EN LA CLINICA LOS OLMOS Por Esper, esper_cl@yahoo.es Arcadio es jefe de personal de la clínica. Gabriela, fuerte y corpulenta es una tecnóloga médica recién contratada. Tienen una discusión, luego de la cual se reconcilian. Entretanto el matrimonio de ella va mal. Pelea con su esposo y la compañía de Arcadio es el apoyo para ella. LA CLINICA, ARCADIO Y GABRIELA Este relato ocurre en una cl�nica que conoceremos como "Cl�nica los Olmos" ubicada en Santiago de Chile. Queda en un barrio apartado del centro y cercano a autopistas y lugares de conexi�n. Arcadio es jefe de personal del lugar. Le toca ver en especial el pago de remuneraciones de los empleados y mantener actualizados los antecedentes de los mismos. Lleva 10 a�os trabajando en la cl�nica. Es separado de una mujer con la que convivi� y tuvo dos hijos. Actualmente tiene 40 a�os. Hace poco tuvo un problema con una tecn�loga m�dica, llamada Gabriela, que hab�a sido contratada para trabajar en el esc�ner, resonancia magn�tica, rayos X y similares. Lo que sucedi� es que sus superiores directos se demoraron en mandar sus antecedentes a Arcadio, y el d�a de pago no estaba disponible el cheque de su primer sueldo. Ella acudi� a reclamarle a Arcadio, quien intent� explicarle que no era culpa de �l. Gabriela: Esto es el colmo, todos necesitamos del sueldo para vivir, y tengo que pagar mi salud y previsi�n. Arcadio: Por favor no me reclame a m�, no es culpa m�a lo sucedido, pero yo puedo arreglarlo de alguna forma. Gabriela: M�s vale. Finalmente el problema de Gabriela se solucion� y al d�a siguiente obtuvo un cheque por el monto que correspond�a. GABRIELA Y ARCADIO COMIENZAN A CONVERSAR La cl�nica ten�a la pol�tica de proveer atenci�n m�dica a empleados a un precio preferencial, hasta 5 consultas en el a�o. Ocurri� que un d�a Gabriela y Arcadio coincidieron en la antesala en la que esperaban ser atendidos por un facultativo. Arcadio estaba sentado esperando cuando la vio llegar. Pens� que a pesar del mal rato que hab�an pasado deb�a saludarla por cortes�a. No sab�a si ella lo saludar�a. Para su sorpresa, ella lo mir� c�lidamente y lo salud�. Gabriela: Hola. Si mal no recuerdo tu nombre es Arcadio. Arcadio: Si, Gabriela, as� es. Gabriela: Bueno, creo que te debo una disculpa. �l la mir� con algo de asombro. Era la misma persona, pero no parec�a tener la misma actitud de un mes atr�s cuando estaba muy molesta con �l. Gabriela: El otro d�a te culp� por el atraso en el pago de mi primer sueldo. Despu�s me di cuenta que no era tu culpa. Adem�s estaba ofuscada por asuntos personales que no viene al caso contarte. De verdad lo siento. Arcadio: Bueno, no hay problema, d�moslo por superado ... Gabriela: Bien, es lo mejor. Dicho lo anterior, ella le extendi� la mano a Arcadio como una manera de hacer las paces. �l sinti� una mano impresionantemente grande para ser mujer. Ya hab�a escuchado comentarios de que Gabriela parec�a ser muy fuerte, lo que hab�a mostrado ayudando a pacientes a subirse al esc�ner. Los auxiliares comentaban que ella ped�a mucho menos ayuda que otras tecn�logas m�dicas. Uno de ellos le hab�a contado a Arcadio que ella sab�a muy bien como tomar a los pacientes para no hacerse da�o en la columna. Adem�s parec�a poseer mucha fuerza. Como era natural, �l ya se hab�a hecho una idea de su f�sico y podr�a haberla descrito de memoria. Era m�s bien alta. Por su ficha hab�a visto que ten�a 35 a�os, med�a 1,74 y pesaba 78 kilos, ya que siendo jefe de personal ten�a acceso a esa informaci�n. �l, con 1,78 y 75 kilos, era m�s alto y pesaba menos. Gabriela era morena, de pelo muy negro y lacio que le llegaban a los hombros, Su cara era alargada, con barbilla y nariz puntiagudas, entre bonita y tosca. Se ve�a corpulenta y atl�tica. En la medida que avanz� el tiempo Gabriela y Arcadio fueron desarrollando una relaci�n c�lida. Se saludaban e intercambiaban un par de p�rrafos cada vez que se encontraban. Se hac�an bromas mutuas, no demasiado personales, con las consiguientes sonrisas. El incidente que tuvieron al conocerse, en el cual Gabriela se hab�a enojado con Arcadio, termin� siendo uno de los temas para hacerse bromas. UN CAF� JUNTOS Un d�a, cerca de las 7 de la tarde, Arcadio iba saliendo en su auto desde la cl�nica para dirigirse a su casa. En eso ve a Gabriela esperando movilizaci�n colectiva en el paradero. Le toc� la bocina y le hizo un gesto como para ofrecer llevarla. Ella se acerc� al auto. Arcadio: Voy a Providencia. �Te sirve? Gabriela: Claro que si, gracias. Ella se sube al auto e inician el recorrido. Se ve�a por su rostro que no estaba del todo bien. Para �l la expresi�n de ella denotaba entre rabia y preocupaci�n. Gabriela: Gracias por llevarme, Arcadio. Estoy sin auto. Arcadio: �Lo tienes en el taller? Gabriela: Si, mi esposo lo choc� ... . Si es que se puede llamar esposo a�n. El sonri� ante lo �ltimo dicho por ella. Gabriela lo mir�. Arcadio: Disculpa que haya sonre�do pero tu iron�a me hizo gracia. Me doy cuenta que no debes estar pasando un buen momento. Gabriela: As� es. Esto ya se acaba. Arcadio.: Bueno, ojal� todo resulte lo mejor para ti. Gabriela: �Arcadio? Arcadio: �Si? Gabriela: �Tienes tiempo ahora? Me gustar�a ir a tomar un caf� y conversar para relajarme. El se sinti� muy afortunado en ese momento. Ella le resultaba muy atractiva y de agradable conversaci�n. Tomar un caf� con ella era una gran oportunidad. Accedi� a la sugerencia de ella y se fueron a un caf� que quedaba un tanto alejado de la cl�nica. Llegaron al caf� y ella le cont� algo de su historia familiar. Su auto se lo hab�a prestado a su marido y �l lo hab�a chocado. Puesto que �l no pasaba por un buen momento econ�mico el gasto de la reparaci�n iba a tener que ser de ella. Por si fuera poco su esposo le hab�a sido muy infiel, y la misma hermana de �l le hab�a comentado a Gabriela que se ve�a en forma continua con otra mujer. Gabriela: Mi matrimonio no da para m�s. El divorcio es la �nica salida. Quiero vivir tranquila y no preocuparme de eso. Tengo a mis t�os que viven en una parcela que queda un poco lejos, pero me puedo ir a vivir con ellos un tiempo, ya que es muy grande y ellos pasan solos. Arcadio: Es dif�cil lo que vives pero ya saldr�s adelante. Gabriela: eso espero, gracias. Estuvieron m�s de 2 horas en el caf� conversando. Desde luego que la cl�nica y el personal y los pacientes fueron temas de conversaci�n. Arcadio que llevaba 10 a�os trabajando en la cl�nica le cont� varias an�cdotas. Algunas le impactaron a ella y otras le hicieron re�r. Poco a poco se fue forjando una amistad entre ellos. Tambi�n �l le cont� que hab�a terminado una convivencia y que en la actualidad no ten�a pareja. Ella cont� tambi�n que hab�a vivido en Estados Unidos con sus pap�s por cerca de 20 a�os. Luego ellos se hab�an separado y en la actualidad ambos ten�an nuevos c�nyuges. Siempre Gabriela quiso vivir en Chile y hab�a vuelto hac�a 5 a�os. Su carrera profesional la hab�a comenzado en los EEUU y la hab�a terminado en Chile Hab�a vivido muchos a�os en ese pa�s y siempre fue su deseo volver a Chile, donde hab�a pasado su ni�ez. Gabriela (mira la hora): Ya son las 9 y media. Es tarde. Arcadio: Bien, te voy a dejar a tu casa entonces. Gabriela: Muchas gracias. He pasado un rato agradable que me ha servido para relajarme, y te lo agradezco. Arcadio: De nada, yo tambi�n me he entretenido mucho. Voy a pedir la cuenta. Gabriela: Si, pero yo voy a pagar. Fui yo la de la idea y t� has aportado tu auto. Y como te digo, me ha hecho bien. Arcadio: Como quieras. Por mi no hay problema. �l la fue a dejar a su casa. Cuando se despidieron ella le dio un beso en la mejilla y le tom� la mano dando las gracias. SEGUNDO ENCUENTRO EN UN RESTAURANTE Un d�a lunes despu�s de las 6:30 de la tarde, Arcadio estaba en su oficina. En un momento suena su cit�fono. Mira la pantalla y ve que quien llamaba era Gabriela. Arcadio: Hola �c�mo est�s? Gabriela: Hola, est�s a�n trabajando veo. Arcadio: Si, me quedan unos 10 minutos. Tengo que procesar unas nuevas contrataciones de enfermeras y auxiliares. Gabriela: Recuerdo que son varios papeles los que firmamos. Arcadio: Si, y si me demoro los cheques pueden demorar en salir y despu�s llegan los empleados a quejarse y a armar esc�ndalo como ciertas personas. Cuando escuch� eso Gabriela rio con ganas. Lo de Arcadio era una iron�a que ten�a que ver con la forma en la que se hab�a conocido cuando ella se molest� con �l. Gabriela: jajaja Tonto. Jajjaja Arcadio: Menos mal que ahora te r�es Gabriela: �Est�s solo en este momento? Arcadio: Si, las secretarias y empleados se fueron, y mi jefe tambi�n. Gabriela: Te voy a ir a ver entonces, �puedo? Arcadio: Si, ven, te espero. A los 20 minutos, tiempo suficiente para que Arcadio terminara su trabajo, lleg� Gabriela. Entr� a la oficina de �l y cerr� la puerta. Se hab�a cambiado de ropa. Ya no estaba con el uniforme con el que trabajaba y vest�a jeans y una chaqueta femenina. Gabriela: Tengo que contarte algo. Ando el�ctrica hoy. Arcadio: �El�ctrica? �C�mo es eso? Gabriela: Tal cual. Ando inquieta, acelerada, un poco preocupada. Arcadio: Bueno, �qu� ocurre? Gabriela: Ayer peleamos con mi esposo. Arcadio: �de palabra? �f�sicamente? Gabriela: De las dos maneras. Arcadio mir� a Gabriela y estaba como todos los d�as, integra, por lo que no parec�a haber tenido una pelea, o haber sido golpeada. No comprend�a del todo lo sucedido. Arcadio: �Te golpe�? Gabriela: Si, pero ning�n da�o me hizo. M�s bien yo le di una paliza. Arcadio (con asombro): �Qu�eeeeeee? ��T� le diste una paliza!? Gabriela: As� fue. Arcadio: �Es grande tu esposo? Gabriela: Si, grande y corpulento, mide 1,82. �Tu cuanto mides? Arcadio: 1,78. Ella no pudo evitar sonre�r al ver la cara de Arcadio. Se ve�a estupefacto por lo que ella contaba. Arcadio: �Eres muy fuerte o sabes karate? Gabriela: Soy muy fuerte. Y he practicado mucho las artes marciales. No te lo hab�a contado. Arcadio: Bueno, vamos a servirnos algo y conversamos. �Te parece bien? Gabriela: Me parece bien. Eso te iba a proponer, precisamente. Arcadio: �Te gustan los crudos? Gabriela: me encantan. Vamos a comer crudos. Esta vez los dos andaban en su auto por lo que acordaron reunirse en un restaurante que tambi�n quedaba lejos de la cl�nica. Arcadio lleg� primero y permaneci� de pie al costado de su auto esper�ndola. A los 5 minutos lleg� Gabriela. Se fueron a una mesa e hicieron el pedido y comenzaron a conversar. Gabriela: te voy a contar primero como aprend� artes marciales. Arcadio: Te escucho, lo encuentro s�per interesante. Gabriela: Como te cont� antes, viv� desde los 8 a�os en los EEUU. Arcadio: �En qu� parte de EEUU viviste? Gabriela: En Dallas. �Has estado alguna vez? Arcadio: solamente en el Aeropuerto. Gabriela: Ok, bueno ah� estudi� primero jiu jitsu y despu�s Muay Thai. Fui bastante aventajada en las dos disciplinas. Despu�s pase a combate. �Has visto por televisi�n esos programas donde muestran boxeo con patadas y lucha, en los que pelean hombres y mujeres? Arcadio: Creo que si �strike force? Gabriela: Ese mismo. Arcadio: No digas que practicaste eso, se ve bien brutal. Gabriela: Es un poco bruto, menos de lo que parece, pero no deja de ser violento. Comenc� siendo sparring de algunas chicas un poco mayores. Normalmente practican con hombres, pero vieron que yo era fuerte me invitaron a ser yo la sparring de algunas. Adem�s es necesario que practiquen con mujeres a veces, porque tenemos menos fuerza y m�s velocidad y precisi�n. Entonces pelear contra otra mujer no siempre es m�s f�cil para las peleadoras. Arcadio: �Fuiste solo sparring? �Nunca peleaste en un ring? Gabriela: Si, tuve 10 peleas de las cuales gan� 6. Las que perd� fueron por puntos y no llegu� a ser noqueada ni sometida. Arcadio: �Y te retiraste? Gabriela: Sucedi� que una de las peleadoras que conoc�a fue noqueada, termin� con mucho da�o despu�s de la pelea. Pens� en ese momento que no quer�a recibir eso y que tampoco deseaba hac�rselo a otra chica. Lo estuve meditando y decid� retirarme y volver a Chile. Algo que influy� es que siempre quise tener una profesi�n, y me gustaba la tecnolog�a m�dica. Pens� que a los 40, 50 y m�s a�os no iba a ser peleadora, pero si podr�a estar trabajando en mi profesi�n. Arcadio: �Y sigues practicando? Gabriela: Si, una o dos veces por semana. Y estoy permanentemente haciendo ejercicios, tengo m�quinas en mi casa. Arcadio: No dudo que eres muy fuerte, y por suerte para m� no te enojaste mucho conmigo cuando no estuvo tu cheque. Gabriela: jajajaja Arcadio: �Quieres contar la pelea con tu esposo o prefieres hablar de otra cosa? Gabriela: No es algo que pretenda contar mucho. Sus amigos no lo van a saber y los m�os tampoco, as� que te pido la m�xima discreci�n. Arcadio: A nadie lo contar�, prometido. Gabriela: Bien. PELEA DE GABRIELA CON SU ESPOSO El d�a domingo el esposo de Gabriela, cuyo nombre es Julio, lleg� a casa a mediod�a despu�s de haber pasado toda la noche afuera. Se supon�a que iba a salir con unos amigos, pero no estaba contemplado que llegara al d�a siguiente a su casa. Gabriela solo lo mir� al llegar. No se molest� en pedir explicaciones. Tan solo dijo "hola" en un tono de indiferencia. Julio: Anoche, tuve un problema con el auto de Ricardo. Pinch� un neum�tico y puesto que ... Gabriela (interrumpiendo): No te molestes inventar una excusa. Ya no te creo. Y no pensaba preguntarte. Julio: Te recuerdo que seguimos casados y tenemos que arreglar nuestros problemas. Gabriela: No me hagas re�r. Mientras arreglamos los problemas, te metes con mujerzuelas y vas a seguir haci�ndolo. Julio: Es que t� no has sabido comprenderme y por eso he buscado comunicaci�n en otras partes. Pero s� que no est� bien y no deseo hacerlo m�s. Gabriela: No seas c�nico. Julio: Pero creo que me merezco ... Gabriela (nuevamente interrumpiendo): Lo que te mereces es una buena paliza. Eso �ltimo Gabriela lo dijo sin pensar, pero result� ser todo un detonante. Julio lo tom� como una provocaci�n y un desaf�o personal. El conoc�a el f�sico de Gabriela y sab�a de su trayectoria en artes marciales, pero no pensaba que podr�a con �l. Julio hab�a sido de la armada en la cual hab�a practicado karate y boxeo y hab�a competido con �xito. Julio: �Paliza? �T� me la vas a dar acaso? El recordaba que cuando reci�n se conocieron y eran novios hab�an hecho luchas en las cuales �l hab�a resultado vencedor. Lo que no sab�a es que ella se hab�a dejado vencer, para no ofender el orgullo masculino de �l. Julio: Vamos, dame la paliza. Gabriela: Olv�dalo, lo dije sin pensar. Haz tu vida y yo la m�a. Y voy a salir porque no quiero verte. Julio (enojado): �Yegua de mierda! No te atreves. Acto seguido le dio un empuj�n a Gabriela y le dio una cachetada. No fue muy fuerte pero ella se sinti� invadida. Gabriela: �No me vueltas a insultar ni a tocar! Se me va a agotar la paciencia. Julio: Te insulto �y qu�? Huevona de mierda. Ella se da vuelta y lo encara. Vio que iba a ser dif�cil evitar una pelea y quiso que fuera �l quien pegara primero, para que no pudiera retractarse. Gabriela: Anda p�game. A ver si te atreves, maric�n de mierda. �l entonces le mand� una cachetada bastante m�s fuerte que la anterior. Gabriela la recibi� sin intentar atajarla. Gabriela: parece que est�s con poca fuerza despu�s de la jarana de anoche. No pegas fuerte. Lo �ltimo fue una provocaci�n a�n mayor para �l. Le mand� un golpe con el dorso del pu�o y esta vez ella lo ataj� y le mand� tres golpes que le dieron en el pecho, barriga y cara. El impacto fue suficiente para que quedara en el suelo. Se puso de pi� y la golpe� en el estomago cosa que ella recibi� sin inmutarse. Luego le dio un golpe de pu�o en la cara, y ella lo �nico que hizo fue moverla. Parec�a que los golpes de �l no le iban a hacer efecto a Gabriela. A continuaci�n Gabriela le dio dos golpes de pu�o que �l no pudo esquivar y volvi� a estar en el suelo. Se puso de pi� y le dio a Gabriela una patada a la altura de las canillas. Ella r�pidamente supo como doblar su pierna para que no le hiciera da�o. Les respondi� con una patada t�pica de Muay Thai, que �l recibi� en la parte superior de su pierna y lanz� un alarido. Finalmente lo tom� de un brazo, lo puso boca abajo y lo inmoviliz�. Le dijo que terminaran la pelea de una vez, y el asinti�. Claramente ella hab�a sido la vencedora. SIGUEN CONVERSANDO EN EL RESTAURANTE Arcadio: Es impactante lo que me cuentas Gabriela: �Cu�l de las dos cosas? �Mi historia en EEUU o la pelea con mi esposo? Arcadio: las dos cosas. Gabriela: Pues ya me vas conociendo. Arcadio: Tengo curiosidad por saber que tan fuerte eres. Pero espero conocerlo pac�ficamente no enfrent�ndote Gabriela: Ya la conocer�s Terminaron de comer, pidieron la cuenta y se fueron al estacionamiento. Ya estaba oscuro. Arcadio le puso el brazo en el hombro y as� caminaron abrazados. En un momento Gabriela empez� a caminar m�s lento, y antes que �l reaccionara, se agach� y lo carg� en brazos como un ni�o. En esa posici�n sigui� caminando con �l hasta llegar al auto de ella, hasta que lo baj�. Arcadio: jajajajajjaaja Gabriela: �Quer�as conocer mi fuerza? Aqu� tienes una peque�a demostraci�n. Arcadio: �Solo una peque�a demostraci�n? Si dices eso es porque puedes m�s. Gabriela: Claro que si. Ya habr� momento de que la conozcas m�s. Arcadio: Bueno, con gusto. Gabriela (cambiando el tono): Realmente te estoy agradecida. Has sido una gran compa��a en estos momentos desagradables y dif�ciles de mi vida. Arcadio: Pues me halaga lo que dices, y yo tambi�n de lo agradezco por eso. Me alegra serte �til Gabriela: Quiero que me abraces, por favor. Obviamente que Arcadio no se iba a hacer repetir esa petici�n y abraz� a Gabriela, quien le correspondi� el abrazo. �l pudo sentir el cuerpo de ella, grande y musculoso. La tom� de la cabeza sintiendo su pelo con la mano. Le dio dos besos en la mejilla. Arcadio: Ahora que te abrazo puedo sentir lo fuerte que eres. Gabriela: Bueno, t� tambi�n tienes tu musculatura, aunque eres m�s bien delgado. Manteni�ndolo tomado de la cintura lo levant� en posici�n vertical y lo tuvo unos segundos con los pies en el aire. Gabriela: Es hora de irme, tengo que llegar a mi casa y ver c�mo vamos a terminar todo esto. Arcadio: Bien, ya sabes que me tienes si me necesitas Gabriela: Lo s� Arcadio, gracias. GABRIELA Y ARCADIO PASAN UN S��BADO EN UNA PARCELA Pasaron los d�as, siguieron conversando. No hubo m�s salidas por el momento. M�s de alguna vez se juntaban a tomar algo en la cafeter�a de la cl�nica, y compart�an el momento con otros empleados de la misma cl�nica. Hablaban con frecuencia por tel�fono, dentro y fuera de las horas de trabajo. Lleg� la separaci�n de Gabriela. No fue necesario que hubieran m�s peleas con Julio, su ahora ex esposo. Decidi� abandonar el departamento en el que estaban, puesto que no quer�a permanecer en el ambiente que hab�an compartido, y se fue a vivir a la parcela de sus t�os en las afueras de Santiago. Pens� en que luego arrendar�a un departamento para vivir sola. La parte que m�s complicaba era la de las m�quinas. Tendr�a que tener un lugar en el que cupieran bien. El d�a s�bado invit� a Arcadio a almorzar a la parcela de sus t�os. Le pidi� ayuda porque quer�a dedicarse a ordenar la casa, acomodar muebles y cosas as�. El lleg� como a las 10 para ponerse a trabajar. Estaba de buzo y zapatillas, tal cual se lo hab�a sugerido Gabriela al invitarlo. Ella lo recibi� vestida de la misma forma. El clima estaba c�lido y ella vest�a un polo blanco con meda manga, suficiente para que se viera el tama�o de sus brazos y hombros, am�n de su forma musculosa. Su pelo lo ten�a tomado. Se sentaron a tomar desayuno y en un momento �l tropez� y manch� su parte superior con caf� con leche. Fue necesario que se cambiara de polo ya que el que llevaba qued� todo manchado y mojado. El problema es que no hab�a tra�do otro. Gabriela: Espera, yo te traer� uno m�o. Creo que te va a quedar bien Arcadio: Creo que me va a quedar bien de todas maneras, y quiz�s me quedar� grande. Gabriela (haci�ndose como que estaba enojada): Mmm , �qu� me quieres decir? Arcadio: Nada, un comentario sin importancia. Gabriela trajo el polo y Arcadio se lo cambi� en la misma cocina en la que estaban. Arcadio: Efectivamente me queda bastante holgado. Gabriela: jajjaja, bueno, era de esperarse. T� eres delgado y yo soy m�s maciza. Pasaron la ma�ana trabajando y antes de almuerzo fueron a pasto a hacer un poco de ejercicios. Previo a eso pusieron unas colchonetas de las que se usan en judo. La idea era que Gabriela le ense�ara artes marciales. Comenz� con un barrido de pies que dej� a Arcadio en el suelo antes que se diera cuenta. Lo sujet� con los pies y le dijo que intentara zafarse, cosa que no pudo hacer. Luego lo levant� de muchas formas. En uno de los ataques de Arcadio lo levant� y lo carg� sobre sus hombros y camin� con �l as� durante unos minutos. Arcadio (subido en los hombros de Gabriela): �No te cansas? Gabriela: Mi capacidad excede por largo tu peso. Pero en un tiempo considerable claro que me voy a cansar. Ella entonces descendi� a Arcadio, quien mostraba una notoria erecci�n debajo del pantal�n. Gabriela lo vio y rio. Gabriela (se�alando la parte prominente): Mira lo que te pasa por manosearme tanto. Arcadio: �Manoseado? No s� por qu� dices eso. Gabriela: Claro que me has manoseado en varias de las llaves y levantadas que te hice. He sentido m�s de una vez tus manos en mi culo y pechugas. Arcadio: Bueno, es posible que lo haya hecho sin darme cuenta. Gabriela: No te disculpes tanto, no te estoy ri�endo. Arcadio: Est� bien. En todo caso no te voy a prometer no hacerlo de nuevo. Gabriela: jajajajajaja �c�mo es eso? Arcadio: Bueno quiz�s vuelva a hacerlo "sin querer". Gabriela: Eres bien caliente por lo que veo. Arcadio: Soy un ser humano. Gabriela: Bueno, yo tambi�n. Entonces ella se acerca a Arcadio, lo abraza por la cintura y lo comienza a besar en los labios. Ambos juegan con sus lenguas. Moment�neamente ella saca las manos de a Arcadio y se suelta el pelo que llevaba tomado como un tomate para hacer ejercicios. Agita la cabeza y su cabellera vuela tomando una forma desordenada y natural. Abraza de nuevo a Arcadio y se siguen besando. Gabriela siente en contacto con su pubis el pene de Arcadio que vuelve a estar tenso y duro bajo el pantal�n de buzo. �l manosea los senos y trasero de ella, y ahora no es por casualidad. Ella mete la mano dentro del buzo de Arcadio y coge su pene lo que los pone a�n m�s calientes. Ella le dice "hagamos el amor ac� mismo y ahora mismo. No est�n mis t�os ni las nanas". Dicho y hecho. Se sacan toda la ropa necesaria. Gabriela con su fuerza obliga a Arcadio a ponerse de espaldas sobre una de las colchonetas, con lo que el queda con su pene erecto apuntando al cielo. Ella lo toma con una mano y la da una pocas leng�eteadas. Luego manteni�ndole el pene tomando con su mano se sube arriba de �l y lo introduce en su vagina. Se mueven juntos no saben cuanto rato hasta que Gabriela emite gemidos de orgasmo. Luego se sale de Arcadio y �l eyacula botando su semen en el pasto. En el futuro van a enfrentar conflictos con m�dicos de la cl�nica, especialmente porque uno de ellos desea intimar con Gabriela para lo cual debe hacer un lado a Arcadio. Esto es otra historia, en todo caso.