Bwrango, la amazona de e'bano. por Cyrus Map ADVERTENCIA:El contenido de esa historieta pude resultar ofensivo para algunos. Si se es menor de edad o demasiado puritano, mejor abstenerse. Otra nota: Tras casi diez horas de duro trabajo y ya en mi casa abro mi web ma's querida ( Diana the valkyrie, claro) y busco en "stories added today or yesterday" a ver si un inspirado amante de las hembras musculosas me obsequia con algu'n relato que me ponga cachondo...y ¿que' encuentro? Cero historias, ninguna, rien. Ante ese desolador panorama, y para evitar que algun otro forofo de las buenas ti'as cargadas de mu'sculo se sienta tan defraudado como yo , he compuesto esa breve historia. Es bastante mala, poco original, previsible y muy corta, pero siempre sera' mejor que el Conjunto vaci'o. AHI' VA LA HISTORIA: Siempre habra' fi'sicos gene'ticamente privilegiados. Si una persona poseedora de uno de estos cuerpos se somete a un entreno adecuado, una alimentacio'n correcta y consigue los auxilios biogene'ticos que la ciencia del siglo XXV es capaz de dar, los resultados sera'n sorprendentes. Bwrango nacio' en una aldea africana. Sus padres trabajaban en una granja vacuna y perteneci'an a la etnia Mirutu, con fama de ofrecer individuos de recia y hermosa figura. Bwrango nacio' con diez Kg de peso y, desde chiquita sorprendio' a todos con su fuerza fi'sica descomunal, que no era incompatible con su sorprendente gracilidad y elegancia de sus movimientos. Advertida su familia de las dotes de la chiquilla, que a los diez años era capaz de cargar con un saco de 100Kg con facilidad, consiguieron conectar con el Musclemaxs Institute de UndercreeK, Arizona. Esa institucio'n, que provei'a las mejores atletas del culturismo le concedio' una beca una vez estudiada a fondo la capacidad de la nenita. Durante veinte años Bwrango estuvo en Undercreek. Alli' estudio', se educo' y fue sometida al entreno severo y perfeccionado que so'lo el Musclemaxs I. podi'a ofrecer. El tratamiento gene'tico adecuado obro' el resto. Yo me encontraba de viaje en la reserva de Uglaopa , cercana a la aldea de Bwrango .En mi grupo se incorporo' Bwrango, deseosa de reencontrarse con las tierras de su pai's. Su contemplacio'n me produjo un inenarrable efecto, como una interna explosio'n de deseo, que muy dificultosamente logre' disimular. Bwrango era enorme, como de 1,90m ma's o menos. Su ropa era escasa, como es adecuado en el tro'pico, y se componi'a de un corto y ajustado short, una t-shirt muy ceñida y unas zapatillas deportivas. Su piel era completamente negra y brillante y refulgi'a bajo el sol con vibrantes reflejos. El hermoso rostro, con carnosos labios de gran sensualidad, se realzaba con unas sun-glaces. Grandes pendientes dorados cubrii'an el lo'bulo de sus orejas u su pelo, largo, se peinaba en numerosas trenzas. Bwrango apareci'a gigantesca, pesari'a ma's de 450 poderosos Kgs. de recio mu'sculo. Ni una brizna de grasa bajo su piel enmascaraba el portentoso especta'culo de sus danzantes fibras de acero bullendo bajo su piel al mi'nimo movimiento. Sus elegantes movimientos de danzarina multiplicaban en proyectante crecimiento el tita'nico tamaño de sus mu'sculos. El cuello era largo y poderoso, con tremendas arterias bien marcadas alrededor. A ambos lados se distingui'an unos largos y gruesos trapecios muy superiores a los mi'os, obtenidos tras duras sesiones de entreno. Los deltoide, gigantescos, redondos, marcaban su henchida realidad bajo la camiseta. La anch'hisima espalda, herguda sobre una sucinta cintura sorprendentemente estrecha, describia una "V" colosal. la masa pectoral era de tamaño gigantesco y le daba una anchura al torso tremendamente mayor que la de un grueso a'rbol. Sobre los portentoso pectorales destacaban su perfecta redondez dos turgentes tetas de poderosos pezones que castigaban con su roce el tejido de la ropa. Los brazos teni'an un grosor descomunal. A sabiendas de co'mo todo culturista exagera el grosor de sus armas, los brazos de Bwrango mediri'an ma's de un metro! de grosor. Se componi'an de un increi'ble bi'ceps que en reposo ostentaba una complejo amasijo de vascularizacio'n a partir de las enormes venas mayores que se extendi'a vibrante sobre la tersura de su piel, el pico del bi'ceps abultaba casi como una montaña, y se percibi'a con claridad aunque ella no se moviera. Los tri'ceps, enormes, gigantescos, esple'ndidamente definida una brutal herradura en derredor su poderosa masa, culminaban esple'ndidamente una aspecto de inenarrable, inconcebible, gigantesco poder. El culo era redondo, muy respingo'n, con aberrantes glu'teos que danzaban un sugestivo contoneo cuando la Diosa caminaba, completaba el estallante especta'culo de su paquete abdominal, compuesto por seis poderosos adoquines de suprema reciedumbre. Los muslos ofreci'an el parado'jico resultado de aparecer henchidos, grosi'simos, estallantes de prodigiosa musculacio'n, pero a la vez muy juntos y apretados, sin pizca de aquella separacio'n que la hipertrofia muscular de los abductores ocasiona a las y los bodybuilders. Y eso a pesar que la hipertrofia de Bwrango rebajaba a casi la condicio'n anore'xica a cualquier mr Olympia. Bajo sus rodillas, proyectaban sus aletones unos colosales gemelos, muy ostensibles incluso de frente y que desmenti'an la relativa debilñidad de ese grupo en las personas de color. La visita por el parque iba transcurriendo sin incidentes, cosa que permitio' que entabla'ramos una entretenida conversacio'n. Despu'es de la comida, nos encaminamos a la nueva seccio'n "Jura'sica" del parque de Uglao`pa, donde se habi'a conseguido aclimatar a bastantes grandes dinosaurios que la reconstruccio'n gene'tica habia permitido recomponer. Brontosaurios, estegosaurios, tricera'tops se iban sucediendo ante nosotros causando el estupor consecuente. Su'bitamente, el gui'a descubrio' que la valla triple, incluso los protectores io'nicos habi'an sido traspasados por algunos animales. Pronto nos temimos lo peor...¡Si', dos grandes tyrannosaurus andaban sueltos y podi'an descargar su horror si estaban hambrientos! Un terrible rugido surgio' frente a nosotros. El autobu's de levitacio'n maggfne'tica se detuvo, iba a realizar una maniobra de retirada cuando otro paralizante rugido nos paralizo'. Bwango mudo' su semblante, se puso muy seria y se apeo' del bus. El primer monstruo se abalanzo' sobre ellla. Un descomunal puñetazo de la chica volteo' la cabeza del saurio, que se derrumbo' pesadamente. El ataque del segundo monstruo quedo' reducido a nada cuando Bwango se escabullo' hacia su rabo y, agarra'ndolo con una fuerza incomparable le detuvo. Sin soltar el rabo, la maravillosa africana lo volteo' ! el enorme saurio describio' varios ci'rculos ante nuestro estupor y sobre nuestras cabezas, mientras el rugido impotente del saurio se tornaba ridi'culo. Al abrir sus manos Bwanga, el Rex se estrello' contra unas rocas cercanas con retumbante estre'pito. Cuando pudo incorporarse huyo' ra'pido. Mientras, el otro bicho, aprovechando un momento de distraccio'n de la mujer, la atrapo' con sus mandi'bulas, la levanto' y empezo' a sacudir a la pobre chica. pero los grandes brazos de la africana se hincharon del incontenible poder que le insuflaba su portentosa vascularidad y agarrando con cada mano una mandi'bula abrio' la boca al monstruo. Ofendida quiza's por el mordisco, que le hixo trizas su ropa permitie'ndonos contemplar con toda plenitud la hermosura de su cuerpo y tambi'e'n la maravilla de su sexo, no solto' las quijadas de la bestia. Abrio' sus brazos y, con aparente suma facilidad destruyo' la articulacio'n mandibular del animal, arrancando violentamente la mandi'bula inferior que, sangrante , fue separada del cuerpo del animal que, con un terrible aullido, se desplomo' pesadamente sin vida. Mudos de estupor, los asustados pasajeros aplaudieron la hazaña de la chica. Yo no pude. La mayor ereccio'n de mi vida me lo impidio'. Cyrus Map