CONTROL TOTAL por Plutarco de Malatesta CAPITULO I TRANSCURRÍA LA TERCERA SEMANA desde que Malena admitiera a Dan como sirviente en la casa, y este hacia esfuerzos por adaptarse al ritmo cada vez mas exigen- te que ella le marcaba. Poco a poco había cedido parcelas de dignidad en el trabajo que los trabajadores habían conseguido a través de los siglos. En una guerra de voluntades y batalla a bata- lla ,la dueña de la casa conseguía imponer un trato cada vez mas despótico. Sin embargo aun se sostenía una barrera formal que mante- nia a dueña y criado cada uno en su sitio, empleado y em- pleadora, intercambiando servicios por salario. Esa ba- rrera sabía ella que estaba lista para ser traspasada cuando ella así lo decidiera, sabia que podía derribarla y arrastrar a Dan al otro lado y obligarlo a quedarse allí, y había decidido que seria ese mismo día, ahora... Malena esta en el gimnasio, la amplia sala de la planta baja perfectamente equipada es uno de los lugares favori- tos de la casa, le gusta conservar en perfectas condicio- nes el fuerte cuerpo del que se siente orgullosa, y lo consigue, esta incluso mejor que antes, cuando conoció al hombre que la convertiría en viuda y rica, muy rica.. entonces el acudía noche tras noche a verla luchar con otras potentes mujeres sobre un ring,.., para aquel hom- bre la mas sexi de las luchadoras de aquel espectáculo de lucha libre femenina se convirtió en una obsesión, lució ante ella sus riquezas y luego se rindió con bagajes y pertenencias para entrar así en el mismo lote,..Malena lo tomo todo.. Tras la boda con los trajes de ceremonia cayeron las caretas, Ella no necesitó que el le explicara nada, cono- cía bien a los hombres y a los que eran como su flamante marido mucho mejor, porque ella los atraía como la luz a una polilla. A los dos días el recibió la primera paliza , luego ella tomo las riendas y con firmeza de domadora le obligó a descender peldaño a peldaño al sótano de la sumisión, así Malena con el control de su marido-esclavo, se hizo con el control de sus intereses y gozó de un cómodo sir- viente siempre atento a sus deseos. Cuando dos años mas tarde el murió en un accidente de trafico, su libertad y autonomía era tal que lejos de sentir alivio por la muerte de un marido rico y ocioso al que se había unido exclusivamente por su dinero, sin- tió una sensación de perdida y fastidio por la desapari- cion de una util pertenencia. Pensó en Dan, el nuevo, y sonrío enigmáticamente, sabia que el era de la misma clase de hombre que su desapareci- do marido, aunque habían diferencias de matiz, el otro tenia plenamente asumida su condición, y este lo llevaba de forma vergonzante, por eso llevaba semanas tejiendo una sutil malla en torno al criado para que este no hulle- ra despavorido antes de que ella pudiera ceñirle el do- gal. Penso que estaba preparado Había algo en Dan que la excitaba especialmente y era su aspecto de debilidad, era un hombre de aspecto muy frágil y grácil de miembros muy delgados de proporciones no exentas de armonía y aire juvenil aunque ya rebasaba la treintena. Su marido había sido un hombre mas grande, aunque de cuerpo fofo y músculos atrofiados por la falta de ejercicio. pulso el llamador, en la cocina Dan oyó el timbre y vió destellar la luz roja en el cuadro que correspondía al gimnasio El, desde la puerta solicita permiso y ella le hace pasar ahora esta frente a ella , es ligeramente mas bajo, acaso dos centímetros pero ella le supera también en pe- so, y la anchura de sus hombros, los miembros poderosos y las turgentes formas de mujer contrastan llamativamente con el aspecto frágil de el. ella lleva las manos a los cabellos largos y los ciñe a los lados con un pasador en la nuca de forma que aun caen en cascada pero quedan ce- ñidos en las sienes , mientras habla sigue con la opera- cion, la postura hace elevarse los magníficos pechos y muestran en todo su esplendor un par de brazos torneados y plenos,Dan se siente desfallecer ante tanta belleza, y ella nota el efecto demoledor que causa en el hombre -Te he hecho venir porque quiero que me ayudes en mi en- trenamiento. Cora mi compañera de gimnasio esta de viaje y hecho de menos un poco de acción, entiendes algo de wres- tling,? ¨ wresling .. ? ..no'..no ..señora -se trata de lucha., lucha libre, bueno no importa ¨sa- bes al menos lo que es un sparring? bueno ..si.. en boxeo.. ayuda a entrenar..pero yo. bien , pues eso es lo que quiero que hagas,seras mi sparring hasta que ella regrese, sin golpes, por supuesto , esto es lucha, se trata de dominar al contrario sobre la lona, inmovilizarlo en el suelo boca arriba, bien quítate los zapatos y la camisa y sube al tatami.. pero..pero señora.. yo no puedo hacer eso ,yo.. escucha Dan,vas a subir ahí y hacer lo que te he dicho entendido?.- la expresión de ella había cambiado, había hablado con voz altiva y autoritaria aunque en un susurro' el bajo la cabeza y comenzó a descalzarse cuando ambos estuvieron sobre el tatami Malena era de nuevo otra mujer, ahora era una atlética felina sonrien- te incitando jovialmente a su compañero deportivo,- bueno no quieres empezar? . ¿quieres medir tus fuerzas primero,? Al decir esto entrelazó sus manos con las de Dan, de modo que frente a frente cada uno sujetaba con su mano la mano contraria del otro, en una presa muy utilizada por las luchadoras por la espectacularidad de la contienda, en igualdad de condiciones, de poder a poder Dan intentó zafarse pero la presión de ella le obligó a responder para evitar que sus muñecas fueran dolorosamen- te torcidas,..pero no pudo, poco a poco sus manos fueron bajando hacia tras mientras sus codos se proyectaban ha- cia adelante, obligandole a acercarse cada vez mas a la mujer, cuando el juego del brazo no fue suficiente para evitar el dolor , tuvo que inclinar la rodilla y descen- der.Dan sabia que Malena era una mujer muy fuerte, de mus- culos entrenados bajo las rotundas formas femeninas, pero se sorprendió de lo facilmente que podía doblegarle. las miradas no habían perdido el contacto desde que las manos se unieron, y en ese tiempo , que a Dan luego al recordarlo siempre le parecería muy largo los ojos se lo dijeron todo sin necesidad de palabras los de ella decían. " bien, basta de disimulos, entrégate sin condiciones, estas vencido antes de empezar, , soy mas fuerte y eso te encanta, no puedes negarlo, no a mi, eres ya mío, tan mío como si te hubiese marcado a fuego y voy a hacer de ti el mas sumiso de los esclavos...” los de Dan expresaban sorpresa, dolor, verguenza y deseo.. El salió de la ensoñación en la que le habían sumido los hipnóticos ojos de Malena, estaba derribado en el suelo con la mujer aun sujetándole por las manos y colocada a horcajadas sobre el, su tono era ahora burlón, -si todas las luchadoras fueran como tú , seria realmente la reina de este deporte, eres un hombre realmente flojo, no creo que puedas servirme como esparring, levanta! el lo hizo y al hacerlo la presión del pantalón hizo do- llorosa la erección Ella giró en torno al hombre que estaba en el centro del tatami, avanzó a su encuentro y los cuerpos entraron en contacto, Dan sintió como ella le inmovilizaba el brazo derecho con una presa dolorosa de luxación, trató de zafarse pero no podía, durante unos instantes ella jugó a tensar la presa, para aumnentar el dolor , para luego aflojar, lo hizo varias veces, cuando ella lo soltó, él quedó frente a la mujer totalmente desprotegido e inerme,doliéndose. Malena, con calma, eligió su siguiente movimiento.Tomandolo por la muñeca y la cintura lo aproximó a sí, girando sobre sus pies el hombre rodó sobre el tatami. Malena mira al hombre caido, ve con placer que, conforme había supuesto,es mucho mas fuerte que él, esos hombres delgados a veces pueden conducir a engaño, pero no es ese el caso de Dan. Trata de levantarse. pero por dos veces es empujado contra el suelo,con fuerza, por el pié de Malena. Ahora ella ordena -¡está bien, levantate... -bien, ahora tienes que tratar de derribarme tu, quiero que te emplees a fondo, solo están prohibidos los golpes y estirar del pelo, yo ahora no usare los brazos para de- fenderme, vamos... el obedeció, profundamente avergonzado, ella le dejó acercarse y aferrarse , Dan torpemente, en vez de tomarla por el cuello para tratar de doblegárselo con el brazo, se ciñó a ella y empezó a porfiar tratando de doblarla por la cintura y poniendo inocentes zancadillas que ella evitaba o resistía, Dan tuvo la impresión de haber abra- zado una columna, una columna de cintura breve, cálida y turgente, los intentos resultaron infructuosos, luego el sintió como ella se convulsionaba, la miro, reía.. de pronto calló, cambio de expresión estaba seria, ¡apar- tate, -sin dejar de mirarle a la cara le dijo : -Que es eso" el sabia ya a lo que se refería, pero dijo - dijo ¨eso..señora ? ...-si eso! el tono era irritado, y la mano de la mu- jer aprisionaba ya el mas que apretado paquete,-¨has ol- vidado que eres un criado? ¨como te atreves? -"no he podido evitarlo señora"-umm.--.te pone cachondo pelear conmigo? cuidado con lo que respondes !-- los constantes cambios de humor de su señora desconcertaban a Dan , que meditó su respuesta..."si señora..".- humm...tenia los brazos en ja- rras y su tono era mas calmado aunque serio..-bien yo te obligué a hacerlo,..el castigo no debe ser excesivo,...medito unos instantes ..-ademas voy a dejarte elegir entre dos opciones ¨ que prefieres, recibir una bofetada o arrodillarte besar mi pie y pedir perdón? Dan estaba totalmente colorado,la mirada baja, algo en su interior le impulso a hacerlo, debía salvar algún resto de su dignidad que le quedara, ella exponía sus cartas abiertamente, Dan no lo había hecho nunca,- tengo que de- cirle.., tengo que decirle que me veo obligado a de- jar el empleo, ante condiciones tan penosas yo... Ella reacciono rápidamente ­bien, retirate, mañana ten- dras tu cheque, el salió de la habitación, MAlena sabia que no había di- cho aun la ultima palabra Para Dan la noche fué muy larga En el salón la voz de Malena sonaba neutra y seca, termi- no de firmar el talón, se levanto, quedo frente a Dan , deliberadamente esa mañana ella calzaba unos zapatos de elevado tacón, Dan se sintió realmente insignificante frente a ella, -tu paga, -el documento se deslizo de su mano hacia el suelo, el se agacho lenta y humildemente allí se demoró unos instantes, luego lentamente rasgo el cheque, -me gustaría que considerase la posibilidad de permitir que continuase a su servicio, Malena no lo miro, con la vista al frente hablo, ¨bajo mis condiciones? si señora,- esta bien puedo darte otra oportunidad, ..pero hay algo mas .., no quiero que puedas marcharte así de nuevo, si quieres hacerlo tendrás que pagar diez azotes de fusta por tu libertad....aceptas?. si señora...' quedo allí estática, esperando.... el com- prendió, besó la puntera del zapato, perdón señora. luego se levantó. le miró enigmáticamente, ¿ recuerdas que te dí a elegir dos formas de castigo? yo había pensado en la otra forma, y ya no tienes derecho a elegir.. -¡ Ponte en posición de firmes y no muevas un solo musculo! como si la estuviera viendo en cámara lenta, y sin osar moverse vió cada movimiento del vigoroso cuerpo de mujer prepararse para dar el golpe, la noche sin sueño, la ten- sion del momento y de la decisión tomada , todo se convi- no para que sus piernas se volvieran como de goma, reci- vió el impacto de la mano abierta , trastabilló y callo al suelo, ella apoyó el tacón en el caído y le empujó, ha- ciendole quedar tendido , luego dió la vuelta y salió. Dan sabia que si hubiera salido de aquella casa, no hu- biera podido evitar una vuelta aun mas ignominiosa. CATITULO 2 HACIA YA una semana que Malena había salido de viaje por un entero y largo mes y Cora había tenido tiempo de apo- sentarse como dueña absoluta de la apartada mansión,Cora y Malena eran amigas desde los tiempos en que ambas eran luchadoras, ahora se había trasladado a vivir con su amiga, y hacía las funciones de ama de llaves Ocupaba uno de los mejores cuartos de la casa , el mayor de los de invitados, y había relajado su aspecto, cuando hi- zo sonar enérgicamente la campanilla para llamar a Dan, solo vestía un conjunto de bragas y sujetador negro que ceñía y modelaba el poderoso cuerpo del ama de llaves, con aquel atuendo Cora estaba realmente hermosa y dese- able , al mismo tiempo la mostraba en plena forma y ponía de manifiesto que las rotundas formas de mujer eran re- alzadas por potentes musculos . Dan apareció al poco tiempo, jadeaba ligeramente , había subido la escalera corriendo pues la forma de llamar de Cora no le hacia presagiar nada bueno, y no quería irri- tarla retrasándose, llamó con los nudillos y al recibir la orden de pasar lo hizo, cuando la vió le turbó su atractivo aspecto e inmediatamente bajó la mirada, ella le ordenó acercarse, estaba en medio de la estancia con los brazos en jarras, el quedó frente a ella, los dos se reflejaban en el gran espejo que ocupaba una de las paredes, la mujer hermosa, fuerte, arrogante, frente a ella en actitud sumisa , el hombre, casi de la misma estatura pero debil y escuálido, de costillas marcadas y músculos lacios, obligado a vestir, para su escarnio, solo un mandil blanco y una negra pajarita sobre la piel desnuda. Ahora el tiembla,ligeramente, pero de forma perceptible para ella, se excita, el conoce esa actitud y esa mirada,crece su agitación y el fuego empieza a extenderse en oleadas desde su vientre, sabe que nada va a librarle ya durante las dos próximas horas de una sesión de casti- go, a manos de la cruel Cora, por una falta que descono- ce. Dan sabe también que a su pesar no desearía estar en este momento en ningún otro lugar. Cora lo sujeta con la mano izquierda por los lazos de la pajarita que ciñe el flaco cuello, convierte así la fuerte tela en una firme presa por la que lo zarandea, las fuerzas de Dan son escasas pero la turbadora presen- cia de Cora dispuesta al castigo, se las merma aun mas y convierte los musculos de sus piernas en temblorosa gela- tina, Cora adora dominar físicamente a su esclavo, sabe que es mucho mas fuerte que él y siente una morbosa vo- luptuosidad tensando los musculos para vencer la resis- tencia que opone, cada vez su dominio es mas fisico y me- nos sutil. Lo zarandea durante unos instantes haciéndole desplazarse a derecha e izquierda, alejarse y acercarse luego de im- proviso lo desequilibra hacia la izquierda y le golpea con fuerza en el rostro con la mano abierta, el cae como un fardo, al suelo ¡ voy a enseñaste a obedecer ¡, la voz suena gutural y pro- funda amenazante, pero contenida y sin excesivo volumen!- -¡vamos vé a la ventana,­-, el trata de incorporarse para cumplir la orden pero es empujado con el pie de nuevo al suelo-1ARRASTRATE­, con el cuerpo pegado al suelo se contorsiona para llegar a la distante ventana, junto a él camina la mujer, conto- neandose, goza del espectáculo desde su altura , el cuer- po desnudo se agita y convulsiona tratando de avanzar,pa- teticamente delgado y indefenso cuando consiguió llegar a la ventana ella le ordeno parar ¡ de rodillas., -quedó junto al alféizar de la ventana , ella se plantó frente a el dominándole desde su posición levantada , el veía por encima de sus ojos a muy escasa distancia el hermoso y erguido pecho,ella capta la hipno- tizada mirada, otras veces ha castigado sin piedad mira- das como esa, pero ahora tiene otros planes, toma aire los eleva, los magnifiza, los adelanta, retándole a to- carlos, a besarlos, el baja la mirada vencido y desconcertado.Sin dejar de mirarlo ella pasa la mano por el alféizar de la ventana ­¨QUE ES ESTO?­ -EL NO SABE DE moento a que se refiere mira la mano que le muestra ... ...no se yo...­no sabes ? ­lame­, le restrega la mano por los labios por la cara toda , luego le empuja.-¡¨sabes ya lo que es?, el tose en el suelo, ella toma posiciones y le sujeta contra el con el pie desnudo contra el cuello, ella no repite la pregunta, exige la respuesta con la presión que ejerce sobre el caído, el boquea y se debate buscando el aire necesario para respirar y responder a la pregunta, ella afloja la presión y el entre estertores consigue responder ­agg... es ..polvo, ¿polvo­ ¨polvo?¨polvo que, gusano? por lo visto todavia no he conseguido educarte bien­ ella renueva la presión sobre el cuello, y por unos instantes le obliga a retorcerse de nuevo como una culebra boqueando, con las manos aferradas a su tobillo, incapaz de articular palabra , cuando suel- ta las manos y agita los brazos le suelta, el se lleva las manos al cuello y se incorpora de rodillas, cuando consigue hablar lo hace despacio y midiendo las palabras perdon se¤ora..es polvo señora- bien, y cuales fueron mis ordenes esta mañana para esta habitación? - que la limpiase toda de arriba a bajo y que la quería ver per- fecta esta tarde,..se¤ora- el recordaba haber limpiado la habitación, fregado y sacado brillo hasta la nausea, ha- bia limpiado la ventana, no sabia como podía haber dejado aquel polvo en el alféizar, solo sabia que había cometido una falta y ya sabia que para Cora no habían faltas pe- queñas o grandes, cualquiera podía ser acreedora del ma- yor de los castigos.No sospecho ni por un momento la ver- dad, ella había depositado allí cuidadosamente el polvo recogido en el sótano, después de inspeccionar la habita- cion sin encontrar ningún fallo, simplemente había deci- dido que era el momento de aplicarle un nuevo castigo. Cora habia tomado la fusta, habia derribado a Dan con golpes en los costados y las piernas y ahora lo mantenía tumbado boca abajo entre sus piernas abiertas, recibiendo una lluvia de golpes sabiamente aplicados.El modo de cu- lebrear indefenso del caído excitaba a Cora, lo recordó reptando hacia la ventana y esto le hizo imaginar un cas- tigo nuevo que aplicar al hombre dominado, vencido, domado y sojuzgado que tenia a sus pies. Dan la oyó alejarse , se incorporó, al otro extremo de la amplia habitación, la vio rebuscar en una cómoda gran- de de cajones tallados de roble, cuando se dio la vuelta para acercarse de nuevo a el , lo hizo a la vez que se anudaba en torno a la cintura varias finas y flexibles correas de cuero negro-­levantate­, se le acerco tanto que las puntas de los pechos rozaban al hombre - voy a atarte-ella le miraba fijamente y el mantenía la vista baja,todo el horizonte que tenia del mundo ahora eran los amplios y poderosos hombros y las turgentes colinas que le obsesionaban. -antes te daré una oportunidad de saldar tu deuda, como otras veces.... a Dan le dio un vuelco el corazón, Cora le retaba a lu- char cuerpo a cuerpo para evitar el castigo, el podía atacar y defenderse sin incurrir en una falta de conse- cuencias desastrosas, en la practica lo que con mas segu- ridad podía esperar, como siempre había ocurrido ,era caer derrotado, después de ser humillado repetidas veces, pero una morbosa sensación empezaba a invadirlo totalmente, porque Cora sabia hacerlo,luchar con ella era lo mas pa- recido a hacer el amor con una tigresa, Dan siempre lle- gaba al climax mientras ella , que podía resolver la lucha en breves momentos, se ceñía a el para derribarlo y domi- narlo en el suelo para luego liberarlo y hacer presa de otra forma totalmente distinta , estrujarlo para hacerle sentir toda la fuerza del cálido y poderoso cuerpo, el contacto firme de los duros pechos contra el flaco torax,los fuertes muslos suaves y cálidos como el ter- ciopelo , ciñendo por el cuello al cuerpo inerte , boca arriba sujeto por las muñecas, sufriendo la presión que le acerca a la muerte para ser por instantes indultado.Dan se ciñe para evitar las repetidas caídas , convulsionado, tratando de liberarse de la cruel luxación, sin restricciones al otrora prohibido y deseable cuerpo de su dominadora, ella le toma por la cabeza con ambos brazos y le aprieta con fuerza el rostro contra el mulli- do pecho, le hace girar el cuello a derecha e izquierda ,luego de súbito le libera, el se tambalea y cae de nue- vo,conmocionado, queda a cuatro patas,la cabeza le da vueltas, totalmente incapacitado para prevenir un nuevo ataque,..pero ella aplaza,una vez mas, el golpe de gra- cia. esta vez ella le ha prometido el perdón al castigo si consigue salir de la estancia', la puerta esta abierta..., hace tiempo que ella no le impone la victoria como condicion,para que un premio sea posible ha de ser alcanzable, y los dos saben que el no podrá vencerla. Derribado en el suelo Dan ve la puerta abierta , esta a menos de seis metros de el, pero mientras ella no le per- mita hacerlo, la distancia es tan insalvable como el es- pacio hasta las estrellas, aunque ella le ha permitido intentarlo varias veces, alargando el placer de un depor- te placentero. El no podrá conseguirlo porque se da por vencido de antemano, ella es tan fuerte y cruel..,es tan hermosa e implacable, cuando la ve acercarse dominadora y altiva, amenazante y seductora, con sonrisa torva y bur- lona, contoneando el cuerpo rotundamente femenino, inci- tandole, segura de su poder de seducción sobre el, las escasas fuerzas de Dan parecen concentrarse en su bajo vientre mientras flaquean piernas y brazos , así entrega- do ya antes de ser tocado, ha de enfrentarse a la podero- sa beldad que excitada también, ve aumentar sus fuerzas por un torrente de estimulante adrenalina.Llaves, presas, luxaciones, inmovilizaciones, estrangulamientos, derri- bos,se suceden con total éxito para Cora, vence la escasa resistencia que sin convicción opone su víctima y ejecuta implacable, las acciones que su imaginación ha creado. ha decidido que el preámbulo del castigo esta cumplido, el esta en el suelo caído, se resiste a levantarse, ahíto de castigo, ella se acerca con movimientos muy lentos y felinos, se pone sobre el a horcajadas, y lentamente em- pieza a desatar las cintas de cuero que ciñen su cintura.Sin encontrar resistencia, manipula sobre él ten- sando y atando , cuando termina esta liado como un fardo, imposibilitado de mover las piernas mas arriba de las ro- dillas y los brazos mas arriba de los codos ­ de ro- dillas­- ordena, el muy trabajosamente lo consigue, ella termina de levantarlo, sin decir palabra le obliga a cami- nar tras de si tirando de un cabo,le baja por las escale- ras evitando que caiga rodando por ellas, en el primer descansillo juega con el, le zarandea y hace ademan de arrojarlo, sonríe torvamente ante su cara de espanto,cuando llegan abajo le derriba en el suelo y le deja allí, en medio del gran hall, mientras ella se ale- ja, la oye llegar a los pocos minutos, trae en la mano una gran bayeta de gamuza, la extiende junto a el y lue- goa con el pie le hace girar y quedar boca abajo sobre ella, con el pie aun sobre sus riñones dicta su castigo: -Ahora quiero ques reptes como un gusano sobre esta balle- ta y que saques brillo hasta el ultimo rincón del suelo de toda la planta baja,-­¨esta claro?­, al decir esto un- dio con saña el talón entre las costillas, ­agg..si ..si señora...­ durante horas, mientras ella lee en el salón y música de Vivaldi y Mozart flota por la casa, el se arrastra sin tregua, llega a la habitación donde ella se encuentra y gira en torno a ella intentando no molestar- la, recibiendo solo a cambio alguna mirada indiferente,es verano y no hay alfombras, el repta incluso por debajo de las mesas lo suficientemente grandes para permitírselo, luego sale de la estancia buscando lugares aun no puli- dos.ha anochecido y de pronto la música cesa, oye el rui- do de los finos tacones que ahora ella calza, la ve acer- carse enfundada en un ceñido vestido negro corto,en la mano brilla la hoja de un cuchillo, ella se para y pone las manos en las caderas para subir la ajustada falda, luego se pone a horcajadas sobre el y corta algunas co- rreas las ataduras ceden, ella le obliga a levantarse to- mandole por la pajarita negra grande, de recia tela, que le obliga a llevar y que tan aficionada es a utilizar co- mo rienda, le arrastra tras de si, el cojea y se frota los brazos entumecido por el dolor, por toda la casa, hasta su cuarto, esta agotado, allí es arrojado sobre la pequeña cama por su torturadora, que sin decir palabra cierra la puerta tras salir y corre el cerrojo.Dan esta dolorido por todo el cuerpo, exausto y tiene hambre, in- tenta incorporarse pero desiste, apoya la cabeza en la cama y queda dormido. CAPITULO 3 Es el ida del regreso de Malena,la casa reluce en todo su esplendor, desde hace dos idas , Dan, bajo la directa supervisión de Cora, ha limpiado y ordenado sin descanso, la ardua tarea, y el hecho de que su domadora no haya es- catimado golpes ni castigos, tiene sumido a Dan en un es- tado de cansancio general cuando, encerrado en su cuar- to,apenas hace diez minutos que desperto. Suena con golpe seco el cerrojo del cuarto y el se sobresalta,en el qui- cio de la puerta esta Cora, viste uno de sus escuetos vestidos negros,ceñidos,cortos y con escote en uve,que tan bien resaltan sus hermosas formas,el vestido lleva hombreras y finas medias negras completan el atuendo, ju- guetea con una fusta entre sus manos, su aspecto es im- presionantemente poderoso cuando, muy lentamente y conto- neandose cadenciosamente se acerca al centro del cuarto donde se encuentra el hombre.El esta desnudo, total y pa- teticamente desnudo, obedeciendo ordenes, ha arrojado por el ventanuco de su puerta,como siempre, todas y cada una de las prendas que portaba al ser encerrado. Cuando ella sin decir palabra se planta y pone los brazos en jarras,le mira desafiante y eleva altiva el menton, el sabe ya que parte del ceremonial debe efectuar, lentamen- te dobla las rodillas y queda postrado, luego se inclina aun mas y besa la afilada puntera de uno de los zapatos.Dan eleva la mirada y desde abajo, tras los alti- vos pechos, ve que ella sonrie perfidamente ante su mues- tra de sumision total, la ve tan hermosa que imprudente- mente demora la mirada , durante un momento sus miradas se cruzan, durante demasiado tiempo, cuando el la ve cam- biar de expresion es demasiado tarde,el sabe que ha come- tido lo que a los ojos de su carcelera es una insolencia, y Cora no ha dejado aun sin castigo ninguna,por accion u omision.Lo toma con una mano por los cabellos , le obliga a estirarse todo lo posible sin dejar la posicion arrodi- llada ­­ las manos a la espalda ­­.,EL TONO ES CORTANTE COMO UN MACHETE, pero Cora no grita, nunca lo hace, no lo necesita.Las manos quedan en posicion, tan fijas como si hubiesen sido atadas con cadenas.le abofetea, una ,dos tres, cuatro veces, Dan nunca ha parecido tan debil como ahora, desnudo, , postrado y dominado, atado sin posibi lidad de desatarse solo por las fuertes ligadu- ras de la voluntad de Cora ,asi soporta, sin osar desasir- se el cruel castigo.pero ella aun no ha dado por termina- do el acto,sigue dominandolo, de rodillas por los cabe- llos, y le provoca, le humilla, cuando el, con los ojos cerrados, cuando no con la vista fija en el pavimento, sigue con las manos a la espalda, ­hummm...¨no vas a mi- rar ahora,..? mira mis pechos...se que te gustan mucho..solo tienes que levantar la vista.. estan casi ro- zandote...vaya ¨no te atreves...?. Como siempre Cora hace caso omiso de la evidente ereccion de su prisionero. Dan es sacado del cuarto, y obligado a entrar en el con- tiguo, tambien en el sotano,es un cuarto similar a los vestuarios de un gimnasio, por todo mobiliario un banco de madera y unas perchas en la pared, Dan reconoce en ellas sus ropas,en una angulo del rectangulo las paredes estan envaldosadas como el suelo ,y en este hay un desa- gue, alli es empujado Dan, ella toma una manguera y abre un grifo, fusila al hombre desnudo con el potente chorro, el tiembla, las ordenes se suceden como golpes de fusta,; ­los brazos­ ­en cruz­ ­ahi quieto­,­de espaldas­,­incli- nate­,­el champu­, cuando cierra el grifo le arroja una toalla y le ordena ir al estremo seco del amplio y desnu- do cuarto, donde estan las perchas, alli lo viste con las escasas prendas que le estan permitidas, le anuda la ne- gra pajarita al cuello y le ciñe el cuerpo desnudo con el delantal blanco, ­EL PIE ­ ELLA SUJETA EN LA MANO UNA ZA- PATILLA flexible negra, como de bailarina, del pie iz- quierdo, el eleva el pie y se lo ofrece ella lo eleva aun mas y el pierde el equilibrio, cae ,¡ ­EL OTRO­,! el queda calzado pero derribado una vez mas,. ella gira en torno al caido , -hoy regresa Malena ¨lo sabes? .-si ,se¤ora-todo debe estar preparado y en perfectas condi- ciones, el menor fallo te lo hare pagar caro.- si, se¤o- ra' -de pie.- si se¤ora,-levanta el delantal y no permi- tas que se manche,-" si...aggg," - ella lo ha arrinconado contra la pared, lo sujeta con la mano derecha por el cuello y con la izquierda ha tomado el pene erecto, ella va a interrogarlo y el conoce esos interrogatorios..se supone que el debe adivinar lo que ella desea oir. ­­¨Quien soy?­­.-.".tu...eres mi ama ,..mi due¤a..­¨"quien eres?­.-..".tu criado.. tu siervo."- la presion se intensi- fica obligandole a seguir.-.."tu esclavo,..el mas umilde de tus servidores.."-los hermosos y sensuales labios de la mujer se curvan en una sonrisa burlona y torva,sabe que la proxima pregunta le desconcertara, la formula con sua- vidad ¨entonces ,quien es Malena? ella le deja demorar- se,el piensa con rapidez, buscando una respuesta satisfac- toria,sabe que la due¤a de la casa es Malena y que Cora es el ama de llaves, que el esta alli com esclavo de Ma- lena,pero Cora se ha adue¤ado de el, o ha domado y hecho suyo sin remision, ella ha superado a Malena, y la voluntad de Dan, vencida y sojuzgada como su debil cuerpo por la hermosa implacable,se ha entregado sin con- diciones. El trato de la bella Malena se le antoja ahora suave, comparado con el abasallador dominio de la cruel amazona. "Malena es..la mujer a quien debo servir.. mientras tu lo ordenes, se¤ora," -la respuesta es el compendio mas exacto que ha podido encontrar de sus pensamientos, y pa- rece agradar a Cora-¿y si mis ordenes son contrarias a las suyas?-.....,"solo tu eres mi autentica ama, solo a ti servire si asi lo ordenas...soy tu esclavo,.. mi cuerpo y mi alma te pertenecennn..aggg"..-¡no lo olvides..',mientras ella le oia hablar, las manos que do- minaban al hombre por cuello y pene se agitaban, cuando le hizo acabar le dejo deslizarse hacia el suelo sujetan- do aun, como se le habia ordenado, el delantal elevado con ambas manos.cuando salia ella dijo, -sube dentro de diez minutos a la planta de arriba y limpia hasta que se te avise..... CAPITULO VIII Malena LLEGO MAS O MENOS A LA HORA PREVISTA, Y FUE RECI- BIDA EN EL HALL por Cora Y Dan , las dos mujeres se salu- daron y el hombre , con la cabeza gacha, fue examinado en silencio y de arriba a bajo por la due¤a de la casa, lue- go se dirigió al ama de llaves, -ordena a Dan que suba mis maletas y me prepare el ba¤o, es tarde y ya no te ne- cesitare hasta ma¤ana, el se ocupara de todo, como acaba- ra tarde no es preciso que lo encierres esta noche en su cuarto, buenas noches Cora-- buenas noches Malena. Dan tomo las pesadas maletas y apanas pudo abanzar unos pasos con las dos, se sintió avergonzado cuando recordo que Malena habia entrado en la casa transportandolas sin dificultad desde el lejano porton del jardin, tomo una so- la y con grandes dificultades inicio la ascension de la escalera detras de la mujer que subia con pasos elasticos y agiles. En el gran cuarto principal de la casa, y despues de de- jar llenandose la gran ba¤era del cuarto de ba¤o conti- guo, Dan empezo a desacer las maletas, abrió una de ellas y luego lo intento con la otra, pero no lo consiguió, una cincha de cuero ce¤ia con mucha presión la balija median- te una pesada hebilla, Dan estiraba y se debatia pero no conseguia desplazar lo suficiente la cincha para liberar- la de la hebilla, hasta que ella lo vio, ­vamos a ver, aparta..­ se habia liberado como si le quemasen de las ropas que habia vestido durante el largo viaje y se mos- traba sin pudor alguno frente al hombre con un diminuto conjunto de bragas y sujetador de color marrón, que com- binaba a la perfeccion con el tono bronceado de su piel, tomo la cincha y miro a Dan, sin dejar de hacerlo clavo con decision la rodilla en la maleta y con la mano dio un brusco tirón, la hebilla cedió y la maleta se hincho lige- ramente liberada al fin. ­eres pateticamente debil..,no puedes hacer solo ni el trabajo de una doncella.., tienes suerte de que tengo demasiadas ganas de darme un ba¤o...- se llevo ambas manos a la espalda avanzo y elevo el pecho se oyo un peque¤o chasquido y el sujetador se desprendio, como habia ocurrido con la maleta el pecho parecio emer- ger al liberarse,Dan apartó la mirada como medida de pre- caución y musitó alguna disculpa, pero cuando ella dejó de enfrentarsele gozó del espectaculo con disimulo, ya casi habia olvidado lo hermosos que eran sus pechos, lo hermosa que era toda,su rostro es de belleza menos agresiva que la del ama de llaves, solo la frialdad de su mirada y el rictus cruel que adornaba a veces su sonrisa podian denotar lo perversa que podia ser con un hombre como Dan. Ella se dejaba acariciar con la esponja por el esclavo arrodillado junto a la ba¤era,el firme cuerpo de mujer parece de alabastro bru¤ido por el agua jabonosa, una perfecta estatua sensual que sin embargo se agita y ron- ronea de placer durante un buen rato excitada por el ex- tasiado tratamiento de su siervo,de pronto la gran gata ya no ronronea,el cuerpo se tensa y los ojos se abren y la mirada se hace intensa, lista para la caza, el primer zarpazo inmoviliza al confiado ratón imposibilitandole la huida, Dan ha sido sujetado por la negra pajarita que luce al cuello y que tan aficionadas son sus dominadoras a utilizar como cabestro, lo atrae hacia sí obligandole a introducirse en la ba¤era, estan los dos dentro , arrodi- llados en el agua que les cubre hasta la cintura,frente a frente, ella entrelaza ambas manos con las de el, force- jea y le domina inmovilizandole contra el fondo de la ba- ¤era, a horcajadas sobre él le sujeta con los muslos,enca- jado en el estrecho habitáculo, el solo puede mover el cuello y dentro de unos limitados margenes agitar los pies. ­ahora tú,debes estar muy limpio para mi­.., ella le restrega con energia, sin concesiones,como si desgarra- ra una presa, no olvida introducirle la cabeza varias ve- ces en el agua,luego quita el tapón de la enorme bañera hasta que no queda dentro mas que los dos cuerpos enjabo- nados, uno dominante, de mujer, poderoso, y el otro pos- trado, enflaquecido y enclenque, de varón. ella toma la ducha y el agua corre sobre ellos hasta que no quedan restos de jabon en la bañera, luego se incorpo- ra y sale del recipiente, el , liberado, se apresura a seguirla, toma una tohalla y empieza a secarla, ella que- da plantada en medio del cuarto lleno de vapor de agua , calido, el hombre se postra de rodillas y sigue secandola por las piernas, por los pies, cuando lo considera sufi- ciente ella sale . ­Ven aqui,Dan­..el escucha y sigue la orden, entra en el cuarto, ­El arnes­.., el busca en el armario,y saca lo que ha pe- dido ella, cuando se le acerca para entregarselo, tiem- bla, tiembla de deseo y de zozobra, sabe lo que le espe- ra, sabe que va aproducirse lo que espera, el tendrá el honor de ser usado para sa- tisfacerla, pero un honor asi no le puede ser concedido sin mas, por eso ella toma el objeto que se le ofrece, compuesto de corras, cinchas, hebillas y finas cadenas, por eso le empuja a él contra un rincon del cuarto y alli arrinconado entre dos paredes, procede al rito de enjaezarlo , apresarlo, inmovilizarlo, trabaja sobre el hasta que queda bien sujeto por el ingenioso artilugio, ahora el no puede elevar los brazos mas arriba de los hombros, ni despagar los codos de los costados, cualquier intento de golpear con las piernas ceñiria proporcional- mente a la fuerza empleada , una gruesa cincha en torno a su cuello, finalmente dos correas a modo de riendas per- miten a quien las empuña controlar desde una posición de fuerza al hombre en cualquier situacion, asi, totalmente indefenso y sojuzgado es arrojado sobre el mullido altar del sacrificio, sobre el gran lecho ella juega y provoca a su victima, se le ofrece seductora y magnifica para a continuacion reducirlo con un seco tirón de rienda cuando apenas por unos segundos los labios de el recorren avidos el esbelto cuello de su dueña, despues de inmovilizarlo y liberarlo de diversas formas, haciendo gala de su total poder sobre el, se abandona y le da libertad de acción,Dan la lame y la acaricia, ha sido sabiamente adiestrado y pronto consigue resultados, ella se conbul- siona febrilmente,de repente ella atrapa con los muslos la cabeza que tiene entre ellos, aprieta sin piedad, a el le falta el aire y la posibilidad de liberarse, apenas puede hacer uso de los brazos, esta postrado boca abajo con el cuello atrapado entre dos muslos fuertes como te- nazas, ademas los talones de ella se clavan en su espalda y lo mantienen aplastado contra el lecho, ella solo le ha dejado una salida, desesperadamente usa la lengua para liberar la tensión que amenaza con axfisiarle, despues de unos momentos que a el le parecen muy largos, ella arquea la espalda eleva los gluteos y con ellos la cabeza de Dan, exala un gemido y tras un instante el siente como todos los musculos de Malena se relajan al mismo tiempo, el permanece durante aproximadamente un minuto con la ca- beza recostada sobre uno de los muslos de la mujer, luego siente como ella se incorpora ligeramente recoge una pierna e hinca el talón en sus costillas, luego empuja,el impulso lanza a Dan sobre el pavimento, fuera de la cama, ella apaga la luz del cuarto dispuesta para un reparador sueño. En el cuarto contiguo Cora baja sin hacer ruido de una escalera, desde que descubriera que las rejillas de refigeracion de ambas estancias estaban contiguas y que bastaba con desenrroscar una de ellas pa- ra ver casi por completo la otra habitación a traves del sistema de aire, el dormitorio de Malena no tiene secre- tos para ella.Esta excitada y furiosa sin saber muy bien porque,en ese momento desearia tener a Dan al alcance de la mano.'