HISTORY 3
LOS ESPOSOS
Por : BARBARA DEL HIERRO
Historia exclusiva para JUDOFEM PRODUCTIONS 1999
Alguna vez has tenido una fantasía sexual con tu esposo? Bueno, como ustedes saben soy soltera, pero de acuerdo a lo que me han contado mis amigas casadas, la mayoría de fantasías eróticas no tienen precisamente a sus esposos como protagonistas. Hay quienes prefieren desde el galán apuesto y desconocido que no hace preguntas y se va como vino, hasta el musculoso entrenador del gimnasio al que día a día visitan para practicar las más increíbles rutinas sexuales. Sin embargo, pienso que mi especial deleite sería poder hacer JUDO y sexo todos los días y a la hora que se me antoje con mi esposo, en la intimidad de mi hogar.
En 1995 debí viajar a Argentina acompañando a uno de nuestros técnicos extranjeros que asesoran a la compañía. Aproveché la oportunidad para visitar a mi buena amiga Laura, una hermosa uruguaya que desde hace algunos años vivía en Santa Fe y con quien había tenido contacto vía Internet. Ella, al igual que yo, era amante del JUDO aunque nunca había competido. En nuestros constantes E-mail me confesó acerca de la excitación que le provocaban las peleas cuerpo a cuerpo y en especial el roce de sus pies desnudos sobre el TATAMI. Su esposo, Roberto es un argentino que se dedica a los bienes raíces. Laura me comentó que nunca se caracterizó por ser un gran deportista, pero cuando descubrió los gustos de su bella esposa, accedió a aprender algunas tomas de JUDO. El resultado: una inmejorable vida sexual que ha sido fundamental para consolidar su joven matrimonio.
Estaba un poco nerviosa al dejar al técnico japonés en su hotel y abordar el taxi que me llevaría a la casa de Laura. Si bien es cierto, teníamos ya mas de un año de correspondencia, no es menos cierto tampoco que gente inescrupulosa utiliza mucho el Internet para burlarse y hacer perder el tiempo a los demás. Sonreí aliviada cuando el taxista me indicó que la dirección en efecto existía y después de casi media hora, me encontré frente a la casa de mi cyber-amiga Laura.
Tomé mi pequeña maleta. "Espere aquí, por favor" le pedí al taxista en caso de que no estuviera Laura o resultara ser realmente un tipo dispuesto a llevarme a la cama.
"Bárbara" escuché a mis espaldas. "Eres igual que en las fotos que me enviaste. Que bueno que estés aquí."
Era Laura que arreglaba el jardín.
"Gracias señor. Puede irse. Encontré a mi amiga." Le dije al taxista al tiempo que pagaba la carrera.
"Tu tampoco te ves mal, querida. Es un honor, Bárbara del Hierro a tus órdenes." Respondí mientras besaba una de sus mejillas.
"Gracias. Pasemos a la casa por favor. Roberto no vendrá sino hasta la noche. Podemos charlar mientras tanto."
Dejó las herramientas de jardinería a un lado y sacudió sus manos para quitarse un poco la tierra que llevaba. Noté entonces que estaba descalza. Nada raro si se trabaja en el jardín. Tomó la manguera y roció generosamente de agua sus pies. Poco a poco la tierra se fue apartando para mostrar un par de delicados y hermosos pies
Se secó en el tapete de la entrada y me invitó a pasar.
"Bárbara, antes debes descalzarte. Son las reglas de mi casa."
"Esta bien contesté, un poco extrañada. Saqué mis zapatos tacón alto y los tomé en mi mano derecha mientras cruzábamos la puerta.
"Espera, corazón" Me dijo tomando mi mano. "Quiero ver como se ven nuestros pies."
En seguida colocamos nuestros pies juntos y los contemplamos breves segundos. El sentir en mis plantas desnudas la suave caricia de la alfombra y la cercanía de esa rubia sexy, hizo que me sintiera ruborizada. Me tomó suavemente de los hombros y me hizo mirarla directamente a los ojos.
"Bárbara, en verdad me alegro que estés aquí. Creo que nunca olvidarás tu visita a Argentina."
Algo en sus palabras hizo que me estremeciera y sintiera un hormigueo intenso en mi estómago.
* * *
Almorzamos y nos instalamos en el jardín, frente a la piscina. Laura tenía una hermosa casa y no había escatimado ningún esfuerzo en acondicionarla a su gusto. Siendo una pareja joven y aún sin hijos, era lógico que tenían mucho espacio y tiempo para dedicarlo a los dos. Al lado derecho de la piscina estaba un TATAMI rojo que Laura había hecho construir para sus sesiones de JUDO privadas o con amigos a quienes solía invitar ciertos fines de semana.
"Te gusta?" Me preguntó mientras lo señalaba desde la mesa de jardín donde tomábamos té helado.
"No es el reglamentario, pero realmente se ve precioso." Contesté dándole un largo sorbo a mi bebida.
"Nadamos un poco?" Preguntó mientras se servía otro vaso del delicioso refresco. La tarde era calurosa y realmente invitaba a meterse en el agua.
"Me parece excelente."
Muy pronto nos cambiamos y nos metimos en la piscina. El agua estaba maravillosa y resultaba hermoso admirar el bien formado cuerpo de mi anfitriona.
"Te gusta el Wrestling?" me preguntó cuando salimos de la piscina.
"Algo. Es parecido al JUDO por las inmovilizaciones pero no tienes mucho control sobre tu oponente al no contar con la chaqueta y pantalones." Contesté mientras secaba mi espalda.
"Te confieso que es muy excitante luchar cubierta de aceite y desnuda con tu esposo". Me dijo pícaramente.
Sonreímos pensando en la escena y caminamos nuevamente a nuestros asientos.
"Quisieras probar?"
"Qué cosa?" pregunté.
"El Wrestling, por supuesto. Lo hacemos en la alfombra de la sala?"
Me pareció una locura pero ... que rayos! Sería algo interesante.
"Esta bien. Pero te advierto que traje mi JUDOGUI de muy lejos y no quiero haberlo hecho para nada."
"Descuida. Para todo habrá tiempo... Después de ti." Se levantó de la mesa y me hizo una reverencia como en el JUDO al tiempo que señalaba la hermosa sala de su casa.
"Gracias" respondí inclinando también mi cabeza. Ambas reímos de la broma y caminamos rumbo a nuestro sitio de desafío.
Apartamos los muebles y nos pusimos frente a frente.
"No tengo experiencia en esto, Laura."
"Eres JUDOCA, verdad? Solo déjate llevar por el instinto. Lista?"
"Lista!"
Tomamos nuestras manos con fuerza y forcejeamos unos segundos. De pronto Laura venció la resistencia y me llevó de espaldas sobre la alfombra. Era realmente fuerte!
"Vaya. Estoy venciendo a la campeona."
"Esto no termina aún", repliqué mientras aprisionaba entre mis piernas su cabeza. Realmente era difícil luchar así, sin tener la chaqueta de JUDO para estrangular. Ella empezó a sentir los efectos de la presión y su cara enrojeció al tiempo que su respiración comenzaba a sonar agitada. Apreté más mis muslos y de pronto sus brazos cayeron al igual que sus párpados. Asustada, aflojé mis piernas y la dejé con suavidad sobre la alfombra.
"Laura, Laura ... no me hagas esto. Estas bien? Antes que recibiera contestación Laura abrió los ojos y con mucha habilidad me tomó de los tobillos y puso mi espalda contra el piso. Rápidamente se colocó encima de mí, aprisionando con sus rodillas mis brazos.
"Eres una tramposa!" grité entre molesta y aliviada de que no le hubiera sucedido nada.
"Así es el Wrestling, querida." Contestó al tiempo que reía celebrando su victoria.
En ese momento se abrió la puerta.
"Vaya, vaya. Que tenemos aquí. Me estoy perdiendo de algo, querida?"
Era Roberto que había llegado del trabajo. Miré el reloj. Eran las 8 p.m. Como había volado el tiempo.
"Hola amor!" dijo Laura mientras de un salto se incorporaba y corría a los brazos de su amado. Me levanté entre divertida y avergonzada. La idea de hacer Wrestling era algo que me rondaba la cabeza desde que encontré algunos Web Site en el Internet respecto a luchas femeninas. Pero francamente nunca me imaginé hacerlo tan lejos de mi casa y bajo estas circunstancias.
"Ella es Bárbara, nuestra cyber-amiga. Recuerdas?"
"Mucho gusto." Respondí mientras estrechaba la mano de Roberto. Era un hombre grande, más bien corpulento. Contrastaba con la delicada figura de Laura, pero en cuestión de peleas en JUDO eso no es mayor problema.
"Estaban luchando?" preguntó mientras nos sentábamos.
"Estaba enseñando a Laura algunos trucos del Wrestling. Ella después nos enseñará lo que ella sabe de JUDO."
"Excelente. Lo haremos mañana en el jardín. Seguramente ya conociste el TATAMI que mandé fabricar para mi tesoro."
"Lo conozco. Es realmente muy lindo que compartan esa misma afición por un deporte tan hermoso como el JUDO."
"Y tan sexy." Agregó Laura mientras besaba sensualmente la boca de su esposo.
* * * * *
Al día siguiente me reporté telefónicamente con mi compañía y me preparé luego de un ligero desayuno a tener una sesión de JUDO con mis anfitriones. No dormí muy bien la noche anterior pues pase despierta las casi dos horas que Laura y Roberto decidieron hacer JUDO en su TATAMI. Ignoro si lo hacen siempre, aunque haya visitas o simplemente querían que los viera. Lo cierto es que desde la ventana de mi cuarto se podía ver claramente a la luz de la luna las tomas que hicieron y las otras, que no fueron precisamente de JUDO.
"Lista?. Se te ve muy linda con tu JUDOGUI." Era Laura que bajaba del cuarto equipada con su JUDOGUI blanco. Agradecí su gentileza y le devolví el piropo pues era cierto: se la veía realmente sexy dentro de aquel JUDOGUI que destacaba más sus bellos pies. Tenía mucha razón Roberto de haber hecho todo lo que hizo con ella sobre el TATAMI la noche anterior.
"Empezamos señoras?" Preguntó Roberto mientras bajaba vestido con un JUDOGUI rojo. Había visto y usado los nuevos JUDOGUIS azules, pero uno rojo era realmente novedoso.
"Te parece raro el color?" me preguntó notando mi mirada de extrañeza. "Son fantasías de Laura a las que tengo que someterme humildemente".
"Así es amor." Respondió Laura mientras pasaba su húmeda y hermosa lengua por la oreja de Roberto. Era obvio que él tenía una poderosa erección que se hizo más evidente al sentir la caricia de su esposa. En tanto yo, me sentí algo acalorada por esas evidentes muestras de sensualidad y por lo que vi en la noche desde la penumbra de mi cuarto.
Salimos al jardín. Roberto retiró la cubierta de plástico que protegía el TATAMI. En el borde de la piscina Laura y yo calentábamos moviendo nuestros pies y manos para aflojar los músculos.
Después de 15 minutos de calentamiento, entramos en el TATAMI. Roberto practicaba algunos UKEMIS.
"Hagamos una competencia", propuso Laura. Corrió a la cocina y regresó con una bolsa de papel.
"Adentro están tres papeles con nuestros nombres escritos en ellos. Veamos que pareja comienza el combate." Nos dijo gritando de emoción. Era evidente que había planeado cuidadosamente mi visita y esta sesión de JUDO. Quién sabe si tal vez esto formaba parte de alguna fantasía sexual de ambos que yo estaba compartiendo casi sin quererlo... aunque evidentemente excitada!
"Empezamos los dos, querido" dijo Laura con evidente placer al mostrarnos los dos papeles con los nombres de ella y Roberto.
Me senté a un lado del TATAMI para dejarles lugar. Caminaron arreglando sus JUDOGUIS a sus respectivas esquinas y se inclinaron para saludar.
"Tu serás el árbitro, Bárbara" me dijo Roberto.
"De acuerdo. Un solo IPPON decidirá l combate. Quien gane peleará conmigo. Esta bien?"
"Ok"
"HAJIME!" Rápidamente buscaron el agarre. Roberto era más grande que Laura y sus brazos también, lo que le daba mucha ventaja, especialmente para trabajar técnicas de pierna. Ella por el contrario tenía la complexión física de una rápida luchadora en el piso. Sin embargo, pronto terminaría imponiéndose la realidad. Roberto amenazó con KO UCHI GARI y rápidamente volteó para entrar con un impecable TAIOTOSHI. Realmente Laura lo había entrenado bien.
"IPPON. Estás fuera Laura" grité mientras me incorporaba para tomar mi lugar.
"Rayos" gritó Laura golpeando el TATAMI mientras Roberto alzaba las manos celebrando su fácil victoria. Enseguida corrió a la casa y regresó al cabo de unos minutos vistiendo un JUDOGUI blanco.
"Es parte de la fantasía", dijo. Quiero luchar contigo completamente de blanco.
"No hay problema", respondí mientras tomaba mi lugar.
"HAJIME!", gritó Laura. Saludamos y cautelosamente comenzamos a rodearnos mientras buscábamos el KUMIKATA más apropiado. Obviamente por la estatura, Roberto prefirió la variante que me toma del cuello. Velozmente entró con UCHIMATA pero tomé su pierna y caímos al TATAMI.
"MAITTE!" pidió Laura sin dejarnos trabajar en el piso. No sé si lo hizo por celos al notar la erección de Roberto y mi evidente excitación o porque simplemente ninguno tenía una ventaja clara. Esto es algo que aún me lo pregunto mientras escribo esta historia.
Nos pusimos de pie. Arreglamos las chaquetas y tomamos nuestro lugar.
"HAJIME!" Entré con ERI SEOI NAGUE pero Roberto era muy fuerte. Sin embargo logré voltear rápido y entrar con un perfecto TOMOE NAGUE. Casi no lo creía pero había ganado.
"IPPON!" Gritó Laura. "Bárbara es la campeona."
*****
Al día siguiente, baje las escaleras y descubrí solo a Laura que servía el café en la mesa. Roberto se había marchado ya a su trabajo pues tenía una cita con un cliente muy temprano. Mi maleta estaba lista para volver a mi hotel, recoger al técnico japonés y tomar el vuelo de la tarde que me llevaría de regreso a mi casa. Habían sido un día lleno de emociones fuertes.
"Que tal dormiste, campeona?" preguntó Laura mientras me servía una generosa porción de tocino y huevos fritos.
"Excelente! Me voy tan agradecida. Nunca olvidaré tu hospitalidad y la de Roberto."
De repente Laura me miró. Dejó lo que tenía en sus manos y se acercó lentamente hacia mí, con un brillo en su mirada que me hizo sonrojar. Incapaz de verla a los ojos, mire hacia abajo y vi sus pies. Llevaba zapatillas deportivas que lentamente, mientras caminaba hacia mí, empezó a sacarse, dejando al descubierto sus lindos pies. Se arrodilló, tomo mis zapatos y los sacó. Tomo mis pies desnudos y los masajeó suavemente con sus manos. Los tuvo así unos minutos que me parecieron horas. La sensación era increíble. De pronto se incorporó y me tomó de los hombros, como lo hizo el día que llegué, cuando me dijo que nunca olvidaría mi visita a Argentina. Besó mis labios con ternura y luego salvajemente, metiendo y sacando su lengua húmeda y cálida. Luego, tomadas de la mano, salimos al jardín. Se desnudó y se colocó el JUDOGUI que estaba doblado sobre el TATAMI. Luego se acercó a mí, me desnudó y vistió con otro que tenía guardado. Nos miramos, saludamos y tomamos el agarre. Enseguida ella me abrazo con la técnica O GOSHI tomando mi trasero en vez de la cintura. Bajé mi mano y tome su pierna y juntas caímos al TATAMI en un enredo de manos y pies. Aquel día perdimos el vuelo de la tarde!
FIN
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