ANGELA. EL INICIO. En el pueblo, existía un mercado donde había un puesto que pertenecía a la familia Blacwood, la cual se dedicaba a la venta de verduras, frutas y abarrotes, que surtían a clientes de la ciudad. En el mismo laboraba dicha familia compuesta por ANGELINE, la matriarca de la misma, Josie, hija de la primera, Ángela, hija de Josie, y Joseph, que era el único varón de la camada. Era una familia de raza negra formada con sangre haitiana y cubana con algo de sangre yoruba que recordaba a sus ancestros que vinieron de África como esclavos. Angeline, la mayor de la familia, era una mujer de sesenta años de edad, con una complexión robusta y grande. Media un metro ochenta y dos de estatura y pesaba 400 lbs. Se caracterizaba por tener las caderas y trasero mas grandes del mercado, algo que la hacia famosa en la comarca puesto que sus posaderas sobresalían de sus vestidos largos en forma prominente, que le granjeaban simpatías en el sexo opuesto. Aparte de ello, poseía unos muslos grandes, enormes que apenas sus vestidos podían contener por lo abultados que eran como también un pecho prominente que le daban un verdadero aspecto de matrona de la familia, lo que era en la realidad. Ella se encargaba de la mayoría de las actividades del negocio y cuando se requería hacia las labores duras con sus fuertes brazos sobre todo, si se trataba de levantar sacos de granos que pesaban cien libras, los que elevaba con facilidad en cargas de tres, para cargarlos al hombro y colocarlos donde correspondía, como también hacia los tratos con los proveedores y con los clientes que llegaban a comprarles víveres. Tenia un delantal grande que venia con dos bolsas delanteras en las cuales colocaba el dinero para dar cambio cuando se necesitara o cuando se tenia que pagar a los proveedores de la tienda. también se bastaba sola para poner en su lugar a los amigos de lo ajeno que osaran robarle creyendo que era una indefensa anciana, lo que evidentemente no era. En una ocasión, un pilluelo de 19 años de edad, trato de hurtar el dinero que estaba en el mostrador que tomo y una vez en mano, salió en carrera en dirección a la salida. Angeline, que estaba a varios metros detrás del mismo mostrador, con una agilidad sorprendente para su tamaño y corpulencia, corrió a alcanzarlo, lo que hizo antes que el saliera y con una mano, lo agarro del cuello de la camisa, para levantarlo del piso y estrellarlo sin esfuerzo alguno en una de las paredes del negocio. Una vez que rebotó de la pared, la matrona corrió hacia el y dando un giro puso su enorme trasero en el estomago del pillo con lo que lo prenso fuerte contra la misma por varios minutos. Las enormes nalgas sobresalían del vestido en su tarea de aplastar al muchacho contra la pared mientras introducía mas profundamente su retaguardia dentro del estomago del mozalbete, quien emitió un gemido de dolor por la falta de aire. Pasados unos minutos lo soltó y él cayó semi atontado al piso, boca arriba, respirando grandes bocanadas de aire dado que el acto de ser prensado por noventa pulgadas de trasero era, sencillamente, brutal. Angeline, procedió a colocarse encima de su cara rodeándole con sus muslos y llegó a sentarse encima de ella mientras llamaba a la policía en su celular. Ella no ponía todo su peso encima de él, puesto que lo hubiese matado en el acto sino el necesario para ahogarlo y mantenerlo en su lugar. Cuando el joven trato en un intento, en salir, ella simplemente, bajo sus nalgas un poco mas con lo que aplaco sus intentos de fuga a la vez que lo puso fuera de combate. Cuando los policías llegaron, ya ella se había levantado del piso y los esperaba cruzada de brazos mientras el joven estaba examine, inconsciente por lo que se le quito el dinero que le había arrebatado a la señora, lo esposaron y de una vez, lo enviaron al hospital y luego a la comisaría para los trámites de rigor. En otra ocasión, dos jóvenes adultos asaltaron con arma blanca el negocio y exigieron el dinero de la caja. Angeline se negó por lo que uno de ellos, la amenazo con un cuchillo mientras que el otro le agarraba su cuello, por lo que la matrona con calma, procedió a agarrar la mano que empuñaba la daga con una mano y con la otra, procedió a dar un codazo en las costillas de quien le apretaba el cuello con lo que este la soltó en el acto. Una vez libre, procedió a torcer la muñeca que tenia asida, con lo que este cayo varios metros en el suelo, mientras Angeline agarraba a su compinche y le aplicaba un rodillazo a los genitales con lo que lo dejo fuera de combate. El otro joven, iba levantándose de sus rodillas para incorporarse por lo que ella lo agarro del pelo, le mando un par de bofetadas, que lo dejo aturdido y acto seguido, procedió a levantarse un poco la falda para poner la cabeza de él entre sus piernas y prenso la misma con ellas mientras sostenía sus brazos. Al cabo de unos minutos aflojo el agarre y procedió a doblar la cara de su oponente para colocar la misma entre su entrepierna de manera que su nariz y boca quedaran pegadas a su sexo para cerrar sus muslos y mientras se erguía, Coria su falda para tapar a su presa. Una vez estando totalmente parada y con la presa bien controlada por sus piernas, apretó duro y se oyo un leve gemido de ay por parte de su victima, por lo que abrió las piernas y el joven cayo derrotado en el piso. Con el otro, lo agarro con una mano de la quijada y con la otra, asesto un fuerte puñetazo que lo mando varios metros adelante, con lo que cayo de espaldas. Una vez que cayo, ella tomo un poco de impulso y con su caminado ondulante debido a lo grueso de sus muslos procedió a ir donde el y en un brinco puso sus sentaderos encima de el aplastándole contra el piso varias veces y luego simplemente puso todo su peso encima con lo que el muchacho perdió la conciencia, se quebró varias costillas y el tórax con lo que tuvo que pasar varios meses en el hospital. Pero en otros casos, no eran malhechores los que sufrían las consecuencias sino que eran simples clientes, puesto que Angeline -en algunas ocasiones- tenia la costumbre de dominar hombres con su fuerza y cuerpo. Un día, cuando estaba con su nieta Ángela, en su tramo, vio venir a un parroquiano blanco, bien vestido, quien estaba haciendo las compras del día, e iba distraído comprando por aquí y por allá. Guiñándole el ojo a su nieta, espero a que él se acercara al tramo y cuando estaba cerca de la puerta, le mando un puñetazo lo suficientemente fuerte para tumbarlo en el piso. El hombre cayo de bruces al suelo y la matrona aprovecho para sentarse a horcajadas encima de el mientras le cogía las manos con las suyas y las fijaba en el piso. Los demás parroquianos y los inquilinos vecinos de Angeline, pararon sus actividades comerciales para ver lo que estaba pasando y era que Angeline tenia inmovilizado a su presa en el suelo. El hombre apenas podía tener conciencia de lo que sucedía toda vez que se reponía del golpe y pese a sus esfuerzos era inútil quitarse las cuatrocientas libras de peso de la mujer las cuales expertamente, lo tenían prensado debajo de ella. Una vez que lo tenia en su sitio, la mujer cogió las dos manos por las muñecas con una sola de sus manazas, mientras que con la derecha, sacaba de su escote su gran busto derecho, el cual emergió como una enorme bola color chocolate de su encierro y la puso encima de la cara de su presa aplastándola contra ella mientras volvía a inmovilizarlo con ambas muñecas asidas por sus manos al piso. La enorme teta, era mas grande que la cabeza que estaba estrujando y sus carnes desbordaban la misma haciendo imposible verla. El hombre trataba de quitarse ese pecho de encima pero sus esfuerzos eran inútiles sino mas bien lo que hacía era que éste masajeara mas duro su cara. Lo que sí no se veía era el gran pezón, que estaba colocado dentro de la boca del mismo, y su gran areola circuncidaba sus labios, con lo que a cada esfuerzo del hombre por respirar, succionaba el pezón, lo que ocasionaba mayor placer a la hembra quien gemía de satisfacción mientras que apretaba mas duro y fuerte el mismo contra su victima. Pasados unos minutos, Angeline quito su pecho y arqueo su espalda para ver como iba quedando su victima, y vio que estaba semi-atontado por la ahogada que se le estaba practicando por lo que lo dejo descansar un poco mientras lo sostenía con sus manos. Una vez que estaba mas repuesto, procedió a elevar su cuerpo -siempre sentada a horcajadas encima de él- por lo que en forma suave comenzó a masajear su gran trasero por toda la humanidad que cubría el mismo y acto seguido se puso en sentido inverso, para colocar cada muslo en cada hombro del joven y sonriéndole picaramente a su nieta, se subió un poco la falda para que se fijara como sus grandes muslos cubrían la cara de su oponente, a la vez que cerraba sus piernotas para atraparla entre ellas. Mientras hacia esto, se volteo y agarro con una mano la cabeza de él por detrás y la empujo hacia adentro, hacia la parte mas profunda de sus muslos, a la vez que cubría con su vestido a su victima. En el momento de cruzar los tobillos, procedió a doblar las rodillas y con las pantorrillas cruzadas, las subió hasta sus nalgas con lo que la cabeza quedo hundida entre sus combadisimas posaderas, las cuales -sencillamente- se tragaron la cabeza que tenia entre ellas. Ángela no podía creer a sus nueve años, lo que estaba viendo: Que el enorme trasero de su abuela se comiese literalmente a un hombre mas aun, cuando la abuela movía hacia arriba y hacia abajo su gran trasero con el rostro del hombre pegado a su entrepierna sin que él pudiese hacer absolutamente nada, toda vez que las enormes piernas que lo tenían preso eran demasiado pesadas y fuertes para abrirlas como demasiado grandes para ser rodeadas con sus brazos. Pasado un tiempo, y ante el asombro de todos, Angeline seguía prensando a su victima entre sus piernas a la vez que hacia apretar y aflojar las mismas alrededor de su cuello. En un momento, abrió sus perniles y la cabeza del sujeto salió de su encierro, roja de la ordalía que estaba pasando pero con la salvedad que todavía respiraba puesto que -en forma muy experta- Angeline practicaba la tijera en forma tal que, si quería, podría ahogar sin maltratar a su victima aunque también podría matarle si quisiera, lo que no era en este caso. Una vez abiertas las piernas, ella procedió a volver a sentarse "a caballo" encima de su cuerpo, de espaldas a su cara, en la mitad de su postrado cuerpo para poner su sexo y su trasero en su pelvis y con un movimientos suaves y circulares en el sentido de las manecillas del reloj, proceder a frotarse contra el mismo lo que el joven ante la excesiva excitación que le producía las gigantescas carnes de la señora, en pocos minutos, dio un grito agudo y se desmayo. Angeline permaneció un tiempo como en éxtasis y luego se levanto para levantar a la vez que su postrada victima del suelo y sin esfuerzo alguno, cargárselo en el hombro para entrar adentro de su tramo donde no solo le dio agua sino que le regalo un nuevo pantalón para que evitara salir con el que llevaba consigo por razones obvias. Ambos se despidieron con un beso y el joven salió del negocio sonriente y satisfecho. Ángela, fascinada con lo que vio, salió del tramo para ir a jugar con sus amigas y de paso les contaba sobre lo que había visto hacer a su abuela. En ese momento un menor estaba pasando donde departía con sus amigas y ella, sin poderse resistir, lo agarro del cuello de la camisa para zancadillearlo y caer al suelo con él mientras los amigos del muchacho contemplaban incrédulos lo que estaba haciendo Ángela, quien agarro al menor, lo puso boca arriba mientras se sentaba en su pecho con sus muslos prensando los brazos de él para darle unas bofetadas que lo aturdieron. Aplicando lo que había visto hacer a su abuela, la niña procedió a sentarse en la cara del joven con lo que sofocaba cualquier pedido de auxilio para luego poner una tijera de reversa en su cuerpo con las piernas enrolladas en su cara mientras que alzaba sus pantorrillas en dirección a su trasero. Con este agarre, Ángela comenzó a presionar fuertemente pero con la diferencia que, en relación con su experta abuela, no midió la fuerza y en pocos minutos dejo totalmente inconsciente a su victima. Sus amigas, la admiraron fascinadas y los amigos de su postrada victima la miraron con una cara de asombro y miedo. Ángela se levanto dejando que los jóvenes amigos del muchacho que estaba inconsciente lo levantaran y lo llevaran al hospital. Cuando llego a su casa, Ángela le contó a su abuela lo que había hecho y ella sonriéndole le digo que le enseñaría a hacerlo toda vez que no siempre era necesario dejar atontado a su rival con sus piernas sino que podría tener un rato de placer con él o disfrutar mientras el rival se desesperaba por salir de la prisión que eran sus piernas. Para ello, llamo de un grito a JOSEPH, quien era el hermano mayor de Ángela, de dieciocho años, el cual era bastante corpulento para su edad pero para la abuela poco importaba para lo que iba a explicarle a su nieta. Dicho y hecho, llego Joseph a ver que era lo que quería su ancestro cuando sintió que las manos de su abuela lo agarraban de las solapas y fácilmente lo levantaban del piso para tirarlo como si fuese un "saco de papas" en un mostrador que estaba pegado a una pared del aposento de la casa. Una vez que el muchacho cayo allí, Angeline se acerco a él y sin darle chance alguno, procedió a pegar un prodigioso salto que la hizo caer encima de su nieto, justamente en su sección media, con la salvedad que no le saco el aire ni excesivamente lo maltrato sino que sirvió apenas para inmovilizarlo con su peso corporal y su gran trasero. Joseph, con una cara de susto, vio como su inmensa abuela, se sentaba encima de el con sus grandes piernas casi al descubierto, revelando toda su amplitud delante de el. Su gran trasero lo tenia presionado firmemente contra el mostrador, con lo que le dejo poquísimo espacio para maniobrar. Ángela miraba fascinada como su abuela actuaba con gran arte, puesto que sin dañar a su nieto, lo tenia totalmente dominado y en cada movimiento de él, por salirse de su encierro, aplicaba mas presión con su trasero que sostenía fuertemente a su nieto donde estaba. Mientras lo tenia inmovilizado, la abuela sonreía a su nieta a la vez que meneaba sus posaderas para que el enorme culo ejerciera mas fuerza sobre su descendiente. Pasados varios minutos, y sin bajarse de donde estaba, la matrona lo dejo levantarse con lo que el postrado Joseph se medio incorporo, por lo que Angeline lo volvió a agarrar de ambos lados de la camisa y lo hizo levantado para mantenerlo en alto mientras el asustado Joseph trataba de entender lo que estaba sucediendo. Los fuertes brazos de la señora lo mantenían en vilo por varios minutos y luego lo agarro por la cabeza y entrepierna para hacerlo caer al piso donde quedo boca abajo. Una vez en el suelo, se le sentó encima de su pecho y abriendo un poco sus piernas delante de el, agarro su cabeza para colocarla entre sus grandes muslos los que cerro cruzando sus tobillos, y hecho lo anterior, ajena a los frenéticos esfuerzos de Joseph por salir le explico a su nieta como se debía de hacer correctamente la tijera frontal de piernas, con el objetivo de no lesionar al rival sino cuando fuese conveniente para no lesionarlo. A medida que los esfuerzos de Joseph por salir se hacían mas grandes, Angeline aplicaba un poco de fuerza en su cara apretando mas sus grandes muslos contra la misma lo que lo hacia calmar a la vez que iba explicándole a su nieta sobre este agarre, Ángela vio con admiración como su abuela mantenía por varios minutos en forma sostenida la fuerza de sus piernas en la cara de su hermano sin excesivamente dañarlo pero dejándole roja la misma por la falta de sangre en el cerebro. Al preguntarle a su abuela, ella le contesto que era pura técnica puesto que la fuerza de las piernas -con el debido entrenamiento- podría dosificarse de manera que puedan torturar a su presa por mucho tiempo e incluso horas sin que el hombre sufra serias consecuencias, o lo contrario, en pocos minutos, apretarlo hasta casi matarlo. Terminada la lección, Angeline abrió las piernas para dejar libre la cara de su nieto, quien cayo examine al piso, y se mantuvo sentada en su pecho para darle un descanso por breve tiempo. Luego, le pido a Ángela que se pusiera en su lugar, levantándose para colocar a su nieta encima de su hermano y le pidió que aplicara la tijera frontal de piernas. Los cubiles muslos de la joven, se enrollaron en el cuello de Joseph, y apretaron el mismo en la forma que le indicaba Angeline a Ángela para que fuera aprendiendo. Joseph, en un principio, creyó que por ser una niña de nueva años, Ángela seria inútil para ahogarlo o para dejarlo fuera de combate, pero luego vio con horror que dichas piernas apretaban demasiado su cuello, como si tratara de ponerlo nocaut en poco tiempo. Bajo la mirada experta de su abuela, Ángela aprendió a coordinar mejor su fuerza física, y luego de un rato, vio como dominaba a su hermano a placer, manteniéndose por veinte minutos con sus piernas fuertemente enrolladas bajo su cuello. Cuando Joseph intento sacarle de su lugar mediante un resorteo de piernas, Ángela procedió a aplicar toda su fuerza con lo que en pocos minutos Joseph quedo semi inconsciente en el piso. Mientras esperaban que Joseph recuperara el sentido, doña Angeline le enseñaba a su nieta otros aspectos de su técnica entre ellos la tijera de reversa de la cual, decía ella, era la mas erótica pero a la vez la mas mortal de todas las tijeras puesto que se podía en forma simultanea ahogar a su victima como también quebrarle el cuello, en dos si la fuerza de los muslos no era dosificada convenientemente en el momento adecuado. Cuando Joseph se estaba levantando, Angeline paso a la practica, poniendo un pie en el pecho de su nieto y luego se puso en sentido inverso, colocando sus enormes y bien formados muslos en cada hombro de él. Mención aparte, tenemos que decir que los muslos de Angeline eran enormes puesto que median cada uno, unas monstruosas cuarenta y dos pulgadas de diámetro en su parte mas gruesa y eran de sólido músculo que algunos confundían con gordura. Cuando ambos prensaban la cara de una victima, la misma desaparecía de la vista en cualquier ángulo que se quisiera ver, puesto que la cubrían totalmente e incluso, en una ocasión, su dueña había colocado la cabeza de un hombre en la tijera de reversa, en lo mas alto de los muslos y practico un movimiento de arriba hacia abajo, con lo que se tragaron literalmente la cabeza hundiéndola entre sus carnes y empujándola hacia el trasero de ella quien a su vez se la engullo totalmente y cuando termino, lo se vio que estaba la quijada rota y con signos de estrangulación. En cuanto a Joseph, éste trataba de quitarse a Angeline de encima mientras ella ponía sus muslos en cada uno de sus hombros. Sus gestos eran desesperados y con sus brazos tratada de rodear los poderosos troncos que eran las piernas de Angeline, sin lograr siquiera moverle un centímetro toda vez que ella ponía todo su peso encima de él lo que le dificultaba cualquier maniobra. Ajena a los gritos de protesta de Joseph, Angeline bajo las piernas hasta que su enorme trasero llegara a la cara de él y una vez allí, abrió un poco sus piernas para que Ángela viera como debían colocarse correctamente los muslos a los lados de la cara para garantizarse mejor tanto la llave como el placer que ello producía. Joseph veía como las combadas nalgas de su abuela estaban encima de él así como todo el entorno que las rodeada. A una señal, Angeline cerro sus piernas y la cabeza de su nieto quedo hundida entre el espacio de sus muslos y nalgas con lo que literalmente se desapareció entre sus carnes. Sin apretar demasiado, pero con la fuerza suficiente para hacer sufrir un poco a Joseph, la matrona mantuvo el agarre por todo el tiempo suficiente para explicarle a su nieta como debía hacer la tijera con las piernas extendidas en forma reversa. Al momento de enseñarle otra variable que ella había visto hacer antes con el parroquiano blanco, Angeline cruzo sus tobillos y subió sus pantorrillas hasta sus nalgas mientras apretaba la cabeza de Joseph contra su gran culo, con lo que la cara quedo pegada a su entrepierna en forma fuerte. Mientras hacia esto jugaba a subir y bajar sus pantorrillas para pegar la cabeza de Joseph entre sus nalgas con lo que la misma rebotaba y pegada duro entre ellos. Luego dejo de hacerlo para hacer un movimiento de arriba hacia abajo con lo que se frotaba literalmente en la cabeza de Joseph todo su sexo. Finalmente, puso toda su fuerza en cerrar los tobillos y subir sus pantorrillas hasta su trasero, con lo que las nalgas se combaron mas de la cuenta creciendo en proporciones gigantescas que hacían las delicias de Ángela, mientras que su hermano se hundía en las profundidades de su abuela, la cual -ajena a los gritos de él- procedía a forzar mas las piernas para que la cara se pegara mas fuerte a su entrepierna con lo que se excitaba mas al extremo que puso sus pechos en la pelvis de Joseph para darse mas placer. inútil decir que el joven se iba debilitando a pasos agigantados puesto que tenia una gran falta de oxigeno por un lado y por el otro tenia su sexo aplastado por los grandes melones de carne que eran los bustos de Angeline. Luego de unos veinte minutos, Angeline considero que era suficiente y abrió sus piernas con lo que la cabeza de Joseph salió fuera de su encierro casi púrpura por la fuerza imprimida por las piernas de su abuela y con un fuerte dolor de cabeza por motivos obvios. Mientras se recuperaba, Angeline mantenía sus bustos donde los había colocado, con lo que la excitación era constante para él. Cuando Joseph estaba lo suficientemente recuperado, Angeline procedió a colocar su colosal trasero en su cara por unos minutos para indicarle a Joseph quien era la jefe y de lo que le esperaba en caso de no obedecer a su abuela, y de no seguir sus instrucciones. Para recalcar sus palabras puso un poco de peso encima de ella, para que viera que el asunto no era broma y luego lo dejo para que fuera al baño y se terminara de recuperar. Luego de esa lección, Angeline dio otras instrucciones a su nieta para que pudiera hacer lo que ella sabia hacer: dominar hombres con sus piernas. Continua....