Lucía y lo busqué a él. Cuando entré en el dormitorio Pablo estaba sobre la cama, desnudo, a excepción de su slip y su corbata, que conservaba anudada sobre el cuello desnudo. Su expresión fue de petrificado espanto. Curiosamente, por la rabia interior que experimentaba, estaba calmada, y mis ojos escudriñaban todo lo que veían en la habitación. Así pude ver que sobre la mesita de noche habían cuerdas, y algo que aunque curioso no me sorprendió demasiado, dos pares de guantes de boxeo, de pocas onzas. Yo lo miré a él y luego a Lucia, que acababa de entrar en el cuarto , que era bastante amplio. Ella vestía ropa interior con estampado de piel de leopardo, y su sujetador era de esos que resaltan y magnifican el pecho. Su aspecto era magnífico y ello añadió una punzada mas a los celos que experimentaba. -Ven aquí ahora mismo ... .- le dije a mi marido Pablo. lentamente, se incorporó,,, y con expresión temerosa se aproximó a mi. - - ... Yo ... - -¡Cállate,, ni te atrevas a decir nada¡ -cuando estuvo a mi alcance lo tomé por la corbata, y entonces sucedió . Algo que luego siempre he lamentado Me emborraché de ira . La tensión buscó salida por aquel cauce, quise creer después , Todo parecía decirme hazlo, es tu derecho. El escuálido cuerpo desnudo de Pablo , que emitía señales de temor parecía decirme hazlo . Mi rival, en el quicio de la puerta , esperando mi reacción, parecía decirme hazlo , es tu derecho, es tu hombre ... El primer golpe de mi puño sobre su boca, el que mas ira contenía, fue brutal. Echó su cabeza hacia atrás y él hubiese caído de no estar sujeto por la corbata. Comprendí que no aguantaría otro golpe como aquel, y que lo que yo deseaba con todas mis fuerzas era castigarlo y que él fuese consciente del castigo y como me había ofendido, así es que abrí la mano y lo abofetee . Lo abofetee hasta que , sujeto por la corbata, cayó de rodillas, y seguí haciéndolo hasta que cayó de lado hasta el suelo , y en el suelo , sujetos sus brazos por mis muslos, seguí abofándolo, concienzuda, lenta y fuertemente hasta que quedó inerme. Me levanté y me encaré con Lucia, que había seguido toda la escena quieta y en silencio. Mi ira se había disipado ya en parte, por la válvula de escape del castigo a Pablo. Y la actitud de ella de aquiescencia y de no interferencia simplificaba las cosas. -Él me ha traicionado, tú no me debías ni lealtad, ni siquiera somos amigas, no quiero volver a hablarte.- Luego salí. Él volvió a casa a los 12 días. Suplicante. Le dejé entrar. Se deshacía en disculpas, era ella la que le había buscado , "esa mujer" se había empeñado en seducirlo y poseerlo, y él , si ,había sido débil y había cedido, deseaba mi perdón . bla, bla, bla. -Mmm..¿Para que eran aquellas cuerdas y aquellos guantes?- le solté de sopetón. -¿Qué ¿?- -Si ..¿Te ataba, te pegaba,? luchaba contigo hasta y dominarte como hace con su marido? , es eso lo que te gusta ¿? Pablo estaba blanco. Me di la media vuelta y fui hasta una estantería. Volví hasta él con una carpeta en la mano y se la arrojé. El interior se desparramó. -Recógelo ... es tuyo, si, de tu ordenador.- el se inclinó. Empezó a recoger, eran fotos imprimidas de archivos de su ordenador. Amazonas, mujeres dominadoras, luchadoras, hombres sumisos ... -¿Es eso lo que buscas en mi ¿ ¿lo que te hizo escogerme ¿?.¿Que puedo dominarte como ellas ¿? -Mira mis brazos..mira mis piernas .. son fuertes , ¿lo suficiente para ti?..ven aquí tócalas,- él se acercó tímidamente,- ¿Son mis músculos de tu gusto ¿ '?. -Si Susana, bien lo sabes ... yo -Ahora las piernas.. de rodillas ..lámelas. Él obedeció y acercaba sus labios a mi muslo cuando yo levanté la pierna., la apoye en él y le empujé . Mi indignación aun duraba y solo quería mortificarle. Aquello no era sino un preámbulo para decirle adiós. Le pedí el divorcio. Él, en eso. se portó como un caballero y facilitó las cosas. Conseguí de él buenas condiciones, de forma voluntaria. Terminé mis estudios y encontré un buen empleo en el departamento de recursos humanos de una gran empresa. He de reconocer , para ser sincera que Pablo movió alguna influencia para ello. Pasó algún tiempo y tuve otras relaciones , hombres distintos a mi marido, con los que hacia "buena pareja". Pero en mis fantasías habitaba un hombre muy parecido a Pablo. Un hombre hermoso y grácil, en su debilidad, con un gran sexo que reaccionaba al instante cuando yo lo miraba de una manera especial, como sucedía con Pablo. Y en mis fantasías a veces yo era mala con él y a veces le hacía daño. ¿Puede extrañar que con el tiempo volviésemos a estar juntos Pablo y yo. ¿? Porque así sucedió. Pero esa es otra historia.